Gerardo Diego en Soria |
En 1924, Gerardo Diego se presentó al Premio Nacional de Literatura. Se pedía un original de 200 páginas y decidió enviar una serie de composiciones desunidas que justificaran el libro llamado Versos Humanos. En el fallo de jurado de 6 de junio de 1925 se concedió del Nacional de Poesía a Rafael Alberti por Mar y Tierra, que luego titularía Marinero en Tierra. Como el de Teatro quedó desierto, su premio fue transferido a otro libro de versos escritos por Gerardo Diego, Versos Humanos.
Versos Humanos se escribió entre 1923-1924, pero recogía poemas compuestos desde 1918. Tiene siete secciones: Sonetos, Nuevo cuaderno de Soria, Glosas, Canciones, Elegías, Versos Cantábricos y Epístolas. Un poema sirve de prólogo y justificación. Es donde ratifica la individualidad de dos caminos paralelos trazados con distinta retórica entre la tradición y la originalidad, que se entrecruzan entre sí muchas veces:
"Efusión, ejercicio, apunte.
Voces de amor y de amistad.
Permitidme que aquí os junte.
Vida, Arte, Mitad y mitad.
Verso obediente, verso humano;
gracias por tu ayuda ejemplar.
Saldremos mañana temprano
a volar libres, a volar"
Cuando las heridas de la Guerra Civil laceraban profundamente, no quería recordar su nombre: "En 1924, alguien que ya no quiero nombrar me dijo:
-Preséntate al Premio Nacional de Literatura".
Años más tarde, cuando Rafael Alberti escribe La Arboleda Perdida, en su época bonaerense, recuerda a Claudio, hermano de Josefina de la Torre, a pesar de los años confusos que siguieron a la guerra civil. A Claudio le había dedicado un soneto a las pocas semanas de conocerlo como homenaje:
"Yo sé, Claudio, que un día tus islas naturales
navegarán con rumbo hacia la playa mía"
Era el homenaje del marinero en tierra a un nuevo amigo que llegaba de las Islas Canarias. Y ahora sí recordaba que en el hotel donde estaba Claudio le dijo:
-¿Por qué no te presentas al Premio Nacional de Literatura de este año? El jurado es muy bueno... Creyó Alberti que una persona tan formal como su nuevo amigo canario se había vuelto loco o se reía de él. ¿Cómo dices?
-Que te presentes...
El año anterior se lo habían dado a Claudio de la Torre por la novela En la vida del señor alegre. Era, según Alberti, un señor ordenado, solamente escritor, maduro..., muy apropiado para merecer este premio. Y el portuense no se consideraba merecedor porque todavía no era nada. ¿Cómo se te ocurre?
Días más tarde marchó a Rute, donde vivía su hermana María, y con la ayuda de algún paisano curioso comprendió que su libro de poemas ya estaba acabado. Lo envió a Madrid y le contestaron que ya estaba fuera de plazo. Sin embargo, ganó el premio, conoció al recogerlo a Gerardo Diego y se encontró en el manuscrito de Mar y Tierra una nota escrita de forma temblorosa por Antonio Machado: Es, a mi juicio, el mejor libro de poemas presentado al concurso.
Alberti describe a Gerardo Diego como tímido, nervioso, apasionado, contraído, raro y alegre a su manera, con algo de congregante mariano, de frailuco de pueblo... No recogía las pesetas del premio ya como el poeta creacionista, sino el poeta reposado, frecuentador de Góngora, Jáuregui, Bocángel, Medina Medinilla... Sus opuestas tendencias definirían la marca vital del poeta santanderino: Azotea y bodega.
Gerardo Diego mostró una inicial incertidumbre por el número de personas que se había presentado en una carta dirigida a Cossío, el 30 de enero de 1925. En marzo le comunicaba su queja por la lentitud del proceso. Y, por fin, el nueve de junio de 1925 le escribió al señor de Tudanca que Melchor Fernández Almagro le había comunicado el resultado del concurso del Premio Nacional antes de hacerse oficial.
Hace unos días leímos en el Archivo Museo Sánchez Mejías un escrito sin fechar de 1977 en el que Gerardo Diego decía de Alberti lo siguiente:
"No es cierto, como algunos críticos han pretendido, que Alberti haya sido un poeta que acertó a producir, a cantar en su juventud y luego, especialmente desde hace treinta o veinte años, no hizo sino repetirse y marchitarse. Es enteramente calumnioso; Alberti, como por supuesto los demás amigos y compañeros del grupo, continuamos toda su vida y los supervivientes siguen continuando su obra juvenil enriqueciéndola con libros y poemas vivísimos de fragancia y autenticidad…"
Como homenaje a Alberti incluyó en Versos Humanos el poema Visita al Mar del Sur, síntoma de una nueva amistad iniciada.
En Versos Humanos hay un poema dentro del apartado Retratos sobre Mariano Granados que dice así:
¿De quién la libre frente y la sonora risa?
¿De quién es ese cuello de altivez española
que le vierais, surtiendo de almidonada gola,
tan suelto como hoy brota de la abierta camisa?
Es Mariano Granados. Una musa insumisa
le inspira cada hora el gesto irreparable.
En crisis de naufragio, suyo sería el cable
pues suya es la esperanza y la fe que improvisa
En el mitín llamea su apostólica blusa.
El foro cordializa su generosa toga.
Su estela de bencina deja fragante el Duero.
Por prieto el horizonte de Castilla rehúsa,
y un día, la mirada libre y abierta, boga
rumbo largo a las Indias por el oro y el fuego.
Resulta que conocimos a una Mariana Granados que tuvo la concesión de la centralita de teléfonos en Manzanares en la calle San Marcos hasta finales de los años sesenta, cuando traslada su sede la centralita a la calle Virgen de la Paz, esquina con la calle Toledo y, al poco tiempo, por enfermedad dejo el trabajo telefónico, y abuela de quienes escribimos estas palabras. Nunca habló de una familia soriana. Mariano Granados fue un jurista e intelectual, amigo de Gerardo Diego, que fundó La Voz de Soria, en la que colaboró el poeta del 27. Se da además la casualidad de que el padre de Mariano Granados, del mismo nombre, fue un prócer soriano al que tiene su ciudad dedicada una plaza.
Obras completas de Diego en Archivo Museo Sánchez Mejías, de gran altura intelectual. |
En el centenario de Versos Humanos y Marinero en Tierra
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Para saber más, bibliografía:
ABC, 10 de junio de 1925, páginas 18-19.
Alberti, R.: Imagen primera de... Turner. Madrid.1975. Libro de 1945.
Alberti, R.: La arboleda perdida. Círculo de Lectores y Seix Barral. Barcelona. 1975. Libro de 1975. En 2005 se publicó con El País por 1€.
Alberti, R.: Marinero en Tierra. La amante. La rosa del alhelí. Castalia. Madrid. 1982. Edición de Robert Marrast.
Diego, G: Manual de Espumas- Versos Humanos. Cátedra. Madrid.1995. Edición de Milagros Arizmendi.
Diego, G y Cossío, J. Mª.: Epistolario. Nuevas claves de la generación del 27. Ediciones de la Universidad de Alcalá de Henares y Fondo de Cultura Económica. Madrid. 1996.
Diego, G.: Obras Completas. Tomo VIII. Alfaguara. Madrid. 2000. Reseña 9 de octubre de 2024 de artículo sin fecha de 1977 de Diego sobre la vuelta a España de Alberti en biblioteca Archivo Museo Sánchez Mejías.
https://dbe.rah.es/biografias/57653/mariano-granados-aguirre
¡Hola, Blas! Un artículo muy interesante. No sé si por aquella época los premios eran más imparciales, espero que sí, no en vano se los dieron a estas grandes figuras. Hoy en día, por desgracia, casi cualquier premio está amañado por el dinero.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Mucha razón tienes. Un abrazo. :)
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