Cultura y sociedad

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In itinere

 

La Argentinita visita ABC_1-01-1919. ABC_sin firma.
   


     Verano de 1928. Hacia
 las dos o las tres de la mañana, Martínez Nadal regresaba a casa de la tertulia de la Granja El Henar. Una tertulia en la que se reunía con un grupo de deportistas. De pronto vio por la calle de Alcalá hacia la plaza de la Independencia a Ignacio y La Argentinita, caminando cogidos del brazo. En cierta manera, llevada, en un gesto que ella gozaba. Sánchez Mejías le dijo a Encarnación que podían acompañar a Rafael un rato y de camino oler las acacias mimosas en verano. Luego cogerían un taxi. Martínez Nadal recordaba que en la plaza se cruzaron con Federico y Emilio Aladrén. García Lorca saludó con alegría a su amiga. Una conversación agradable, llena de cuentos y chistes, inundaba la ensoñación veraniega de la noche.
Tierra de cante y baile_La Puntilla. Autor

     De pronto, alegre, puede que bebido, Federico les preguntó sí habían visto el nuevo circo. Un silencio más atronador que el rugido de un león hizo que el granadino le dijera a Emilio, gritando, que se quitara la gabardina y rodara por el suelo.

     Una tormenta estival había dejado el suelo impregnado con la tierra mojada convertida en un leve barrizal. Aladrén[1] se arrojó a la húmeda calzada y rugió como los leones de piedra que se encuentran en las villas romanas sevillanas. Dio unas cuantas volteretas hasta que Federico le mandó levantarse. Le ayudó a ponerse la gabardina, saludaron de manera circense como si una multitud presenciara su número, se abrazaron y rieron, mientras una botella de ginebra asomaba de uno de los bolsillos de Emilio Aladrén[2]. La alegría por vivir.

     Un año después, en Nueva York, cuatro días antes de la conferencia de Ignacio, La Argentinita debutó en el Majestic Theatre como participante de la International Revue. El tres de marzo de 1930, Federico de Onís[3], uno de los primeros promotores de las relaciones entre españoles y estadounidenses, bautizó a su hijo y eligió a Federico y Encarnación como padrinos del nacido. Nacía de este modo el coloquial trato que mantuvieron en vida: comadre y compadre, como miembros de su propia familia[4]. La vida. 

   Nana de Sevilla_La_Argentinita_García_Lorca 

     Febrero de 1933. Una mujer francesa de 34 años conoce a Ignacio gracias a Lorca, quien le presenta como el andaluz por excelencia. El escenario era propicio. En casa de Jorge Guillén se leía una obra de teatro de próximo estreno: Bodas de Sangre. Surge el pellizco. ¿Lo sabrá en algún momento Encarnación? Según Lorca, La Argentinita los mataría de saber este amor ¿Es verdad? Pilar López siempre dijo que su hermana no era de crimen pasional. Ignacio llega a presentarse en París ante la perplejidad del marido de Marcelle Auclair, Jean Prevost: “hay sangre en ese hombre”. La fatalidad de un muerto entre los amigos de su hijo le hace volver[5]. La sangre, al fin. Todos coinciden en el poder de seducción y gusto por las mujeres de Sánchez Mejías. In itinere.

Toruño y alhelí_Valdelagrana. Autor
Osborne cerca del Molino Grande_Manzanares. Autor


[2] DÍEZ HUERTAS, C: Encarnación López, La Argentinita: Entre el folklore y la vanguardia. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4384189

[5] FARIZA, P.: la vida encontrada de Encarnación López “La Argentinita”. Bala perdida. Madrid. 2020. Reseña 21-10-2023 Archivo Museo Sánchez Mejías.





Catalina Bárcena y el Teatro de Arte del Eslava

     


     Catalina Julia María de la Paz de la Cotera y París de Bárcena fue una gran dama de la escena teatral española a comienzos del siglo veinte, en especial entre las décadas de 1920-1940. Estuvo al nivel de Margarita Xirgu, de María Guerrero y Lola Membrives. Nace en Cienfuegos, Cuba, en 1888, pero pronto vuelve a España, origen de sus padres asturianos, y al poco de trasladarse a Madrid comienza a trabajar en la compañía de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza y Aguado, con quien tuvo un hijo.

     Creó su propia compañía en la década de 1910 y pronto conoció a su mentor, director y amante, Gregorio Martínez Sierra, que formaba un tándem literario y teatral con María de la O Lejárraga. Este trío fue excepcional desde el punto de vista creativo. Renovaron la escena teatral española de los veinte y treinta con el Teatro de Arte del Eslava con las obras del matrimonio María Lejárraga y Gregorio Martínez Sierra. Se cree que el reparto de tareas era que María escribía, la dirección escénica y teatral era labor de Gregorio y la actuación de Catalina. 


     A las obras de los Martínez Sierra Lejárraga, se añadió la introducción de autores extranjeros como Ibsen y Bernard Shaw, y músicos como Turina y Falla. No hay que olvidar que el libreto de El amor brujo, 1915, fue escrito por María Lejárraga y consagró a Pastora Imperio. Martínez Sierra y Catalina Bárcena dieron la oportunidad de estrenar una obra de teatro a Federico García Lorca. Con poco éxito, cuatro representaciones y el enojo de Lorca. El estreno de El maleficio de la mariposa dio comienzo a la amistad entre el autor y La Argentinita, quien actuaba de mariposa:

"El hilo va a la estrella

donde está mi tesoro

mis alas son de plata

mi corazón es de oro;

el hilo está soñando

con su vibrar sonoro..."

    

El maleficio de la mariposa. Fuente: Biblioteca Nacional de España
Lorca sería el nexo de unión entre La Argentinita e Ignacio Sánchez Mejías, el torero e intelectual sevillano, del que se guarda su legado en el Archivo Museo de Manzanares. Unión duradera hasta la muerte del polifacético sevillano, que encontraría su máxima expresión en el espectáculo Las calles de Cádiz, donde intervienen Lorca, Falla, La Argentinita y Jiménez Chavarri, heterónimo de Sánchez Mejías. El espectáculo contaba con varios cuadros: El amor brujo, Las calles de Cádiz y Nochebuena en Jerez. A Las calles de Cádiz, La Argentinita llevó a Juana la Macarrona, Fernanda Antúnez, La Jeroma, y, tras un biombo o cortina, Rafael Ramos, El Gloria. En Nochebuena en Jerez el imaginario nos lleva a las actuales Zambombas jerezanas, jerezanas como la mayoría de las artistas que reclutó Encarnación López y su jovencísima y talentísima hermana, Pilar López.

    Habíamos olvidado a Catalina Bárcena. Lorca no tuvo éxito, aunque ganó la amistad de Catalina, y la actriz fue alabada por el granadino:

“Tu voz es sombra de sueño. 

Tus palabras 

 son, en el aire dormido,

 pétalos de rosas blancas.

Tienen tus ojos la niebla

de las mañanas antiguas.

¡Dulces ojos soñolientos,

preñados de lejanías!”. 

     La guerra civil separó artistas y literatos. Diásporas, muertes, tragedias. Catalina regresó a la piel de toro en 1947. Ya nada fue igual.

     Hace años, tras su muerte, hubo una subasta, tras diferencias entre sus herederos, de la colección de vestidos que poseía de la casa Lanvin. Recuerda el reparto del tejido inconsútil del Nazareno en el Gólgota.

     Para saber o conocer más:

     -Sobre Ignacio Sánchez Mejías: Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías

      C/Monjas 12, 13200 Manzanares. 

     926614056


     -https://www.universolorca.com/, sobre Federico García Lorca y artistas y literatos coetáneos.

     -https://www.danza.es/multimedia/biografias/la-argentinita-encarnacion-lopez-julvez, sobre La Argentinita

     -https://www.madridiario.es/150-anos-teatro-eslava-i, sobre el Teatro Eslava.

     -https://dbe.rah.es/biografias/17384/maria-de-la-o-lejarraga-garcia, sobre María Lejárraga.






    

 

















     

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