Publicado 18-01-2025 20:13
![]() |
Fuente: Wikipedia |
Manuel Altolaguirre alcanzó con la biografía de Garcilaso de la Vega sus mayores dotes como prosista. Así lo afirma James Valender. Concha Méndez recordaba que comenzó a tomar notas sobre la biografía del poeta toledano durante su luna de miel en Málaga, durante junio de 1932. Había recibido un encargo de Espasa, que se publicó en marzo de 1933.
Escribió una biografía
de gran carga poética, contando con los datos disponibles, escasos, y, en
cierto modo, de manera íntima.[1] Es una visión contemporánea a los años treinta del siglo XX, no al momento de existencia del poeta renacentista, donde no había separación entre lo público y lo privado, y entre la espada y la cruz. Garcilaso venía de un mundo bajo medieval que pretendía volver a mirar a los modelos clásicos de la antigüedad. Pero su biógrafo proyecta sus ideas sobre el amor y el idealismo, desde una persona contemporánea, que ha leído a Becquer y Shelley. Aunque se aprecie una cierta dualidad. Veamos.
Altolaguirre muestra el héroe:
“Garcilaso empuñó su lanza, fustigó su caballo y avanzó contra trescientos hombres que, al ver tan temeraria locura, no podían comprender lo que les pasaba. No era un hombre, era un ángel con espada de fuego, un jinete sobre oleadas de sol, sobre cristales de nubes; era un devastador castigo. Deslumbrados, huyeron, cayendo algunos por la torpeza con que escapaban, otros, heridos por los firmes golpes del poeta, que al verse solo con los enemigos en fuga se serenó un momento." (página 143, obras completas de Manuel Altolaguirre, tomo II).
Escenifica el desafío de los caballeros:
“Mas de lo mejor de todo será excusar los grandes males y daños que suelen seguirse de la guerra, adonde padecen ordinariamente los que no tienen culpa. Hagámoslo nosotros de bueno a bueno; pongamos el negocio en las armas. Haga el rey campo conmigo de su persona a la mía, que desde agora digo que le desafío y provoco, y que todo el riesgo sea nuestro, cómo y de la manera que a él le pareciere, con las armas que le plazca escoger, en una isla, en un puente, en una galera amarrada en un río…, que yo confío en Dios, que como hasta agora me ha sido favorable y me ha dado vitoria contra todos los enemigos, suyos y míos, me ayudará agora en una tan justa causa.” (Desafío de Carlos V, emperador y rey de las Españas, a Francisco I, rey de Francia. Página 145, Obras completas de Manuel Altolaguirre, tomo II).
Muestra el amor de quien no le corresponde. Dijo Altolaguirre que los besos de Garcilaso fueron suspiros, besaba el aire de sus viajes, soñaba amor en su soledad guerrera... Entre los hierros de escudos... una flor blanquísima abría su corola y libertaba su perfume... y cuenta que Garcilaso cantó ese amor perdido en la Égloga I, que seleccionamos:
Por ti el silencio de la selva umbrosa,
por ti la esquividad y apartamiento
del solitario monte me agradaba;
por ti la verde hierba, el fresco viento,
el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba.
¡Ay, cuánto me engañaba!
¡Ay, cuán diferente era
y cuán de otra manera
lo que en tu falso pecho se escondía!
Bien claro con su voz me lo decía
la siniestra corneja, repitiendo
la desventura mía.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. (Égloga I, Garcilaso de la Vega).
La muerte rondó y llegó en definitiva porque fue herido, desfigurado, con la lengua rota... Un hijo, su amante, su amigo habían fallecido:
“Garcilaso cayó al foso. Su cuerpo, herido por tan rudo golpe, se revolvía en el barro, haciéndolo más blando y más rojo con su sangre. Una suave niebla se levantaba, un vapor de alma. Parecía que era el campo el que tenía que morir. Todo el vaho de la tierra era un último suspiro. Entre barro y niebla estaba el poeta, próximo a entrar en otro llano, en otros montes y otros ríos, en otros valles floridos, donde vería a Isabel para siempre, sin miedo ni sobresalto de perderla.” (Página147, Obras completas de Manuel Altolaguirre, tomo II).
Y fue llorado por la amistad. Soneto de Juan Boscán a la muerte de Garcilaso de la Vega:
“Garcilaso, que al bien siempre aspiraste,
Y siempre con tal fuerza le seguiste,
Que a pocos pasos que tras el corriste
En todo enteramente le alcanzaste.
Dime, ¿por qué tras ti no me llevaste
Cuando de esta mortal tierra partiste?
¿Por qué al subir a lo alto que subiste
Acá en esta baxeza me dexaste?
Bien pienso yo que si poder tuvieras
De mudar algo lo que está ordenado,
En tal caso de mí no te olvidaras.
Que, o quisieras honrarme con tu lado,
O, a lo menos, de mí te despidieras,
O si esto no, después por mí tornaras.”
(página 149, Obras completas de Manuel Altolaguirre, tomo II).
Los actos de heroísmo fueron una de las fantasías más recurrentes en la prosa de Altolaguirre. Según Valender están presentes en los capítulos de una novela inacabada, El paraíso destruido, en el que utiliza a un autor apócrifo que para el autor de su edición refleja la aguda conciencia que tenía Altolaguirre del carácter imaginario del yo que todo escritor va creando. Pensamos que, con su cálamo o su teclado, quiere, y queremos, emular al creador de Cide Hamete Benengeli.
[1] ALTOLAGUIRRE, M.: Obras Completas, tomo II. Edición de James Valender. Bella Bellatrix, Istmo, Madrid. 1989.
GARCILASO DE LA VEGA: Poesías Castellanas Completas. Edición de Elías L. Rivers. Clásicos Castalia. Barcelona. 2021.
Hola, Blas, me gusta mucho Garcilaso, es uno de mis poetas preferidos y alguno de sus sonetos mi poema, a su vez, preferido. Pero Altolaguirre no se quedó atrás con las palabras que le dedica:
ResponderEliminarDijo Altolaguirre que los besos de Garcilaso fueron suspiros, besaba el aire de sus viajes, soñaba amor en su soledad guerrera...
Muy buen artículo.
Un abrazo. :)
Hola, Merche. En la prosa de Altolaguirre se nota sus raíces poéticas. Gracias. Un abrazo. :)
ResponderEliminarInsisto en que estar aquí es estar en mi clase de literatura y es por demás agradable. Y agradezco por demás el recordarme eso de volver a los clásicos. Hay quien no los tiene en cuenta por hacer caso a la contemporaneidad. Es válido, pero tenemos tesoros en los que hay que seguir sumergiéndonos. Muchas gracias amigo, un abrazo 🤗
ResponderEliminarMe alegro, Maty. Gracias por tus palabras. Altolaguirre tuvo una etapa de su vida como guionista cinematográfico en México, colaborando en alguna de Buñuel. Un abrazo.
EliminarQué grande Garcilaso Blas, un post muy acertado y unis versos que nos compartes de gran profundidad y belleza. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Nuria. Garcilaso, siempre.
ResponderEliminar