Acta de embalsamamiento de Joselito. Archivo Museo Sánchez Mejías. |
En la ciudad de Talavera de la Reina a 17 de mayo de 1920, a mi presencia como subdelegado de Medicina procedieron los médicos D. … y D… y el farmacéutico Don … a practicar el embalsamamiento del cadáver de D. José Gómez y Ortega (a) Gallito, de 25 años de edad…[1]
En lo físico y en todo no era un andaluz de gitanería. Era ese otro clásico, grave y severo en la senda de la Itálica de Trajano. Pero también divertido y burlón, incluso pesado, de bromas casi infantiles…[2]
… depositado en la enfermería de la plaza de toros con objeto de que pudiera ser trasladado e inhumado en el Cementerio de Sevilla…
Como quien se tira al ruedo, se unió a nuestra guerra gongorina nutriendo su cerebro de poemas del homenajeado cordobés. Quedé con él en Sevilla cuando se celebraba el séptimo aniversario de la pérdida de su cuñado…
… El procedimiento empleado ha sido la inyección…por la carótida primitiva derecha de un líquido antiséptico compuesto de formol… Y agua…Después se le inyectó el mismo líquido en el estómago…
En Sevilla fuimos a una habitación del Hotel Magdalena o París, no recuerdo bien, donde fui encerrado. ¡La gente me conocía! ¡Había ganado el Nacional de Literatura! ¿Y esta broma? Él no se amilanó y me dijo:
—Ni comida, ni bebida hasta que escribas unos versos por mi cuñado. Esta noche le recordaremos en una velada en su honor. ¿Conoces el Teatro Cervantes?
…y en la cavidad peritoneal; y se le taparon las cavidades naturales con torundas de algodón hidrófilo empapadas en ácido … puro.
Joselito en su gloria. Original. Archivo Museo Sánchez Mejías |
Horas más tarde recuperé mi libertad gracias a unas cuartetas que titulé “Joselito en su gloria”, muy aplaudidas por familiares y amigos, gitanos y gentes del toro. Los olés y aplausos fueron unánimes cuando terminé así:
“Ciérrame con tus collares
Lo cóncavo de esta herida,
¡que se me escapa la vida
Por entre los alamares!
¡Virgen del Amor, clavada
Lo mismo que un toro el seno!
Pon a tu espadita bueno
Y dale otra vez su espada.
Que pueda, Virgen, que pueda
Volver con sangre a Sevilla
Y al frente de mi cuadrilla
Lucirme por la Alameda.”
En aquella época conocí a los poetas relacionados con la revista Mediodía, al naufrago de Grecia, Adriano del Valle, a un joven poeta al que la imprenta Sur preparaba su primer libro de poemas, Luis Cernuda; y a una persona muy singular, ganadero y poeta, con una inmensidad física que Ignacio me presentó como el mejor poeta novel de Andalucía: Fernando Villalón[3].
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Se ha relatado libremente aquí la anécdota que se produjo entre dos jóvenes amigos en mayo de 1927. En una Sevilla primaveral se recordaba el séptimo aniversario de la muerte de José Gómez Ortega, Joselito, cuñado de Ignacio Sánchez Mejías, quien decidió homenajear especialmente su recuerdo con unos versos de Rafael Alberti. El portuense fue encerrado en un hotel— según Imagen el Hotel París, según La arboleda Perdida, el Hotel Magdalena— hasta que compuso unas cuartetas que título Joselito en su gloria. Este poema se incluyó en el poemario El alba del alhelí. El original manuscrito por Alberti se encuentra en el Archivo Museo de IgnacioSánchez Mejías. Está expuesto en una vitrina junto al acta de embalsamamiento del torero homenajeado que ha sido citado aquí parcialmente, entre la aventura de Alberti y Sánchez Mejía. Se reseña en cursiva respetando— obviando— el nombre de los médicos, el del farmacéutico y restringiendo parte del tratamiento realizado por simple prudencia.
Según Robert Marrast, los versos 17-20 de la poesía fueron cantados ya en 1928 en alguna taberna de Triana por cantores de coplas populares[4]:
“Cuatro arcángeles bajaban
Y abriendo surcos de flores,
Al rey de los matadores
En hombros se lo llevaban”.
La anécdota aparece, a su vez, en la biografía de Andrés Amorós, Ignacio Sánchez Mejías, el hombre de la edad de Plata[5]. En esta obra se recuerda que en el archivo familiar se guarda otro poema, Muerte de Joselito, que no fue publicado, más corto que el que vio la luz en El alba del alhelí.
Firma de Alberti. Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías. |
Instrumental exigido e instrumental existente en la plaza de Talavera de la Reina |
[1] Acta de embalsamamiento de José Gómez Ortega, Joselito, que murió el 16 de mayo de 1920, que se guarda en el Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías, Casa Malpica de Manzanares. El dolor de Sánchez Mejías fue inmortalizado por una foto de Campúa.
[2] ALBERTI, R.: La arboleda perdida. Círculo de Lectores y Seix Barral. 1975. Páginas 220-222. Libro II, capítulo VI.
[3] ALBERTI, R.: Imagen primera de... Turner. Madrid. 1975. Páginas 13-32 y 61-68.
[4] ALBERTI, R.: Marinero en Tierra. La amante. El alba del alhelí. Edición de Robert Marrast. Clásicos Castalia. Madrid. 1982. Páginas 229-230.
[5] AMORÓS, A. Y FERNÁNDEZ TORRES, A.: Ignacio Sánchez Mejías, el hombre de la Edad de Plata. Books4pocket de Editorial Almuzara. San Andreu de la Barca. 2011. Páginas 346-348.
Hola Blas:
ResponderEliminar¡Qué belleza! “Cuatro arcángeles bajaban
Y abriendo surcos de flores,
Al rey de los matadores
En hombros se lo llevaban”.
Alberti era único.
Muy buen artículo.
Un abrazo. :)
Hola, Merche: Alberti le daba una cadencia especial. Gracias. Un abrazo. :)
ResponderEliminarHola Blas, me encantó:
ResponderEliminarCuatro arcángeles bajaban
Y abriendo surcos de flores,
Al rey de los matadores
En hombros se lo llevaban”.
Y también:
Ciérrame con tus collares
Lo cóncavo de esta herida,
¡que se me escapa la vida
Por entre los alamares!
Alberti como muchos otros poetas de la época,
Escribieron poesías que perdurarán.
Un placer leerte como siempre.
Un abrazo
Preciosas citas, Nuria. Preciosas.
EliminarMuchas gracias por compartirlas.
Nuria, gracias. Sí, las imágenes que crea en la mente de cada cual son preciosas: La profundidad, lo cóncavo, de la herida de la muerte pretende ser cerrada con collares de la Macarena. Y por los alamares, los ojales, se escapa la vida. Se desangra.
ResponderEliminarCuriosísima crónica, magistralmente narrada combinando la sesión de autopsia con los versos, el homenaje de Sánchez Mejías, las cuartetas de Rafael Alberti... Me ha encantado.
ResponderEliminarGracias por compartir tan buen contenido.
Te invito a visitar mi blog https://marcosplanet.blog y comentar lo que desees.
Un cordial saludo.
Gracias, Marcos. He intentado recrear una parte de la atmósfera intelectual que se produjo en los años 20/30 del siglo XX. La generación del 27 fue la de los deportes y el cine como nuevo arte, pero también aficionada a los toros por Cossío, un gran intelectual más allá de la enciclopedia de los toros. Un cordial saludo.
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