Cultura y sociedad

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Los inicios de Luis Buñuel

 

     

Luis Buñuel. ABC



     En sus inicios, Luis Buñuel tuvo que luchar por conseguir financiación para sus proyectos. Intentar ser independiente de su familia, que le prestaba dinero. De las cartas que envió a Pepín Bello conocemos que intentó entrar en contacto con Ignacio Sánchez Mejías, polifacético hombre del 27, para que colaborara en sus proyectos. 
     Se incluye una carta de verano de 1927, extractos de otras en las que se refiere a Sánchez Mejías, con los cambios de actitud y de humor de Luis Buñuel al asumir la realidad de sus deseos.

          [Agosto de 1927]

     Queridísimo Pepín:

Recibí tu carta.

Enhorabuena por tu empleo.

Sigo de “assistant” en la “Sirene des tropiques”.

Trabajo diez horas al día

Descuido mi libro, por falta de tiempo.

Tengo pensados dos “scenarios” estupendos.

Pero no tengo tiempo de escribirlos.

En primavera haré un film en Grecia.

Para este invierno en España:

Proyecto con Ramón.

Proyecto con Sánchez Mejías (muy en secreto).

Josefina Baker en vez de culo tiene un émbolo.

Mi “metteur en scene” se parece mucho, oral y materialmente, a D. Ricardo de Orueta.

Dalí me escribe cartas asquerosas.

Es un asqueroso.

Y Federico dos asquerosos.

Uno por ser de Asquerosa y otro porque es un asqueroso.

He visto dos veces en el Domo a tu diplomático-ingeniero.

¡¡Qué feo es!!

Y lo malo es que él se lo cree.

Espero respuesta del simpático Mejías.

Si se arregla el asunto te lo diré.

Por el momento¡¡¡secreto!!!

     Problema

X2+2x-x=3b, 3b=x, x= yo y tú

Te enviaré fotos del film.

Escribe.

El polismo dramático ha quedado magistral.

Cuéntame tu vida en Sevilla.

Pero ¡¡vuelve a Madrid!!

Me acuerdo de las mañanitas de Madrid y del Prado.

     ABRAZOS

                  BUÑUEL

Me gustaría leerte trozos del libro.

Son de tu gusto.[i]

     [Una leve aclaración: Asquerosa era el nombre que con anterioridad había tenido Valderrubio. García Lorca había nacido en Fuente Vaqueros, pero había tenido una especial relación con Valderrubio en su infancia y juventud. Buñuel juega así con el topónimo.]

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     [Esta segunda carta ya se extracta para ir al asunto de la búsqueda de financiación/colaboración de Buñuel en la persona de Ignacio Sánchez Mejías]

     París, 5 de septiembre de 1927

     Queridísimo Pepín:

     … Dime las señas fijas de Sánchez Mejías. No sé si habrá recibido mi carta. ¡Pepín! Sé muy prudente con él porque podría fracasar mi asunto. Lo mejor es que no te des por enterado de que le he escrito. Si acepta mis proposiciones, el film podría ser de mucho éxito. Le dirigí mi carta al «Club Joselito», Sevilla.

     Y «ya etá» y ya con eto y con un adiós y un abrazo.

                                                            LUIS


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     [Extracto de la carta enviada por Luis Buñuel a Pepín Bello]

     París, 8 de noviembre de 1927

     Querido Pepín:

     He recibido tus dos cartas. Como ves te contesto en seguida que me pides en tu última una respuesta inmediata…

     … Sánchez Mejías se ha portado muy mal. No me ha contestado a mis cartas. No le digas nada. Ya no lo necesito.

     El yerno de Sota de Bilbao me ha escrito para que le haga una película y me ha enviado la obra de teatro que hay que adaptar. Con mi honradez le escribí diciéndole que tiene que arreglarla y transformarla bastante…[ii]


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Tierra sin pan, Las Hurdes


    De las cartas de Buñuel a Pepín Bello se desprende los diferentes puntos de vista y los egos entre los amigos y miembros de la Residencia de Estudiantes, que Bello conocía. Especialmente Buñuel, que se quejaba del éxito de la poesía popular de Alberti y García Lorca, de la inicial amistad de Lorca y Dalí, de sus reconciliaciones, de Juan Ramón Jiménez, de los que no eran surrealistas, etc. ...

    Ignacio Sánchez Mejías no debió tomar muy en serio los proyectos iniciales de Buñuel. Por las fechas de las cartas del cineasta, debía estar más ocupado, o preocupado, con los literatos que preparaban los actos fundacionales de la generación del 27 en diciembre en Sevilla, ejerciendo de mantenedor y cicerone en esos días en los que los jóvenes poetas viajaron en tren y navegaron por el Guadalquivir.

    Finalmente, entre los préstamos maternos/paternos y la asociación con Ricardo Urgoiti Somovilla, Luis Buñuel pudo mantener su vida de cineasta, mucho más lenta en afianzarse tras el éxito inicial de Un perro andaluz (1929) y la polémica de Tierra sin pan (Las Hurdes), 1933, que molestó al gobierno republicano.

     Según Román Gubern, Urgoiti creó en Madrid, a finales de 1929, el estudio de grabación sonora de películas Filmófono mediante dos discos gramofónicos sincrónicos con la cinta. En agosto del 1931 crea una empresa con el mismo nombre de importación y distribución de películas. Para potenciar sus títulos menos populares crea al Cine-Club Proa-Filmófono cuya dirección confía a Luis Buñuel. En 1935, adquiere una cadena de cines en Madrid, en el intento de extender su negocio en todas las fases de la creación y exhibición cinematográfica, siguiendo la sugerencia de Buñuel, que aportó una cantidad de dinero que le facilitó su madre para ser productor ejecutivo de la empresa[iii].

    Cada 29 de julio, 42 años en 2025, se recuerda que falleció Luis Buñuel, uno de los grandes genios del cine. Sus restos fueron incinerados y homenajeados en tierra mexicana con el dolor de Silvia Pinal (El ángel exterminador, 1962) o Roberto Cobo (Los olvidados, 1950), intérpretes de alguna de sus películas. En España, su pérdida fue sentida de forma especial por Fernando Rey, quien había trabajado en Viridiana, Tristana y El discreto encanto de la burguesía. A Salvador Dalí no le informaron de su muerte. Las autoridades políticas españolas mostraron su pesar: Javier Solana, ministro de Cultura, o Pilar Miró, directora general de Cinematografía. 

     Directores como Mario Camus o Manuel Gutiérrez Aragón se sumaron a las condolencias unánimes: Buñuel, como Picasso o Lorca, son seres que no pertenecen al cine, la pintura o la poesía. Pertenecen a la cultura. Es como si se hubiese muerto un pariente próximo.



ABC recuerda a Buñuel en 1983




[i] Se va a utilizar las cartas que envió Luis Buñuel a Pepín Bello que se recogen en el libro de David Castillo y Marc Sardá Conversaciones con José «Pepín» Bello. Anagrama, Barcelona, 2007. Archivo Museo Sánchez Mejías (3-11-2022, 20-3-2023 y 14-7-2023). Estas cartas ya aparecían Buñuel, Lorca, Dalí, el enigma sin fin, de Agustín Sánchez Vidal (Planeta, 1988) y Dalí residente, de Rafael Santos Torroella (Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 1992).

[ii] Esta carta la encontré en la citada Buñuel, Lorca, Dalí, el enigma sin fin.

[iii] GUBERN, R.: Proyector de Luna. La generación del 27 y el cine. Anagrama. Barcelona. 1999.


29-07-2025 21:48  Actualizado 30-07-2025 12:51

La querella de Sánchez Mejías en ABC

         

ABC, 2 de enero de 1925. ABC.

     "Ayer tarde tomó posesión la nueva Junta directiva de la Sociedad de Matadores de toros y novillos, haciéndose cargo de la presidencia Ignacio Sánchez Mejía.

     Se pronunciaron los discursos de rigor y se acordó obsequiar al presidente saliente, Salieri II, con una fiesta andaluza, que se celebró anoche mismo, y en la que reinó gran animación. 

     Como la Junta de ayer fué (sic) puramente formularia, mañana se volverá a reunir para tomar acuerdos.

     Reciba nuestra felicitación la nueva Junta, a la que deseamos toda clase de aciertos."

    (ABC, viernes 2 de enero de 1925. Edición de la mañana, página 10.)

     En una publicación posterior, Ignacio Sánchez Mejías, señala que antes de su presidencia los toreros estaban controlados por los empresarios. Aquí se despide a Salieri II con una fiesta. 

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ABC, 6-02-1925. ABC.


     "El Sr. La Cierva, Defensor de Sánchez Megía

     El diestro Ignacio Sánchez Megía, ante el reiterado veto de la Asociación de Empresarios, que trata de hacerle imposible el ejercicio de su profesión, ha decidido acudir a los Tribunales de Justicia, y ha encomendado el asunto al ilustre exministro, decano del Colegio de Abogados, don Juan de la Cierva, que ha empezado a actuar hoy."

     (ABC, 6 de febrero de 1925, página 11.)

     Juan de la Cierva y Peñafiel fue ministro en distintos gobiernos de Alfonso XIII y padre de Juan de la Cierva Codorníu, inventor del autogiro.

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ABC, 8-2-1925. ABC.


     "Sánchez Mejia y las Empresas de Toros

     En nombre del diestro Ignacio Sánchez Mejía, presentó ayer en el Juzgado de guardia el procurador Sr. Ulrich una querella contra la Asociación de Propietarios y Empresarios de plaza de toros, por la coacción que, a juicio del querellante, supone el hecho de ponerle veto, cumpliendo con ello un acuerdo tomado por los socios de dicha entidad en Junta celebrada recientemente.

     La querella fué admitida por el juez de guardia y pasará al Jugado correspondiente."

     (ABC, 8 de febrero de 1925, página 25.)


Escrito del Sr. Ulrich, procurador de Ignacio Sánchez Mejías
      

    "Suplico a la sala que teniendo por presentado este escrito se sirva tenerme por personado en tiempo y forma en la causa referida con la representación que ostento y ordenar se entiendan conmigo las diligencias que se practiquen. Es justicia.

     Madrid 30 de diciembre 1925

     Aquiles Ulrich"


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ABC, 23-02-1925. ABC.



     "En honor de Sánchez Mejía

     Sevilla 23, 9 mañana. El vino de honor con que el matador de toros Ignacio Sánchez Mejía fué (sic) obsequiado en la Vinícola, resultó un acto muy cordial y cariñoso, viéndose llena de concurrentes...

... Después hablo Sánchez Mejía para expresar su gratitud a los organizadores del acto, a los subalternos de la torería, que tanto le habían ayudado en su campaña contra los empresarios, y de un modo especial a los novilleros de Sevilla, que son sus votos le llevaron a la presidencia de la Asociación de toreros.

     Dijo que ésta era antes una Asociación mediatizada por la de Empresarios, y que hoy actuaba con independencia y libertad.

     Censuró a la mencionada Asociación de Empresarios, porque en vez de ocuparse de gestionar el abaratamiento de las plazas de toros y la reducción de los gravámenes que pesan sobre los espectadores, daba la batalla contra los toreros, para rebajar sus honorarios y para procurarse economías tan importantes como la que supone la abolición de los dobladores.

     Dijo que no hablaba de su pleito, porque de la solución de él se habían encargado ya los Tribunales de Justicia...

... Concluyó su discurso abogando porque sea pronto un hecho la Federación de las Asociaciones de matadores, banderilleros y picadores, y excitando a todos para que tengan como símbolo de la profesión el quite, y como emblema, las palabras de Corrochano, de que Judas no puede ser torero..."

     (ABC, 23-02-1925, página 27).

     La defensa gremial, la lucha por la defensa de los trabajadores de la tauromaquia aparece en las palabras finales de Sánchez Mejías. En otra ocasión defenderá la mejora de la atención sanitaria en las plazas de toros. Habla de la defensa de todo el escalafón profesional.

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ABC, 25 de marzo de 1925.  ABC


     "La querella de Sánchez Mejía

     Sevilla, 24, 9 noche. En cumplimiento de un exhorto del juzgado del distrito del Hospicio, de Madrid, el juez de San Vicente ha llamado a declarar al gerente de La Taurina Sevillana, Sr. Salgueiro, con motivo de la querella presentada por el diestro Sánchez Mejía contra la Directiva de la Asociación de Empresarios."

     Dos párrafos más abajo, en otro breve se cuenta que Ignacio Sánchez Mejías está en Lisboa, ciudad en las que declara que toreará en la capital lusa durante cuatro años si se lo permiten. Al mismo tiempo, Juan Belmonte hace declaraciones en Lisboa. Está retirado, pero volverá a los ruedos para formar pareja con Ignacio Sánchez Mejía.

     (ABC, 25 de marzo de 1925, página 22.)

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     "Séptimo. Después que un banderillero ha prendido un par, el diestro Sánchez Mejía salta al ruedo y pide y obtiene permiso para banderillear. Prende un gran par, con salida comprometidísima (Ovación), y con la salida más cerrada aún, clava otro, inmenso. (Ovación prolongada).

     Agüero le brinda la muerte del toro. Muletea de cerca, sosegado y valiente, y, acostándose en el morrillo, atiza una gran estocada...

     Agüero invita a Sánchez Mejía a bajar al ruedo, y ambos dan la vuelta al anillo entre una ovación imponente."

     (ABC, 22 de abril de 1925, página 28)



     "AUNQUE LE PESE A ALIATAR

     ... ¡Oh, recuerdo de aquellas tardes del Gallo, el más florido de todos los toreros!...

     ... Un capitalista se echa al ruedo y da el espectáculo de todos. Carrera, caída, persecuciones, nada. Cambian la suerte, y cuando salen los banderilleros, otro capitalista se echa a la plaza. Pero este capitalista tiene trazas de no serlo... Vestía traje color café, hilvanado por sastre caro, según pregona el corte; sombrero de anchas alas, blanco, con cinta negra, amarrado en la barba. Ni se precipita, ni lleva en la mano la maletilla sucia del espontáneo, ni los toreros corren a cogerlo, sino que parecen sobrecogidos cuando junto a ellos pasa, con firmeza en el andar, expresión de un decidido ánimo. El murmullo del público advierte la sorpresa de la muchedumbre. ¿Quién es?... camina resuelto hacia el palco del Rey. Es...la misma extrañeza que describe Moratín cuando un caballero cristiano pide permiso a Aliatar para lancear un toro... Zaida da respuesta, diciendo que puede entrar, porque en tan solemne fiesta nada se puede negar...

     Agüero le sale al paso, y le ofrece, respetuoso, las banderillas. Es Mejía, Sánchez Mejía, dice la gente, rompiendo en un aplauso cerrado, y, en efecto, es Sánchez Mejía, que pide permiso para banderillear un toro... Y Sánchez Mejía pone dos pares... soberbios, de los suyos exclusivos... La ovación es imponente y el torero espontáneo... volvió a su asiento, acaso jurando, como el Cid, de no quitar la celada hasta que gane Madrid... Agüero le brindó el toro...

     Agüero da la vuelta al ruedo, acompañado de Sánchez Mejía, a quien obliga a que abandone de nuevo su asiento... Hizo falta que, como un espontáneo cualquiera, se echara a la plaza Sánchez Mejía contra la voluntad de Aliatar; pero con gran contento de Zaida, la mora (la afición), ... .- Corrochano."

    Aliatar fue el suegro de Boabdil, el emir de Granada. Pertenecía a un antiguo linaje de Granada dedicado a la venta de especias, que tuvo poder y riqueza tras la caída de los abencerrajes.

     Corrochano, en este caso, hace referencia a otro, por un poema de Nicolás Fernández de Moratín, Fiesta de toros en Madrid, con los amoríos de Aliatar y Zaida:

Su bravo alcaide Aliatar,

de la hermosa Zaida amante,

las ordena celebrar,

por si la puede ablandar

el corazón de diamante.

     

     Aunque antes había trabajado en otros medios, la carrera periodística, literaria, de Gregorio Corrochano está ligada a ABC. Acompañaba y/o sustituía al cronista taurino Dulzuras. Cuando muere en 1914, Corrochano ocupa el puesto de cronista taurino a instancias de Luca de Tena. Con él nacerá la crónica taurina de conjunto, que sustituye a la crónica toro a toro. Y coincide su esplendor literario en las crónicas con la edad de oro del toreo, la de Joselito y Belmonte. Por la muerte de Joselito, marcha de corresponsal de guerra a Marruecos, de donde regresa en 1922, para volver a la crónica taurina hasta 1936, crónicas que se irán reduciendo a partir de 1932 por la dedicación taurina de su hijo, pasando al periodismo político. Su prosa es directa y escrutadora. Lo cuenta todo: el ambiente, los toros, los toreros, el público... Escribió una novela sobre su periodo norteafricano Mektub, 1926, y participó junto a Sánchez Mejías en la película La malcasada, también de 1926. En la película de Francisco Gómez Hidalgo, Gregorio Corrochano aparece en muchas escenas, algo más que una colaboración, y más allá de la que comparte con Ignacio Sánchez Mejías cuando visitan al torero, interpretado por José Nieto, en el hospital, en la escena del vaso de leche. 

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     Se ha utilizado como base las referencias de Peña Robledo para ABC, para 1925. Para otros datos se ha utilizado distintas búsquedas: Wikipedia, RAH, ABC números posteriores a 1925. 

     Por los documentos del juicio, Ignacio recurrió a los sobreseimientos, con la acción de su procurador. Fue archivado inicialmente con el n.º 1153, en 1926, un cuatro de marzo. Y sobreseído el 17 de marzo. El archivo definitivo se produjo el 20 de diciembre de 1926.

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     El marqués de Benavites tuvo una colección de objetos variados, entre ellos, taurinos. Entre los objetos de su colección, se encuentra una muleta usada y un estoque con su vaina que perteneció a Ignacio Sánchez Mejías. Según parece el espadero fue el valenciano Luna. Hoy es una pieza de museo que se exhibe en el Museo de Ávila. (Cer.es)


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8-7-2025 12:23 Actualizado 10-07-25 6:28

Para saber más:

PEÑA ROBLEDO, E. Mª: Ignacio Sánchez Mejías según el diario ABC. Tesis doctoral de la Universidad de Burgos, dirigida por Pedro Ojeda Escudero. 2015. Archivo Museo Sánchez Mejías (1/7/2025).

Sobre la claridad y calidad literaria de Santa Teresa de Jesús_1

       

Santa Teresa de Jesús. Wikimedia.

      Fray Luis de León contó a la priora Ana de Jesús que no vio ni conoció a santa Teresa de Jesús mientras estuvo en la tierra. Ahora que era santa y celestial, decía, la veía siempre en sus hijas, las monjas, y en sus libros, que son muestra de su gran virtud. Eran los frutos que había dejado cuando se fue. Preparaba una edición de los libros de Santa Teresa de Jesús a mediados de septiembre de 1587.

     Fray Luis argumentaba que la virtud y la santidad de la madre Teresa podría hacerle dudar cuando la hubiera visto. Pero no estando y viendo sus frutos en forma de obras, monjas y libros, no tenía la más mínima duda de su certeza. Porque eran un ayuntamiento de milagros acumulados.

     Milagro era la perfección de su orden de mujeres y hombres, milagro la perfección de su enseñanza. Que ante los peligros que sufría la Iglesia, con su provecta edad, no envejecían su gracia. Por lo que ella representa la santidad de las primeras iglesias, idea que se transmitía a las monjas de su congregación, testimonio vivo de la perfección conseguida, testimonio vivo de su labor sacrificada.

     Para el maestro de la universidad salmantina, esos milagros llegaron a sus libros. Con la ayuda del Espíritu Santo, la santa fue con sus libros un ejemplo rarísimo, por excepcional.

     Excepcional y rarísimo por la altura de los temas que trató, por la delicadeza y claridad con que lo hace, por la pureza y facilidad de estilo. En su elegancia. Es el Espíritu Santo quien guía su mano, quien ilumina el cálamo de sus ideas. Es la llama que luce en la oscuridad y enciende el fuego con las palabras que calientan los corazones.

      Sus lectores allanan el camino de la virtud. Sus seguidores quedarían prendados del amor a Dios por medio de los escritos de Teresa de Jesús. Sus lectores mediante los libros que han sobrevivido quedaban encendidos en el amor a la fundadora desaparecida.

     Puso a Dios ante la mirada del alma, para su fácil hallazgo, dulce y amistoso. Sobrepasaba, así, las dificultades que se presentaban.


     Y en la publicación de estos libros andaba Fray Luis después de la muerte de santa Teresa. El Consejo Real le dio el cometido de verlos. Los libros que salían fueron cotejados con los originales para que fuesen fieles a la mano de la santa madre. Que no hubiese el más mínimo marchamo de duda de los escribientes por descuido o error.

     El editor salmantino contaba a la priora que en los libros de Teresa de Jesús aparecían revelaciones, y se trataban temas interiores, de gran profundidad, que ocurrían en la oración, que estaban apartados de lo ordinario. Habría quien diría que es dudoso. Habría quien diría que no debería salir a la luz. Que podría aparecer el diablo con disfraz figurado. Pero también, sin duda y con fe, podría ser el Espíritu Santo hablando a los suyos quien apareciese de distintas maneras.

     Fray Luis dijo a Ana de Jesús que el ángel que se acercó a Tobías le manifestó que el secreto del Rey bueno es esconderlo. Ahora bien, las obras de Dios era necesario manifestarlas por su santidad.

     Hubo un tiempo en que se dudó de la santa abulense. Con su muerte y la certeza de sus grandes obras, su fe y la incorruptibilidad de su cuerpo dieron razón al maestro Fray Luis para dar a conocer sus obras.

    Los textos no dan la referencia simple de lo que Dios comunicó a la madre Teresa. Añaden además las medidas que ella tomó para examinar estas revelaciones. Su juicio. Su apetencia o su rechazo, según las normas de la iglesia.

     Santa Teresa dijo que, Y lo que no se puede sufrir, Señor, es, no poder saber cierto si os amo, y si son acceptos mis deseos delante de vos. Fray Luis veía que las almas, en estos ejercicios, sentían a Dios presente para los efectos que en ellas entonces hace, que son deleitarlas y alumbrarlas. Y les daba avisos y gustos.

     Teresa de Cépeda y Ahumada escribió también poesía mística. Superada en esta faceta por san Juan de la Cruz, en el terreno historiográfico y literario es más importante su obra en prosa. Sus obras místicas de carácter didáctico como Camino de perfección o el Libro de las fundaciones le sitúan en ese lugar principal de las memorias o autobiografía mística. Hay otro libro, el Libro de su vida, que es más interesante para estudiosos de su obra. Importante porque muestra otro estilo. Con una capacidad adicional: Tanto al expresar anécdotas de la vida cotidiana de su infancia como el momento en que se producían los accesos místicos, la naturalidad y la sencillez eran la norma utilizada. Haciendo comprensible para todos cuanto contaba. El ejemplo nos lleva primero a su juventud:

     Era aficionada á libros de caballerías, y no tan mal tomaba este pasatiempo, como yo le tomé para mí; porque no perdia su labor, sino desenvolvíemonos para leer en ellos; y por ventura lo hacia para no pensar en grandes trabajos que tenia, y ocupar sus hijos, que no anduviesen en otras cosas perdidos. Desto le pesaba tanto á mi padre, que se había de tener aviso á que no lo viese. Yo comencé á quedarme en costumbre de leerlos, y aquella pequeña falta, que en ella vi , me comenzó á enfriar los deseos, y comenzar á faltar en lo demás; y parecíame no era malo, con gastar muchas horas del día y de la noche en tan vano ejercicio, aunque ascondida de mi padre.” (Afición juvenil a los libros de caballerías, de moda hasta la llegada de Don Quijote).

    Elegimos ahora un texto sobre las sensaciones y sentimientos de santa Teresa en un éxtasis místico:

    "Quiso el Señor, que viese aquí algunas veces esta visión: vía un ángel cabe mí hácia el lado izquierdo en forma corporal; lo que no suelo ver sino por maravilla. Aunque muchas veces, se me representan ángeles, es sin verlos, sino como la visión pasada, que dije primero. En esta visión quiso el Señor le viese ansí: no era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido, que parecía de los ángeles muy subidos, que parece todosse abrasan. Deben ser los que llaman cherubines, que los nombres no me los dicen: mas bien veo que en el cielo hay tanta diferencia de unos ángeles á otros, y de otros á otros, que no lo sabría decir. Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al f in del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces, y que me llegaba á las entrañas: al sacarle me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios, Era tan grande el dolor, que me hacia dar aquellos quejidos, y tan ecesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor, que no hay desear que se quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. No es dolor corporal, sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo, y aun harto. Es un requiebro tan suave, que pasa entre el alma y Dios, que suplico yo á su bondad lo dé á gustar á quien pensare que miento.”  Cuenta santa Teresa que los días que ocurrían estos hechos andaba como embobada, sin desear ver o hablar, abrazada con su pena.

     No se va a entrar en el análisis de anécdotas y chascarrillos que han pasado a lo largo de los últimos siglos al acervo coloquial. Se hará la fotografía de dos o tres momentos en los que los intelectuales han tomado el recuerdo directo, o indirecto, de la santa de Ávila.

     Esta reseña concluirá con la cita qué hicieron Ignacio Sánchez Mejías y Federico García Lorca de la fundadora abulense.

       Ignacio Sánchez Mejías, cuando dio la conferencia “El pase de la muerte” en la Universidad de Columbia de Nueva York, cita a Santa Teresa por medio del marqués de San Juan de las Piedras Albas. Se le ocurrió hacer una huerta y pidió bueyes a un hacendado rico ante la pobreza de las monjas. El incrédulo terrateniente le puso la condición de dárselos si iba a recogerlos la santa. El engaño fue incluir toros bravos entre los bueyes. Fuese por inspiración divina o no, Teresa de Jesús reconoció al toro, lo unció y lo manejó como un cordero. La fundadora dio un pase de pecho al hacendado, en quien ve Sánchez Mejías la representación del demonio.

     García Lorca cita a Teresa de Cepeda y Ahumada en su “Teoría y juego del duende”. Recuerda que era flamenquísima y enduendada. Flamenca no por atar un toro furioso y darle tres pases, que los dio. No por presumir de guapa ante Fray Juan de la Miseria o por darle dos bofetadas al nuncio de Su Santidad, que lo hizo, sino por ser una de las pocas criaturas cuyo duende la traspasa con un dardo; le quiere matar por haberle quitado su último secreto: el puente sutil que une los cinco sentidos con ese centro en carne viva, en nube viva, en mar viva, del Amor libertado del Tiempo.

     Estos dos ejemplos tienen un profundo sentimiento literario junto a un arraigado componente espiritual. Para José Javier León, la Teresa de Lorca fue un amor total, en el que asoma lo carnal y lo vesánico. Como locura de amor. León da una pista adicional. Cuenta que María Luz Morales, la primera mujer directora de un periódico en España (La Vanguardia, 1936-37) informó que Lorca pensó escribir sobre Santa Teresa. Este deseo fue recogido por Gibson en su biografía sobre el granadino. Una obra de teatro sobre una Santa Teresa mística y humana. De todo esto esto no se ha encontrado nada, quedando como proyectos en la cabeza de Federico García Lorca. La noticia la recibió la periodista a finales de 1935 tras el estreno de Doña Rosita la soltera en Barcelona. 

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     Bibliografía consultada:

-              -Libro de la vida de Santa Teresa de Jesús, edición de Fray Luis de León. El texto de juventud está tomado del volumen I y el texto sobre el éxtasis místico del volumen II de la impresión de 1927 sobre la edición de Fray Luis de León de 1588.

-             -La construcción de la modernidad en la literatura española, de Ana Suárez Miramón. Editorial Universitaria Ramón Areces. Madrid. 2015. Páginas 190 y 214.

-               -La sangre derramada: Ecos de la tauromaquia de Sánchez Mejías en García Lorca. El pase de la muerte. Obra de José Javier León. Editada por Athenaica en Sevilla en 2020. En ella se ha repasado:  

            -Ignacio Sánchez Mejías: El pase de la muerte. Y...

            -Federico García Lorca: Teoría y juego del duende.

            (21-10-2023 en biblioteca Archivo Museo Sánchez Mejías).

            Teoría y juego del duende se ha repasado adicionalmente en Obras Completas de Federico García Lorca, versión Kindle.

          -De Federico a Silverio, con amor, de José Javier León. EUG. Granada. 2020. Páginas 105-124.

         - Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca, de Ian Gibson. Volumen II. Ediciones Folio. Barcelona. 2003. Página 536.


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20-04-25 21:55 Actualizado 21-04-25 16:49


 

Sánchez Mejías y Vargas Llosa

      

Javier Cercas, El País, 14 de abril, captura de pantalla de uso no comercial. 

     El paseante anda como loco. No encuentra a Pantaleón, ni a Lituma. Lo mismo están en el Colegio militar Leoncio Prado, que tampoco sabe dónde está ubicado.

     Una vez tranquilizado, buscó la página 13 del primer libro y fue seleccionando:

     "Estará igual, con su pequeño jardín, el viejo mango y el flamboyán de flores rojas recostado sobre la terraza donde solían almorzar al aire libre los fines de semana; su techo de dos aguas y el balconcito de su dormitorio, al que salía a esperar a sus primas Lucinda y Manolita, y, ese último año, 1961, a espiar a ese muchacho que pasaba en bicicleta, mirándola de reojo, sin atreverse a hablarle." (Mario Vargas Llosa, La fiesta del Chivo. Página 13.)


     "Desde la puerta de La Crónica Santiago mira la Avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú?" (Inicio de Conversación en la Catedral, Mario Vargas Llosa.)


     "Pequeño, amoratado, Ferrufino había aparecido al final del pasillo que desembocaba en el patio de recreo. Los pasitos breves y chuecos, como de pato, que lo acercaban, interrumpían abusivamente el silencio que había reinado de improviso, sorprendiéndome" (Mario Vargas Llosa, Los jefes. Página 13.)


     "Se vio en el espejo de la entrada: había compuesto su expresión, un ligero rubor coloreaba sus mejillas y la agitación subía y bajaba su pecho. En un movimiento maquinal, se cubrió el escote de la bata de entrecasa." (Mario Vargas Llosa, Los cuadernos de don Rigoberto. Página 13.)


     "Correr en las mañanas por el malecón de Barranco, cuando la humedad de la noche todavía impregna el aire y tiene a las veredas resbaladizas y brillosas, es una buena manera de comenzar el día." (Mario Vargas Llosa, Historia de Mayta, página 13.)


     "Cuando abrieron la puerta de la celda, con el chorro de luz y un golpe de viento entró también el ruido de la calle que los muros de piedra apagaban y Roger se despertó, asustado. Pestañeando, confuso todavía, luchando por serenarse, dicisó, recostada en el vano de la puerta, la silueta del sheriff." (Mario Vargas Llosa, El sueño del celta, inicio, página 13.)


     Hoy, Javier Cercas le ha escrito un obituario a Vargas Llosa que murió en el Perú un 13 de abril de 2025. Lo titula Vargas Llosa, un cruce entre Gustave Flaubert y Victor Hugo. El final tiene resonancias entre épicas y líricas, realmente míticas:

     "Al menos en el ámbito de nuestra lengua, tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace, un escritor tan grande como Vargas Llosa: tan grande y tan rico de aventura."

    Recuerda la sublimación del arte mediante el elogio por el amigo, recuerda la elegía más famosa del siglo XX español, Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, de Federico García Lorca. La amistad, la inmortalidad a través de su recuerdo, la identidad de lo que somos o queremos ser:

     "Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,

un andaluz tan claro, tan rico de aventura" 

     (Federico García Lorca, Alma ausente, en Llanto por Ignacio Sánchez Mejías.)

     Cuenta Manuel Grosso que fue a dar una conferencia en El Cairo sobre García Lorca y el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Sus amigos poetas lo habían mitificado de tal manera que los egipcios pensaron que el mecenas de la generación del 27 no había existido. Lo consideraban un mito literario. 

    Vargas Llosa lo es y lo será.


     

Presencia de Ignacio_y 3

Actualizado 20-01-2025 7:15      

El amigo mitificado. Instituto Cervantes.

     Con esta entrada cerramos el atrevido resumen de la presencia de Sánchez Mejías en la prosa de Gerardo Diego. Comenzábamos con la referencia que hizo de Ignacio en las palabras pronunciadas cuando recibió el Premio Cervantes, acompañada por los primeros momentos de la amistad de Diego y Cossío, cuando ya conocían a los Gallos y Sánchez Mejías; amigos que junto a Bergamín fueron los grandes aficionados de los toros de la generación del 27, probablemente. Y, como obvio, los actos fundacionales de la generación en Sevilla, donde fue mecenas y coronó a Dámaso Alonso.
     En nuestra segunda entrada, incidíamos en el carácter emotivo de las referencias, como el acto poético de 1968 en la plaza de Manzanares, joya en prosa escrita en ABC, con referencias clásicas al teatro romano de Mérida y su celebérrimo certamen. Parangón sin igual.
     Nos hemos dejado artículos ya referidos en otras entradas, como los de la proeza atlética tras de un taxi y la merma de facultades en los días previos a su última tarde o la repetida anécdota de su claridad intelectual que asombró a Jorge Guillén, como les asombró en otra ocasión la sabiduría taurina del filósofo Ortega y Gasset. Hay cierto desconocimiento en estas lides sobre el hijo de José Ortega Munilla. Nos dirigimos a momentos, instantes y recuerdos de una amistad, en distintos lugares y a través de los tiempos.
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     Eso no lo hace ya más que Rafael. Y con cincuenta años casi... le dijo Ignacio a Gerardo. Estaban entusiasmados. Eran dos amigos que estaban viendo ejercer su maestría a Rafael El Gallo. Gerardo discretamente recoge las impresiones años más tarde. Sabía que lo que hacía Rafael Gómez no podía repetirlo Ignacio... ese revoleo de flor...; reconocía su valor extremo, pero sentía entusiasmo al ver la precisión magistral del Divino Calvo. El Veragua mitológico se empeñaba en atacar al cuadrúpedo equino y El Gallo salió al quite, aliviando con majestad y con gracia calada... 

     Habían entrado tarde, más allá de las cinco de la tarde, pero la idea era de Ignacio. Siempre generoso. Le llegó a pagar junto a Gerardo de Alvear el viaje a las Américas cuando le era difícil sufragar ese gasto.

     Siempre resaltó la facilidad para el manejo del segundo tercio de Joselito y Rodolfo Gaona, de Antonio Bienvenida. Gerardo se planteó la posibilidad de la supresión del garapullo por las prisas con las que se realizaba, lo mal que se ejecutaba, el desdén de las figuras, el mal hacer de los segundos... Comenzaba a carecer de sentido. Para Diego se ponían más nones que pares. El santanderino recordaba a Magritas, quien 20 años después de la Guerra Civil, ya viejo, guardaba su estilo. (Siempre es preferible cumplir años a perder el estilo, puesto que estamos vivos). Su estilo..., aunque su estatus de plata no fuera llamativo, según Gerardo Diego. Magritas fue novillero en competencia con Sánchez Mejías en sus inicios. Y brillaron en este segundo tercio. Y años más tarde, con valor y voluntad, Ignacio consiguió un puesto de primera fila hasta llegar a las astas del 11 de agosto de 1934.







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     - Arriba, 12-2-1967

     - El Ruedo, 18-01-1966

     - DIEGO, G.: Obras Completas, tomo V. Alfaguara. Madrid. 1997. Reseñas de 24-11-2023 y 26-04-2024, en biblioteca Archivo Museo Sánchez Mejías.

Presencia de Ignacio_2

      Publicado 21-12-2024 12:45

Sánchez Mejías, Lorca, Alberti, Diego, Alonso, Salinas, Góngora, Aleixandre, Cernuda y Bergamín. ABC-Cultura-26-01-2018


     Los artículos taurinos de Gerardo Diego obedecían en su mayoría tanto al saber taurino como al propio conocimiento de los protagonistas. Conocimiento que llegó a convertirse en amistad con Ignacio Sánchez Mejías, según Díez de Revenga.

     Desde otro punto de vista, se cree que el diestro que más admiró fue Rafael Gómez El Gallo o el Divino Calvo, quien estuvo casado con Pastora Imperio, como reseñamos en la boda de Pastora y Rafael[1]. Sin embargo, la obra periodística taurina está muy marcada por el recuerdo emotivo de dos toreros distintos, fallecidos en distintos lugares y en distintos momentos históricos: Sánchez Mejías y Manuel Rodríguez Manolete. Además, se dio la casualidad de la asistencia de Gerardo Diego a las dos penúltimas faenas de estos toreros.

     Siguiendo a Díez de Revenga, pensamos que el mejor artículo de Diego sobre Sánchez Mejías, dramaturgo y torero, fue escrito el 9 de julio de 1968, en ABC, tras un homenaje en su recuerdo en la plaza de toros de Manzanares, donde se impregnó de la emoción ambiental unida al tono personal. Habían pasado casi treinta y cuatro años cuando el recuerdo se evocó.

     Díez de Revenga[2] nos señala otro artículo de Diego donde aparece un banderillero de Ignacio, Magritas, especialista en las banderillas, como Sánchez Mejías, tercio que cayó en decadencia en los años sesenta. Lo comentaremos en otra ocasión.

     El recuerdo poético de Manzanares en  1968 se produjo un dos de julio. En ese acto, Esperanza Abad, José Enrique Camacho y Eusebio Poncela leyeron “Verte y no verte” de Alberti, “Citación fatal” de Miguel Hernández, y “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” de Federico García Lorca. Tres días más tarde se publicó el artículo en ABC[3].

     Gerardo Diego sintió la tarde de aquel recital poético como algo inolvidable. Una tarde de verano tormentosa, que abrió su cielo para la serenidad del homenaje, para el recuerdo de la sangre derramada y para el propio concepto del pundonor. En la pequeña intimidad del acto como reflejo del coso en el que se celebraba. Temía que el tiempo no quisiera colaborar con la reunión: El cielo entoldado, agorero, goterones de lluvia, fragorosos truenos de tinieblas, rejones y banderillas de rayos amenazadores. Después de la tempestad, vino la calma y el recital.

     Diego no olvida los asistentes: pueblo de Manzanares, su alcalde, la peña taurina “Ignacio Sánchez Mejías”, la agrupación de teatro de cámara y ensayo dirigida por Miguel Arrieta[4]. Y su amigo, José María de Cossío. Cossío alabó el acto en el que se descubrió la lápida en recuerdo de Ignacio. Sobre un tablero en el ruedo, adosado a la barrera, Alfonso Carreño dirigió unas oportunas palabras. Se recitó a Alberti y Lorca. Y la poesía de Miguel Hernández, menos conocida en esos instantes. Diego cuenta que luego dirigió unas pocas palabras antes de leer su Presencia de Ignacio Sánchez Mejías. La emoción se desbordó. En realidad, se cuenta que sorprendió la vitalidad de Don Gerardo.

      A todo ello ayudó la acústica perfecta. A Diego ese sonido trágico, impresionante y perfecto le recordó el teatro de Mérida, cuando asistió a la representación de la Medea Séneca-Unamuno antes del 11 de agosto de 1934. Medea fue estrenada 18 de junio de 1933 en Mérida por la compañía de Enrique Borrás y Margarita Xirgu, con orquesta y coros dirigidos por Bartolomé Pérez Casas.

Margarita Xirgu y Enrique Borrás en Medea, 18-6-1933. Bocconi en ABC

      Diego citaba en el verano de 1968 que era necesario este homenaje. Que de los tres toreros modernos, que habían muerto en la cercanía, su recuerdo faltaba. En Talavera de la Reina, Joselito; en Linares, Manolete: Era él el más poeta y amigo de poetas, el dramaturgo, el iniciador del viaje poético a Sevilla y el promotor de la coreografía gitana y andaluza, fueran unos poetas desde el más allá y otros sobrevivientes quienes le honrasen[5].

     En la revista local Siembra n.º 4, julio-agosto 1968, aparece la fotografía de Gerardo Diego recitando “Presencia de Ignacio Sánchez Mejías”, sobre el homenaje dedicado al torero desaparecido en la plaza de toros de Manzanares.

     En Siembra n.º 103, julio de 1984, se publicó un extra por Sánchez Mejías donde se reproducen las cualidades de Sánchez Mejías según Los Toros de José María de Cossío. Junto a la entrada de la enciclopedia, colaboraciones locales de Tomás Sánchez-Gil, poema; o la de Jolopca que nos recuerda como se exhibió la cabeza del toro que corneó a Ignacio Sánchez Mejías en las barracas de feria, o que las fotos de la cogida que aparecieron en ABC son de Melchor Díaz Pines. Colaboraron otros autores locales, como Manuel Rodríguez Mazarro, Manuel Agustín Serrano Amo, y Teodoro Sánchez Migallón. En la página 38 de la revista aparecen fotografías de homenajes a Sánchez Mejías en Manzanares: la citada de 1968; la conferencia -homenaje de 1971; y la visita de María Teresa Sánchez Mejías con su primo Joselito en 1980 en el homenaje que se realizó en el coso de Manzanares, entre otros actos conmemorativos[6]

     Un poeta tan distinto como distante en el tiempo, Benjamín Prado, escribía en EL PAÍS que la obra de Gerardo Diego era un episodio ineludible de nuestra literatura. Desde sus inicios en la vanguardia hasta sus depurados versos de madurez. Y que sus artículos en ABC y Arriba son un retrato magnífico de la España de la posguerra y de las gentes que la habitaban. (EL PAÍS, 25 de enero de 2001).



[2] DIEZ DE REVENGA, F. J.: Edición e introducción de Obras Completas de Gerardo Diego, tomo IV. Alfaguara y Fundación Gerardo Diego. Madrid.1989. Páginas 77-81. (Archivo Museo Sánchez Mejías, 26-04-2024).

[3] DIEGO, G.: Gerardo Diego en ABC. Edición de Rafael Inglada. Fundación Gerardo Diego. Centro de documentación de la poesía española del S. XX. Bodega y Azotea, 3. Santander. 2011. Página 413-414. (Archivo Museo Sánchez Mejías, 18-7-2023).

[4] https://www2.march.es/arte/madrid/exposiciones/arte-sonoro/cronologia-datos.aspx

http://www.carloscruzdecastro.com/0000009b300810c07/0000009b30081310b/index.html Esperanza Abad y Miguel Arrieta presentaron el grupo CANON en 1970, en él actuaba José Enrique Camacho. Teatro musical.

[5] ABC, 9 de julio de 1968. Gerardo Diego comparte la Tercera con el premio Nobel guatemalteco Miguel Ángel Asturias que escribe sobre la personalidad quijotesca o mesiánica de Fray Bartolomé de las Casas. La referencia a la coreografía gitana y andaluza parece recordar "Las calles de Cádiz".

[6] SIEMBRA n.º 4, julio-agosto 1968; y n.º 103, julio-agosto 1984.

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