Cultura y sociedad

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Irene Polo, Hollywood en España, 1930

 

   

Irene Polo y Buster Keaton. Archivo Nacional de Cataluña. Licencia Creative Commons

 

     Irene Polo fue una de las primeras periodistas que accedió a las redacciones y participó en la llamada edad de oro del periodismo, en los años previos a la guerra civil. Considerada una pionera, hay escasas referencias bibliográficas suyas. Su hito más llamativo: llegó a ser jefa de redacción de un diario en 1935, Última hora. Cuando en enero de 1936 decide enrolarse como encargada de comunicación de la compañía de Margarita Xirgu se le dio una cena de despedida que mostró el prestigio adquirido y el respeto de la prensa de Barcelona.

     Irene Polo Roig, periodista y representante teatral, nace en Barcelona el 27 de noviembre de 1909 en una familia de origen humilde. Su padre, guardia civil, muere muy joven, quedando su madre Francisca a cargo de tres hijas.

     Irene es la mayor de ellas, y se dedica a trabajar desde muy corta edad, por lo que no tuvo estudios. Sus conocimientos son los propios de una autodidacta. Realiza su primer trabajo en la sección de publicidad de la productora cinematográfica francesa Gaumont, con dieciocho años. Este periodo de formación es muy interesante por la relación que tuvo con una prensa innovadora, asociada al mundo de los negocios, dependiente de la publicidad y con necesidad de espectáculo. Muy relacionado, todo, con lo que se está creando en otros lugares con la industria editorial. Y es significativo porque parece que no se circunscribió sólo al público catalán, idioma en el que redactó la mayoría de su trabajo posterior, puesto que escribió en castellano, de manera que conoció públicos variados y diferentes, desde el urbano barcelonés al público del resto de España. Y ese conocimiento del lenguaje cinematográfico nos lleva a dar sentido a la entrevista que realizó al grupo de Buster Keaton, a quien dimos ya una primera entrada que señalamos al final.

     Su inicio periodístico se produce en 1930 en las revistas Mirador e Imatges, dirigida por Josep Maria Planes. Una labor periodística que llega hasta 1936. Publica artículos en lengua catalana en muy variados periódicos y revistas del momento: La Rambla, La Humanitat, dirigida por Lluís Companys, L’Opinió, L’Instant, Revista de Cataluña, El Noticiero Universal y Última hora. Las revistas Gran Proyector (1930), Films Selectos (1930-1931) y Mundo Gráfico (1935-1936) recogen su producción en lengua castellana. Escritos de fidelidad republicana, tal como era su autora. Se le considera una de las primeras mujeres periodistas catalanas: luchadora, brillante, decidida y valiente, y, sobre todo, una gran innovadora en la confección de sus reportajes. Con realismo, sentido del humor, fina ironía, que sabe destacar, incluso, lo absurdo de la situación.

      Domina variados temas, utiliza la “entrevista repentina”, en la que realiza un reportaje rápido y directo. Por su pluma aparecen Pío Baroja, Margarita Xirgu, Buster Keaton, Pau Casals, Josep Tarradellas o Francesc Cambó, a los cuales agrada con humor cuando no consigue la respuesta deseada del entrevistado.

       La variedad de temas por los que se interesa son tratados con profundidad. En materia social, por ejemplo, la moda femenina, la llegada del pantalón a la ropa de la mujer, el escote femenino, los trajes de baño de principios del siglo XX, la explotación de Ibiza en el aspecto turístico (1933). En materia laboral, las huelgas de los mineros (1933), o las manipulaciones ejercidas por el sindicato CNT a causa de los problemas de las minas del Sallent. En materia política: las elecciones al Parlamento de Cataluña (1931), la entrevista a un miembro del partido de Gil Robles simulando ser partidaria del político o el juicio contra el gobierno de la Generalitat (1935). Sus artículos quedan recogidos en dos obras: La fascinació del periodisme: cròniques (1930-1936) e Irene Polo, una reportera excepcional: recull d'articles (1930-1938).

      Contribuyó en 1933 a la creación de la Agrupación Profesional de Periodistas (vicepresidenta hasta 1935). La entrevista que realiza en 1936 a Margarita Xirgu, de quien queda en cierta manera fascinada, le abre el camino hacia América como secretaria, jefa de prensa y directora artística de la gira de la actriz por América del Sur. Es Irene quien informa del asesinato de Federico García Lorca (19 de agosto de 1936) a Margarita Xirgu, quien conmovida manifiesta que ha muerto su hijo. Disuelta la compañía teatral, tiene intención de volver a Barcelona, pero el fin de la Guerra Civil no lo hace posible, por lo que se establece en Argentina, a donde acuden su madre y sus dos hermanas en 1939. Comienza a trabajar realizando traducciones del francés, entre ellas biografías de Napoleón, Wagner o Shelley. En 1940, con el fin de mejorar su situación económica, acepta la dirección de publicidad de la empresa barcelonesa de perfumería Dana en la sucursal de Buenos Aires. En 1941, una fuerte depresión nerviosa la lleva al suicidio el 3 de abril de 1942. Es enterrada en el cementerio de la Chacarita en Buenos Aires[1], donde cae en el olvido.

     Se habló de depresión, de un corazón dos veces roto, de una angustia irremediable frente al mundo. Se buscaron indicios, se revisaron sus cartas, se rastreó el itinerario que la llevó a morir tan lejos de casa. Pero todo eso fue después, muchos años después. Irene Polo fue una estrella fugaz, el resplandor de un momento y luego un silencio opaco, un nombre olvidado, acaso incómodo como para ser recordado en medio de la oscuridad que envolvió a España después de que ella se subiera a un barco para cruzar las aguas del océano.[2]

     Sergi Doria[3] cita a Irene Polo en un momento agradable de su carrera profesional. Está contenta, disfruta con una entrevista a unos actores de Hollywood que han pasado por distintas ciudades de España, llevados, en cierto modo, por Gilbert Roland (Luis Alonso), de ascendencia española. Al galán hispano-mexicano le acompañan Buster Keaton y las hermanas Norma y Natalia Talmadge: Barcelona-Sitges-Barcelona, con Buster Keaton, Luis Alonso y Norma y Natalia Talmadge, por Irene Polo para Imatges.

     Irene está emocionada al escribir, 3-09-1930, porque ha visto las fotos que se han publicado del viaje por el norte de España, Madrid o Granada: Maravillada. Dice que las brillantes marionetas del blanco y negro están entre nosotros en carne y hueso, cuando tenemos la impresión de que no son más que una ilusión de imágenes. Su éxito, dice, es esa inmaterialidad.

       La distancia y la fotografía cinematográfica los convierte en seres fabulosos e imposibles, cargados de todas las ventajas de la admiración, sin ninguna de las desventajas de la humanidad- aquí observamos en el inicio del reportaje que la influencia de su primer trabajo en la productora cinematográfica es evidente-

      Viajan de improviso, sin ningún programa, sin ruta ni hora fija, aprovechando la libertad que su época de vacaciones en los estudios de cine les permitía. Hacían, piensa la periodista, creíble que no fuesen a Barcelona, lo que provocaba más ganas entre sus seguidores, creaba más fantasía. Pero llegaron al Ritz en la noche del viernes. Polo dice que cansados, terrosos y negros.

     El sábado, a mediodía, saludaban en la zona de baile del hotel. Irene elogia a las actrices y actores: Norma, bonita, joven y elegante; Natalia, delgada y simpatiquísima; Buster Keaton, rojo como un demonio a causa del sol, es un cómico auténtico. Explica que ha cazado perdices, tantas, que se podían cazar a golpes de bastón. 

     Luís Alonso (Gilbert Roland) es un novio magnífico. Con toda esa cabellera romántica. Buen chico, sencillo y amable, asombroso.

     La prensa fotografía y agobia. Pasan calor en el verano español

     ―¿Vamos a la playa? ―resuelve Alonso.

     ―Very good! ―exclama Keaton.

     ―En Sitges ―proponemos.

     Una hora más tarde, están en «la villa blanca». El mar está tranquilo. Lluís Alonso y Buster Keaton se bañan.

     ― ¿Qué les parece Cataluña? ―les preguntamos mientras reposan, a la sombra del velario.

     ―Una preciosidad. Hace más claridad que en ninguna parte donde hemos estado.

     ― ¿Qué les ha gustado más de todo lo que han visto en España?

       Todo. Todo. Pero Granada… ¡Ah, Granada! Inolvidable. Barcelona también. Es una lástima que no la podamos ver mejor. ¡Tenemos tan poco tiempo! Mañana, a las ocho de la mañana, salimos hacia París.

     Keaton da su opinión sobre el cine sonoro:

     ―Admirable. Pero es que yo canto muy bien. Ya sentirán… llover.

     Irene nos cuenta la preferencia de estos actores por Greta Garbo y Lon Chaney, que falleció en agosto de 1930, unos días antes. Son sus actores más destacados. A Keaton le preguntan por su actuación más destacada y dice que es Las tres edades. Norma Talmadge y Gilbert Roland (Luis Alonso), se han visto muy bien en la versión de Margarita Gautier.

     Irene pide una sonrisa a Buster Keaton haciendo valer su calidad de señorita. Keaton más serio que nunca.

     ―¡No! ¡No! Prohibido la risa. Por el contrato con la Metro.

     Llegan los seguidores. Las firmas de Álbumes, libros de versos, libretas, décimos de lotería. De todo. Buster Keaton, Lluís Alonso y Norma y Natalia Talmadge no dan al alcance con todas sus ocho manos a la vez.

     El dueño del hotel no deja escapar a Luís Alonso, que es el que paga la fiesta, según Irene.

    Se van de Sitges. Vuelven a la Diagonal, al Hotel Ritz. La periodista termina su artículo, con el disfrute inicial:

     Los dejamos. Y nos despedimos.

     ―Good bye! ―hacen las mujeres.

     ―Adiós ―dice Alonso.

     Keaton nos pregunta cómo se dice goodbye en catalán.

     ―Adeu ―le decimos.

     ―Pues… adeu ―nos hace con una gran carcajada… que nunca saldrá en ninguna fotografía ni en ninguna película.


Los actores de Hollywood junto a Irene Polo. Archivo Nacional de Cataluña. Licencia Creative Commons

     



[3] DORIA, S.: Irene POLO en Barcelona-Sitges-Barcelona, con Buster Keaton, Luis Alonso y Norma y Natalia Talmadge en Un país en crisis. Crónicas españolas de los años 30. Edición de Sergi Doria. Edhasa. Barcelona. 2018. Reseña en Archivo Museo Sánchez Mejías (12-7-2023 y 13-8-2025). Páginas 63-68.

     Otra bibliografía:

    -  https://blasmaesoruizescribano.blogspot.com/2025/03/buster-keaton-cara-de-palo.html

    - SALGADO-DE DIOS, F.: El periodismo cinematográfico de Irene Polo (1927-1930). Acotaciones a un trabajo inédito, en Revista internacional de Historia de la Comunicación. Universidad de Sevilla. Sevilla. 2022. Páginas 140-158.

 
 
 
 
Irene Polo y Buster Keaton, Archivo nacional de Cataluña. Licencia creative commons.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
14-08-2025 14:00, actualizado 15-08-2025 9:11                                                                                                     Programación 15-22-28  

La malcasada y el vaso de leche de Sánchez Mejías(y 2)

 Publicada 10-10-2022

     

Sánchez Mejías y Corrochano en 'La malcasada', 1926, fotograma.

      La película narra el triángulo amoroso entre Carmen, una ventera de Veracruz (México), Félix Celaya ‘Mejicano’, trabajador en un rancho que triunfa como torero en España, y María, aristócrata española, amor del torero que queda en precario según la legislación civil dando nombre a la película. Hay un villano, el apoderado Manuel, ‘Atravesao’, que le hace abandonar a su amada embarazada por un falso engaño amoroso con el único interés de aprovechar el dinero que puedan ganar en los ruedos. Y existe el típico personaje gracioso, el Aficionado desconocido. Las situaciones son tragicómicas, tremendas, con el intento de provocar la lágrima o la risa, y la pretensión de llegar a un final feliz o ejemplarizante.

      Los personajes protagonistas son arquetipos tradicionales. El torero es una figura endiosada por su público, al que disculpan las fiestas e infidelidades con las mujeres que ama, ejemplos de virtud y comprensión.

      ¿Qué hace especial esta película? El fresco social de la España de 1926 que presentó Gómez Hidalgo. Introduce en las escenas a personajes de actualidad que pretenden dar verosimilitud al ‘típico argumentario’ de la película. Veamos.

      Tras su éxito taurino en Barcelona, tiene agasajos varios donde aparece Emilio Junoy, periodista, político barcelonés y aficionado taurino, que corresponde a Félix tras brindarle una faena. En la comida aparece la cantante lírica Mary Isaura, que se había consagrado con La Francisquita (Amadeo Vives) entre otras obras de zarzuela y ópera; María de las Rivas, actriz; el intelectual Santiago Rusiñol, pintor, escritor, y promotor cultural; y Marcelino Domingo, pedagogo, periodista y político que llegaría a ser ministro en la II República. Este grupo se denomina 'síntesis luminosa de la Cataluña contemporánea' por el director del filme.


     Con los triunfos en Madrid, aparecen personajes de la vida social de la capital como Valencia II, torero; Corinto y Oro o Gregorio Corrochano, críticos taurinos de La Voz y ABC, respectivamente. Gregorio Corrochano, omnipresente en varias escenas de la película, fue el crítico taurino más destacado de la época al retratar la edad de oro del toreo. Tuvo relación con Ignacio Sánchez Mejías1 y con otros intelectuales del momento.

       Para conocer a María, aristócrata y razón principal de La malcasada, tendrá que relacionarse con la alta sociedad madrileña. El protagonista entra en contacto con la familia Figueroa, conde de Romanones. El escritor y cineasta Agustín de Figueroa había viajado con García Lorca por Cáceres y Salamanca buscando ropa antigua y canciones populares para Peribánez o el comendador de Ocaña. En la película hace de contacto con la aristócrata toledana María. En la visita al cigarral familiar de los Romanones coincide con el patriarca de la familia, Álvaro de Figueroa, presidente del consejo de Ministros en varias ocasiones, entre otros cargos políticos.


      El músico Jacinto Guerrero surge como nuevo amigo del torero. Le permite utilizar su coche para visitar a María a Toledo. Guerrero era del pueblo toledano de Ajofrín, y se hizo famoso componiendo zarzuelas. En 1923 había estrenado Los gavilanes.


      Cuando el mexicano vuelve a los ruedos, sufre una cornada por la que tiene que ser operado y hospitalizado. Los amigos de la vida social madrileña, amistosa o interesada, preguntan por su estado. Aparece el político Natalio Rivas, a quien había brindado un toro el corneado. Pregunta en la puerta del hospital.

      En la convalecencia, tras la hospitalización, recibe la visita del famoso torero Ignacio Sánchez Mejías, que le sirve el primer alimento. Le da un vaso de leche. Viste chaqueta clara, de una sola abotonadura, pañuelo blanco en el bolsillo superior y corbata con nudo italiano o español, repeinando su cabello hacia atrás. Conversa con el diestro herido sobre la posible boda con la “toledanita” y le pide parecido a Corrochano. El diestro herido permanece convaleciente en la cama. La luz ilumina los rostros del herido, de Sánchez Mejías y Corrochano. Sánchez Mejías no reaparecerá, pero Corrochano, sí.


      Una vez recuperado, asiste a la Tertulia del Jamón de Trevélez2, que organizaba Natalio Rivas, donde coincide con militares. El coronel Millán Astray y el general Francisco Franco, en ese momento relacionados con el origen de La Legión y la guerra de Marruecos, por la que recibieron el sobrenombre de africanistas.

      El director de la película, Gómez-Hidalgo, trabajó en ABC. Una visita a las rotativas del diario sirve para conocer a la familia Luca de Tena, Torcuato, fundador, Juan Ignacio, el escritor y académico, y Fernando. Van acompañados por el escritor y filósofo Eugenio D'Ors.

      En las distintas versiones de la película, los agasajos se producen antes o después de la boda, siendo un vehículo documental de la sociedad burguesa madrileña.

      En otra escena aparecen los héroes del Plus Ultra, Ramón Franco y Julio Ruiz de Alda. La velada en casa de Florestán Aguilar está amenizada por el cantante lírico Miguel Fleta, que en 1926 estrenó el Turandot de Puccini en la Scala de Milán.


      Tras el matrimonio de los protagonistas, la vida social continúa sin pausa y la convivencia matrimonial se agrieta porque el ‘Mejicano’ aúna recuerdos del amor que dejó en Veracruz con fiestas y devaneos amorosos.

      En el documental de personalidades se ve paseando al protagonista con Cristobal de Castro, Leonardo Torres Quevedo, y Blas Cabrera, uno de los amigos de Einstein en España. Wenceslao Fernández Flórez aparece en otra fiesta de Félix con su amante, Perchelera, con el omnipresente Gregorio Corrochano y Valencia II. Mientras tanto, la imagen de la sociedad de la época nos muestra a Julio Romero de Torres pintando a María bajo la atenta mirada de Ramón María del Valle-Inclán, autor de Luces de Bohemia y Tirano Banderas.

      En una comida 'íntima', o despedida de soltero, aparecen, en una mesa amplia, Hoyos y Vinent, Delgado Barreto, Jacinto Guerrero, el Doctor Esteban Lahoz, Alberto Insúa, Pedro Muñoz Seca, Fausto Barajas, José Serrano Batanero, Antonio Casero, Antonio Márquez3, José Francés, Cristóbal de Castro, Julio Camba, Pedro Mata4 y Luis Araquistáin.

        En la boda aparecen como invitados la soprano Ofelia Nieto, el escritor “Azorín”, la mezzosoprano Conchita Supervía, el futbolista Monjardín y el torero Fuentes Bejarano.

      Las desavenencias matrimoniales de Félix y María siguen. María acude a pedir consejo a Concha Espina, probablemente la primera escritora española que pudo vivir de su oficio5. Le aconseja no sufrir por él. Otro torero famoso que aparece en las reuniones de Félix y María es Juan Belmonte, cuando el matrimonio ya está roto, y la abandonada mexicana con su hija están llegando desde Veracruz a Madrid. El drama se cierra o acerca a su fin. Junto a Belmonte, el escritor Luis de Tapia.


      La trama se resuelve con la aparición de Carmen y su hija, acompañado con el niño, hermano de Carmen, que colaboró en el engaño orquestado por el banderillero Atravesao, que representaba a Félix, quien descubre todo lo que había ignorado mientras estaba de fiesta con una amante y el omnipresente Corrochano. Vuelve con Carmen y su hija. Al mismo tiempo, ha reaparecido María, que había vuelto a su cigarral toledano, con sus tíos. Cuando ven la confusión madrileña, se vuelven. El final moralizante se acerca. María queda, por la ley española, en un limbo jurídico. Ni casada, ni soltera, ni divorciada. Su vida se orienta a la caridad, cristiana o no. Se marcha de enfermera a Tetuán.

       Félix, tras pedir consejo a Alejandro Lerroux, Pedro Muñoz Seca, Marcelino Domingo y Felipe Clemente de Diego, vuelve a México donde solicita el divorcio y se casa con Carmen, viviendo plácidamente con su hija.




      En Tetuán, mientras María se dedica al cuidado de los heridos por la guerra de Marruecos, da tiempo a ver al general Sanjurjo, quien parece dominar mejor el medio cinematográfico que sus colegas africanistas. Millán Astray y Franco parecían más envarados.

      María rechaza el ofrecimiento de amor de su primo, herido en la guerra de Marruecos. Su sacrificio es la caridad. Tras este final melodramático, todo concluye con el fundido en negro cuando los enamorados mexicanos acercan sus cuerpos678.


 

   "Yo nací- respetadme- con el cine.

    Bajo una red de cables y aviones.
    Cuando abolidas fueron las carrozas
    de los reyes y al auto subió el Papa"
    Alberti, R., 'Carta abierta', Cal y Canto. (1926-1927).

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1En el Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías, de Manzanares, se puede observar, al inicio de la exposición, la edad de oro del toreo, y, en la biblioteca, se puede consultar la enciclopedia de Cossío. Teléf.: 926614056.

2En la Transición a la democracia hubo una famosa tertulia política donde el alimento era el punto de encuentro, Las lentejas de Mona Jiménez.

3Probablemente, el Belmonte Rubio. https://dbe.rah.es/biografias/99824/antonio-marquez-serrano 

4Probablemente, el escritor Pedro Mata y Domínguez, https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Mata_y_Dom%C3%ADnguez

5Según la crítica Mary Lee Bretz.


Las visiones de cine de Gerardo Diego

 

   

Cinematógrafo. Wikipedia

 
Habían nacido con el cine, había que respetarles. A ese grupo, esa generación porque amaba el nuevo arte, el cine[1]. Uno de ellos, Gerardo Diego, tituló Imagen una de sus primeras obras, hacia 1921-1922. En él incluía un breve titulado Cine:

El diluvio aletea
entre una algarabía de iniciales

Las aspas del molino
se escapan rodando por la tangente

 

     Este epigrama aparecía también en la revista Horizonte en su primer número de 1922. Hablaba sobre el movimiento del nuevo arte. Años después, Diego, escribió, rememorando los inicios del cinematógrafo, sobre el arte que surgió en su juventud en un artículo en ABC (6 de abril de 1966)[2]. La evolución del término en España corrió pareja a la rapidez de las imágenes que reproducía.

     Originalmente, el nombre fue cinematógrafo porque gracias a él se grababan o proyectaban las películas. Diego, acertadamente, calificó a este invento de maravilloso en su fase espectacular. Es decir, en sus inicios.

     Observaba la curiosidad que producían las apócopes que cortan las palabras en su final. Puede que por pereza. Tiene razón Diego. Pero se podía apostillar que otro factor que influiría sería la economía o pragmatismo del lenguaje. No solamente como dice que fuese su uso castizo o popular el que llevase a reducir cinematógrafo en cine.


      Recuerda que tuvo una fase intermedia en la que recibió la denominación de cinema. Palabra venida de Francia y que tuvo éxito temporal como recuerda en la denominación de algunas salas de proyección como Monumental Cinema o Real Cinema.

      Finalmente triunfó cine. Siguiendo la teoría de Diego en su origen popular, barriobajero y madrileño lo entronca por su sonoridad con lo cínico y el cinismo. Pero lo cínico en su origen griego clásico significaba perro. Recuérdese, y aquí se hace un inciso, a Diógenes el cínico y su lámpara buscando el hombre.

     No es esta definición de la que deriva el nuevo arte. Deriva de otra palabra griega que significa movimiento.

     Cinematógrafo se ha ido adaptando a las latitudes por donde se extendió del ancho mundo. Las salas que proyectaban películas recibían nombres diversos. Gerardo Diego relata que viajó a Buenos Aires, Argentina, en 1928 y sus anfitriones le llevaron en coche por las avenidas y calles porteñas. Al hablar de los nuevos negocios, uno de sus interlocutores citó el éxito que estaban teniendo los biógrafos. En cada esquina había uno. Diego relata con cierta ironía que creyó que por las esquinas ilustraban la vida de los próceres de un joven país. En realidad, ilustraban o contaban la vida de otras personas, pero de forma gráfica y proyectada, mediante el cine.

     Este viaje a Buenos Aires lo hizo acompañado en el vuelo por el equipo del Barcelona F. C. según cuenta en una carta que envía a José María de Cossío el 22 de noviembre de 1928. Asistió a los partidos de la gira de este equipo y pronunció conferencias en Buenos Aires, Montevideo y Tucumán. Conoció a Molinari, una especie de Altolaguirre criollo. Borges estuvo atento e interesante, pero lo califica de un poco infatuado (vanidoso). Asistió también a la boda de Norah Borges y Guillermo de Torre. El único contratiempo fue que cayó enfermo. También influyó que no obtuvo grandes réditos con las conferencias[3].

     Años más tarde, en otro artículo de ABC, 7 de enero de 1977[4], cuando el cine había pasado de las ferias a las salas y la sonoridad se había hecho presente, recordaba la adaptación de algunos músicos al cine, destacando la participación de Arthur Rubinstein y Yehudi Menuhin. Las películas sobre ellos sobrepasaban la actuación de artista invitado en argumento ajeno a su vida que habían desarrollado pianistas o violinistas durante largo tiempo en el cine. Citaba el caso de José Iturbi, pianista, que participó en varias comedias musicales como Levando anclas, 1945, con Gene Kelly y Frank Sinatra.


     En el caso de Rubinstein destacó sus cualidades como fotogénico actor, y no solamente como músico, con una vida rica en sucesos contados con una gracia especial que Diego había podido comprobar.

     Menuhin era distinto. Más concentrado en la música, más profundo en sus apreciaciones y pronunciamientos. Contaba el momento en que Yehudi Menuhin había conocido a Bela Bartok y habían trabado amistad razón por la que el artista húngaro le había dedicado un concierto de violín.

     Son artículos de cine, sí. Pero como la palabra griega nos dice es un motivo para el movimiento hacia otro tema. En un caso la evolución de la palabra en distintos lugares desde su origen; en otro, para mostrar su acendrado gusto musical, que, tras la literatura, sería una de sus pasiones culturales preferidas.


     El cine y su movimiento fue muy sensible a miembros del 27 como Diego. Gubern en Proyector de luna[5] le cita como uno de los primeros en hacer referencia al cine con la titulación de su libro Imagen con el epigrama cine y la titulación de la segunda parte como Imagen múltiple donde ve el diseño de sus composiciones tipográficas de forma casi caligramática. Desde el principio situó a Diego como crítico o entendido en diversas artes como el cine y el único creacionista que llegó a la generación del 27. Discusiones aparte sobre la afiliación de Larrea.

 



[1] Yo nací- ¡respetadme! - con el cine. ALBERTI, R.: Carta abierta. Cal y Canto. 1926-1927.

[2] DIEGO, G.: Gerardo Diego en ABC (1946-1986). Artículos y entrevistas. Edición de Rafael Inglada. Fundación Gerardo Diego. Centro de documentación de la Poesía del siglo XX. Bodega y Azotea 3. Santander. 2011. Página 336. Leído en Biblioteca de Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías (14-07-2023).

[3] DIEGO, G. y COSSÍO, J. M.: Epistolario. Nuevas claves de la generación del 27. Ediciones la Universidad. Fondo de Cultura Económica. Alcalá de Henares. 1996. Páginas 177-178.

[4] DIEGO, G.: Gerardo Diego en ABC (1946-1986). Artículos y entrevistas. Edición de Rafael Inglada. Fundación Gerardo Diego. Centro de documentación de la Poesía del siglo XX. Bodega y Azotea 3. Santander. 2011. Página 535. Leído en Biblioteca de Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías (14-07-2023).

[5] GUBERN, R.: Proyector de luna. La generación del 27 y el cine. Anagrama. Colección Argumentos. Barcelona.1999.

El Museo Nacional de la Escultura de Valladolid

          Sibilas. Alonso Berruguete. Museo Nacional de la Escultura. 2022. bmre           Resumen : Uno de los museos más antiguos de Españ...