Cultura y sociedad

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El patrimonio cultural y natural en la España interior

      

Iglesia de San Martín, Fromista (Palencia). BMRE

     El enfoque de protección del patrimonio cultural y natural con su gestión, documentación y divulgación no se puede hacer únicamente hacia el propio de las grandes ciudades patrimonio de la humanidad.   

     Yo vengo a defender el turismo de masas para la España vaciada de humanos y llena de patrimonio cultural y natural, que no se visita tanto como el señalado por UNESCO. 

Casona de Tudanca.BMRE

     Es una manera de dispersar el turismo que satura la Mezquita de Córdoba o el Museo del Prado. Yo quiero emocionar a los turistas de masas con aquellas pequeñas iglesias románicas palentinas, quiero que se apasionen con la dificultad de acceso a la Casona de Tudanca que perteneció a José María de Cossío donde se guarda, entre otros documentos, el manuscrito del "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías" de Federico García Lorca. Yo quiero que la gente se enerve visitando el "Molino Grande" de Manzanares o la "Motilla del Azuer" en un río habitualmente seco, pero que fue en su momento como el Mediterráneo que nos cuenta Braudel; que lo piensen, que lo imaginen. 

     Yo quiero digitalizar ese patrimonio para que lo visiten más. Yo quisiera plasmar, documentar y digitalizar la pasión de estos monumentos como la pasión que sintieron los asistentes a la conferencia que dio Carter en la Residencia de Estudiantes por medio del Comité Hispano-Inglés con un público entregado el 24 de noviembre de 1924, con Jiménez Fraud y el duque de Alba.

Molino Grande de Manzanares

     En las zonas rurales donde el mundo se aletarga, donde el olvido se hace presente, la gestión y documentación del patrimonio se hace urgente como otra fuente de ingresos y una promoción para la visita del patrimonio cultural y natural.
     Esos pueblos que se vacían sentirían como propio, más aún, el legado artístico y natural de sus antepasados. Se emocionarían tanto como los posibles visitantes. Porque se volvería a hablar de ellos. No solamente Córdoba, Madrid, Barcelona o Toledo. Démosle alivio y demos vida donde la vida social y económica se apaga.
     Cuenta Torrente Ballester en "La saga/fuga de JB" que Castroforte del Baralla se elevaba del suelo cuando los residentes de la ciudad tenían una emoción fuerte o una preocupación. La España vaciada, por ejemplo, mi llanura de La Mancha, quisiera que muchos de estos, sus pueblos, levitaran por la pasión por sus monumentos.

El kilométrico de José María de Cossío

     


       

     Es conocido que Cossío amaba los rumiantes. Es autor de la monumental enciclopedia de los toros, pero también escribió acerca de las vacas. En 1997 los servicios veterinarios de Cantabria editaron un inédito de Cossío: La vaca tudanca y su pastoreo.

     En Tudanca, en/y Santander, se produjo otro de los círculos urbanos que desarrollaron la cultura española en la que se meció la generación del 27. Anoche, en el Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías se impartió una conferencia por Andrea Puente, directora de la Fundación Gerardo Diego, sobre la relación y/o vinculación entre Diego y Cossío con la importancia de la casa solariega de Tudanca y la creación de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en los años treinta del siglo pasado.


     En la exposición que se puede visitar en el museo casa solariega de Tudanca hay una curiosidad que muestra una relación previa de la familia Sánchez Mejías Gómez con Cossío con anterioridad a la relación del torero intelectual con el señor de Tudanca. 

     La cuadrilla de Joselito, el de la edad de oro del toreo, viajaba en tren con un kilométrico para ahorrar gastos durante la temporada taurina. Los toros eran entonces como ahora es la gira de cualquier cantante de pop o la temporada regular de cualquier equipo deportivo. Un fenómeno de máxima expectación. En el kilométrico de la cuadrilla de Joselito aparece como miembro José María de Cossío, que viajaba tras la estela del torero durante la temporada taurina como si fuera un banderillero.

     Cientos, miles, millones de kilómetros después, consagrado Cossío como casero acogedor, ejerció de nexo de unión entre los poetas de la generación del 27 y el mundo de la tauromaquia mediante colaboraciones entre uno y otro planeta dentro del ambiente especial de armonía cultural que se vivió en el primer tercio del siglo XX. Los ejemplos son claros. Cossío encargaba buscar materias en las bibliotecas madrileñas a Rafael Alberti sobre tauromaquia y el portuense terminó aficionado a los toros. De la amistad con Sánchez Mejías queda el recuerdo de cuando se vistió de luces para salir en la cuadrilla del mismo en Pontevedra el día que el de Pino Montano se retira. En Tudanca hay una foto dedicada a Cossío por Ignacio Sánchez Mejías.

     La relación entre Gerardo Diego y José María de Cossío fue intensa. Visitó Tudanca, en la casa hay archivos y recuerdos del santanderino, colaboraron en las revistas de vanguardia de la época, establecieron relación con José del Río Sanz "Pick", a quien Santander tiene dedicada una estatua en uno de sus paseos cercanos a las playas. José del Río y Gerardo Diego hicieron el camino hacia Tudanca que se relata en "Peñas Arriba" de Pereda. Ya conté en la entrada "La basna de Tudanca" que "Peñas arriba" se ambienta en la casa de Tudanca.

José del Río Pick

     Supo acoger a los amigos poetas en momentos de crisis como el caso conocido de Alberti que termina "Sobre los ángeles" tras la ruptura con Maruja Mallo. Guardó una inmensa correspondencia epistolar con todos los miembros de la generación, fue el causante de la fiebre filológica que les embargó, como fue uno de los provocadores del fervor gongorino del grupo en el tercer centenario del que llamaban "nuestro Don Luis". 

    Durante la conferencia se habló del término utilizado por Moreno Villa de enjambre de ideas o de colmena que se plasmó, entre otra/os con la creación de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Allí se conjugaba el estiaje vacacional con el trabajo de la investigación. Postulados muy relacionados con los de la Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Ríos y Manuel Bartolomé Cossío, pariente de José María. 

     En la UIMP estaban, además de Menéndez Pidal, Pedro Salinas. Diego encontró en su biblioteca un poema sobre Alfeo y Aretusa

     A Santander llegaron los miembros de "La Barraca" representando obras. Los clásicos eran los modernos. Lorca, además de tocar música- Diego y él pueden ser los más aficionados del grupo- leía por las noches con sus compañeros de la Residencia de Estudiantes obras del moderno clásico Lope de Vega. La escenografía de La Barraca era materia de Benjamín Palencia. En la casa solariega se representó teatro en el jardín alfombrado de césped.

     Diego, como Alberti, como Bergamín fue un gran aficionado a los toros. Alberti, como Lorca, dibujaron y pintaron en sus obras. En "Verte y no verte", por la muerte de Sánchez Mejías, Alberti tuvo la colaboración en la plástica de Manuel Rodríguez Lozano, donde el torero no lleva ropa, y fue editado por Fábula. En Tudanca, como es sabido está el original del "Llanto" con dibujos de Lorca. Pero también es conocido que en la revista "Cruz y Raya" (Bergamín) se publicó el "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías" de Federico con dibujos de José Caballero.

     La cultura es la medicina del alma.

La generación del 27 solía comer


     

La basna de Tudanca

Basna de haya, Casa Museo Tudanca. bmre

     

     En la Casa Museo de Tudanca, tras pasar por un porche que eleva el inmueble sobre un camino con derecho de paso vecinal, se puede ver adherida a la pared una basna.

    La basna era una especie de medio de transporte de forma triangular, semejante a un trineo porque carecía o carece de ruedas, que los ganaderos del Valle del Nansa utilizaban para bajar la hierba de los prados de las altas cumbres cantábricas. Los caminos irregulares, las dificultades montañosas, las acusadas pendientes impedían el traslado de la verde hierba tras la siega en verano. Un carro no podía ser manejado en esas condiciones. 

     La basna era de capacidad inferior a un carro, pero más manejable, como si fuera un deslizador. Construida de maderos de haya, podía tener un largo de 2,25 metros de largo y 1,90 metros de ancho en su armazón externo. Se entrelazaba con maderas más delgadas, tarmas, hasta diez, y se anudaban con varas de avellano. Unos equinos tiraban del ingenio. Práctico, sencillo, buscando el trabajo bien hecho para guardar la hierba para los animales. 

Casa Museo de Tudanca. bmre

     En Tudanca había un acuerdo en el concejo para ayudarse entre todos, el “prau concejo”, por el cual se sorteaba entre los vecinos la siega del prado comunal, repartiendo porciones de terreno, suertes, labor que se iniciaba con una fiesta a la que se asistía para celebrar el acontecimiento. Sobre el uso de la basna escribieron Miguel de Unamuno durante una estancia en la casona de Tudanca, José María de Pereda, quien ambientó Peñas Arriba en dicho edificio, y José María de Cossío, propietario y alma de la casa biblioteca.

     El camino al valle que envuelve Tudanca se hace a través de carreteras autonómicas intrincadas que serpentean las montañas cántabras donde se entremezclan las amplias zonas boscosas con pequeños lugares, escasamente habitados, diseminados por los concejos. El tiempo se para en el espacio, dimensionando las nevadas cumbres y los rítmicos andares de los vaqueros que llevan sus rumiantes a buscar el pasto.

Valle del Nansa desde Cabezón de la Sal. Fuente: G. Michelín

     José María de Cossío heredó de antepasados indianos esta casona. Durante años recibió a todo tipo de personas en su vivienda a pesar de las dificultades de acceso, y convirtió esta antigua casa señorial en un depósito bibliográfico de valor incalculable, donde las primeras ediciones de publicaciones se guardan en la caja fuerte por su valor y se exhibe la plata, que palidece ante la cultura.

     Allí recibía todas las revistas culturales de las vanguardias del siglo XX, como “Cruz y Raya” o “Revista de Occidente”, guardaba una correspondencia epistolar numerosa con la intelectualidad de su época, trabajaba para Espasa Calpe, … 

    En este sitio acabó Rafael Alberti Sobre los ángeles, autor que al final de su vida regresó para un homenaje por esa estancia. Aquí, finalmente y con otras joyas literarias, se guarda el primer Llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca, escrito a mano. Acompaña un dibujo de un arlequín llorando de pena. Se cree que su autor fue también el poeta granadino. Está escrito en tinta negra, salvo unos versos a lápiz. La dedicatoria: A mi queridísimo José María. Esta es la verdadera y única dedicatoria que le hago con el recuerdo y el amor de nuestro Ignacio. Federico.

     La Barraca, con Lorca a la cabeza, representó una obra de teatro en el patio alfombrado por un verde césped de la casona hacia 1933.

Valle del Nansa. bmre.

     Para saber más:

     — No se puede aparcar dentro de Tudanca al ser un conjunto histórico artístico. 

    — Es necesario llevar calzado adecuado para caminar en zonas con barro y paso de ganado vacuno. 

     — Es necesario llevar bebida o comida, no hay restauración.

    — Desde Santander, el camino es muy bueno hasta Cabezón de la Sal, pero a partir de aquí hay muchas curvas, carreteras de montaña y posibilidad de cruce de animales domésticos, asilvestrados y salvajes.

    — Además de la casa museo de Tudanca, gestionada por las instituciones cántabras, sobre el Llanto sobre Ignacio Sánchez Mejías hay mucha bibliografía en el Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías de Manzanares.


Bodas de sangre

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