"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos;... por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. (Miguel de Cervantes).

La muerte del poeta Juan de Tassis, II Conde de Villamediana

Ballesta. Museo Cerralbo. Madrid

 

 

AL ALGUACIL PEDRO VERGEL

'La llave del toril, por ser más diestro,
dieron al buen Vergel, y por cercano
deudo de los que tiene so su mano,
pues le tiene esta Villa por cabestro.

Aunque en esto de cuernos es maestro
y de la facultad es el decano,
un torillo, enemigo de su hermano,
al suelo le arrojó con fin siniestro.

Pero como jamás hombres han visto
un cuerno de otro cuerno horadado
y Vergel con los toros es bienquisto,

aunque esta vez le vieron apretado
sano y salvo salió, gracias a Cristo;
que Vergel contra cuernos es hadado1.'



      Este satírico poema ilustra la azarosa vida de un brillante literato que murió por su agudeza. El poeta Juan de Tassis, II conde de Villamendiana, era juerguista, mujeriego y peleón. Había  nacido en Lisboa en 1582, donde su padre ejercía de Correo Mayor de Felipe III, y tuvo que abandonar la corte a pesar de su matrimonio con una Mendoza por su propia irresponsabilidad. Tuvo dos destierros, uno de ellos a Nápoles donde continuó su incesante desenfreno. Su segundo destierro estuvo precedido de problemas económicos y de enfrentamiento con validos de Felipe III, o de sátiras contra el mismo rey. Cuando llega al trono Felipe IV, 1621, vuelve a gozar de la protección real junto al amparo de alguna dama de la corte. Lo cual no le salva de morir asesinado el 26 de agosto de 1622 tras salir del palacio Real2.

      Hay quien dice que murió de un disparo de ballesta3, otros que dos hombres con lanzas de rejoneo. Hombres que respondían al nombre de Ignacio Méndez, guarda mayor de los Reales Bosques, y Alonso Mateo, ballestero del Rey. Hubo tal secreto sobre su muerte que, dos días después de su fallecimineto, su amigo Luis de Góngora dijo: “tenga Dios en el cielo al desdichado, que dudo procedan a más averiguación.”4

      El hispanista John Elliot describe a Tassis como un poeta y cortesano brillante, que habiendo vuelto del destierro, tenía el defecto de no mantener la boca cerrada. En principio, se dedicó a glosar alabanzas del nuevo gobierno y saludó a Felipe IV como el “restaurador de España”5.

      En el carruaje en el que fue asesinado viajaba acompañado de Luis de Haro, Marqués del Carpio, sobrino de Olivares y amigo de Felipe IV. Con el tiempo sería sucesor del Conde-duque como valido de Felipe IV, y en ese octubre de 1622 fue nombrado gentilhombre de la boca, según cita Elliott en la biografía del Olivares6. Un gentilhombre de boca acompañaba al Rey en las solemnidades públicas, especialmente en las comidas, pero también en las contiendas. Su prestigio residía en la cercanía al monarca.

      Los cerebros intelectuales de la muerte de Juan de Tassis, Conde de Villamediana, no fueron encontrados. Beneficiados de su muerte hubo varios. Olivares temía su ascendencia o buena relación con la reina. El Rey Felipe IV pudo tomar la decisión de eliminarle ante los rumores de que el poeta era amante de la reina. Los únicos detenidos servían al monarca y el único acompañante, el Marqués del Carpio,  era amigo del Rey. Su vida turbulenta y su poesía satírica hicieron el resto.

      Para los amantes de la poesía, dejó muestra de su ingenio y procacidad. Como remate, el poema de una dama a la que envió una perdiz:

A UNA DAMA A LA QUE LE ENVIÓ UNA PERDIZ

Niña, pues en papo chico

no cabe chica mitad,

con mi perdiz almorzad,

porque tiene pluma y pico.

Si mentalmente os fornico,

no me lo podéis negar,

que amor sabe penetrar

hoy, primer día del año,

mil puertas con un engaño,

mil llaves con un mirar.7



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1MICÓ, J. M. y SILES, J: Paraíso Cerrado. Poesía en lengua española de los siglos XVI y XVII. Nueva Galaxia Gutenberg. Barcelona. 2003. Página 428.

5ELLIOTT, J. H.: El conde-duque de Olivares. Crítica. Barcelona. 2004. Páginas 71-72.

6ELLIOTT, J. H.: Obra citada. Página 171.

7MICO, J. M. Y SILES, J.: Obra citada. Página 429

     

4 comentarios:

  1. Hola Blas
    Me ha encantado la historia y me han parecido sencillamente sublimes los poemas. Siempre aprendo contigo. Lo del gentilhombre de boca debía ser como el asesor personal de la época ¿no?. ¡Enhorabuena!

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    1. Gracias Matilde. El poder hace extraños nombres para seleccionar a sus allegados.

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