Cultura y sociedad

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Alberti marinero, amante y soñador

           Ese ángel, ese que niega el limbo de la fotografía y hace pájaro muerto su mano...me llama, me grita, me advierte, me despeña y me alza, hace de mi cabeza un yunque, un objeto inútil, contra quien deshacerse sin martillazos...



     Por amiga, por amiga. Solo por amiga. Por amante, por querida. Solo por querida...

          Desnudo, sin los billetes de inocencia fugados en sus bolsillos, derribado en tu corazón y solo en su primera silla, no creíste en Venus que nacía entre las aguas de la inocencia...


 



Cuando miro insondable al Miró; esos amarillos, blancos, azules, rojos en escalera, que ocupan el jardín y el mar lleno de patios y mares. ¡Oh, mar, miromar!, la abeja vuela hacia el mar del amor, miromar, ¡mar, miromar!, estrella del mar polar...


     Yo nací-¡respetadme!- con internet.
Bajo una red de datos y cohetes.
Cuando abolidos fueron los DVD y las casetes,
de los reyes, y el papamovil huyó de Roma.


     Playeras y moncayo, terral malagueño. Generala. El oleaje: Venus en el pecho. En la comisura, roto el labio, la tela verde de la aurora. 



4,5,6,7. En estas cuatro huellas no caben, o sí, en mis zapatos. Si en estas cuatro huellas no caben mis zapatos, o sí, ¿de quién son estas cuatro huellas? ¿O son mías? ¡Georginaaaaaaa!


¡Georginaaaaaaaa! Mi corazón siempre me dijo que eras una verdadera vaca. Una vaca lechera, que no es una vaca cualquiera. Me da leeche merengaada... Es una vaca salaada...


Todo lo que por ti vi, -la estrella sobre el aprisco, el carro estival del heno y el alba del alhelí- si me miras, para ti.


Rubios, morenos senos de Amaranta, por una lengua de can acariciados. Arco de naranjas, conducidos hacia el canal que busca tu garganta...


     Sí, soy el ángel bueno. En mi pecho se abren largos caminos que recogen las aguas de todos los mares. Las vidrieras de Giraldo alumbran todas las calles. Veo a través de los miradores la verdad oculta, que no me interesa. Ciudades deshabitadas las llama Rafael. Ciudades que se pueblan, de pronto, soñadas. Trenes descarrilados que marchan unidos. Naufragios de migrantes, antiguos o nuevos, llegan, pueden, unidos. Marchan. ¡Din, dong!

        Una sensación similar debió tener Rafael Alberti al regresar a España. Pero, sabemos por diversas fuentes, confirmadas finalmente por amigos, como José Luis Pellicena, que estuvo un par de días en España durante la dictadura de Franco, en 1969, cuando pensaba que él moriría antes que el "Generalísimo", sin volver a El Puerto de Santa María. Los permisos los consiguió José María Pemán, otro gaditano, que reposa en la cripta de la Catedral de Cádiz, como Manuel de Falla.(ABC, 9 de marzo de 2009, Tulio Demicheli)



El amigo de ISM, que está en nuestro pensamiento.
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Textos seleccionados y refundidos, o confusos, de Rafael Alberti:
- Marinero en Tierra, La Amante, El Alba del Alhelí, Cal y Canto, Sobre los Ángeles, Sermones y Moradas.
- El Veronés, pintor de la escuela veneciana, dijo:" Nosotros, los pintores, nos tomamos las mismas libertades que los poetas y los locos."
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Capitanes Intrépidos (1937)

    
     El señorito Harvey es maleducado y consentido. Su padre está siempre ocupado en sus negocios y se despreocupa de su educación que fía a los buenos colegios, el servicio doméstico y la amplitud en la paga mensual. Harvey es amoral, creído y soberbio con el prójimo, al que utiliza para sus fines egoístas, y demostrar su preeminencia social y económica sobre los demás.

      Tras su penúltima irresponsabilidad, su padre se lo lleva en un viaje trasatlántico en una cómoda embarcación donde el menor no deja de avasallar a los demás. El ejercicio de prepotencia termina quemando al prepotente que cae a las frías aguas oceánicas, donde es rescatado por un marinero portugués enrolado en un pesquero de bacalao de Gloucester.
      La falta de empatía emocional de Harvey choca contra la dura vida del pesquero de altura, donde todo está sometido a una rutina, un orden y un ejercicio de responsabilidad compartida entre todos sus tripulantes. Durante los tres meses que dura la campaña del pesquero asistirá a un mundo desconocido que forjará un nuevo espíritu basado en el esfuerzo, el compañerismo y la solidaridad. Y, sobre todo, en apreciar el valor de las cosas sencillas, su servicio y utilidad: Que es necesario para que pueda tener derecho a la sopa que ayude a tirar la basura de los desperdicios del barco, y que lo debe hacer conociendo la dirección del viento para que no le devuelva las tripas fermentadas de la basura.
      Harvey necesitaba cariño, el mismo que él no demostraba hacia ninguno de sus semejantes, porque lo desconocía y pensaba que se compraba todo con unas monedas. Aprende que existe sin más. Sin más coste que la reciprocidad emocional y el respeto hacia los demás.
      Esa labor emocional deberá ser comprendida también por su padre, que, al ver como Harvey se ha transformado con la vida en el pesquero, teme perder el único cariño familiar que tenía, su hijo. Es una formación y aprendizaje compartido. Moralizante. Como todas las historias primigenias, como todos los caminos originales. Con cierta predestinación dentro del claro instinto reformador.


      “Capitanes intrépidos” fue dirigida por Victor Fleming en 19371 adaptando la novela homónima de Rudyard Kipling2. Manuel rescata a un peculiar “Jonás” al que enseña a pescar al volantín con respeto y responsabilidad. Harvey fue interpretado por la estrella infantil Freddie Bartholomew, y Manuel, el pescador preceptor, por Spencer Tracy, Óscar al mejor actor por este papel. En el reparto, entre otros, destacan Lionel Barrymore (capitán del pesquero), Melvyn Douglas (padre), Mickey Rooney (hijo del capitán) y John Carradine (pescador). Las escenas cotidianas del pesquero son presentadas casi como un documental. El aprendizaje, el compañerismo y la forja de la responsabilidad es relatado como algo natural de la escuela que representa la vida. Manuel es un docente atípico, distinto al Aristóteles de Alejando Magno, o al Guillermo de Baskerville en “El nombre de la rosa”. Manuel es un preceptor de espíritu, de moralidad, compañerismo y valoración de los semejantes. Con la pesca, con sus artes, rescata al náufrago 'pescadito' de las procelosas aguas de la insensibilidad y le enseña a navegar por el mundo.


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2KIPLING, R.: Capitanes Intrépidos. Publicada en 1896 en época victoriana. Hay múltiples ediciones. Anaya S. A. y Círculo de Lectores. Barcelona. 1999. 216 páginas. Selección de Luis Alberto de Cuenca.



17-03-2020 10:51   Actualizada 23-10-2025 22:37 

La lucha por la vida

    
      ¡No lo coge! ¿Qué estará haciendo?... ¡No puedo andar! ¡Mis huesos! ¡Cómo he degenerado! Dicen que tengo estenosis del conducto raquídeo. Que es inoperable. Estoy atada a un cuerpo ingobernable.
      Al menos tengo la cabeza despejada. Me han tenido en penumbra, durante meses, hasta controlar los medicamentos; soy dependiente, soy luchadora. En parte es culpa mía. En parte por desidia médica. Contestaban siempre igual: ¿qué espera con su edad? Y con mi enfermedad, y con la de mi esposo... No han sabido regular mi dosis de calmante, ni marcar la pauta de los medicamentos que debía seguir tomando hasta que fui al neurólogo. Estoy inválida, casi me dejan obnubilada o tonta. Desperté cuando se acertó con la dosis de Targin, para soportar los dolores, y ahora me veo postrada en el sillón hasta que llegue una nueva silla de ruedas. Me he quedado inmóvil poco a poco. No sé cómo he aguantado. Esa fuerza de voluntad ante el deterioro continuado que sufre mi cuerpo no sé de dónde viene. Es un calvario solo soportable por los mundos a los que me transporta la lectura.
      No es por presumir, pero soy, era, una mujer muy bien plantada, enérgica, resolutiva. Antes del matrimonio, cuando trabajaba de telefonista, tuve mis inquietudes, me gustaba leer. Ahora me encuentro inmóvil y necesitada. Una mujer fuerte a la que ha doblegado el peso de la vida; una vida salvada por un solo deseo. Por un placer. Leer. Cincuenta años antes no pude. Todo era distinto. Ahora estoy sola. Un trasto inútil y molesto.
      Quiero leer, quiero conversar, aprender. Vivir. El móvil solo es un refugio donde contactar con los que no puedo ver, visitar, para los que no vienen a verme tanto como deseo. ¡Con ochenta años rogando que vengan...!
      Ya contesta. Siempre está ocupado. No quiero molestarlo. ¿Podrá ir a buscarme el libro? Es mi hijo, le gusta la lectura, lo comprenderá... ¿Por qué no? Dice que está terminando y preparando lo de mañana. Que estará de guardia conmigo toda la noche. ¡Soy su madre!¿Y cuándo él era un niño? El libro que me ha dejado tiene la letra muy pequeña; me está gustando, pero me tengo que esforzar mucho. La letra tan chica....puf... ¡Vaya con don Fermín y La Regenta! Madame Bovary me gustó mucho. ¿Irá sobre lo mismo? Compraba libros de bolsillo con sus ahorros. Me pregunta sí me gusta Clarín, ¿cómo no me va a gustar? Conforme me he quedado sin movilidad leo más. No sabe o no se da cuenta que es mi refugio. No quiero morir, quiero libros. Tengo que apuntar los libros que he leído...En mi memoria hay recuerdos de todos, de diferentes personas, de diferentes momentos...Con los libros he ganado nuevas vidas. Soy yo en otro cuerpo, en otras vidas, por las que dejo de ser invalida. Creo, sé, que moriré pronto, pero quiero hacerlo leyendo, aprendiendo, ocupada.
      Que no le diga que me muero, ¡sí es ley de vida! Lo que no soportaría es que muriese uno de ellos antes que yo. Me dice que tengo fuerza de voluntad. ¡Ojalá!¡Una heroína! ¡Ja, ja, ja!. ¡Eso dice!
     Me cambia de tema; siempre lo hace. Quiere saber qué libro me ha gustado más. Una evasión, tal vez una elusión; eso es este placer para mí. Guardo recuerdos de personajes, autores, y situaciones. En mi memoria están los primeros episodios nacionales de Galdós con Gabriel e Inés, el tuerto general Kutuzov de Guerra y Paz, los habitantes del Madrid de La Colmena, Long John Silver de la isla del Tesoro, las sentencias de Sancho Panza, los amores de Sandokan y Mariana, los de Robin y Marian, la hija del capitán de Pushkin, Diego Alatriste y sus andanzas, un Fabrizio despistado en la batalla de la Cartuja de Parma...Y, también, lo que cuesta el amor en los tiempos del cólera, y lo que le ocurre a Urania en la fiesta del chivo...Me interrumpe... ¡Calla un momento! ¿No se da cuenta qué todos me hacen olvidar la realidad, vivir otro mundo, alienar este sufrimiento? ¿Qué si me he dado cuenta que ya no tomo tantos medicamentos? Sí, aunque estoy atada a un potro de tortura en forma de silla.
      Para la ansiedad hubo un tiempo que me recetaron, que recetaban a todo el mundo, orfidal. ¡Ay! Le he tenido que preguntar dos veces por la trama de La Regenta. Divagamos...Le digo que el ambiente social es opresivo en la ciudad. ¡Cuéntamelo! Dice que no me va a revelar el final. ¡Pues ya lo sé! Lo hay. Y que es verdad. Que he acertado, que el ambiente social es protagonista. Me gusta que me de coba. Que qué quiero para cenar. Tostadas de pan con tomate y requesón. Como siempre. No sé por qué pregunta.
       
     Mientras ceno mis tostadas, o sus tostadas, con tomate y requesón, observo la ruina de mi cuerpo. ¿Seré un estorbo? Me agarró a un afán nacido en mi cabeza, que es el único torreón que queda en pie. Quiero luchar por sentirme viva, por aprender lo que antes no pude, por estar pendiente de lo que ocurre a mi alrededor. Hasta el final.

      ¡Me muero! Ya estoy muerta, es cierto. En mi penúltimo ingreso hospitalario terminé agotada. Leí muy poco. Dependía de una máquina de oxígeno, de los calmantes. Cuando me dieron el alta sabía que volvería otra vez, que sería el último viaje. El cuerpo me ha abandonado de forma definitiva y un dulce sopor ha cerrado mis ojos. Estoy velada hasta mi entierro por Gabriel, Inés, Kutuzov, John Silver, La Regenta, Robin y Marian, Fabrizio, Alatriste, Urania, Sancho y Alonso Quijano...Todos ellos lloran mi pérdida. Como la de una #heroína que les quiso leer siempre. Durante muchos años. Hasta el final. 
 

Qué hecho histórico te hubiera gustado vivir


     -Elige.
     - ¿Elegir qué?
     -Si tuvieses que elegir qué personaje histórico te hubiera gustado ser, en qué momento dado o qué hecho histórico te hubiera gustado vivir. Por el estilo.
     -Vale. ¿De la historia de la humanidad, de los tiempos prehistóricos o desde el surgimiento de las primeras civilizaciones urbanas y las primeras tablillas de escritura?
      -Desde la hominización hasta nuestros días. Desde el inicio de la marcha bípeda hasta los gobiernos de Trump y Pedro Sánchez.
      -Quitaría el final porque soy historiador y la historia del mundo presente exige mucha cautela y me faltan argumentos de contrastación de la ciencia histórica y me sobran argumentos emocionales.
     -Que no te quieres mojar...
     -Sí, pero, al mismo tiempo, tengo donde elegir. ¿No te hubiera gustado poder grabar los primeros intentos de comunicación, de lenguaje de un homínido? ¿No te hubiera gustado vivir el proceso del dominio del fuego, los primeros trazos de las tablillas cuneiformes, la domesticación de las plantas y animales o la primera globalización con Alejandro Magno?
     -Hace años escribiste algo sobre las consecuencias espirituales de las conquistas de Alejandro Magno...

     -El triunfo del helenismo, cómo se hizo más pequeño el mundo griego y como se hizo más grande su cultura y civilización. El mundo conocido se impregnó de cultura griega. Del Mediterráneo a la India. La polis perdió su poder en favor de los reinos helenísticos y la configuración del individuo humano como persona política, no como parte de la ciudad. Siempre me acuerdo del caso particular del griego Polibio de Megalópolis...
     -Con el que entra la Península Ibérica en los libros de historia...
     -El mismo. Su mundo griego empieza a ser una parte del mundo político y militar de Roma, la potencia emergente en el centro del Mediterráneo, pero su cultura impregna la civilización romana al amparo de la familia Escipión, en su siglo, con la participación en la segunda guerra púnica, a finales del siglo III a. C., hasta finales del siglo II. Polibio vivió la conquista de Numancia, conoció la Hispania romana durante su conquista, vivió la destrucción de Cartago, etc.…Situó a Hispania en el mapa con su participación en la segunda guerra púnica con la llegada del padre y el tío de Escipión el Africano en el 218 a. C.
     - ¿Te parece bien establecer estas dos primeras marcas como fechas a destacar en la historia? Además, están relacionadas. Sin las conquistas de Alejandro Magno no se hubiera expandido el helenismo, sin la expansión del helenismo, la civilización romana no hubiese recibido influencias griegas y sin la conquista romana del Hélade no hubiesen llegado personas como Polibio que introdujeran la Península Ibérica en los libros de historia universal con las conquistas geopolíticas romanas en las guerras púnicas en la lucha por el control del Mediterráneo.
     -Me parece correcto. Pero ¿Por qué no buscamos otro periodo?
     -Dime uno. Hemos hablado de la prehistoria, pero al final has decidido un periodo de la antigüedad. ¿Buscamos un periodo de la Edad Media, la edad Moderna o la Contemporaneidad?
     -Me parece acertado, pero debe ser tan transcendental como los elegidos en la Historia Antigua.
     - ¿Y hacemos algo semejante a lo anterior? ¿Un momento global y otro que afecte a la cultura hispana?
     -Podemos hacer una selección y luego votar...
     -Correcto.
     -De la Edad Media propongo la expansión del islam con su entrada en la península Ibérica hasta su freno en Poitiers por Carlos Martel en el 732, con la creación de la cultura andalusí como efecto particular en la Península Ibérica.
     -Aunque viene desde la antigüedad, la creación de un mundo basado en el cristianismo, su religión, cultura y filosofía con el agustinismo platónico y el tomismo aristotélico. Y en el mundo hispano, el surgimiento del Camino de Santiago como vertebrador de los nacientes reinos cristianos.
     -Interesante proposición. Yo propondría también los efectos de la guerra de los Cien Años en la Baja Edad Media europea y su influencia en la guerra civil castellana entre Pedro I y su hermanastro Enrique. En un lapso temporal de cuarenta y cinco años, entre 1367 y 1412, la rama menor de los Trastámara, descendientes de Raimundo de Borgoña, dominan los dos reinos más importantes de la península, Castilla y Aragón.

     -Elijamos ahora los periodos de la Modernidad que conlleven más influencia o así lo creamos.
     -Sin lugar a duda la etapa de los descubrimientos geográficos, tanto para los hispanos como para la concepción de un mundo global, tal como es ahora mismo. Sin los viajes colombinos, sin la primera vuelta al mundo, no seríamos lo que somos. Lo habrían hecho otros, pero ocurrió en ese instante, en un espacio determinado, y con unos medios limitados. Eso sí, bien aprovechados.
     -Cierto. Yo seleccionaría la revolución científica y la eclosión artística del Renacimiento. Sin la una no se hubiesen desarrollado y consolidado los descubrimientos geográficos, y la otra está relacionada con el Humanismo y la pérdida de la influencia del Papado con el surgimiento del absolutismo del estado moderno. Y entre ellos, la Monarquía Hispánica que se empieza a gestar con la de los Reyes Católicos.

     -Habría más marcas como el surgimiento del derecho internacional y los derechos indígenas las ideas mercantilistas previas a la Revolución Industrial, o las ideas de la Ilustración. Más paremos aquí. La contemporaneidad...tictac...
     -Acepto el reto: Las revoluciones atlánticas y la Revolución Francesa con los efectos de las guerras napoleónicas con nuestra guerra de la Independencia.
     -Yo propondría la Revolución Industrial, la influencia que tuvo en las revoluciones de mediados del siglo XIX y su influencia en el colonialismo. Y la aparición de las independencias de América, desde la independencia de los Estados Unidos como una de las revoluciones atlánticas y su influjo en las independencias hispanas, que también se relacionan con el vacío de poder de la monarquía española de Carlos IV y Fernando VII durante la invasión de Napoleón, 1808-1814.
     - ¿Y del siglo XX? ¿No te gusta nada el siglo XX? Entiendo que el siglo XXI esté muy marcado por los atentados del 11 de septiembre de 2001, el auge del populismo y nacionalismo, o por la crisis financiera e inmobiliaria de 2007. Sin olvidar que la consolidación de un mundo globalizado trae una crisis climática preocupante...
     -Llevamos casi 20 años. Sigue existiendo una guerra latente en la red, auténtico campo de batalla actual. Continúa la pugna entre las potencias, o la gran potencia y otras casi grandes potencias. Y la lucha contra un tipo de terrorismo, que actúa localmente, pero con efecto propagandístico en todo el planeta. Y, entre medias, una crisis climática difícil de poner de acuerdo con las distintas zonas geopolíticas del mundo. La Unión Europea, por un lado, China, India y los Estados Unidos por otro, junto con un papel ambiguo de Rusia.
     -Por eso vuelvo a la historia, me evade del mundo tan convulso, tan helador. Mi cuerpo tirita o se sofoca. Pierde calorías viendo lo poco que hemos aprendido. Veo una sociedad más radicalizada desde la crisis financiera e inmobiliaria de 2007. Yo tenía poca fe, pero la perdí con ella. Los extremistas y radicales están ganando la partida. ¿Dónde ha quedado la convivencia? En meras palabras sin sentido ni contenido.
     -La misma convivencia, en sí, no ha sido pacífica. Se ha revestido de tolerancia y pragmatismo. Intentos de convivencia, al mismo tiempo, siempre se han intentado. Es la pugna entre una y otra pulsión lo que caracteriza la historia, lo que marca nuestras vidas.
     -Vamos con el siglo XX, cambalache, problemático y febril. Sigo prefiriendo el mundo que se crea tras la segunda guerra mundial en Europa Occidental, el surgimiento de lo que hoy es la Unión Europea supera los nacionalismos que provocaron grandes conflictos armados durante siglos. El avance de la democracia desde el final del conflicto citado a la democratización del sur de Europa con Grecia y los países ibéricos. Y, cómo no, la caída del telón de acero y el fin de las guerras de los Balcanes. El mundo tiene inseguridades, pero un poco menos.

     -Yo apuntaría también los procesos descolonizadores con los aspectos duales de la gestión tras la independencia con la corrupción y el autoritarismo. Y la aparición de las tecnologías de la información y comunicación.
     -Nunca hemos estado tan comunicados y nunca ha sido tan fácil confundirnos.
     - ¡Jajaja!

(Espero que le guste, amable lector/a. Sígame, si quiere.)

La vida se decide en un instante


     El seguía allí con su brazo derecho magullado. Tenía el pelo revuelto, sudoroso y agitado. El aire era espeso en un mediodía de bochorno primaveral, casi veraniego. En la cuneta, llena de hierbas y matorrales, las ratas campaban libremente comiendo los desperdicios que los viajeros arrojaban sin educación desde sus coches. El ruido de la carretera parecía lejano, distante. Oyó los pitidos de los coches, las voces y los gritos de la gente, como si no fuera con él.
     Soltó el brazo que había apoyado de forma instintiva e inútil en la guantera y miró a su padre. Tenía los ojos abiertos, llenos de polvo de tierra de barbecho. Estaba quieto, no reaccionaba. Se desabrochó el cinturón de seguridad, salió del coche y se dirigió hacia su puerta. Temía una explosión en cualquier momento. Se habían precipitado contra la cuneta dando dos vueltas laterales completas. Ningún objeto del interior impactó en sus cuerpos.
     Seguía impávido, traspuesto, fuera de la realidad. Rápidamente le desabrochó el cinturón y tiró de su cuerpo con una energía superior que ya no era física, que ya no era real. No conducía porque había tenido una caída en el trabajo diez días antes y llevaba la mano derecha vendada. Poco le importó en ese momento el dolor del brazo mientras tiraba de su cuerpo. Fueron recobrando la conciencia del momento y se dirigieron al borde de la carretera, alejándose del lugar donde había quedado el coche. Inmóvil, destrozado. Siniestro.
     Era una bajada de azúcar o una bajada de tensión. Habían salido muy temprano, querían volver a comer, y las altas temperaturas habían amodorrado al conductor. Cuando adelantaba al camión, el vehículo se fue hacía la mediana. Cuando le miró, estaba dormido.
     - Papa, despierta.
     Abrió los ojos. Se dirigía a la mediana de la autovía. Dio un volantazo y, es posible, un frenazo. El coche acababa de adelantar un camión. Tomó dirección del descampado con la velocidad inadecuada, hacia el barbecho, con un posible intento de otra frenada brusca.
     Se precipitó hacia la cuneta de forma lateral y empezó a dar vueltas, reteniéndose en la relativa blandura falsa del barbecho, en un instante, lentísimo en el interior del coche, de pocos segundos. Eternos en su rapidez. Como cámara lenta. No acababa nunca. Los cuerpos sujetos al cinturón oscilaban al ritmo del coche, dando vueltas. Cogiendo distancia con la vida y su cómputo. El polvo entraba por todos sitios como si quisiera tragar a los viajeros. Los objetos del coche tomaban vida propia en distintas direcciones.
     De pronto, el coche dio una vuelta final, golpeó contra el suelo con sus llantas y se paró a treinta metros de la base de un puente. Su inercia parecía temer la barrera física que podía acabar definitivamente con su estructura.
     Estaban rebozados de un blanco térreo, ingenuos, cándidos de su suerte, como esos santones hindúes, traspuestos en su mística, sin percibir ni ser conscientes de la realidad y de lo ocurrido.
     Habían renacido tras ver una película de peligro en la que eran actores posiblemente finitos, limitados. Pero, salvo algún golpe, sanos y, sobre todo, vivos.  
     Parecían sardinas rebozadas de harina de tierra, listas para una sartén y un plato.
     Durante ese instante en que pensaron perder la vida, no recordaban ni las reuniones del fin de semana ni que el domingo de ese principio de junio habían acudido a votar. Se habían celebrado elecciones generales en España. Las más disputadas desde 1979. Felipe González había ganado con algo menos del 38% de los votos a José María Aznar que había conseguido un porcentaje cercano al 35%. El ganador reconoció que, pese a su victoria, había recibido un aviso de sus electores con la frase: “he entendido el mensaje de los ciudadanos: quieren el cambio del cambio”. Tras estas elecciones se percibieron los cambios producidos en los dos partidos mayoritarios. En el PSOE se consolidaban los renovadores ante los guerristas y se incorporaban los juristas Garzón, Belloch y Pérez Mariño. En el PP desaparecían los miembros de la vieja guardia, recibían antiguos miembros de UCD y se consolidaba la generación de su líder tras ganar tres millones de votos.
     En cuanto a Izquierda Unida y CDS, el primero no superaba la expectativa y  el segundo casi desaparecía. Felipe González gobernó con el apoyo de Convergencia i Unió[i].
     Todo esto tenía un sentido lejano o distante para ellos. La vida cobraba un valor distinto porque eran conscientes de su carácter perecedero. Tanto para el ejercicio de la responsabilidad como para el uso del disfrute. La vida se decide en un instante.



[i]  MARIN, J. M., MOLINERO, C. e YSÀS, P.: Historia Política de España, 1939-2000. Istmo. Madrid. 2001.   Páginas 433-436

Rudyard Kipling en España

      Kipling. Wikipedia       El poema If (Si) de Rudyard Kipling sigue siendo apreciado como el ideal del autocontrol, la capacidad de ada...