"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos;... por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. (Miguel de Cervantes).

Un nuevo corazón, un hombre nuevo

 


 

     “Tú, que me has oído lo que he cantado y lo que me dictó el apetito, la pasión o la naturaleza, oye ahora, con oído más atento, lo que me hace decir el Sentimiento y arrepentimiento de todo lo demás que he hecho, que esto lloro porque así me lo dicta el conocimiento y la conciencia, y esotras cosas canté porque me lo persuadió así la edad.”

      La vida está llena de tránsitos y cambios. En medio del valle de noviembre, no dirigimos a la punta de las fiestas de fin de año. Y de los cambios en la vida nos habla Quevedo en su Heráclito cuando espiritualmente mudó en su pensamiento mirando a la divinidad.

      Cuenta James O. Crosby1, uno de los muchos estudiosos de Francisco de Quevedo, que entre el verano y el otoño de 1613 marchó a Sicilia invitado por Pedro Téllez Girón, el gran duque de Osuna, que ejercía de virrey en la isla y con quien tenía amistad.

      En los primeros meses de 1613, cuando cumpliría 33, tuvo una especie de crisis espiritual, tal vez moral, que quedó reflejada en una serie de composiciones poéticas recogidas en el Heráclito cristiano, y segunda arpa a imitación de la de David. No se publicó en vida aunque fue dedicada a su tía materna, Doña Margarita de Espinosa.

      Heráclito era conocido en la Antigüedad como el oscuro y defendía el dinamismo como principio esencial que rige todas las cosas, como él no podemos bañarnos dos veces en el mismo río. Ese devenir continuo que hace que las cosas pasen de un contrario a otro. Fluencia y devenir revelan la armonía de los contrarios. Y esa armonía es el principio de todo, incluido lo divino2. También era considerado huraño, llorón o desdeñoso ante las aberraciones de los hombres. Rubens pinta a Heráclito como el filósofo que llora hacia 1636-16383.

      Esas lágrimas, que pueden indicar arrepentimiento, son las que hacen a Quevedo calificarse de heráclito cristiano por el cambio personal y lo refleja en una serie de salmos que recuerdan también al bíblico rey David. Rey, que tras conseguir dar muerte a Urías para poseer a Betsabé, luego, se arrepintió de sus pecados. Compuso, o se le atribuyen, unos Salmos que están incluidos en el Antiguo Testamento. Además, el rey David era tenido por un virtuoso del arpa4.

      Sin duda el más famoso de los salmos es (parte):

Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de larga edad y de vejez cansados,
dando obediencia al tiempo en muerte fría.

Salíme al campo y vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
(y acaba)…
Hallé mi espada de la misma suerte;

mi vestidura de servir gastada;
y no hallé cosa en que poner los ojos
donde no viese imagen de mi muerte.”

(versión de 1613)

      El Madrid de los Austrias, su ciudad, recordaba en su expansión física con el derribo de sus muros a la caída de otras grandes ciudades de la Historia o la Literatura como Jericó, Cartago, Troya o Jerusalén. Y lo traslada al paso de los años con su avance hacia la muerte.


      Yo prefiero el primer salmo:

Un nuevo corazón, un hombre nuevo

ha menester, Señor, el Alma mía:

desnúdame de mí, que ser podría

que a tu piedad pagase lo que debo.

Dudosos pies por ciega noche llevo,

que ya ha llegado a aborrecer el día,

y que temo que he de hallar la muerte fría

envuelta en (bien que dulce) mortal cebo.

Tu imagen soy, tu hacienda propia he sido,

y si no es tu interés en mí, no creo

que otra cosa defiende mi partido.

Haz lo que pide el verme cual me veo,

no lo que pido yo, que de perdido,

aún no fío mi salud a deseo.

(Versión de 1613)

      Quevedo muestra su arrepentimiento de los errores cometidos, donde con resonancias clásicas a Dante habla de dudosos caminos de la noche que abandona y pide a Dios que le vuelva a insuflar una nueva vida y una nueva creencia.

      Estos salmos tienen un claro sentimiento religioso: “¿Dónde pondré Señor mis tristes ojos/ que no vea tu poder divino y santo?”; y tienen un componente visual al ser oído que recuerda al cambio que se produce por el fluir del río de la vida del filósofo citado y al tránsito final de la vida que relata Jorge Manrique en las Coplas por la muerte de su padre5

     Y, en realidad, fue la madurez que alcanzó al poeta.




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1QUEVEDO, F.: Poesía Varia. Edición de James O. Crosby. Catedra. Madrid. 1981. Páginas 15-27 y 95-133.

2REALE, G. y ANTISERI, D.: Historia del pensamiento filosófico y científico. I Antigüedad y Edad Media. Herder. Madrid. 2010. Páginas 42-45.

4Libro de los Reyes I y Salmos. Hay multitud de ediciones de la Biblia cristiana de distintas confesiones.

La columna eterna

     

Columna egipcia con capitel con forma de palma

     A nuestra memoria le cuesta alcanzar tiempos históricos que se miden por siglos y milenios. Lo que han legado culturas pretéritas, fue elaborado con materiales perdurables pero dotados de gran capacidad para ser sometidos a esfuerzos de comprensión.

      Las columnas son soportes verticales de estructuras horizontales. Se considera que ha sido el soporte característico de la cultura occidental, aunque su origen está en la arquitectura egipcia para soluciones adinteladas que evoluciona a soluciones más amplias y versátiles con el desarrollo arquitectónico de diferentes culturas. Es, por tanto, una solución estructural, que aúna un componente estético adicional con un significado simbólico, en las diferentes construcciones de las culturas que las utilizan.

     Era una columna egipcia, que es eterna, con capitel vegetal con forma de palma, elaborada en piedra de granito. Una roca compacta y dura compuesta de cuarzo, feldespato y mica. Su dureza oscila entre un 6-7,5 en la escala de Mohs, en la que el diamante posee la dureza máxima, 10. Existe en varios colores según el tinte y proporción de sus componentes. Una roca plutónica eruptiva, que no llega a la superficie, solidificando internamente y usada como material fundamental desde tiempos antiguos para la arquitectura y la ingeniería. Su aspecto suele ser vistoso sea natural o pulido. Sí, esa columna rematada en capitel de palma de granito rojizo.

     No se supo el autor, aunque cronológicamente se creía elaborada durante el Imperio Nuevo hacia el 1250 a.C. Un artesano, un maestro habría trabajado los 632 centímetros extraídos de una cantería de granito rojizo para tallar su aspecto vegetal. Recordaba los bosques de palmeras que se encuentran en oasis o en riberas cercanas al río Nilo.

Columnas egipcias British Museum. Foto: Alamy

 

Bibliografía:

-ALEGRE CARVAJAL, E. (coord.) y otros: La materia del arte. Técnicas y medios. Centro de estudios Ramón Areces S. A. Madrid. 2016. 3ª reimpresión, 2020. Páginas 44 y 91.

-FATÁS, G. y BORRAS, G. M.: Diccionario de términos de arte y elementos de arqueología, heráldica y numismática. Alianza Editorial. Madrid. 2008. Página 82.

-KROUSTALLIS, S.: Diccionario de materias y técnicas (I). Secretaría General Técnica, Subdirección General de Publicaciones, Información y Documentación. Madrid. 2008. Página 189.

-https://www.britishmuseum.org/collection/object/Y_EA1065



 

El hombre que no quiso reinar

    

Baldomero Espartero, caricatura.

 

     La reunión terminó y un sabor amargo quedó en su boca. Su salud quebradiza, la edad, sí, la edad. Le había dicho no tres veces. Como Pedro. Con veinte años menos hubiera sido otra cosa. ¡Ojalá pudiera regresar a 1854, tras Vicálvaro y Manzanares! La decisión de un nuevo rey la hubiese tomado él. La libertad de la patria hubiese estado en sus manos. Ahora, en Logroño, su prestigio era moral y el tiempo había pasado. Ya gobernó el Estado cuando la reina Isabel era menor. ¿Qué querían los mensajeros de Prim?

      Ya le dijo no a Serrano. Quería que fuese el líder del 68 antes de la llegada de Prim. Espartero era el líder político y moral de los progresistas; él se sentía sin fuerzas. Para ellos era el duque de la Victoria, el conde de Luchana, vencedor de cuatro guerras. Él era el hijo del carretero de Granátula que se fue a estudiar a Almagro. La patria estaba en peligro; la ayudó. En su retiro de Logroño pasaba desapercibido en compañía de Jacinta ¿Le temían o le respetaban?

      Sentía que la patria estaba, otra vez, en peligro. Recordaba cuando luchó como adolescente contra los franceses. ¿Y la patria? Lo había vivido en Cádiz durante los debates de la Constitución. Sus recuerdos regresaban al cadete adolescente durante los primeros años de la guerra contra el francés.

      Volvió de América con prestigio. Todos le consideraban el líder de los Ayacuchos. Nunca participó en esa batalla, pero había sido la última. A sus compañeros de armas de las guerras americanas les ayudó. Ese amargor en la boca… Sí, los benefició. Tenía plena confianza en ellos. Venciendo a los carlistas, presidiendo el gobierno de España y siendo regente de la reina Isabel. Entre septiembre de 1840 y julio de 1843 el poder era él ¿Por qué había venido la embajada de Prim?

Abrazo de Vergara entre Espartero y Maroto

 

      —Baja, que te tienes que marchar a estudiar. Recordaba a su madre llamándole para desplazarse a la cercana ciudad de Almagro. Pero llegó 1808 y al grito de “la patria en peligro” respondió Joaquín Baldomero.

       Espartero sabía que había llegado al poder por sus hechos de armas, por su carisma y sus dotes de liderazgo; pero, también, mediante pronunciamientos. Su vida había sido la milicia. En la guerra contra el invasor francés se sintió como un aprendiz ilusionado de la libertad y los derechos del pueblo, de su soberanía y patria a la que defendía ante la peligrosa invasión napoleónica. Emperador al que admiraba y temía. Al que deseaba emular. Tenía la percepción que había puesto orden en Francia durante los procesos revolucionarios y había propagado los ideales de la libertad. Reconocía los excesos, la fuerza autoritaria con la que los había impuesto. Había sido emperador. Y él se había negado a ser rey de España. ¿El ofrecimiento de Prim era real? Le pedía que fuera candidato. Dado el caso, se sometería a votación. ¿Qué haría obteniendo una derrota? Sí, le temían. Creían que haría otro pronunciamiento. Esbozó una sonrisa sarcástica. No podía subirse al caballo porque había sido derrotado por su vejiga.

      Su edad, su salud, quebraban su voz, disminuían su entendimiento. Se sentía como un viejo león de temible apariencia y desdentado interior. En Luchana fue un soldado heroico, ahora huía de las responsabilidades. Un antiguo presidente de gobierno ausente desde su retiro por O'Donnel. No podía haber dos gallos en un mismo corral. ¿Merecía la pena?

      Le contestaría con amables palabras, con claros razonamientos que ni su edad ni su salud se lo permitía, que buscasen un candidato entre los españoles y que se profundizase la elaboración constitucional. Su popularidad venía dada del pueblo porque era uno de los suyos. Deseaba volver al pueblo. Ser uno más. Dar consejos. Y que la voluntad popular se cumpliese. Los carlistas eran una amenaza menor. Luchana y el abrazo con Maroto lo elevaron a una categoría similar a la del corso. Y ahora se alejaba de su estela renunciando a la jefatura del Estado. ¿Era tan cualificado y sabio? Tal vez buscaban un mesías, alguien por encima del bien y del mal. Espartero meditó largo rato. Redactó la negativa a la comisión enviada por Prim, comandada por su fiel Madoz.

      Su recuerdo se iría apagando. Sería visitado por todos, le pedirían consejo, molestaría a alguno. Viviría plácidamente con la gente de Logroño. Había podido reinar. El hijo del carretero parecía rechazar la voluntad popular que emanaba del nuevo líder.

     Siempre quiso defender las libertades de sus compatriotas y ahora no luchaba por ellas. Esa era la intención de Prim, pensó. Que manifestara que el líder era el militar de Reus y no él. Creyó el viejo general que la tentación de Prim era ser rey. Que esa era la oculta intención. Al contrario que Prim, los enemigos los tenía dentro de su país. Prim los tenía dentro y fuera. Era quien más se parecía a Napoleón. Aunque él hubiera sido el más famoso y el más aclamado. Poseía ese poder autoritario liberal. Una mano dura que él ejerció en su momento para conseguir el orden público necesario. Conseguir la libertad gracias a la paz. ¿Sabrían conseguirlo? ¿Estarían capacitados?

      La noche de mayo fue apagando sus vacilaciones. Supuso, como siempre, que debía cumplirse la voluntad nacional. Su duda era sí alguno sabría cómo. Incluso él.

Baldomero Espartero

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     Joaquín Baldomero Espartero (1793-1879) fue un político y militar español que ocupó la regencia de España entre el 9 de mayo de 1841 y el 30 de julio de 1843. Presidió en tres ocasiones el consejo de ministros, la última entre 1854 y 1856. Fue militar de prestigio en varias guerras destacando la dirección del ejército isabelino durante la primera guerra carlista con hitos como Luchana y el acuerdo de Vergara (1839). Muchas calles llevan su nombre: Príncipe de Vergara, Duque de la Victoria, Conde de Luchana, en honor a sus títulos y fama. En 1870, ya retirado, el general Prim como hombre fuerte de la revolución de 1868 le envió una comisión para ofrecerle la corona de España, la cual rechazó por cuestiones de edad y salud. Espartero nació en Granátula de Calatrava y falleció en Logroño.

La muerte del poeta Juan de Tassis, II Conde de Villamediana

Ballesta. Museo Cerralbo. Madrid

 

 

AL ALGUACIL PEDRO VERGEL

'La llave del toril, por ser más diestro,
dieron al buen Vergel, y por cercano
deudo de los que tiene so su mano,
pues le tiene esta Villa por cabestro.

Aunque en esto de cuernos es maestro
y de la facultad es el decano,
un torillo, enemigo de su hermano,
al suelo le arrojó con fin siniestro.

Pero como jamás hombres han visto
un cuerno de otro cuerno horadado
y Vergel con los toros es bienquisto,

aunque esta vez le vieron apretado
sano y salvo salió, gracias a Cristo;
que Vergel contra cuernos es hadado1.'



      Este satírico poema ilustra la azarosa vida de un brillante literato que murió por su agudeza. El poeta Juan de Tassis, II conde de Villamendiana, era juerguista, mujeriego y peleón. Había  nacido en Lisboa en 1582, donde su padre ejercía de Correo Mayor de Felipe III, y tuvo que abandonar la corte a pesar de su matrimonio con una Mendoza por su propia irresponsabilidad. Tuvo dos destierros, uno de ellos a Nápoles donde continuó su incesante desenfreno. Su segundo destierro estuvo precedido de problemas económicos y de enfrentamiento con validos de Felipe III, o de sátiras contra el mismo rey. Cuando llega al trono Felipe IV, 1621, vuelve a gozar de la protección real junto al amparo de alguna dama de la corte. Lo cual no le salva de morir asesinado el 26 de agosto de 1622 tras salir del palacio Real2.

      Hay quien dice que murió de un disparo de ballesta3, otros que dos hombres con lanzas de rejoneo. Hombres que respondían al nombre de Ignacio Méndez, guarda mayor de los Reales Bosques, y Alonso Mateo, ballestero del Rey. Hubo tal secreto sobre su muerte que, dos días después de su fallecimineto, su amigo Luis de Góngora dijo: “tenga Dios en el cielo al desdichado, que dudo procedan a más averiguación.”4

      El hispanista John Elliot describe a Tassis como un poeta y cortesano brillante, que habiendo vuelto del destierro, tenía el defecto de no mantener la boca cerrada. En principio, se dedicó a glosar alabanzas del nuevo gobierno y saludó a Felipe IV como el “restaurador de España”5.

      En el carruaje en el que fue asesinado viajaba acompañado de Luis de Haro, Marqués del Carpio, sobrino de Olivares y amigo de Felipe IV. Con el tiempo sería sucesor del Conde-duque como valido de Felipe IV, y en ese octubre de 1622 fue nombrado gentilhombre de la boca, según cita Elliott en la biografía del Olivares6. Un gentilhombre de boca acompañaba al Rey en las solemnidades públicas, especialmente en las comidas, pero también en las contiendas. Su prestigio residía en la cercanía al monarca.

      Los cerebros intelectuales de la muerte de Juan de Tassis, Conde de Villamediana, no fueron encontrados. Beneficiados de su muerte hubo varios. Olivares temía su ascendencia o buena relación con la reina. El Rey Felipe IV pudo tomar la decisión de eliminarle ante los rumores de que el poeta era amante de la reina. Los únicos detenidos servían al monarca y el único acompañante, el Marqués del Carpio,  era amigo del Rey. Su vida turbulenta y su poesía satírica hicieron el resto.

      Para los amantes de la poesía, dejó muestra de su ingenio y procacidad. Como remate, el poema de una dama a la que envió una perdiz:

A UNA DAMA A LA QUE LE ENVIÓ UNA PERDIZ

Niña, pues en papo chico

no cabe chica mitad,

con mi perdiz almorzad,

porque tiene pluma y pico.

Si mentalmente os fornico,

no me lo podéis negar,

que amor sabe penetrar

hoy, primer día del año,

mil puertas con un engaño,

mil llaves con un mirar.7



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1MICÓ, J. M. y SILES, J: Paraíso Cerrado. Poesía en lengua española de los siglos XVI y XVII. Nueva Galaxia Gutenberg. Barcelona. 2003. Página 428.

5ELLIOTT, J. H.: El conde-duque de Olivares. Crítica. Barcelona. 2004. Páginas 71-72.

6ELLIOTT, J. H.: Obra citada. Página 171.

7MICO, J. M. Y SILES, J.: Obra citada. Página 429

     

La madera de alerce africano


Mezquita de Córdoba (Foto: autor)

    Miguel Colmeiro y Penido decía que entre los cordobeses y sevillanos se reputaba como incorruptible la madera del alerce africano utilizada en templos y edificios, que no había que confundir este árbol africano con el alerce europeo, propio de los Alpes, que recibía igual nombre, pero no era la misma calidad ni variedad1.

Esta madera fue utilizada en las techumbres de la Mezquita de Córdoba. Maderas que no se pudrían ni corrompían fueron labradas con motivos epigráficos en el siglo X, la época de mayor esplendor del califato omeya andalusí. A principios del siglo XI, las guerras intestinas en el califato, una guerra civil (fitna), produjo el surgimiento de los reinos de taifas y estas maderas fueron cambiadas, tapiadas o trasladadas a lugares distintos. Desde 2006, restos de estos tableros se exhiben en el Patio de los Naranjos de la Mezquita Catedral de Córdoba, patrimonio de la humanidad desde 1984.

Foto: autor

En 20082, ni el cabildo de la mezquita catedral de Córdoba, depositaria de la propiedad del edificio desde su conquista cristiana en el siglo XIII, ni el Ministerio de Cultura español del gobierno de Rodríguez Zapatero pudieron impedir la subasta de cinco tablas o maderos con inscripciones epigráficas islámicas por valor de 1,5 millones de euros en la casa de subastas Christie's de Londres. Un valor monetario que no refleja el valor cultural como patrimonio español.

La madera es uno de los primeros materiales de construcción que utilizó el ser humano para guarecerse de la intemperie cuando abandonó las cavernas. Era fácil de manejar y de modificar. Era resistente, guardaba el calor, aislaba de los ruidos. Su flexibilidad permitía un manejo constructivo. Y era un material que podía ser bello y oloroso.

El alerce tenía una dureza media, era longevo, y su resina olorosa, agradable, resistente a las larvas3.

Cuando se entra al recinto de la Mezquita de Córdoba atravesando su antiguo patio, el actual patio de los Naranjos, el visitante no se da cuenta de la exposición de maderas de alerce. Puede llegar de un viaje, preocupado de horarios y tiempos, pensando en la visita de la almendra que origina el viaje, una mezquita que ha sobrevivido a los avatares de la historia. Ensimismado en el maravilloso edificio, no percibe todos los detalles.

Maderos decorados, Mezquita de Córdoba (Foto: autor)

En sus cimientos existió una iglesia o basílica cristiana bajo la advocación de San Vicente. Cuando se recorre la Mezquita Catedral buscando el arte omeya andalusí se encuentra con restos en el subsuelo de esta antigua construcción. Tanto el arte andalusí como el anterior visigodo utilizaron y reutilizaron restos de época romana. Ambos fueron invasores e injertos de nuestra cultura. Como hibridación fue la posterior transformación que fue realizando el arte cristiano tras la conquista en el siglo XIII. Por suerte, se admiró la obra califal. Y se adhirió el arte cristiano en esa conjunto tan peculiar. Impacta ver en el edificio un magnífico cuadro de Pedro de Córdoba, una Anunciación, entre el bosque de arcos de herradura bicolor omeya, arcos de herradura que de forma previa ya utilizaban los visigodos. O, en el coro de la parte cristiana, ver la escultura de un Santiago matamoros.

Y la techumbre. De madera, pero también con tramos de bóvedas nervadas. Al salir, hacia la puerta de San Esteban, la exposición de maderos decorados de alerce con motivos epigráficos. Decoración abrumadora que huye de un vacío inexpresivo. Sabemos que el arte islámico se caracterizaba por la ausencia de imágenes sagradas, aunque si se representaban imágenes humanas. También se decoraba con figuras animales, se ornamentaba con figuras geométricas y profusa decoración vegetal. Se produce una desnaturalización. Una estilización para dotarle de un contenido simbólico. Mención aparte merece la utilización de la caligrafía árabe en el espacio religioso musulmán como expresión de la palabra de Alá contenida en el Corán que suple a la figura sagrada. La palabra fue el conducto por el que se reveló el mensaje divino. Mensajes piadosos, textos poéticos, frases propiciatorias para los gobernantes, utilización de versículos del Corán son los temas más recurrentes4.

Asombra el grado de conservación de los maderos exhibidos. El visitante, que ha paseado por el bosque de columnas califales durante un tiempo no preciso ni evaluable debido a la belleza del recinto, recupera aire en el patio y se deleita viendo los motivos decorativos de las maderas de alerce que han sobrevivido al lado oscuro de los humanos que son capaces de crear lo más bello y perdurable, pero, también, destruir el bello trabajo de otros por motivos reprobables. Puede observar unos treinta y cinco maderos o tablas con decoración geométrica y epigráfica. Al final, abandona el recinto. Ya hace calor. Se asoma un momento al Guadalquivir por la Puerta del Puente y más tarde busca una sombra que facilite el fresco.

Tableros de madera decorados, Patio de los Naranjos, Mezquita de Córdoba (Foto: Autor)



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1COLMEIRO, M.: Nuevas investigaciones sobre los alerces. Fondos de la biblioteca del Museo de Ciencias Naturales. CSIC. Obra publicada en 1852. Página 3.

3ALEGRE CARVAJAL, E. (Coord.): La materia del arte. Técnicas y medios. Editorial Universitaria Ramón Areces. Madrid. 2016. Página 56.

4MONTEIRA ARIAS, I. (Coord): Arte cristiano y arte medieval (Siglos III a XII). Editorial Universitaria Ramón Areces. Madrid. 2019. Páginas 139-145.

Una mirada a través de la ventana indiscreta

    


     “Nada hubiese podido impedirme rodar este filme, pues mi amor al cine es más fuerte que cualquier moral” Alfred Hitchcock, como respuesta a los ataques a “La ventana indiscreta”1.

      “La ventana indiscreta” es el título para España de “Rear Window”, película de 1954, que podríamos traducir como 'ventana trasera'. Relacionado con la intimidad de cada uno de nosotros, lo que ocultamos. Nuestra vida privada. La ventana trasera del alma. Y, también, lo que sucede cuando, llevados por la curiosidad, nos implicamos en la vida de los demás intentando solucionar algo terrible, o no, que ha ocurrido mientras miramos una colmena humana con sus historias. Reparto: James Stewart, Grace Kelly, Thelma Ritter, Raymond Burr, Judith Evelyn, Wendell Corey.

      Me interesa el final, cuando se produce el arrebato vengativo del asesino, cuando toma conciencia de haber sido observado y descubierto por un vecino. Es una escena rodada en un espacio artificial donde se construye una comunidad de vecinos en torno a un patio y desde el piso de un fotógrafo mirón con una ventana trasera como gran objetivo para ver, pero donde luego será visto y puesto en peligro. El espacio tiene un papel relevante. El tiempo es rápido y está relacionado con la acción.


      Un arrebato, sí, una pérdida de todo sentido que hace que el espectador sea atacado por el actor. Los actores, que van vestidos con ropa contemporánea a la época de rodaje y maquillaje normal. Vestuario más especial para Lisa, por E. Head. Thorwald es un vecino que descubre que es descubierto (Raymond Burr) y mira la mano de Lisa (Grace Kelly) cunado descubre, que su secreto más íntimo, su crimen, es conocido por L. B. “Jeff” Jefferies (James Stewart)2, espectador que actúa, que observa, que vigila, y que indaga a través de sus ojos y a través de su objetivo de fotógrafo, de una forma casi panóptica, propone una hipótesis de lo visto. La cámara y el mirón son vistas. Jeff no quiere ser descubierto. Enseguida se disocian cámara y mirón porque se vuelve hacia el mundo del que observa desde la ventana trasera. Dispone cómo puede salvar a su amada Lisa que ayuda al que no creía, a su esquivo e imprevisible enamorado. Da dinero a su enfermera Stella (Thelma Ritter), informa de sus deducciones a su amigo detective (Wendell Corey). Nervioso y excitado, le convence. Esta dilación informativa le hace perder tiempo y, lo más importante, lo deja solo y vulnerable, a merced del asesino vengativo, que, desesperado, sube las escaleras clavando sus zapatos como si pusiera los clavos para fijar a su víctima, para causar temor en su alma, que sabe que viene hacia él. Lo sabe tras la llamada silenciosa y al observar que el piso de Thorwald está en absoluta oscuridad, solamente con su ojo derecho, receloso, temeroso. Solo y con poca luz. La iluminación resalta una frente sin sudor, tal vez fría. Es consciente por la luz que entra por bajo de la puerta cuando se apaga. Su miedo le pone en guardia. Aumenta el ruido de las suelas de los zapatos, martilleando. Su arma es la capacidad de ver y  así utiliza la luz, casi fuego, del flash aprendido en su trabajo. La luz del fogonazo. Se coloca en la penumbra, en la oscuridad, junto a la ventana trasera como compendio de su vida o muerte.

      ¿Qué quiere de mí? (con voz perentoria y enérgica, apenas hay luz, pero sus ojos sí la reciben), pregunta el vecino asesino. La cámara enfoca a Thorwald que cierra la puerta del piso, ya sin luz que se había apagado cuando llegaba el asesino. Está confuso porque está junto a quien sabe su vida casi también como él. Un mirón, únicamente un mirón. Quien sabe todo o ha intuido todo. Aunque es un asesino, se siente vigilado y descubierto. Y le ofrece dinero. Jeff sigue en la oscuridad, en la penumbra, junto a la ventana trasera. Callado. Desconcierta al oponente. Le pide que diga algo. Perplejo, no entiende la razón por la cual Lisa, la mujer indiscreta, no le ha denunciado. Solamente quiere la alianza, su alianza. Un anillo que puede unir la relación de Jeff y Lisa, un anillo que condena a Thorwald como asesino.

      Cuando le dice que el anillo ya está en la comisaría de policía, lo razonable hubiera sido huir, esconderse, desaparecer, pero se abalanza contra su mirón, quien le ha descubierto cómo es con una luz real. Se intercambian y roban primeros planos.

      Cuatro fogonazos de flash iluminan la estancia que permanece oscura entre uno y otro oponente, únicamente resaltado, inicialmente, por los ojos y gafas de Thorwald cuando entra en la habitación, pero la conversación se produce en la penumbra. Cuando empiezan los fogonazos se enfocan las caras de los oponentes. Una luz blanca que se convierte en ámbar cuando se disipa. Tras el cuarto fogonazo el atacante ya esta sobre el mirón que está impedido por un accidente, pero se defiende, mientras puede, gritando a su amada. La cámara sale del cuarto de la ventana trasera y vuelve al plano general del edificio cuando llegan Lisa y el amigo policía. En la pugna rápida vence el atacante mientras se dirigen en ayuda de Jeff. El patio y sus vecinos se convierten de actores en espectadores, y la policía, Lisa y la enfermera entran en la escena cruzando el patio para ayudar en el momento postrero al fotógrafo que, todo ojos, ha descubierto al asesino, y  llegan a recoger su cuerpo cuando se estrellaba en el suelo.


      La curiosidad, la vida y el amor sobreviven ante el arrebato sinsentido del asesino. El final de la película revisa el vecindario en distintos planos, en una escena final que probablemente influiría en el dibujante Ibáñez y su 13 rue del percebe o en las comedias de situación sobre vecinos.

      El movimiento de la cámara va enlazando los lugares del patio, da ritmo a la acción entre los oponentes y nos muestra todo el escenario cuando salen y entran en escena los actores que salvan a Jeff. El antagonista Thorwald habla poco o nada durante la película, pero se entiende el miedo y la represalia que prepara con su mirada y, a pesar de los fogonazos, empuja con embestidas. Jeff habla mucho durante la película, pero es parco en palabras en la escena final ante el vecino asesino.

      Junto a la resolución del crimen, el anillo nos lleva al rescate, tal vez, de la relación entre Jeff y Lisa. Y consigue conectar la atención del vecindario como espectador, y ser partícipe, de lo que sucede en él en este momento. Al final, como al principio, la cámara enfoca la colmena humana del edificio, con sus historias, su evolución desde el miércoles hasta el momento de la acción, sábado.

      En esta película se empieza a vislumbrar la travesía entre actores y espectadores. De la pantalla cinematográfica, donde interactúan, hacia el patio de butacas, o en sentido contrario. En “El gran teatro del mundo” de Calderón de la Barca se mostraba los entresijos de la vida como una obra de teatro pues la vida es como un gran representación, y los actores actúan desde el vestuario dando un punto de vista distinto a la escena. Esa ruptura se muestra tiempo después, en la década de los ochenta, con ese paso de frontera, como ocurre en “La rosa púrpura de El Cairo” de W. Allen, 1985, donde el actor se fija en la espectadora y entra en relación con ella, traspasando la pantalla.


FUENTES CONSULTADAS:

-GUBERN, R.: Historia del cine. Anagrama. Barcelona. 2016.

-TRUFFAUT, F.: El cine según Hitchcock. Alianza Editorial. Madrid. 1974.

-BORDWELL, D.: La labor inferencial del espectador en La ventana indiscreta. Revista Acta poética 11. Otoño 1990.

-BORDWELL, D., STAIGER, J., y THOMPSON, K.: “La narración clásica”, en El cine clásico de Hollywood. Estilo cinematográfico y modo de producción hasta 1960. Paidós. Barcelona. 1997, páginas 26-45.

-PÉREZ MÉNDEZ, I. M.: Miradas desde el umbral: El voyeurismo en la obra de Edward Hopper y Alfred Hitchcock. Arte y Sociedad Revista Investigación. Número 13. Octubre 2017.

-SÁNCHEZ SÁNCHEZ, F.: Desde la coexistencia de modelos de representación, hasta la cristalización de un nuevo modelo: La ventana indiscreta. Fonseca, Journal of Comunication, n. 9 (Julio-Diciembre de 2014), pp. 175-206.

-https://www.filmaffinity.com/es/film802694.html

-https://www.filmin.es/   



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1TRUFFAUT, F.: El cine según Hitchcock. Alianza Editorial. Madrid. 1974. Página 21

 

Representaciones del "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías" de García Lorca

     



      El Llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca ha sido representado por distintos artistas de diferentes disciplinas ejerciendo una gran fascinación desde su composición realizada, en un breve espacio de tiempo, tras la muerte del amigo en  agosto de 1934.

      La noche que Yerma llega a las cien representaciones, su primera actriz, Margarita Xirgu, queda impactada cuando oye recitar al poeta la elegía por primera vez en público. La recita con un paulatino aumento de voz llegando a declamar voceando, o gritando, intentando transmitir el dolor por el amigo fallecido. Años más tarde, ya un recuerdo esa velada, Margarita grabará1 la elegía de Lorca en la colección Los Poetas2 junto al Romancero Gitano.


      El gran actor Francisco Rabal3 puso su voz grave y profunda para trasmitir la inmortalidad conferida a Sánchez Mejías por Lorca. El sentido, la interpretación, se convirtió en modo y sirvió de vehículo interpretativo para otros y fue incluido en espectáculos para su emisión grabada como ocurrió en 2016 en el celebrado Teatro Arriaga de Bilbao con motivo del veinticinco aniversario como cantante de la soprano Ainhoa Arteta donde cantó canciones populares españolas que había escrito Federico y se reproducía La sangre derramada. El espectáculo recibía el nombre de La voz y el poeta4.



     Traspasando fronteras, los argentinos Alfredo Alcón, actor, y Julio Bocca, bailarín, presentaron en el Luna Park de la capital bonaerense un espectáculo5 en 1997 donde se recitaba y bailaba la elegía. Es conocida la pasión argentina por Lorca6.



      Se podrían citar más, muchos más. Gabriela Ortega Gómez, sobrina de Sánchez Mejías, el cantante Enrique Morente, el poeta José Luis Rico, el Ballet Flamenco de Andalucía han recitado, cantado y bailado el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías como forma de representación.

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1https://www.youtube.com/watch?v=Db6jUs-ejEg

2https://datos.bne.es/edicion/a4354704.html

4 https://www.teatroarriaga.eus/programacion/ainhoa-arteta-la-voz-y-el-poeta-homenaje-a-federico-garcia-lorca/

5https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/julio-bocca-abre-fronteras-nid68267/

6 DUBATTI, J.: Memoria(s) de Federico García Lorca en los escenarios argentinos: historia y

presente. Revista Letral. Nº 19. Año 2017. Páginas 9-10.

Evocaciones artísticas de "El vientre del arquitecto" de Peter Greenaway



Para mí, las referencias al arte no se limitan sólo a la arquitectura, la pintura y la escultura. El dibujo, la fotografía, el cine, la filosofía o la literatura se relacionan o evocan algo que fue realizado por otros hombres. Ocurre que, muchas veces, viendo una película, leyendo un libro o visitando una exposición decimos: Esto me recuerda a … Y eso es lo que voy a intentar contar.( El vientre del arquitecto )

    Entre dos escenas íntimas de la pareja americana que peregrinan a Roma por la exposición de Etienne Louis Boullée transcurre la cena inicial (lapso temporal de la película 2' 45''- 10' 28''). Nos ha introducido en el pequeño mundo de una pareja burguesa egocéntrica que consuma el acto sexual al llegar a la frontera italiana paralelamente a la entrada del tren en medio de cementerios. En resumen, un pareja desenfrenada penetra en Italia en medio de camposantos. Van a la divina Italia, a la Roma eterna y monumental, origen de la cultura occidental. Pretenden crear vida donde vive latente o agonizante desde siglos.

Él es un hombre obeso que aparece postrado que acabará como el Sileno ebrio de Cesare Francazano1 , (Museo del Prado de Madrid), donde la comida, el arte y los ideales junto al desconocimiento de la realidad romana o italiana se mezclan desordenadamente. Los edificios que ha construido son monumentos a la charcutería y la matanza, con dificultad de ubicar el mobiliario como relata su mujer en una banal conversación sobre su casa.

Se celebra la belleza de la arquitectura romana. Los actores parecen menores ante ella. La mesa de siete comensales recuerda una última cena de ricos y, por tanto, menor en número a la cena pintada por Leonardo da Vinci2 o Juan de Juanes3

Jesús y sus apóstoles aparecen en el cuadro de Juanes con nimbo a excepción de Judas Iscariote. Todos en esta cena parecen Iscariotes, pero más parecidos a la parodia de la última cena que hace Luis Buñuel en Viridiana cuando Lola Gaos les dice que va a hacer una foto con la cámara que le regalaron sus papás4. Y se sube la falda. El arquitecto parece confiado hasta que observa como Caspasian mira a su mujer.

Una burla, tal vez, entre la grandeza de Roma se plasma durante la cena. Los intereses humanos se ocultan. Queda el Panteón, ancla y motor de la escena. Se convierte en marco y protagonista del acto. La Piazza de la Rotonda con su obelisco itifálico, como eje de la escena y símbolo de poder, pone distancia y perspectiva a la cena y a la escena. La simetría en la escena es muy cuidada. Responde a la idea de disposición idéntica a un lado y otro de un eje, real o imaginario, del que pierden relevancia conforme se alejan del mismo. Idea ya presente en tradiciones arquitectónicas egipcias e islámicas, también marcadas por las ideas de simetría y armonía espacial. Por eso se hace hincapié en la situación del obelisco frente al Panteón5.

El Panteón fue construido, inicialmente, hacia el 27-25 a. C. por Agripa, en tiempos de Augusto (44 a. C.-14 d. C.). Pero uno de los emperadores hispanos, Adriano (117-138 d. C.), hombre de gran cultura y curiosidad por aprender conocimientos diversos, demostró que, sobre arquitectura, tenía ideas originales con la construcción de Villa Hadriana en Tibur (Tívoli), símbolo de una visión universal y propensa a la paz con una integración de propuestas arquitectónicas griegas, helenísticas, egipcias y romanas6. Esta pasión por la arquitectura se plasmó en la creación de templos siendo el culmen la reconstrucción del vientre del edificio al que dota de una cella (cámara interior) precedida de un pronaos (fachada con columnas) con ocho columnas en fachada y dos filas de cuatro columnas que hacen creer que hay tres naves. El cuerpo cilíndrico no se ve en la en la cena, pero se presiente por el prestigio y fama del edificio. El cuerpo cilíndrico deriva de los tholos griegos (En el santuario de Delfos7, por ejemplo). El cuerpo ventral cilíndrico fue construido en ladrillo con muros de espesor discontinuo en los que se realizaron ocho nichos rectangulares y semicirculares, alternantes, y ocho gigantescos pilares. La cúpula semiesférica de una capa recubrió una cimbra de madera que acababa en un ojo de 9 metros de diámetro que daba luz al interior. Decorada con cinco hileras de casetones concéntricos que se van estrechando hacia la abertura cenital. Se cree que estuvieron decorados con rosetones de bronce8.

Parece que todo se mueve en torno a mirarnos el vientre y a la arquitectura. Uno de los teóricos que admira el arquitecto de Chicago fue Boullée. Visualmente depende de todo de este arte, produciendo un interrelación con el cine que le convierte en un documental desde su inicio, pero también en un cuadro o una fotografía. Distintas formas de ver un arte. Interrelacionadas.

Boulée fue un visionario que creía en idear, en la concepción, para luego, después, elaborar, construir. Vive la fase revolucionaria de la Ilustración. Critica la definición de arquitectura como el arte de construir establecido por Vitrubio porque confunde el efecto con la causa. Hay que concebir para poder obrar. Dibujó el cenotafio de Newton, aunque nunca lo edificó. Concepción utópica que influyó en la arquitectura posterior al siglo XVIII. Su influencia marcaría a arquitectos modernos como Le Corbusier o Leonidov. El dibujo será la herramienta fundamental para concebir arquitectura y, al mismo tiempo, transmitir ideas sin construir. Es un puro debate académico y profesional. Especulación para un pensamiento crítico y teórico9.

Del Cenotafio de Newton, la tarta/guinda de la película, existe un dibujo en el que se percibe un juego de sombras que valoran la esfera por la conexión entre forma y luz para producir sensaciones y, en el interior, dibuja la iluminación cenital (recordemos el Panteón) definiendo una imagen del edificio. Lo que parece claro es que la utilidad del edificio depende del espacio dibujado y definido. Y, además, con escala gigante, megalómana, tanto con la idea de representar el universo que se ha concebido, aunque puede que sin una función definida. La Razón ilustrada es puesta en cuestión10.

No se ve un dibujo en los minutos elegidos, pero si una tarta blanca que evoca los dibujos arquitectónicos de Boullée porque todo dibujo de este tipo obedece al mundo de lo irracional, lo fantástico y, especialmente, lo imaginado. En gran medida toda representación artística lo es. Se empezó a utilizar en el siglo XVI para proyectos de fiestas y triunfos. Una arquitectura efímera, floral. Dentro del uso de la fama y el prestigio renacentista se evocaba, también, hacer el bien de época romana, lo que se denominó evergetismo, que está también muy relacionado con el clientelismo y, finalmente, con cierta corrupción y desvío de dinero. Pero, lo del dinero, se dejará para el final. Sigamos con el dibujo. En el siglo XVII, la arquitectura barroca tiene algo de este carácter ilusorio como los dibujos de Juvarra con juegos de perspectivas infinitas. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, con Piranesi (citado en la película) y su influencia, surge un nuevo dibujo arquitectónico, con una nueva emoción que permite propuestas arquitectónicas fantásticas o visionarias como la de Ledoux o Boullée11.

Me parece que la indumentaria, el vestuario, diseñado por Maurizio Millenotti, da indicios de lo que el director quiere mostrar. La indumentaria como modo de expresión. Sus anfitriones van de etiqueta y negro. Pero ellos van de rojo y negro, el arquitecto, y de blanco su mujer. El rojo y el negro son colores relacionados con la sangre, el poder y la charcutería. Vienen de Chicago. Su edificio más famoso se construyó por la influencia de la carne. El blanco es el signo, en principio, de la pureza y de la verdad absoluta como dijo Javier Tomeo en el prólogo de Moby Dick12 de Herman Melville, pero cuando hablamos de blanco hay connotaciones que prefiguran lo más terrible y aterrador como las ballenas blancas que obsesionan a los antiguos cazadores con arpón. El blanco significa debilidad y el rojo fuerza. Él cambiará a ropa blanca también. El sudario blanco. Ambos evolucionarán, pero en la cena, el arquitecto, parece el poder. Que confrontan con los intereses de los demás comensales. Se preludian nueve meses de gestación de la exposición, de despilfarro o de quema de dinero, de gestación de una vida y de perdición de otra. El blanco de la creación pura y el sudario blanco de la muerte. De negro, como meros espectadores, al mismo tiempo que actores, los italianos que ponen visiones distintas, con armas distintas, como la seducción, el desvío de dinero y la dilación en los trabajos.

Blanca es la redonda tarta que recuerda el cenotafio de Newton de azúcar glasé. Evidencia de la relación carnívora que establece ya sea con la charcutería, los dulces, aunando la arquitectura de Boullée y el panteón de Agripa con el elogio del colesterol, como símbolo pudiente, y el vientre como centro de gravedad. Cuando está tendido. Ante la prepotencia del arquitecto, una de las anfitrionas romanas le pregunta cuántos años llevan casados, siete contesta, quedando perpleja la interrogadora. Se vislumbran ideas y visiones distintas, con un educado saber estar.

La música. La música de Mertens nos introduce en el mundo clásico, renacentista y barroco. Según contó en una entrevista, Mertens recibió el guion y parte de la película para inspirarse en unas piezas de cámara, conectadas con el tema central, para diversos instrumentos, como trompa y flauta. Y el piano. Según comenta Mertens, Greenaway coordinaba también la colaboración con Branca, otro de los colaboradores en la banda sonora, con el que Mertens nunca se reunió13.

Cuando estudiaba Historia de la filosofía moderna y contemporánea se trataba el tema de la revolución científica y los cambios que inauguraban la modernidad. En el momento que el heliocentrismo fue aceptado, la fuerza de la gravedad no se remitió sólo a la Tierra y se convirtió en una ley universal de todo cuerpo material. La atracción ejercida por un cuerpo era resultado de la suma de las atracciones ejercidas por sus partículas, siendo mayor que la un cuerpo menor14. Según relata nuestro arquitecto en la película, Newton sería un gran conversador. Los billetes de una libra llevan, junto al inventor, una lacónica referencia a la ley de la gravedad en forma de rama de manzano. El biógrafo del científico, Willian Stukeley, estuvo presente cuando el pensador debajo de unos manzanos le comentó que se planteó la noción de gravedad con la caída de una manzana: ¿por qué esa manzana siempre desciende hacia el suelo perpendicularmente15?

Pierde un tiempo precioso en explicar la importancia de Newton, de Boullée, del Panteón, encuadrados en lo relatado por la simetría. El obelisco, el Panteón como escenario, al que se acerca al final a aplaudir, unos con entusiasmo, otros con desidia, al toque de las campanas como esperpento final, donde se observan o maquinan cómo seducir, robar, medrar...

Sorrentino retrató la decadencia europea en “La gran belleza” (2013). El protagonista ya no es americano, es italiano, pero vanidoso como nuestro arquitecto. Con poca obra también. Todos son superficiales, vanos, en un bello escenario al aire libre16. El tiempo que pierde explicando donde está la referencia de la ley de la gravedad de Newton, lo pierde muy fácilmente con el extravío del billete de 1 libra dentro de la tarta que emula al cenotafio y que se consume por el fuego de una de las velas. Es el presagio del futuro de la exposición de Boullée. El dinero. Ya lo decía Quevedo:

Es tanta su majestad,/ Aunque son sus duelos hartos, / Que aun con estar hecho cuartos / No pierde su calidad”17.

Pintura, cine, arquitectura y el dibujo arquitectónico, la pastelería como maqueta de proyección, la indumentaria, la música, el pensamiento científico nos llevan a recordar como las artes, mayores o menores, se relacionan e influyen entre sí, como medio de expresión del lenguaje humano.


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5ALEGRE, E., PERLA, A. y LÓPEZ, J.: La materia del arte. Técnicas y medios. Editorial Universitaria Ramón Areces. Madrid. 2016. Página 152.

6MANGAS, J.: Historia Universal. Edad Antigua. Roma.Vicens Vives. Barcelona. 2006. Páginas 339-340.

7ZARZALEJOS, M., GUIRAL, C., y SAN NICOLÁS, M.: Historia de la cultura material del mundo clásico. UNED. Madrid. 2010. Páginas 138-139.

8ZARZALEJOS, M., GUIRAL, C., y SAN NICOLÁS, M.: Obra citada. Páginas 360-361.

9BENAVIDES ÁLVAREZ, J.: Arquitectura visionaria: la utopía dibujada. Estoa Nº 16 /Vol 8/ Julio 2019. Páginas 61-70.

10SAMBRICIO, C.: Etienne-Louis Boullée, arquitecto de la sin razón. P+C 09. Año 2018. Páginas 57-66.

11ALEGRE, E., PERLA, A. y LÓPEZ, J.: Obra citada. Páginas 146-148.

12MELVILLE, H.: Moby Dick. Unidad Editorial y Bibliotex S. L.Madrid.1999. Dos tomos. Traducción de José maróia Valverde y prólogo de Javier Tomeo. Prólogo y capítulo 42, página 197.

14SÁNCHEZ MECA, D.: Historia de la filosofía moderna y contemporánea. Dykinson. Madrid. 2010. Páginas 24-25.

17QUEVEDO, F.: Poesía Varia. Cátedra. Madrid. 1981. Edición de James O. Crosby. Poema “Poderoso caballero es don Dinero”, versión de 1603. Páginas 87-89.

 

Esferas, ballenas y vientres proteicos

     


      No paraba de dar vueltas sin perder la compostura. El disco, en movimiento de rotación con la esfera terrestre, como la pantalla del móvil, conservaba su eje invariable aunque pretendiese cambiar la dirección de su soporte. ¡Maldito giroscopio! Foucault demostró la rotación de la Tierra.

    Gustan las formas arquitectónicas que se parecen a las esferas terrestres, parcial o totalmente. El Panteón de Agripa, en realidad obra terminada en época del emperador hispano Adriano hacia el 125 d. C, destaca más por su cúpula hemisférica que por su pórtico columnado. Con un espesor discontinuo que acaba en un ojo cenital, que conectaba con la naturaleza, de 9 metros de diámetro por el que entra tanto la luz como el agua según el variable clima. En Roma las cúpulas, las esferas, las formas redondeadas se repiten. El Coliseo, el Panteón, la cúpula de San Pedro, el Mausoleo de Augusto, Castel Sant'Angelo o Mausoleo de Adriano. Todo recuerda a la vida, especialmente si se construyen recordando a los que mueren. Lanzarse al ruedo, como recuerdo taurino, es buscarse la vida. Redonda.



     En cierto modo es un recuerdo que permanece en nuestra vida del origen del hombre en el vientre materno por su forma redondeada. Jonás estuvo dos veces en el vientre ajeno. Una vez durante el embarazo de su madre y otra cuando estuvo durante tres días, en prefiguración de la resurrección, en el vientre de la ballena que escupió al orante junto a vómitos de ámbar gris. El olor sería muy especial.

     No debería ser una ballena blanca, pues era la que buscaba el capitán Achab, pero era la que causaba un terror especial a los marineros por su níveo color. Los vientres han sido siempre fuente de creación y fuente de perdición.

     El titán inmortal Prometeo sufría cada salida del sol el ataque del ave monstruosa que devoraba su vientre eternamente por entregar el conocimiento del fuego a los humanos cuando era un privilegio de los dioses. Por las noches se regeneraba, y, al día siguiente, otra vez.

     Por el vientre embarazado nacemos y por el vientre hinchado podemos morir si solamente miramos nuestro ombligo.

    




    

Las miradas peligrosas

     

Orfeo y Eurídice. Rubens. Museo del Prado


    

  

      La curiosidad ajena destrozó aquello que unía a dos amantes. Eurídice había muerto por la mordedura de una víbora cuando huía de Aristeo. Su enamorado Orfeo, desconsolado, se arriesgó bajando a los infiernos para suplicar a Hades, rey del inframundo, y su esposa Perséfone su devolución al mundo de los vivos. Con un bello canto logró vencer los obstáculos para el retorno que oponían Hades, Perséfone, Caronte y Cerbero. Hades le impuso la condición de no volver atrás la mirada para ver a su amada durante su vuelta al mundo de los vivos.

      La impaciencia, la curiosidad o el amor le impidió cumplir la condición impuesta. Miró su bello rostro y la perdió de forma definitiva1. Nuevamente desconsolado, siguió cantando incluso después de su muerte en esa ida y vuelta a los infiernos, catábasis, y pasar por un trance tan duro. La influencia de sus dotes cantoras y tranquilizantes de Orfeo fue tal que hoy se denomina orfeón a las sociedades de cantantes en coro sin instrumento. Y denomina Orfidal a un medicamento ansiolítico y relajante. Zeus permitió que su instrumento musical, la lira, fuera colocada por Apolo en el cielo, dando lugar a la constelación Lira2.

      La curiosidad acabó con la vida de la mujer de Lot3. Los ángeles habían avisado que la ciudad en la que vivían sería destruida, que Yahvé quería salvarles, pero dijeron que no debían mirar atrás durante su huida al monte para no perecer. Cuando salieron de la ciudad, Yahvé hizo llover desde el cielo azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra. Debido al estruendo de la destrucción o al espectáculo del fuego, la mujer de Lot volvió la vista para vencer su curiosidad e inmediatamente se convirtió en una estatua de sal. Esa curiosidad pudo matar, aunque es más probable que Yavé no quisiera que los humanos dominasen las distintas formas de destrucción, fuese diluvio o fuego. La sal en dosis adecuadas ha traído suerte y las formas antropomorfas de los bloques de sal en el Mar Muerto recuerdan que no mirar atrás puede ser síntoma de búsqueda de un futuro.

Michael Wolgemut. Lot huyendo de Sodoma

      En el frontón del templo de Artemisa en Corfú hay una enorme gorgona de casi tres metros cuyas espantosas facciones se consideraban eficaces para ahuyentar los espíritus malignos del templo. Esta gorgona era Medusa, cuyo destino fue ser decapitada por Perseo. Cuenta Graves que había sido una mujer hermosa descubierta por Atenea besando a Poseidón en su templo. Tamaña ofensa, aunque sea tan poca cosa a los ojos de hoy, fue castigado con la conversión en gorgona, un alado monstruo de feroz mirada, dientes terribles y serpientes como cabello. Cualquiera que le mirara perecía convertido en piedra. 

     Perseo era hijo de Danae y Zeus, que se había convertido en lluvia dorada. A petición de Polidectes y para que no molestara a su madre, se comprometió a matar a la Medusa. Con una serie de armas prestadas de los dioses, como el escudo pulido de Atenea que podía hacer de espejo curvo por el que podía ver la cara de Medusa de forma indirecta, cortó su cabeza con la afilada hoz prestada por Hermes y guardó su cabeza en el zurrón que obtuvo de las náyades.

     Perseo petrificó con la cabeza de Medusa a Atlas, que amenazaba con dejar de sujetar la bóveda celeste, dando lugar al macizo del mismo nombre, luego derrotó mediante la conversión en piedra al ejército del rey de Tiro y convirtió a Polidectes y su familia en piedra por seguir molestando a Danae4. Por un beso y una mirada todos quedaron petrificados.

Detalle Medusa. Templo Artemisa. Corfú.

 

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1OVIDIO: Metamorfosis. Bruguera libro clásico. Barcelona. 1984. Páginas 299-305.

2GRAVES, R.: Dioses y héroes de la antigua Grecia. Unidad Editorial. Madrid. 1999. Páginas 37-38.

3Libro del Génesis. Capítulo 19, versículos 1-29. Biblia. BAC. Madrid. 1981.

4GRAVES, R.: Obra citada. Páginas 98-101.

 

Evocaciones de los diseños dorados de Manuel Piña

            Museo Manuel Piña     En el Museo Manuel Piña ( @museosdemanzanares ) hay unos diseños de color amarillo, dorado y áureo, que re...