"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos;... por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. (Miguel de Cervantes).

El vermú del Paralelo

     

   

Copa martini o martinera


      En la calle de la Merced hay un bar donde el camarero previene de la astucia de las gaviotas. 

     -Buenos días. ¿Un vermú?

     -¿Se va a sentar en la terraza?

     -Sí, ¿puedo?

     -No, no hay inconveniente. Únicamente...

     -Diga

     -La gaviota del Paralelo... le traigo el vermú. Un momento.

      -----------------------

     Unos minutos después llega el camarero con una copa martini, completa, de licor oscuro, rosso, con cubitos, donde se aprecia sumergida una aceituna y una rodaja de limón. Lo más sorprendente es lo que viene con el aperitivo. Para que el vermú no caiga mal, que no caerá, se acompaña un pincho de tortilla, unos frutos secos y un poco de pan. 

     -La gaviota del Paralelo no tiene miedo y se lanza sobre el pincho que viene con el vermú. Cuando menos la espere. Sin miedo. 

      Y hace el graznido de la gaviota.

     -¡Vaya! Vengo buscando tranquilidad y me dice que tengo que estar pendiente de las gaviotas de su local. ¿Pica?

     -No, ni la tortilla, ni los frutos secos.

     -La gaviota decía... recuerde a Hitchcok. Los pájaros. Jessica Tandy, Tippi HedrenSuzanne Pleshette, Rod Taylor ...


     -¿Una serie de Amazon o Netflix?

     -Déjelo. Mientras no me ataque... 

     Y se va repitiendo el graznido de la gaviota...



     La gaviota del Paralelo... ¿Serían varias? ¿Será una? ¿Provocará de verdad el desconcierto en los clientes? 

     Se sumergió en sus pensamientos y, más, en la tortilla. Poco hecha, demasiado blanda, la patata no muy hecha... 

   -Ya no queda. 

   Tantas vueltas... se la iba a comer igual.

     Había caminado por la ciudad, en una segunda salida, sin rumbo definido, sin sentido, con gusto por andar y ver la ondulación constante de las olas. Subió hacia el peine, bajó hasta el puerto. Mirando siempre la resaca marina, el límite del horizonte, el azul del agua que rompía con el azul del aire. Un horizonte infinito producto de la creación. 

     Con los dedos índice y pulgar cogió el palillo que sujetaba la aceituna. Una gordal en un vermú es una exageración o un premio. Habitualmente era la variedad manzanilla, pero, según parece, en los últimos años, se ha impuesto la gordal por estética y porque sazona el vermú, aportando ese gusto muy apreciado tras unos minutos en la copa.

     Comió los frutos secos mientras la aceituna se ahogaba. La fue rescatando con suaves sorbos a la copa; la remató a mordiscos hasta el hueso.

     Y la gaviota sin aparecer. Sus primas, las palomas, andaban como patos para perseguir los frutos secos y las migas del suelo. ¿Estarían compinchadas? ¿Le habrían recomendado el Paralelo para un atraco vulgar y quedar, después, como un lelo? 

     En Los pájaros, una chica algo aparentemente superficial, pero no tanto, se dedica a gastar bromas de más o menos gusto; conoce a un abogado, quien conociendo su fama, no le muestra mucho interés y que va buscando un regalo para su hermana que vive en un pequeño puerto pesquero. La atracción es mutua; provoca el desplazamiento de la joven al lugar de residencia de la hermana y de la madre, buscando, en realidad, un nuevo encuentro y no tanto la broma. Una antigua admiradora del abogado, el incordio de unos pájaros molestos y amenazantes, un ambiente enrarecido por la inercia de un ataque poco creíble inicialmente, producen una película de suspense y terror que ha llegado bien a los cincuenta y nueve (1963).

     ¿Y el vermú? Bien, gracias. Huele a hierbas aromáticas, está refrescado por cubitos de hielo y la rodaja de limón se la puedo dejar de señal a la gaviota.

      -Perdón, ¿qué le debo? ¿El suspense de la gaviota no me lo cobrará? 

     Pues sí, si se lo cobró...

      El visitante sabe que, cuando más se habla, más se yerra.



     



    

4 comentarios:

  1. Por eso los mudos son más guapos que los que no lo son.

    ResponderEliminar
  2. Relato ingenioso y escrito con mucho desparpajo. Me ha encantado y me ha enganchado, sobre todo porque me confieso vermutera de terraza y me temo que yo también voy a tener esa gaviota 😃

    ResponderEliminar

La marea humana

              Cuando intentó entrar a la catedral, desistió. No por falta de fe, ni por la hora tardía, ni por el frío interior, ni el calor...