Cultura y sociedad

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Manzanares: De las vías pecuarias a Copernicus



Vías pecuarias Castilla-La Mancha_8-12-2024. JCCM

      Las vías pecuarias son las rutas o itinerarios por donde discurre o ha venido discurriendo tradicionalmente el tránsito ganadero. De igual modo, tienen, a todos los efectos la misma condición, los descansaderos, abrevaderos, majadas y cualquier otro tipo de terreno o instalación anexa a aquellas que sirva al ganadero trashumante y a los pastores que lo conducen. Todas las que discurren por Castilla-La Mancha son bienes de dominio público. Lo que aquí se refleja es cómo son en la actualidad las antiguas vías pecuarias.



Manzanares_Copernicus_Sentinel2_4-03-2023_color falso_500 mts. Uso personal autor


  Copernicus es el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, que mira a nuestro planeta y su medio ambiente para el máximo beneficio de toda la ciudadanía europea. Ofrece servicios de información basados en datos de observación de la Tierra por satélite y en datos in situ (no espaciales).

    La Comisión Europea coordina y gestiona el programa, en cuya ejecución colaboran los Estados miembros, la Agencia Espacial Europea (ESA), la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (Eumetsat), el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo, las agencias de la UE y la empresa Mercator Océan. 

     En este caso hemos utilizado un color falso, no tierras, ocres y dorados, para colorear, de forma cobriza, el término municipal de Manzanares, a una altura de 500 metros.


Manzanares_Americano-1956-1957_IGN

     Mediante un convenio entre el gobierno de Franco y los Estados Unidos, a escala 1:33.000 y una altura de 5.000 metros, se llevó a cabo un proyecto cartográfico. Con las limitaciones de la época, como los  escasos aeropuertos dotados satisfactoriamente, se hizo una primera labor cartográfica unos años antes de la extensión de la mecanización agraria. Como se puede observar, el término municipal urbano era más pequeño y, donde hoy hay zona industrial y urbana, antes era zona rural. Las fotografías en blanco y negro de la época dan realismo a la instantánea.

     Aunque ya nos habíamos referido antes a los mapas de la cartoteca de IGN, hoy reseñamos distintas fuentes que nos ayudan a comprender la evolución de nuestra geografía más cercana y la utilización de otras formas, producto de las nuevas tecnologías, para informar y conformar nuestro conocimiento sobre el territorio.



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     Fuentes utilizadas: Asaja CYL, IGN, Copernicus y JCCM.

     Entrada escrita de forma colateral a partir de los estudios sobre el olivar histórico de Écija y sus molinos de aceite por Jorge Moya Muñoz.



        

La pérdida de la inocencia. La colección Piña de 1988

 

Diseño exhibido en Museo Manuel Piña-Manzanares. 1988

     Contaba Lola, la hija de Isi, que la mejor colección, la más especial, de Manuel fue la de verano de 1988… 

     Sí, le gustaban todas, pero la de primavera-verano de 1988… ¡Ay! Aquel traje verde con lunares blancos, con falda de vuelo… (suspiraba), … Aquella otra falda negra con estampado en rojo y chaqueta corta reversible… Recordaba que se propuso la incorporación de la pata de gallo, recordaba que se hizo homenaje a los tejidos madrileños... 

     Quien le entrevistaba mostraba cierta perplejidad ante Lola Piña. No era una colección, pensaba, que hubiera pasado a la posteridad por los seguidores del diseñador de Manzanares. Asumía, eso sí, el carácter camaleónico o cambiante del creador, que no iba siempre de negro, que se vestía de lunares o estampado, sin barreras y con distintos matices.[1]    

Diseño exhibido en Museo Manuel Piña-Manzanares. 1988

     1988 fue el año en que perdimos la inocencia, según Elisa Bracci… Todo cambió a partir de “Mujeres al borde de un ataque de nervios”… Algo nos dispersa, nos profesionaliza… comenzamos a perder amigos por el sida… nos hicimos mayores, maduramos… aunque siempre escondamos al niño que llevamos dentro.

     En la Pasarela Cibeles no tuvo conciencia de ser una de las pocas diseñadoras que desfilaba. Estaba encantada de ser amiga de Manuel Piña, de Antonio Alvarado, de Jesús del Pozo… Queríamos que nos conocieran y sabíamos que la prensa extranjera estaba pendiente de nosotros… Cuenta Elisa que ese año fue criticada por presentar una colección inspirada en los sesenta. El tiempo le dio la razón.

     Elisa contaba que Piña era todo pasión, que amaba lo que hacía y nunca olvidó sus raíces manchegas, como Almodóvar. Fue uno de los protagonistas de la movida. Para él desfilaron Bibi Andersen y Paola Dominguín. 

     Para aquel verano de 1988 propuso una colección con guiños al traje de torero, a las texturas clásicas, a los materiales naturales, a los rayones, a las sedas japonesas en tonos opacos y matizados. Se recuerda la colaboración que hizo con Costus, Juan Carrerro y Enrique Naya. Les pidió que decorasen un mantón de flecos y una cola con cuatro capas o volantes que se abrían en abanico[2]…. En esa época abrió la tienda de la madrileña calle Valenzuela, cercana al Parque del Retiro, donde en septiembre de 1992 hizo un homenaje a Camarón de la Isla. La cola de volantes con ángeles que recuerdan a Murillo y flores en un bello jardín se expone en el Museo Manuel Piña de Manzanares.

     Según Beatriz Cortázar, Almodóvar se encontró, en uno de los homenajes a Camarón, a Manuel Piña. Almodóvar se emocionó cuando el Ayuntamiento de Madrid le entregó a título póstumo la medalla al mérito artístico a su viuda, Dolores Montoya, “La Chispa”, mientras sonaban los acordes de guitarra de Tomatito[3].

     Manuel Piña reunió días después en su tienda a gran cantidad de amigos y admiradores del cantante de San Fernando. Al homenaje de Camarón asistió, según Beatriz Cortázar, Lola Flores y su hija Rosario. La colección que servía de hilo conductor al homenaje llevaba el nombre de “Raza”. Bibi Andersen llevó el traje de Costus. Elena Barquilla entregó un ramo de rosas rojas al diseñador, quien tras unos instantes lanzó hacia los retratos del cantaor desaparecido. El acto estuvo amenizado en directo por El Paquete y el Negri[4].

     Enrique Heredia Negri y Juan José Suárez Paquete conformaron el grupo de nuevo flamenco La Barbería del Sur. Su mayor éxito fue “Alegría de vivir”, canción compuesta por Ray Heredia, cuñado de Negri, fallecido a los veintisiete fatídicos años de muchos artistas. La canción tiene un inicio bellísimo que nos lleva al final de estas palabras:

Y el infierno de tu gloria

ha pasao por mí

ahora siento y pienso adentro

alegría de vivir.

Alegría de vivir

cuando estás cerca de mí

ahora siento y pienso adentro

lo que habrá dentro de mí


En los lienzos de Botí siempre canta un pájaro

    

Nocturno del Cristo de los faroles. Rafael Botí- lámina, detalle

 

     —¿Puedo entrar? ¿Cuánto cuesta?

     —Sí. Nada, es gratuita.

     El visitante entra en la exposición. Es una pequeña sala llena de pinturas excelentes. Caminaba por la Judería viniendo de los baños de época califal. Antes paró en las Caballerizas Reales durante los entrenamientos de los caballos, y, antes de antes, en el Alcázar de los Reyes Cristianos, que no había visitado en mucho tiempo. Los jardines y los patios recuerdan un tiempo pasado que no regresará.

     Piensa visitar la exposición de Julio Romero de Torres y volver a ver a Encarnación López, La Argentinita, tal y como fue pintada a los diecisiete. Sabe que todos están prendados de La chiquita piconera y del desnudo de Naranjas y Limones. Bellas, sí, pero él ve en la ingenuidad del rostro de La Argentinita la candidez de la primera juventud. Aquello que primero desaparece.

     Antes de llegar a la calle del Potro parará para recuperar fuerzas, y tomará un trozo de tortilla de tapa. 

    Pero, volviendo a Botí y su exposición: Está en el Centro de Arte Moderno Rafael Botí de Córdoba. Y Ubicado en la antigua judería, con un sabor nuevo que interpreta lo que fue siempre. 

     El vigilante de seguridad encargado del centro observa como el nuevo visitante mira, absorto, la exposición. Se detiene más tiempo que la rápida visita del turista accidental que pasa por el centro, que llega despistado, confundiendo la instalación con un patio cordobés o un centro social. Le ve a través de las cámaras. Piensa para sus adentros que pudiera ser un manifestante con un bote de pintura o de pegamento, que abogase por la defensa del cambio climático, que se exaltara ante el cuadro de Fuenterrabía o pintase en las vitrinas cualquier lema que al final le iba a estropear el rabo de toro que había preparado.

     El visitante busca entre los documentos expuestos alguna relación con el cuadro Patio Manchego. Hace dos años que la obra está en Manzanares. La familia había declarado el buen trato que recibió cuando lo donó, manifestando que “en ningún sitio mejor que Manzanares puede estar ese cuadro, que es testimonio de tantas cosas en la sencillez de ese humilde patio manchego en cuyo empedrado picotean las gallinas”. Ahora, en el patio de la zona residencial de la Casa Malpica de Manzanares.

Patio Manchego en Casa Malpica

     Rafael Botí fue profesor de Dibujo y Bibliotecario en el Instituto de Enseñanza Media en los procelosos días de la Guerra Civil Española. Su casa madrileña desapareció tras un bombardeo de la aviación nacional. Consiguieron salir antes por un aviso previo. La intención era acabar con el Hotel Savoy donde militares republicanos se hospedaban. El desacierto de la aviación nacional afectó a las casas colindantes y dejó indemne el hotel. Unos instantes después la casa de Rafael Botí ardía y pudo, entre las llamas, rescatar algunos cuadros. Siete se salvaron. 

     Tras un peregrinaje vital, pasaron de la colonia del Hogar Ferroviario, donde sus padres tenían casa por ser trabajadores de la empresa, a la casa de unos familiares de su madre en Manzanares. Allí consiguieron vivienda y trabajo. Durante la guerra solamente pintó el cuadro del patio manchego. En la casa madrileña se perdieron cerca de ciento cincuenta obras según contó el hijo del pintor. Han recuperado algunos cuadros en subastas y por medio de hijos de antiguos coleccionistas.

     Al visitante se le acerca el vigilante de seguridad. Le comenta que le ve muy interesado por la exposición. Con cierta extrañeza. Dudando.


     Empieza a hablar. Tranquiliza a su interlocutor cuando le dice que conoce algo la historia de Botí. En su pueblo hay un pequeño cuadro donado por el pintor. Pasó la guerra civil allí y es el único cuadro que pintó. Sabe que era discípulo de Romero de Torres y que aprendió mucho de Vázquez Díaz. También su amor por Córdoba. Y mira los documentos de la exposición para adivinar el trascurso vital de un hombre del que dijo José Caballero que “en los lienzos de Botí siempre canta un pájaro.”

     El vigilante le mira. Se marcha. Ha dudado. Y vuelve cinco minutos después y le dice al visitante: Cuando usted se marche, sin prisas, cuando quiera, le tengo preparada una lámina que reproduce la pintura Nocturno del Cristo de los faroles de Córdoba, de gran devoción aquí. Por detrás cuenta el origen de la lámina que se imprimió con motivo de la presentación del libro La Córdoba de Rafael Botí, donde explica el amor del pintor por su tierra, manifestado en sus obras, pero no olvida que el legado sería mayor si el fuego de las bombas no hubiera acabado con ellas. 

     El vigilante, adicionalmente, le informa al saber que el visitante es de Manzanares, que se menciona en el reverso, y quiere tener un detalle. 

     A la salida, recoge la espléndida lámina y estrecha la mano del vigilante como señal de respeto y agradecimiento. Sigue caminando entre naranjos y turistas. Los pájaros cantan mientras las distintas lenguas de los turistas ensordecen la armonía de la mañana.

Judería de Córdoba


    

El Molino Grande y la viticultura en Manzanares y La Mancha en las relaciones topográficas de Felipe II (y 2)

    

Castilla La Nueva hacia 1785. Wikipedia

En la anterior entrada se decía que, según Francisco Javier Campos y Fernández de Sevilla, la idea de estas relaciones se incardina dentro de la política cultural de Felipe II. Es un monarca que se embarca en la construcción del monasterio de El Escorial, los inicios del Archivo de Simancas, la Biblia Regia de Arias Montano/Plantino, la Academia de Ciencias en la que participa Juan de Herrera, el comienzo del Jardín Botánico; empresas en las que se incluiría los proyectos inacabados de las relaciones topográficas, geográficas e históricas. Como se ha mencionado antes, la pretensión de la recogida de datos fue la elaboración de una historia. Los datos recogidos por las Relaciones eran herramientas. Felipe II había señalado por medio de una Real Cédula de 27-10-1575 que hasta este momento no se había hecho una descripción particular de los pueblos de estos reinos, por lo que se ordenaba que se hiciese dicha descripción y una historia de las particularidades y cosas notables de los pueblos.

     El rey era consciente de la dificultad del empeño. Con todos los frentes que la Monarquía Hispánica soportaba, dedicar unos funcionarios a preguntar pueblo por pueblo el cuestionario se mostraba como una labor quimérica y larga en el tiempo. La Real Cédula ordenaba que la labor fuera llevada a cabo por prelados, corregidores y justicias para que cumplimentaran el cuestionario porque pensaba el rey que sería más rápido. Les exhortaba también a que fueran las preguntas cumplidas (completas), ciertas y con la mayor verdad posible. Los cuestionarios, una vez cumplidamente rellenados, debían enviarse al secretario real Juan Vázquez de Salazar.[1]

     Los datos de las Relaciones Topográficas de Felipe II recogen los cuestionarios del reino de Toledo, aproximadamente lo que sería Castilla La Nueva más tarde, parte de Murcia, parte de Jaén, y parte de Extremadura. Había también dos pueblos de Salamanca y otros dos de Alicante.

     Por provincias, aunque no existían administrativamente todavía: Toledo envió 229 cuestionarios, Guadalajara 175, Madrid 108, Ciudad Real 75, Cuenca 49, Cáceres 35, Albacete 20, Jaén 19, Badajoz 4, Murcia 3, y los correspondientes de Alicante y Salamanca citados.

     Manzanares envió el cuestionario con fecha 17 de marzo de 1579. Membrilla el 5 de diciembre de 1575. Talavera de la Reina el 1 de abril de 1576. Guadalajara el 16 de septiembre de 1579. Únicamente, por citar unos ejemplos. Del total, dos pueblos mandaron tres relaciones; 82 pueblos, dos; y 551 pueblos, una[2].

     Las Relaciones Topográficas fueron un empeño único en Europa. Producto de un ideal nuevo humanista, renacentista. En el caso de la actual Castilla- La Mancha, es una fuente valiosísima para conocer los datos históricos y estadísticos del paisaje manchego en el siglo XVI. Obra que no sería superada hasta dos siglos después.

Castillo de Pilas Bonas, Manzanares. Booking

     Es un caso curioso reseñar que, aunque La Mancha era de siempre una tierra de cereales como atestigua la existencia de los molinos harineros como el Molino Grande de Manzanares, ya había una extensión de viñedo considerable. Según Rogelio Jorge Martín, en las Relaciones, las poblaciones que reconocen actividad vitivinícola representan un 76,64% del total. Ya gozan fama los vinos de Valdepeñas, así como los de Villanueva de los Infantes y La Solana. En cuanto a la Encomienda de Manzanares, en la respuesta XXV, se dice que, junto al castillo de la encomienda, a la parte de oriente hay una casa de tercia buena que ha hecho… el Marqués de Priego... vasijas para beneficiar y encerrar diez mil arrobas de vino y para ello hay cuevas bastantes y pozos y aderezos necesarios.[3]

     Finalmente, se podría reseñar que, con los datos suministrados en las Relaciones Topográficas de 1575, se ayudaría a llevar a cabo el levantamiento cartográfico de los pueblos de Castilla La Nueva para organización militar o económica de las encomiendas de las propias órdenes militares o del ejército.[4]   

Viñedos en Castilla-La Mancha. Agro CLM



[1] CAMPOS Y FERNÁNDEZ DE SEVILLA, F. J.: Las relaciones topográficas de Felipe II: perspectivas de unas fuentes históricas monumentales sobre Castilla la Nueva en el siglo XVI. En La ciencia en el monasterio de El Escorial: actas del Simposio, 1-4 de septiembre de 1993. Páginas 381-430.

[2] CAMPOS Y FERNÁNDEZ DE SEVILLA, F. J.: Las relaciones topográficas de Felipe II: Índices, fuentes y bibliografía. Separata del Anuario Jurídico y Económico Escurialense. San Lorenzo de El Escorial. XXXVI. 2003. Páginas 442-574.

[3] JORGE-MARTÍN, R.: Historia económica del vino en Castilla-La Mancha: producción y comercio en tiempos de Felipe II a través de “Las Relaciones Topográficas”. Anuario Jurídico y Económico Escurialense, LIV. 2021. Páginas 311-340.

[4] NAVARRO LUNA, J.: Las Relaciones Topográficas de Felipe II, en relación con la estrategia militar. En La Organización Militar en los siglos XV y XVI. Actas de las segundas jornadas nacionales de Historia Militar. Málaga. 1993. Páginas 391-395.

 

Bodas de sangre

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