"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos;... por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. (Miguel de Cervantes).

Frómista y el Canal de Castilla

 

Iglesia de san Martín, Frómista. Foto: BMR-E

      Una de las obras hidráulicas comenzadas, y abandonadas, en el siglo XVI, que tuvo un nuevo impulso en el siglo XVIII, fue el Canal de Castilla. Este ingenio civil tuvo una fecha de inicio, 1753, con el comienzo de las obras, y para las que el tesoro dedicó tres millones y medio de reales anuales[1].

     Detrás de este impulso se encontraba Zenón de Somodevilla (1702-1781). De orígenes hidalgos, por la protección del secretario Patiño, se había especializado en la administración naval, desde donde hizo méritos en la reconquista de Orán (1732) y en la expedición de Nápoles. Méritos por los que fue recompensado con el título de Marqués de la Ensenada (1736). Tras la muerte de Campillo, en 1743, se convierte en el hombre más importante de los secretarios de Fernando VI. Fue secretario de Hacienda, Marina, Indias y Guerra. Además, secretario de Estado y superintendente de ingresos.[2]

    

Canal de Castilla, Frómista. Foto: BMR-E

El
Canal de Castilla surge por la creencia de la relación entre la falta de navegabilidad de los ríos castellanos y su atraso social y económico. Su precedente fue el Informe de Bustamante de Herrera, 1549, que presentaba un proyecto de tres canales de navegación y riego que se nutría de los ríos Carrión, Pisuerga y Arlanzón dirigiéndose hacia Valladolid.

     El reformismo del despotismo ilustrado de los Borbones retomará, dos siglos después, con el fin de facilitar las exportaciones, una más fácil salida al mar, fijándose en las iniciativas pluviales europeas de los canales de Braire, Midi o Languedoc.

     Tras el Proyecto General de los Canales de Navegación y Riego para los Reinos, donde se contenían las determinaciones para la ejecución de cuatro canales navegables, se encontraba la labor del ingeniero Lemaur, quien trabajaba desde 1752 en los distintos planos y proyectos de la obra, siguiendo órdenes de Ensenada.

     Ensenada ordena, 1753, que se inicien las obras, pero estas se paralizan dos años después por un cúmulo de distintas circunstancias, y no se reiniciarán hasta 1842.[3]

   

Interior Iglesia de san Martín. Foto: BMR-E.

 
La historia nos cuenta que cuando el canal está terminado, empieza a llegar el ferrocarril, quedando como labor más importante el riego. Que, en teoría, era la menos
relevante de sus funciones originales. Que la navegación estaba en los orígenes de su construcción, como el caso del Canal Imperial de Aragón. Y que hoy, junto a las funciones de riego, tiene unas perspectivas funcionales dirigidas al turismo y/o la conversión en determinados edificios en museo. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas realizó un plan de desarrollo turístico de la zona en 1985-86 tomando como modelo el Canal de Castilla.

     El Canal sobrevivió como medio de navegación hasta 1959, quedando solamente como canal de regadío. Lo que hoy nos queda es el cauce por donde transcurrían los barcos de transporte, las esclusas que salvaban los desniveles del terreno, las dársenas donde se embarcaba o desembarcaba, las edificaciones del servicio, las instalaciones que aprovechaban la fuerza del agua del canal (de molinos a batanes, por ejemplo) y los puentes de paso.[4]

     Los equipamientos y accesibilidad de los pueblos ribereños parecen permitir un desarrollo turístico aceptable. A este desarrollo turístico contribuye la cercanía de paso del Camino de Santiago.

     Por un caminante supe que a la entrada de Frómista, el Camino se hacía mucho más atractivo con el paseo ribereño por el Canal de Castilla. El Canal mostraba, decía, una forma de “Y” invertida.

Interior Iglesia de san Martín. Foto: BMR-E

     La palentina Frómista forma parte del ramal norte. El canal, en su aproximación a la ciudad, toma una forma en ángulo recto o “L” invertida. El caminante dijo que, en los días de viento del Oeste, se percibía una suave brisa durante el estío, y que el canal se alejaba hacia el sur cuando dejaba a su derecha el enclave románico y jacobeo.

     Obviamente, después de una caminata matutina, el viajero, o cualquier peregrino, agradecía la vista del Canal que formaba parte o cuerpo del último esfuerzo que le dirigía tanto al deseado descanso como a la recuperación de fuerzas. Me dijo que, una vez alojado y aseado, probó las carnes y verduras de la zona, acompañado de un pan blanco de excelente calidad.

    Para la tarde dejó la visita a la Iglesia de San Martín, uno de los enclaves románicos más importantes. Contaba que, para él, el románico español tenía los siguientes hitos en el Camino de Santiago: La Catedral de Jaca, La iglesia de san Martín de Frómista, La Colegiata de san Isidoro de León y la catedral de Santiago de Compostela. Al menos, eso pensaba.

    San Martín de Frómista era un ejemplo puro de románico pleno, de gran calidad. Un modelo de iglesia del Camino, de influencia francesa, que se había conservado a través de los tiempos sin alterar su fisonomía original. La construcción era anterior a la Catedral de Jaca.

     Estaba relacionada con un monasterio que había mandado erigir la viuda de Sancho III de Pamplona, doña Mayor (o Muniadora) en 1066. El viajero me contó que había muchos turistas o peregrinos, que la fama de la iglesia estaba justificada.  Me habló de su aspecto exterior, con los canecillos que rodeaban la iglesia de torres de planta circular y fachada elegante.

     Me recordó que la iglesia tenía tres naves acabadas en ábsides. Que la nave central era más alta y que el transepto se engarzaba en la nave central. Las naves se separaban por pilares que tenían adosadas medias columnas de los que arrancaban arcos fajones que articulaban la bóveda de cañón típica del románico.

     El crucero estaba rematado, creía recordar, por un cimborrio octogonal y, hacia arriba, cúpula semiesférica sobre trompas abocinadas y vanos que iluminaban el espacio superior.

     Pero, me dijo el viajero, que lo que realmente le impresionó fueron los capiteles con temas cristianos, pero que bebían en lo romano pagano, adaptado a los momentos medievales.

  

Exterior Iglesia de san Martín. Foto: BMR-E.

  
Para él, el Camino fue una de las primeras plataformas de difusión cultural tanto del arte románico como de otras artes. Y que, además, fue fuente de desarrollo económico, ciudadano y religioso, sin olvidar el carácter constructivo de las ciudades que surgían junto a iglesias y monasterios.[5]

     Vea atentamente, decía, los puentes, las calzadas y las fortificaciones de todo tipo.

 

 



[1] AVILÉS FERNÁNDEZ, M. y otros.: La Instauración borbónica. EDAF. Madrid. 1982. Pág. 132.

[2] LYNCH, J.: Historia de España 5. Edad Moderna. Crisis y recuperación, 1598-1808. Crítica. Barcelona. 2005. Páginas 411-412.

[3] SOLA ALONSO, J. R.: La Tierra y el Agua, constructoras del Canal de Castilla. Construcción con Tierra. Investigación y Documentación. XI CIATTI 2014. Páginas 151-162.

[4] LENO CERRO, F.: La evaluación del potencial turístico en un proceso de planificación: El Canal de Castilla. Estudios Turísticos, n.º 116. 1992. Páginas 49-85.

[5] MONTEIRA ARIAS, I (coord.). Arte Cristiano y Arte Islámico en época medieval (Siglos III a XII). Editorial Universitaria Ramón Areces. Madrid. 2019. Páginas 302, 379-381.

El discurso de Gettysburg

      

Foto: 'LAS VOCES DE LA DEMOCRACIA'


     De los siete padres fundadores de los Estados Unidos, cuatro llegaron a presidentes: George Washington, John Adams, Thomas Jefferson y James Madison. Y dos, al Monte Rushmore: Washington y Jefferson. 

Padres Fundadores porque participaron en una de las revoluciones atlánticas, las de las Trece Colonias, y en la firma de la Declaración de Independencia o, bien, en la elaboración o escritura de la Constitución de los Estados Unidos

     En el Monte Rushmore se desarrolla la parte final de Con la muerte en los talones (North by Northwest, 1959). Los protagonistas huyen de sus perseguidores desde Abraham Lincoln y Theodore Roosevelt hacia Jefferson y Washington, buscando la defensa en los padres fundadores y, al mismo tiempo, poniendo en peligro el corazón de la nación simbolizada en las duras rocas esculpidas de Dakota del Sur. Y agarrados a una roca se salvan. Parece que el sueño americano de un hombre de clase media era/es jugarse la vida por su país y por la mujer que ama, saliendo sano y salvo. 


     Junto a los riesgos que corrieron los Padres Fundadores, ochenta y siete años después, Abraham Lincoln tuvo que afrontar los peligros de una secesión con una guerra civil, donde demostró una habilidad política especial y un don de palabra superlativo, cuyo exponente más conocido es El discurso de Gettysburg, el 19 de noviembre de 1863.

     Admirador de los Padres Fundadores, sitúa el origen de la nación americana en la Declaración de Independencia, creando las bases de los modernos Estados Unidos, basados en la defensa de los derechos constitucionales que impidieron la escisión del país en dos. Y lo hace proclamando la libertad, la igualdad y el gobierno del pueblo.

     Casi trescientas palabras para llegar hasta este párrafo.

     Y Lincoln sintetizó en trescientas palabras que su nación había nacido en libertad, donde todos los ciudadanos eran iguales. Que por esa misma libertad, debían honrar a los que luchan por mantenerla. Que los muertos habían honrado el campo, la nación, dando su vida por su existencia. Y que los que sobreviviesen, debían continuar y acabar la labor de los que perecieron siendo dignos, y demostrando que no desaparecieron en vano para que la nación pudiera perdurar, conociendo siempre la libertad y el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, sin que desapareciese de la Tierra. 

     Hasta Lincoln, la defensa más conocida de los ideales democráticos había sido pronunciada por Pericles y su Discurso Fúnebre. Pericles alababa la ciudad y sistema político ateniense junto al carácter y forma de comportamiento de sus habitantes, lo que se mostraba en los guerreros fallecidos. Es un texto cinco veces más extenso. Se apela al ideal humano dentro de la vida en sociedad para honrar a los muertos. Lincoln apela a los derechos individuales porque la nación la forman los ciudadanos por encima de la ciudad donde vivan.

A continuación, el discurso de Gettysburg:

     “Hace ochenta y siete años nuestros padres dieron vida en este continente una nueva nación concebida sobre la base de la libertad y obediente al principio de que todos los hombres nacen iguales.

     Ahora nos hallamos empeñados en una dura guerra civil que decidirá si esta o cualquier otra nación así concebida puede o no subsistir mucho tiempo. Estamos reunidos en uno de los campos de guerra donde se ha librado esta contienda. Hemos venido aquí para dedicar una parte de este campo como lugar de reposo eterno de los que dieron sus vidas para que subsista nuestra nación. Es muy natural y muy justo que así lo hagamos.

     Pero, en un sentido más amplio, hablando con toda exactitud, no somos nosotros quienes pueden consagrar, dedicar y bendecir este campo ya bendito. Son los mismos soldados heroicos que lucharon en él- así los caídos como los sobrevivientes- quienes ya lo han consagrado con su conducta mucho mejor que pudiéramos hacerlo nosotros. 

     Nuestra pobre aportación nada puede añadir o quitar. El mundo no hará gran caso de lo que aquí digamos, ni retendrá por mucho tiempo la memoria del homenaje nuestro. Pero, en cambio, jamás podrá olvidar lo que hicieron los bravos soldados que se batieron aquí, en Gettysburg.

     Nosotros, los que vivimos, tenemos la obligación sagrada de continuar y terminar noblemente la obra que comenzaron los que aquí sucumbieron.  

     Ahora nos corresponde a nosotros dedicarnos por entero a la gran empresa que todavía está inconclusa, para que seamos dignos de los venerados muertos, para que tomemos de ellos la misma devoción a la causa por la que dieron la suprema prueba de afecto, para demostrar que no entregaron en vano sus vidas, que nuestra nación, colocada bajo el amparo de Dios, conocerá siempre la libertad tras este nuevo bautismo de sangre, y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, jamás desaparezca de la Tierra.”

    Lo bueno, si breve, dos veces bueno


 

______________________

     Para saber más:

        - LARIO, A. (coord.): Historia Contemporánea Universal. Del surgimiento del estado contemporáneo a la Primera Guerra Mundial. Alianza Editorial. Madrid. 2011.

- MALAMUD, C.: Historia de América. Alianza Editorial. Madrid. 2010.

     - MARTÍNEZ, J. (coord.): Historia Contemporánea. Tirant Lo Blanch. Valencia. 2006. 

     -MONTERO, I.: Abraham Lincoln. Editorial Labor y Editorial Folio. L'Hospitalet. 1991. Edición de 2004.

     - RODRÍGUEZ ADRADOS, F.: La Democracia Ateniense. Alianza Universidad. Madrid. 1980. 

     - El diario El Mundo publicó en 2008 una serie de discursos de políticos a lo largo de la historia con el nombre de Las voces de la Democracia. Así hablan los grandes políticos. El número 4 estaba dedicado a Abraham Lincoln y el 24 a Pericles. Formato papel.




El vermú del Paralelo

     

   

Copa martini o martinera


      En la calle de la Merced hay un bar donde el camarero previene de la astucia de las gaviotas. 

     -Buenos días. ¿Un vermú?

     -¿Se va a sentar en la terraza?

     -Sí, ¿puedo?

     -No, no hay inconveniente. Únicamente...

     -Diga

     -La gaviota del Paralelo... le traigo el vermú. Un momento.

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     Unos minutos después llega el camarero con una copa martini, completa, de licor oscuro, rosso, con cubitos, donde se aprecia sumergida una aceituna y una rodaja de limón. Lo más sorprendente es lo que viene con el aperitivo. Para que el vermú no caiga mal, que no caerá, se acompaña un pincho de tortilla, unos frutos secos y un poco de pan. 

     -La gaviota del Paralelo no tiene miedo y se lanza sobre el pincho que viene con el vermú. Cuando menos la espere. Sin miedo. 

      Y hace el graznido de la gaviota.

     -¡Vaya! Vengo buscando tranquilidad y me dice que tengo que estar pendiente de las gaviotas de su local. ¿Pica?

     -No, ni la tortilla, ni los frutos secos.

     -La gaviota decía... recuerde a Hitchcok. Los pájaros. Jessica Tandy, Tippi HedrenSuzanne Pleshette, Rod Taylor ...


     -¿Una serie de Amazon o Netflix?

     -Déjelo. Mientras no me ataque... 

     Y se va repitiendo el graznido de la gaviota...



     La gaviota del Paralelo... ¿Serían varias? ¿Será una? ¿Provocará de verdad el desconcierto en los clientes? 

     Se sumergió en sus pensamientos y, más, en la tortilla. Poco hecha, demasiado blanda, la patata no muy hecha... 

   -Ya no queda. 

   Tantas vueltas... se la iba a comer igual.

     Había caminado por la ciudad, en una segunda salida, sin rumbo definido, sin sentido, con gusto por andar y ver la ondulación constante de las olas. Subió hacia el peine, bajó hasta el puerto. Mirando siempre la resaca marina, el límite del horizonte, el azul del agua que rompía con el azul del aire. Un horizonte infinito producto de la creación. 

     Con los dedos índice y pulgar cogió el palillo que sujetaba la aceituna. Una gordal en un vermú es una exageración o un premio. Habitualmente era la variedad manzanilla, pero, según parece, en los últimos años, se ha impuesto la gordal por estética y porque sazona el vermú, aportando ese gusto muy apreciado tras unos minutos en la copa.

     Comió los frutos secos mientras la aceituna se ahogaba. La fue rescatando con suaves sorbos a la copa; la remató a mordiscos hasta el hueso.

     Y la gaviota sin aparecer. Sus primas, las palomas, andaban como patos para perseguir los frutos secos y las migas del suelo. ¿Estarían compinchadas? ¿Le habrían recomendado el Paralelo para un atraco vulgar y quedar, después, como un lelo? 

     En Los pájaros, una chica algo aparentemente superficial, pero no tanto, se dedica a gastar bromas de más o menos gusto; conoce a un abogado, quien conociendo su fama, no le muestra mucho interés y que va buscando un regalo para su hermana que vive en un pequeño puerto pesquero. La atracción es mutua; provoca el desplazamiento de la joven al lugar de residencia de la hermana y de la madre, buscando, en realidad, un nuevo encuentro y no tanto la broma. Una antigua admiradora del abogado, el incordio de unos pájaros molestos y amenazantes, un ambiente enrarecido por la inercia de un ataque poco creíble inicialmente, producen una película de suspense y terror que ha llegado bien a los cincuenta y nueve (1963).

     ¿Y el vermú? Bien, gracias. Huele a hierbas aromáticas, está refrescado por cubitos de hielo y la rodaja de limón se la puedo dejar de señal a la gaviota.

      -Perdón, ¿qué le debo? ¿El suspense de la gaviota no me lo cobrará? 

     Pues sí, si se lo cobró...

      El visitante sabe que, cuando más se habla, más se yerra.



     



    

Evocaciones de los diseños dorados de Manuel Piña

            Museo Manuel Piña     En el Museo Manuel Piña ( @museosdemanzanares ) hay unos diseños de color amarillo, dorado y áureo, que re...