Ese ángel, ese que niega el limbo de la fotografía y hace pájaro muerto su mano...me llama, me grita, me advierte, me despeña y me alza, hace de mi cabeza un yunque, un objeto inútil, contra quien deshacerse sin martillazos...
Por amiga, por amiga. Solo por amiga. Por amante, por querida. Solo por querida...
Desnudo, sin los billetes de inocencia fugados en sus bolsillos, derribado en tu corazón y solo en su primera silla, no creíste en Venus que nacía entre las aguas de la inocencia...
Cuando miro insondable al Miró; esos amarillos, blancos, azules, rojos en escalera, que ocupan el jardín y el mar lleno de patios y mares. ¡Oh, mar, miromar!, la abeja vuela hacia el mar del amor, miromar, ¡mar, miromar!, estrella del mar polar...
Yo nací-¡respetadme!- con internet.
Bajo una red de datos y cohetes.
Cuando abolidos fueron los DVD y las casetes,
de los reyes, y el papamovil huyó de Roma.
Playeras y moncayo, terral malagueño. Generala. El oleaje: Venus en el pecho. En la comisura, roto el labio, la tela verde de la aurora.
4,5,6,7. En estas cuatro huellas no caben, o sí, en mis zapatos. Si en estas cuatro huellas no caben mis zapatos, o sí, ¿de quién son estas cuatro huellas? ¿O son mías? ¡Georginaaaaaaa!
¡Georginaaaaaaaa! Mi corazón siempre me dijo que eras una verdadera vaca. Una vaca lechera, que no es una vaca cualquiera. Me da leeche merengaada... Es una vaca salaada...
Todo lo que por ti vi, -la estrella sobre el aprisco, el carro estival del heno y el alba del alhelí- si me miras, para ti.
Rubios, morenos senos de Amaranta, por una lengua de can acariciados. Arco de naranjas, conducidos hacia el canal que busca tu garganta...
Sí, soy el ángel bueno. En mi pecho se abren largos caminos que recogen las aguas de todos los mares. Las vidrieras de Giraldo alumbran todas las calles. Veo a través de los miradores la verdad oculta, que no me interesa. Ciudades deshabitadas las llama Rafael. Ciudades que se pueblan, de pronto, soñadas. Trenes descarrilados que marchan unidos. Naufragios de migrantes, antiguos o nuevos, llegan, pueden, unidos. Marchan. ¡Din, dong!
Una sensación similar debió tener Rafael Alberti al regresar a España. Pero, sabemos por diversas fuentes, confirmadas finalmente por amigos, como José Luis Pellicena, que estuvo un par de días en España durante la dictadura de Franco, en 1969, cuando pensaba que él moriría antes que el "Generalísimo", sin volver a El Puerto de Santa María. Los permisos los consiguió José María Pemán, otro gaditano, que reposa en la cripta de la Catedral de Cádiz, como Manuel de Falla.(ABC, 9 de marzo de 2009, Tulio Demicheli)
El amigo de ISM, que está en nuestro pensamiento.
__________________________
Textos seleccionados y refundidos, o confusos, de Rafael Alberti:
- Marinero en Tierra, La Amante, El Alba del Alhelí, Cal y Canto, Sobre los Ángeles, Sermones y Moradas.
- El Veronés, pintor de la escuela veneciana, dijo:" Nosotros, los pintores, nos tomamos las mismas libertades que los poetas y los locos."
________
No hay comentarios:
Publicar un comentario