"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos;... por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. (Miguel de Cervantes).

Ignacio Sánchez Mejías, el ser mítico

Ignacio Sánchez Mejías buscando artistas en la jerezana calle Lancería.

 " -¿Piensa usted dedicarse de lleno a la dramaturgia?

  - ¿Quién, yo? De ninguna manera. Yo no hago profesiones de fe vitalicias. ¿Quién sabe lo que será uno dentro de unos años?"

     Ignacio Sánchez Mejías, entrevistado por Trivelín para el diario ABC días antes de estrenar Sinrazón.

     Cuenta el profesor de Derecho Penal Manuel Grosso que fue invitado a dar una conferencia sobre Ignacio Sánchez Mejías en El Cairo en unas jornadas que celebraban sobre Federico García Lorca. Los egipcios son, en teoría, un público ajeno al mundo de los toros. Es más, relata Grosso, consideraban a Sánchez Mejías algo parecido a un personaje mitológico o mítico.

    Esta situación le permitía, eso sí, hablar del personaje más allá del traje de luces y bajarlo del pedestal en el que el Llanto había colocado al sevillano.

     Otro dato que permitía valorarlo era la amplitud de dedicaciones/ ocupaciones que había observado en su vida, en especial entre 1927 y 1934; la inconstancia en alguno de sus propósitos o el deseo de vivir la vida con desmesura, como si todos los empeños se le quedaran pequeños. 

     Escribió el libreto de “Las calles de Cádiz” con el seudónimo de Jiménez Chavarri en 1933. Había estrenado en 1928 Sinrazón y Zaya, y no llegó a estrenar Ni más ni menos y Soledad

     Se dejó la piel en el estreno del musical. Según un biógrafo de Pilar López Júlvez, Ángel Álvarez Caballero, participó activamente en el montaje del espectáculo. Activamente, sobre todo, en la búsqueda y contratación de artistas en Cádiz y Jerez de la Frontera: Juana La Macarrona, La Malena, Fernanda Antúnez, Rafael Ortega, Antonio Triana, Adela La Chaqueta, Manolo de Huelva a la guitarra, el Niño Gloria, Espeleta…

     Argentinita le habría acompañado en alguno de esos viajes para buscar a Pablito de Cádiz… 

     Las calles de Cádiz comenzaban con El Amor Brujo de Falla, seguían con varios números como la Danza V de Granados y una versión de El sombrero de tres picos de Falla. Una jovencísima Pilar López continuaba con un baile gallego. 

Argentinita según Romero de Torres.

     La segunda parte era propiamente Las calles de Cádiz. Una coreografía sobre un mundo en decadencia o en extinción. La novedad: Un cuerpo de baile de seis personas con trajes de distinto colorido, todas a un tiempo. El guitarrista citado se ocultó tras un biombo. Tangos, el romancillo Los Reyes de la Baraja de Lorca, por bulerías y en corrillo. Otros números por bulerías y un zapateado nos llevaban a Nochebuena en Jerez, como colofón, donde el Niño Gloria cantaba sus famosos villancicos.


     Una apoteosis final en semicírculo consagró la noche por todas las noches e hizo costumbre ese medio corrillo final.

     Argentinita se consagró más y presentó a su hermana Pilar, que fue maestra de generaciones de bailarines como Mario Maya y Antonio Gades. 

     Ignacio Sánchez Mejías se encargó de convencer a otro Ignacio, Espeleta, para que hiciese de pescadero. Según parece cuando estrenaron en París, salió al escenario y le aplaudieron sin haber empezado. El escritor Fernando Quiñones rememorando a García Lorca contó que el granadino decía que Espeleta no quería actuar porque cómo iba a trabajar si era de Cádiz.

     Para saber más:

     —Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías. Documentación expuesta y biblioteca de una personalidad genial y el mundo cultural del primer tercio del siglo XX que vieron sus ojos.

     —AMOROS, A Y FERNÁNEZ TORRES, A.: Ignacio Sánchez Mejías, el hombre de la edad de Plata. Books4pocket para Almuzara. Barcelona. 2011. 

     -Revista EN PRESENTE, julio septiembre 2007. 

     -GROSSO, M.: Ignacio Sánchez Mejías: la pasión por vivir. Una mirada sobre el hombre. Revista de Estudios Taurinos. Nº 11, Sevilla, 2000, páginas 201-214.

   

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