"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos;... por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. (Miguel de Cervantes).

Ignacio Sánchez Mejías, el ser mítico

Ignacio Sánchez Mejías buscando artistas en la jerezana calle Lancería.

 " -¿Piensa usted dedicarse de lleno a la dramaturgia?

  - ¿Quién, yo? De ninguna manera. Yo no hago profesiones de fe vitalicias. ¿Quién sabe lo que será uno dentro de unos años?"

     Ignacio Sánchez Mejías, entrevistado por Trivelín para el diario ABC días antes de estrenar Sinrazón.

     Cuenta el profesor de Derecho Penal Manuel Grosso que fue invitado a dar una conferencia sobre Ignacio Sánchez Mejías en El Cairo en unas jornadas que celebraban sobre Federico García Lorca. Los egipcios son, en teoría, un público ajeno al mundo de los toros. Es más, relata Grosso, consideraban a Sánchez Mejías algo parecido a un personaje mitológico o mítico.

    Esta situación le permitía, eso sí, hablar del personaje más allá del traje de luces y bajarlo del pedestal en el que el Llanto había colocado al sevillano.

     Otro dato que permitía valorarlo era la amplitud de dedicaciones/ ocupaciones que había observado en su vida, en especial entre 1927 y 1934; la inconstancia en alguno de sus propósitos o el deseo de vivir la vida con desmesura, como si todos los empeños se le quedaran pequeños. 

     Escribió el libreto de “Las calles de Cádiz” con el seudónimo de Jiménez Chavarri en 1933. Había estrenado en 1928 Sinrazón y Zaya, y no llegó a estrenar Ni más ni menos y Soledad

     Se dejó la piel en el estreno del musical. Según un biógrafo de Pilar López Júlvez, Ángel Álvarez Caballero, participó activamente en el montaje del espectáculo. Activamente, sobre todo, en la búsqueda y contratación de artistas en Cádiz y Jerez de la Frontera: Juana La Macarrona, La Malena, Fernanda Antúnez, Rafael Ortega, Antonio Triana, Adela La Chaqueta, Manolo de Huelva a la guitarra, el Niño Gloria, Espeleta…

     Argentinita le habría acompañado en alguno de esos viajes para buscar a Pablito de Cádiz… 

     Las calles de Cádiz comenzaban con El Amor Brujo de Falla, seguían con varios números como la Danza V de Granados y una versión de El sombrero de tres picos de Falla. Una jovencísima Pilar López continuaba con un baile gallego. 

Argentinita según Romero de Torres.

     La segunda parte era propiamente Las calles de Cádiz. Una coreografía sobre un mundo en decadencia o en extinción. La novedad: Un cuerpo de baile de seis personas con trajes de distinto colorido, todas a un tiempo. El guitarrista citado se ocultó tras un biombo. Tangos, el romancillo Los Reyes de la Baraja de Lorca, por bulerías y en corrillo. Otros números por bulerías y un zapateado nos llevaban a Nochebuena en Jerez, como colofón, donde el Niño Gloria cantaba sus famosos villancicos.


     Una apoteosis final en semicírculo consagró la noche por todas las noches e hizo costumbre ese medio corrillo final.

     Argentinita se consagró más y presentó a su hermana Pilar, que fue maestra de generaciones de bailarines como Mario Maya y Antonio Gades. 

     Ignacio Sánchez Mejías se encargó de convencer a otro Ignacio, Espeleta, para que hiciese de pescadero. Según parece cuando estrenaron en París, salió al escenario y le aplaudieron sin haber empezado. El escritor Fernando Quiñones rememorando a García Lorca contó que el granadino decía que Espeleta no quería actuar porque cómo iba a trabajar si era de Cádiz.

     Para saber más:

     —Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías. Documentación expuesta y biblioteca de una personalidad genial y el mundo cultural del primer tercio del siglo XX que vieron sus ojos.

     —AMOROS, A Y FERNÁNEZ TORRES, A.: Ignacio Sánchez Mejías, el hombre de la edad de Plata. Books4pocket para Almuzara. Barcelona. 2011. 

     -Revista EN PRESENTE, julio septiembre 2007. 

     -GROSSO, M.: Ignacio Sánchez Mejías: la pasión por vivir. Una mirada sobre el hombre. Revista de Estudios Taurinos. Nº 11, Sevilla, 2000, páginas 201-214.

   

La ganadería como vertebración de la corona de Castilla

     
Gualda

     La gualda es una hierba que produce unas flores amarillas en forma de espigas que suele aparecer en forma silvestre y que se cultiva para obtener un tipo de color amarillo, el/la gualda, tras su cocimiento. 
    También, Gualda, es una localidad española perteneciente al municipio guadalajareño de Cifuentes ubicada en la cuenca del Tajo alto, con pocos habitantes, pero que debe su importancia al hecho histórico que se produjo el 2 de agosto de 1273. Alfonso X el Sabio concedió un privilegio al Honrado Concejo de la Mesta. En 1273 las cuatro Mestas castellanas fueron unificadas y los ganaderos se sometieron a las decisiones de una única Mesta General. De los privilegios que obtuvo destacan la libertad de paso y el aprovechamiento de pastos comunes en el reino. Privilegios que dieron apogeo a una institución ganadera, pero que fueron contestados por los concejos, nobles y órdenes militares, entre otros, porque ponían en peligro sus privilegios locales.
Alfonso X El Sabio

     Tres grandes cañadas cruzaban la península: la leonesa, de León hasta Plasencia buscando pastos veraniegos en Extremadura; la segoviana, con varios ramales, desde Logroño hasta Segovia, con ramales hacia Bejar a Andalucía por Talavera. La cañada manchega recogía los ganados que venían por Cuenca y los distribuía por Andalucía y Murcia. El surgimiento de la Hermandad Vieja, de Toledo, Talavera y Ciudad Real puede tener conexión con la trashumancia.
     Según decía Ramón Carande, en Carlos V y sus banqueros, “ninguna manifestación de la vida económica española tiene en su historia el arraigo que la ganadería”. 
  Siguiendo al mayor estudioso de la Mesta, Julius Klein, los privilegios de 1273 comenzaban así: “Sepan quantos este priuilegio vieren como ante Don Alfonso, por la gracia de Dios, Rey de Castiella, de Toledo, de Leon, de Galizia, de Seuilla, de Cordoua, de Murcia, de Jahen, del Algarue, en uno con la Reyna Donna Violante, mi mujer, et con nuestros fijos, el Infante Don Sancho, fijo mayor, et con Don Peidro, et Don Johan, et Don Jaymes, vinieron omnes bonos de los pastores et mostraronnos de como las cartas que de nos tienen, selladas con nuestros sellos de cera, que se le quebrantaban los sellos, et se les dannaban; et que nos pidien merced, que de todas estas cartas, que les diésemos un priuillegio. Et nos, por les facer bien et meercet, tobiemoslo por bien. »

      Esta era la tesis de Klein. Que la Mesta era originada por una decisión real. Otros, Bishko y Argente del Castillo, abogaban por una sanción real de unas decisiones propias de los ganaderos. Agruparon todas las cabañas de ganado de oveja merina por la calidad inigualable de su lana, sin comparación en el resto del mundo, a diferencia de la raza churra, de potencial lechero. La Mesta ayudó en la consolidación del reino de Castilla que emergía con el avance de la Reconquista ocupando los pastos más meridionales. Y la jurisdicción de la Corona sobre vías pecuarias coadyuvó y se impuso sobre las locales de villas y ciudades. Tal fue el poder de la Mesta que dominó la vida rural de Castilla.
     Este poder, como se decía, colisionó con otros poderes locales. Los reyes de la Reconquista habían otorgado privilegios a las ciudades que se sentían agraviadas por los privilegios mesteños como el paso libre y seguro por los reinos, la exención del pago de impuestos, el aprovechamiento forestal de los montes, el uso de los pastos y el mantenimiento de las cañadas. El aprovechamiento de los pastos entraba en colisión con otro poder rural, la agricultura. El repoblamiento o la colonización con el aprovechamiento agrícola de los terrenos ocupados afectaba de forma directa a la ganadería que había atravesado zonas escasamente pobladas.
     Al principio los enfrentamientos y colisiones entre los privilegios reales de la ganadería y otros privilegios reales en zonas rurales eran escasos y se solucionaban con la siguiente decisión: en caso de contradicción entre dos privilegios firmados por el poder real, estos quedaban sin efecto. Con la creación del Honrado Concejo de la Mesta se favorece a la asociación de ganaderos porque se constituye en cabaña real y porque se limita los impuestos que se podía cobrar a estos rebaños, dos cabezas por millar, en la concesión de privilegios de Gualda.
     Las órdenes militares también entraron en conflicto con la Mesta. La orden de Calatrava, que tuvo una cabaña ganadera, en especial de ganado vacuno, gozó de una serie de privilegios. Su etapa de mayor desarrollo se produce tras la batalla de las Navas de Tolosa, 1212, cuando recupera el campo calatravo, y se inicia una etapa de expansión sin límites que llega hasta mediados del siglo XIV. Como se decía, inicialmente era ganado vacuno, pero entre mediados del siglo XIV y mediados del siglo XV se produce un incremento del ganado ovino y un descenso de la cabaña global. A partir de mediados del siglo XV se abandona la ganadería y se intensifica la explotación de los pastos que ya poseía desde sus inicios.
Caballero calatravo

     Los primeros privilegios de los calatravos son del siglo XII. Alfonso VIII concede privilegios y los toma bajo su protección, con la intención de crear una economía de base ganadera en los señoríos de las órdenes militares para que ayudasen en el desarrollo, vertebración, de los territorios del reino. En 1264 consiguió la libertad de tránsito por todos los reinos de la corona de Castilla, que no siempre era respetada. Otro privilegio que empezaron a compartir las órdenes militares fue el uso de los pastos en común. Y desde el siglo XIII, los rebaños meridionales podían hacer la trashumancia en verano hacia Segovia y Ávila.
Rebaño de ovejas en la meseta

     La razón del paulatino paso de la orden de Calatrava de poseedor de una importante cabaña ganadera a la explotación de pastos tenía origen en las características geográficas y climáticas de los territorios de frontera que se iban ocupando. Zonas escasamente pobladas, terrenos de pastos que crecen en primavera y otoño, inicial actividad militar que luego se abandona por otras actividades económicas que complementan con la caza, la pesca, el cultivo de la miel o la explotación de bosques. Con el tiempo, el control de los pastos, su aprovechamiento y la imposición de tributos por su empleo fue desplazando a la ganadería. Según Rodríguez-Picavea, la orden de Calatrava puso interés en el desarrollo de las dehesas desde sus inicios y fue un símbolo de su poder: Las dehesas del Campo de Calatrava. La riqueza que generaban para la Orden los espacios pecuarios se obtenía cobrando por el paso o por el arrendamiento de estos.
     Ganaderos mesteños presentaron reclamaciones contra la orden de Calatrava. En 1285 se presentaron contra los comendadores de Piedrabuena, Villagutierre, Fuente del Moral, Caracuel, Benavente, Moratalaz y Alcolea por cosas hechas sin razón ni derecho por la orden contra sus ganados y ganaderos. En 1287 se llega a una especie de primer acuerdo que se expresaría en la percepción de una renta por la protección de las cabañas ganaderas. Pero hubo ocasiones en que fue necesario recurrir a la intervención regia para resolver las diferencias sobre la posesión o propiedad de dehesas y ganado.
     La importancia de la ganadería en el reino castellano estaría en uno de los orígenes de la encomienda calatrava de Manzanares. Su posición privilegiada en las llanuras del valle del Guadiana como paso de las cabañas ganaderas que venían de Cuenca permitiría obtener beneficios de los rebaños y detraer recursos de las personas que por los caminos pudieran desplazarse.
Castillo de Pilas Bonas. Manzanares

     Para saber más:

       KLEIN, J.: Los privilegios de la Mesta de 1273 y 1276. Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo LXI, p. 139.

     ALMAGRO, C.: Población, encomienda y territorio: Manzanares a finales del S. XV. "En la España medieval", 2008, vol. 31. Páginas 123-150. 

     RODRÍGUEZ-PICAVEA, E.: La ganadería y la orden de Calatrava en la Castilla medieval (siglos XII-XV). En la España Medieval, 2010, vol. 33, páginas 325-346.

     BISHKO, CH. J.: Setenta años después. La Mesta de Julius Klein a la luz de la investigación subsiguiente

     SUÁREZ BILBAO, F.: La sociedad altomedieval y sus reciursos. En "Historia de España de la Edad Media". Coordinada por Álvarez Palenzuela, V. A. Ariel. Barcelona. 2011. Páginas 411-432.

 

 

Sobre 'Carmen' y 'Lola': la coronación de Dámaso Alonso

     

'Lola', de Sigüenza. BNE

Carmen y Lola eran obra de Gerardo. Carmen tenía una presencia bella, esbelta, tal vez desdeñosa. Representaba una mujer española sencilla que portaba en su mano flores o poesías. Era, sería, una revista chica de poesía española.

     Lola, al contrario de la cantábrica Carmen, era seguntina, menor y más directa en sus argumentos. Decía lo que callaba Carmen. Era amiga y suplemento. Lola nos contaba, nos contó, la dichosa coronación de Dámaso en Sevilla a finales de 1927, recordando a don Luis en su tercer centenario. 

     La brillante pléyade de poetas que acudió a Sevilla invitados al y por el Ateneo coronó en la Real Venta de Antequera a un nuevo diestro de las letras que había triunfado en la capital como discípulo de Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos. 

     El Sol había definido a los viajeros y poetas como “literatos madrileños de vanguardia”, tres adjetivos complementarios y puede que contradictorios. 

     Bergamín, Chabás, Guillén, Diego, Alonso, García Lorca y Alberti sonaban inicialmente a jugadores del nuevo deporte de moda, el "football", que practicaban hombres en pantalones hasta la rodilla con olor a linimento mentolado. 

     Tras los problemas del traslado a la sevillana capital de la poesía, estos amigos dedicaron dos noches a un grupo de amigos de Hispalis donde triunfó Alonso y donde se quedó sin voz, o sin palabras, Bergamín. Tal fue el éxito de Dámaso que bellas ninfas del Bétis salieron del río para felicitarle mientras hablaba y cuando cogía respiro llenando o rellenando con un poco de agua el vaso que más cerca tenía. Alonso, ante el elogio, sonrió. 

     Chabás siguió, prosiguió, con su prosodia levantina; Diego hizo defensa de la poesía acordando pergeñar, crear, a Carmen. Lorca y Alberti representaron un trozo de las Soledades gongorinas. 

    Siguió la lectura de poemas propios, y ajenos, de Guillén, Diego, Lorca y Alberti, donde mayor entusiasmo mostró Lorca, tras leer sus romances. Entusiasmo que provocó el desvestido de Adriano del Valle, puede que en un arrebato.

     Hubo, después, una exposición íntima de mapas astronómicos de la poesía. Lorca, protagonista, se asignó la estrella más luminosa acompañada de una cantidad irreal de satélites. Se cantó las ruinas de Nínive, el recuerdo de Babilonia, la memoria de Cartago. Hubo una noche surrealista en manicomios e islas adyacentes. Y, como colofón, una travesía en barco por el Betis.

https://www.realventadeantequera.com/

     Todos recordaron la fiesta en la Real Venta de Antequera. En medio o durante la comida aparecieron miembros del Ateneo, de la revista Mediodía y de la Universidad de Apolo; todos en una comisión. Pronunciaron un emocionante y razonado discurso. 

     Al concluir se depositó sobre las sienes de Dámaso Alonso, ruborizado, una corona de laurel que Ignacio Sánchez Mejías había cortado de un árbol cercano con la experiencia de quien ha recortado muchas cosas en varias vidas. Era un triunfo imperial. Sobrio y solemne.

     Finalizada la ceremonia, el rector de la Universidad de Apolo, Max Jacob Antúnez, disertó sobre el cante jondo de forma tan sencilla y brillante que se podía resumir en pocas palabras: dos y dos son cuatro. 

     ‘Lola’, de Sigüenza, contó un nuevo universo. 

     

'Carmen', de Gijón. BNE.


     
Para saber más:

        Gerardo Diego establece el canon de los poetas. En cierto modo es un notario de la pléyade de poetas. La lectura de sus Obras Completas es una labor clarificadora. He consultado las de Alfaguara en el Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías. Las revistas ‘Carmen’ y ‘Lola’ he podido consultarlas en la Biblioteca. Nacional.

     Amoros cuenta los hechos de Sevilla en Ignacio Sánchez Mejías, el hombre de la edad de Plata, ahora en una edición de bolsillo de Almuzara.

     La Real Academia de la lengua española tiene depositado el legado de Dámaso Alonso. Fue director durante catorce años. Y su labor como filólogo, además de su obra literaria, fue inmensa.

     

 

José Castillejo, un manchego en la BBC

    

Servicio Latinoamericano-BBC

      Cuando en octubre de 1942 las tropas británicas lograron contener en El Alamein a las tropas alemanas y los americanos desembarcaron un mes más tarde en el norte de África, algo empezó a cambiar. En ese instante, en Europa Occidental, la percepción acerca del devenir de la Segunda Guerra Mundial vislumbró un final favorable a los aliados, confirmado con la derrota en Túnez, en mayo de 1943, del Mariscal Rommel cercado por tropas británicas y americanas. A ello se unía el freno al expansionismo japonés en el Pacífico y la victoria soviética en Stalingrado durante febrero de 1943.
Montgomery

     Durante la primavera de 1943, de los dos países del bando aliado europeo que habían conseguido mejorar el avance hacia una democracia parlamentaria liberal, Francia y Reino Unido, únicamente los de las islas habían resistido el ataque del régimen nazi y sus aliados del Eje. Entre los medios empleados por los británicos para contrarrestar el empuje hitleriano y sus medios de propaganda se pretende hacer hincapié en las emisiones en diversos idiomas de la BBC. En español y para España, hubo emisiones que pretendían mostrar la versión de los aliados y que se fue conformando según avanzaba hacia la victoria final. Colaboradores españoles de esas emisiones fueron, siguiendo a María Dueñas, Rafael Martínez Nadal, Salvador de Madariaga, Luis Araquistain, Luis Cernuda, Wescenlao Carrillo, Alberto Juménez Fraud, Natalia Cossio y José Castillejo Duarte. En el servicio para América Latina colaboraron Manuel Chaves Nogales, Arturo Barea o el padre del que fuera ministro y periodista Michael Portillo, Luis Portillo. En ocasiones con seudónimos para seguridad de los oradores y para el mantenimiento de las difíciles relaciones entre la dictadura de Franco y el imperio británico. De ello se encargaban el Foreing Office y el embajador español en Londres, el duque de Alba. 

     Las relaciones se mantuvieron por necesidad mutua debido al control marítimo británico del Estrecho como por las penurias comerciales de España para conseguir alimentos tras la guerra civil, como relata Moradiellos en Franco frente a Churchill. España y Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

     De estas emisiones radiofónicas ha quedado una que, por su interés histórico político, se pasa a comentar. El 25 de mayo de 1943, quien había sido secretario de la Junta de Ampliación de Estudios, JAE, José Castillejo Duarte se dirigió a los oyentes en España razonando las bondades del parlamentarismo inglés y su evolución a la democracia liberal sin una constitución escrita y con una aplicación positiva de la costumbre. 

     Fueron quince minutos que han quedado como una clase magistral de la defensa de la democracia liberal, de sus orígenes y del respeto a los antepasados y los que conviven con diferentes puntos de vista.

     El primer argumento que Castillejo plantea es la explicación, en 1943 con el auge de las dictaduras fascistas y comunistas, sobre qué motiva a los británicos para aborrecer la dictadura y amar la libertad. Castillejo lo basa en que los ingleses son productores y comerciantes y, aunque la dictadura pueda salvarles la vida, creen que carecen de la seguridad que les permite seguir creando o dando vida. Se podría recurrir a matar al tirano como han preconizado Salisbury o Mariana, más piensa Castillejo que no se acaba con las dictaduras matando tiranos, ni se acaba con las democracias matando demócratas. El primer argumento acaba con uno de los derechos más avanzados de la democracia: estar en contra de la pena de muerte o del tiranicidio.

     Desde el siglo XIII, los ingleses intentaron que ninguna fuerza fuera predominante, omnipotencia dice Castillejo, mediante la contraposición de fuerzas sociales el mantenimiento de un equilibrio que permitiese un orden jurídico ajeno a los vaivenes políticos. La peculiaridad del derecho británico, como la del derecho romano, es que no tiene un código como ocurre hoy en día en el sistema continental europeo. De hecho y de derecho, la compilación del derecho romano fue realizada por el naciente Imperio Bizantino como heredero del Imperio Romano de Oriente.

     Castillejo cuenta que los ingleses apreciaron que la voluntad divina era oscura, que la voluntad de los reyes solía ser frágil y que la voluntad del pueblo tendía a ser movediza. ¿Qué quedaba? Encontrar algo que fuera claro e inmutable. Y se recurrió a la voluntad de los muertos, la costumbre. Por eso el derecho inglés es consuetudinario. Habitual. Reincidente.

     Puede que sea algo antiguo, que parezca atrasado. En las películas británicas los jueces llevan unas pelucas que nos remiten a momentos pasados, pero los cerebros que las portan emiten sentencias que son ley. Ley que no es inmutable, que se modifica si se hace una mejor o cambian las circunstancias. Y siempre manteniendo relación con lo establecido por los antepasados.

     La voluntad del pueblo es soberana en democracia, aunque puede tomar decisiones sensatas o no. Serían insensatas si dependiesen de las normas que se dictasen el día anterior que impidieran la estabilidad o equilibrio. Y ese derecho efectivo el día siguiente, propio según Castillejo de las dictaduras, crea la destrucción de la irretroactividad de las leyes que solamente es posible si favorecen al reo. 

     El sistema político inglés parte de la base de la anterioridad del derecho a la autoridad y, más todavía, la democracia. En el medievo los británicos buscaban la justicia por medio de tribunales señoriales, del clero o de los sobornables burgueses. Cuando llegaron los normandos, antiguos vikingos civilizados en el norte de la actual Francia, establecieron tribunales ambulantes que fueran repartiendo justicia por el reino, unificando criterios, generando jurisprudencia. Un derecho común. Algo permanente como el tapiz de Bayeux que relata la conquista normanda de Inglaterra en el siglo XI. Tapiz utilizado en el cine por R. Fleischer en Los Vikingos para los créditos de la película. 


     Tribunales que en el siglo XX seguían llegando en trenes o coches. Siglos de justicia ajena a dictadores, parlamentos o pueblos que, en ocasiones, no la han respetado. Castillejo nos cuenta el revuelto siglo XVII inglés con el reinado de Carlos I, la utilización del tribunal de la cámara estrellada al servicio del absolutismo, la supresión del mismo por el Parlamento, la ejecución del rey tras una guerra civil. Una república siguió que se convirtió en una dictadura parlamentaria que colisionó con una dictadura militar. Y la restauración monárquica se consolidó a finales de siglo cuando se limitó el derecho de los reyes a nombrar jueces y se reguló la dificultad, las causas, para que fuesen removidos de sus puestos. 

     Señala Castillejo que los funcionarios británicos son responsables de sus actos aun siendo ordenados por un superior, lo que les capacita para negarse a cumplirlos si consideran que no son justos. Y que contrasta con el servilismo propio de las dictaduras. 

     Hace un guiño al fracaso de la historia política española de la casi primera mitad del siglo XX, al señalar que los países que tienen dictadura, pero temen la democracia, deberían mirar a la historia británica como espejo del tránsito hacia la democracia utilizando la libertad y la justicia. Y que ha sido otra vez, el siglo XX, cuando se ha roto este tránsito por los gobernantes tanto en dictaduras como en regímenes que aparentemente eran democráticos. El caso de la dictadura de Franco o Salazar, o la dictadura del proletariado soviética. 

     Castillejo acaba manifestando que una democracia con imperio de la ley no se hace en un día. Puedes votar un Parlamento, puedes elegir un jefe del Estado sea rey o presidente, pero un poder judicial ajeno a los partidos necesita años de servicio para el crédito y prestigio. Y que al tambalearse una dictadura, las soluciones son varias: la dictadura del proletariado tras una revolución; la reconciliación de los partidos políticos para ensayar una nueva democracia; o el surgimiento de un nuevo jefe que devuelva la libertad y restaure la ley.

     Era el 25 de mayo de 1943 y concluyó clamando por las ondas: ¡Naciones continentales, a elegir! 

      De la correspondencia que mantuvieron Alberto Jiménez Fraud y José Castillejo se desprende que ellos se fijaron, alabaron, el sistema de colegios británicos, college, para el establecimiento de la Residencia de Estudiantes. Castillejo con los medios del primer decenio del siglo XX, como secretario de la Junta, estuvo detrás del primer sistema de pensiones de estudiantes extranjeros, tanto de ciencias como de humanidades, para aprender los sistemas educativos o de investigación fuera de España, para que a su vuelta, estos pensionados trabajaran en nuestro país y desarrollaran la educación e investigación que habían aprendido. La Junta de Ampliación de Estudios fue el precedente de las actuales becas Erasmus y precedente, a su vez, del actual Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC. Cuando estalla la Guerra Civil en España, consiguió escapar de las checas y huir de España y, tras la Guerra Civil, fue depurado por la dictadura de Franco. En España, los intelectuales han sido perseguidos por los fanáticos.


 

          Para saber más:

     — De la correspondencia entre José Castillejo Duarte y Alberto Jiménez Fraud, que he podido consultar en la biblioteca del Archivo Museo Sánchez Mejías, se desprende la gran implicación que como secretario de la Junta tenía el primero, de su papel en la toma de decisiones, de la administración del dinero hasta el último céntimo, de su marcado carácter pedagógico. También he consultado las cartas de su primera juventud cuando conoce a Fernando Giner de los Rios y sus paseos por la sierra al norte de Madrid. Y a Manuel Bartolomé Cossío. Es el epistolario que edita David Castillejo Claremont, su hijo. La educación no confesional en España y el desarrollo de la investigación no sería posible sin la labor de este ilustre pedagogo.

     - Ramón Carande hace referencia a Castillejo varias veces. En las cartas con Jiménez Fraud, lo recuerda con agrado. Piensa que no se ha hecho justicia con su papel en la cultura española. Cree que la última vez que lo vio fue cuando la vida de los dos corrió peligro al inicio de la Guerra Civil. Y lo recordó en el homenaje que se hizo en el cincuentenario de la Residencia de Estudiantes, en la década de los sesenta del siglo XX.

 

    

 

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