"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos;... por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. (Miguel de Cervantes).

La leyenda del Rey Monje

     

San Juan de la Peña. 2009. Foto propia.

      Cuenta la Crónica General de San Juan de la Peña1 que, a la muerte de Alfonso el batallador, los aragoneses nombraron rey a su hermano Ramiro que había tomado los hábitos negros de monje. Como los navarros habían nombrado rey a otro, los aragoneses estuvieron resentidos con ellos. Ramiro se casó con la duquesa de Poitiers, del otro lado de los Pirineos y mostró tal generosidad con sus nobles que lo tomaron por blando y no respetaban su autoridad ni las leyes del reino por lo que el rey determinó tomar medidas. Solicitó consejo al monje Forzado que había sido su maestro durante su formación como benedictino y envió un mensajero. El maestro mostró alegría y, al mismo tiempo, preocupación porque no quería dar a entender que era tal la debilidad real que necesitaba el consejo de su antiguo preceptor. Solicitó al mensajero que le acompañara al huerto y observase como, mientras leía la misiva real, cortaba con un cuchillo los tallos más grandes de las coles quedando solamente las más pequeñas. Hecho esto, le indicó al mensajero que fuese al rey y le dijera lo que había visto, que no daría otra respuesta. El mensajero regresó molesto, considerando que no había recibido respuesta del monje. Inicialmente, el rey Ramiro reaccionó igual, pero al relatar el mensajero la escena del huerto, dedujo que el huerto era su reino, y las coles, sus nobles. Y que para hacer unas buenas coles, era necesaria la carne.
San Juan de la Peña. 2009. Foto propia.

      Con el pretexto de construir una campana que honrase a Huesca, convocó a los nobles a cortes pues quería que fuese oída en todo su reino, que traería maestros franceses para que la fundieran. Cuando fueron llegando los nobles, que había tomado esta propuesta como un dislate de su rey, fueron llevados a consejo de uno en uno los que le habían traicionado y les fue cortando la cabeza, llegando a doce antes de la hora de la comida, no siguiendo más la escabechina debido a que otros huyeron al  conocer la noticia de cuál era la almendra del consejo real. Obviamente el reino quedó subordinado al poder real.

      “El Abad, que sabio era, al mensajero tomara:

metióle dentro una huerta, y sin decirle palabra,

afilado un cuchillito, las ramas altas cortaba,

aquellas que eran mayores, que a otras sobrepujaban.

Díjole que se volviese, que más respuesta no daba”

      'Romance de la campana de Huesca', parte2.

      La leyenda del romance de la campana de Huesca, según Alvar que cita a Duran, tiene un origen oriental y guarda parecido con la leyenda de los Abencerrajes ajusticiados por el clan de los Zegríes en un salón contiguo al Patio de los Leones de la Alhambra, que desde entonces se llama Salón de los Abencerrajes.

Patio de los Leones, Alhambra de Granada. Restauración 2012. Fuente propia.

      Los constructores de campanas franceses recuerdan la difusión del primer arte internacional de la Edad Media, el románico, con la orden benedictina de Cluny, la llegada de nobles y artesanos del norte de los Pirineos y el vehículo de esa diseminación que supuso el Camino de Santiago y la multiplicación de iglesias con un lenguaje común que abandona el rito mozárabe con la reforma gregoriana.

      En San Juan de la Peña hay un monasterio, en realidad dos, pero el más famoso se encuentra bajo una peña con un claustro precioso con capiteles bellísimos sobre columnas dobles donde la observación para el tiempo y el espacio se ensancha.

      En el monasterio nuevo, en una verde pradera cercana a la peña, hay un centro de interpretación del reino de Aragón3.

     


     José Casado del Alisal, 1832-1886, pintó en 1880 La leyenda del Rey Monje cuando era director de la Academia de Bellas Artes de Roma con un estilo tenebroso e impactante.

 ----------------------------------------------------------------------------------

1ALVAR, M.: Épica Medieval. Orbis. Editora Nacional. Barcelona. 1983. Páginas 203-204.

2ALVAR, M.: Obra citada. Página 213.

 

Evocaciones de los diseños dorados de Manuel Piña

            Museo Manuel Piña     En el Museo Manuel Piña ( @museosdemanzanares ) hay unos diseños de color amarillo, dorado y áureo, que re...