"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos;... por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. (Miguel de Cervantes).

Los telares y las costureras

      

    

Industria textil en la Cataluña del siglo XIX

     Hubo un tiempo en que los telares inundaban las ciudades fabriles. Hubo un tiempo en que se viajaba a Calella o Pineda de Mar buscando a los primigenios fabricantes textiles que trabajaban en telares casi rudimentarios, sin ordenadores, ni programas de generación.

     Ocurría igual en las calles de La Solana, Montiel o Valdepeñas. En cada puerta había una familia que cosía para un fabricante cercano. En Sonseca, Toledo, estaban más organizados y producían con marca propia o para grandes almacenes, muy preciados o ingleses, la ropa colegial en cantidades muy, pero que muy industriales.

Ropa colegial. Pecesa. Sonseca.

     Tal vez, en esa provincia toledana, estos ojos que miran la pantalla, vislumbraron el primer ordenador aplicado a la fabricación textil. De forma un tanto rudimentaria tejía una prenda de punto de forma continua, sin parar.

     Este telar más industrial llamaba la atención porque era más moderno que los que machaconamente trabajaban en la costa catalana desde principios de siglo XIX-XX. Los telares elaboraban calcetines para don Antonio. 

     Antoni y su mujer nos recibieron en medio del ruido ensordecedor de los antiguos ingenios. Se maravillaban de nuestra comprensión del catalán. Estos comerciantes del medio oeste manchego nos entienden. Uno de nosotros había comprendido que vermel era rojo o bermejo, como lenguas romances eran el catalán y el castellano. Antoni y su mujer eran la amabilidad personificada. Y más si le pagaban las letras. El ruido del telar era atronador. 

     Otro fabricante, que también se llamaba don Antonio, no nos enseñó los telares ni las máquinas. Enseñaba su producto: La mercancía que fabricaba, los colores, el diseño y tamaño de las prendas. Se acordaba la cantidad que se quería comprar por tallas y colores, el precio de las cajas o las bolsas, los portes pagados, o a medias o gratuitos, según la cantidad. La fecha de envío y la forma de pago. Tras el negocio, cogía el teléfono y llamaba a su casa: 

     —Merce: prepara dos bocadillos más y añade los carnets de Antoni y Roger que nos vamos al Camp Nou. Al Barsa-Oviedo.


     En aquella época, el delantero del F. C. Barcelona, Stoichkov, pisó a un árbitro durante un partido. Era una especie de gladiador de la antigua Roma, un nuevo Máximo Décimo, que había viajado desde Tracia, o desde Hispania. No hacía prisioneros.

    Aquellos fabricantes toledanos son recordados gracias a las manos hábiles de costureras intemporales. Hace unos días, la memoria de quien escribe recordó esas agujas y esas tijeras.

     Su memoria venía de cuando desde el taller de Manuel Piña encargaban a unas manos celestiales y toledanas, puede ser lo mismo, que cosieran trozos de punto de una manera determinada porque estaban abducidos por un pintor cubista llamado Juan Gris, el cual después de Braque y Picasso, era uno de sus grandes representantes. 

     Querían introducir esas piezas en algunos de sus diseños, como el abrigo talar de la colección otoño-invierno 1982-83 que se expone en el Museo Manuel Piña en su segunda sala. 

Colección 1982-83, Manuel Piña. Foto: Expocrítica

     Las manos angélicas cumplieron con su trabajo artesano: Brillante y mistérico; sacrificando vista y dedos para actualizar al diseño moderno las antiguas y tradicionales artesanías, escondidas tras las puertas de las casas olvidadas que flotaban en la llanura manchega.

La piquera que alumbró

 



 

     Este blanco candil de piquera cerámico elaborado con torno veloz, pintado con motivos decorados, datado en el siglo XI, fue encontrado en Algeciras. No alumbró la oscuridad en su largo olvido.

     Al-Yazira al-Jadra, Algeciras, tendría, tras la caída del califato omeya y su desmembración en reinos de taifas, un período político convulso. Fue taifa bereber de los hamudíes en 1023 d. C., dependió después de la taifa de Sevilla en 1055 d. C. y sufrió ocupación almorávide en 1086 d. C.

     Durante el siglo XI se advierte una continuidad de los modelos y las producciones califales, con carácter general, aunque la fragmentación política favorece la multiplicación de los tipos y la variedad de las decoraciones cerámicas. Todos estos artesanos recibirán la introducción de nuevas técnicas decorativas. La luz de las ideas alumbrará los nuevos candiles.

      Este humilde candil de piquera tuvo, tiene, base plana, cuerpo troncocónico invertido, y cuello cilíndrico que se abre en altura. El asa ovalada sobresale en ese alzado para acabar en un borde superior al salir de la base ancha del mismo. La piquera es de base convexa con alargamiento proporcionado que remata en abertura. El candil está pintado en blanco omeya con decoración en morado en la base y comienzo de cuello de candil. 

     Los sencillos motivos geométricos son de puntos y círculos. Es una producción que tuvo un uso doméstico, con la aplicación práctica que suponemos: iluminar el arte islámico con su recuerdo, sencillo y claro.

   

      BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

      Quirós Castillo, J. A. y Bengoechea Remetería, B. Arqueología III. Arqueología Medieval y Postmedieval. Páginas 502-525. UNED. 2010

    

     Álvaro Zamora, M. I. La Cerámica Andalusí. Incluida en la publicación Artigrama, núm.  22, páginas 337-369, 2007.

 

     http://asociacionlatrocha.blogspot.com.es/2013/04/conoce-tu-patrimonio-catalogo-del-museo_5.html

 

      http://ceramica.wikia.com/wiki/Archivo:CandilarabeAlgeciras.jpg

 

La vida gris: Mayo de 1944

 

 

Ser español en 1940-Ideario. Gil Pecharromán

 


 

     Mientras Alcaraz ganaba la merienda, o la cena, parisina ante un alemán llamado Zverez, empecé a buscar qué noticias habían sucedido cercanas al nacimiento de un modisto de la movida, origen del diseño prêt-à-porter en los ochenta, que vivió y murió su madurez en los años de la transición y consolidación democrática española (1973-1994).

     Manuel Piña nació un 21 de mayo de 1944. 

     Busqué un diario de la posguerra española, El ABC monárquico, que entonces no podía serlo tanto, por el dominio de falangistas y tradicionalistas en la dictadura.

     Un periódico de la posguerra civil española, en medio de la Segunda Guerra Mundial, tenía un signo distintivo: escasez de papel y noticias;  escasas posibilidades acrecentadas por la falta de independencia ante el control gubernamental de la información.


     


     ABC recogía el 23 de mayo los hechos del 21, o días anteriores, porque el día 22 había sido lunes y no se publicaba prensa, salvo las Hojas. El control previo no evitaba la llegada de noticias de agencias que evidenciaban el avance aliado desde 1942. Recordemos el giro de la dictadura desde ese año. Desde el inicial aspecto fascista que dotaba Falange se había pasado a la pugna por el poder con los católicos del régimen. Serrano Suñer, el cuñadísimo falangista, había caído en desgracia tras los sucesos de Begoña. El propio devenir de la guerra mundial y las necesidades de negociar comercialmente con los británicos, dueños del mar, para poder arribar alimentos a los puertos españoles, obligaba a Franco a una realidad política ajena a la parafernalia falangista[1].

Serrano Suñer, Ramón.

     Los aliados habían desembarcado en Italia y preparaban el desembarco en Normandía a principios de junio. En la lejanía se recibían noticias de la guerra del Pacífico. Los japoneses se resistían a aceptar el avance angloamericano hacia el Norte y el Oeste del Pacífico: Filipinas y el corazón del Imperio Japonés. El Imperio del Sol Naciente había olvidado ya sus pretensiones sobre Australia y Nueva Zelanda y la propaganda del general Tojo era solamente eso: propaganda. Hablaba de una futura ofensiva para asestar el golpe definitivo a su enemigo. Únicamente habían conseguido progresos en China y los americanos intentaban prestar su ayuda a los partidarios de Chang para continuar con la resistencia.

     Las noticias tenían una mayor importancia si venían de los frentes europeos: La ofensiva en Italia, los bombardeos en suelo alemán, y el avance de las fuerzas soviéticas.

     En Italia, tropas francesas, americanas, polacas y canadienses luchaban por romper la línea Hitler y ocupaban el monte San Biagio. Se encontraban, además, a 40 kilómetros de Anzio.

     EFE, en noticia de agencia, informaba desde Londres que, a las 12 de la noche del 22, los montes Marino, Autone y Capiccio, situados al norte y nordeste de San Biagio, habían sido conquistados, según noticias llegadas del Cuartel General Aliado en Italia mediante Reuter. Estas tres alturas triangulaban San Biagio y conseguían un avance de ocho kilómetros. El avance seguía por el sector costero.


     Los ingleses informaban también del ataque aéreo sobre Duisburgo. Los alemanes reconocían este ataque sobre localidades y trenes de viajeros en el norte y centro de Alemania, pero habían repelido el ataque derribando 32 aparatos enemigos. Y sin dar datos, informaban de ataques alemanes en el este de Inglaterra.

      Desde Washington llegaban noticias del funcionamiento de la Ley de Préstamos y Arrendamientos. El presidente Roosevelt declaró al Congreso que había enviado a los aliados en los primeros meses de 1944 más de 2.100 aviones, cerca de 2.000 carros, y más de 60.000 vehículos militares. La mayoría de todos ellos para la posible invasión. El grueso del presupuesto de 24.225 millones de dólares, las dos terceras partes de equipos, servicios y abastecimientos, que fueron a los aliados, fue a parar a Gran Bretaña y Rusia.

     Los grandes navíos se arrendaron durante la guerra y se suministraron a los británicos. Entre estos arriendos también entraron aviones y carros. Creía el presidente americano que habían aprendido a trabajar junto a los aliados y que, de esta manera, lograrían antes la victoria con menos víctimas, como pueblos libres, y con ventaja para todos.

     En esos días se había formado en el norte la efímera República Social Italiana con la misma bandera, pero sin la cruz de Saboya y con el asta rematada por el Fascio del Líctor[2].

     Los aliados entraron en Sicilia en julio de 1943, Mussolini dimitió y fue arrestado, aunque fue liberado por fuerzas alemanas que le ayudaron a crear la República de Saló. Fue por poco tiempo. Los aliados entraron en Roma el 4 de junio de 1944. En abril de 1945, los partisanos detenían a Mussolini cuando pretendía huir. Fue fusilado y golpeado a martillazos[3].

    En estos años de autarquía, guerras, carestías y bloqueos, de colores blancos y negros que mudaban en gris, las mujeres, los hombres, luchaban por sobrevivir. Y en un pueblo manchego de casas blancas y mujeres de luto, entre ferroviarios, agricultores y costureras, surgía la vida.



[1] AVILÉS, J., EGIDO, A y MATEOS, A.: (2011) Historia contemporánea de España desde 1923. Editorial Universitaria Ramón Areces. Madrid. Páginas 103-124.

[2] ABC 23 de mayo de 1944, páginas 19-20.

[3] DE LA TORRE GÓMEZ, H. y OTROS.: (2010) Historia Contemporánea (1914-1989). Editorial Universitaria Ramón Areces. Madrid. Página 170.

Teatro, la renovación de Lorca

 

    

                             La vida es sueño. Figurines de Benjamín Palencia. Picryl y MNARS.

 

     Para Lorca, lo lírico entró en el teatro de Lope y Calderón como un intermedio. Como un adorno literario que expresaba de manera delicada conceptos poéticos. García Lorca aprendió de los clásicos. De los griegos y del teatro barroco del Siglo de Oro.

     El amor de Lorca por el Siglo de Oro, por su teatro, por su poesía, se manifestó con la idea de educar al público en lo nuevo desde fundamentos tradicionales. El teatro cervantino le llevaba a la farsa más esquemática, con rasgos que apreciaba en Pirandello. Por el teatro calderoniano se llegaba a Fausto. Tenía la convicción que Calderón ya había llegado con “El mágico prodigioso” al gran drama.

     Pensaba, opinaba, que la condición social del público influía en la recepción de obras como “La zapatera prodigiosa” o “El alcalde de Zalamea”. Pedro Crespo es el alcalde, pero es pueblo-pueblo, comprensible. Es, además, fuerte y masculino. Novedoso….revolucionario.

     El teatro clásico irá adquiriendo durante los años 20-30 del siglo XX una importancia mayor como aportación a la escenografía teatral. Hemos hablado del componente social, nacional, pero la escenografía juega un papel primordial, como se verá, por ejemplo, en las colaboraciones entre Rivas Cherif y Margarita Xirgu.


     Los textos antiguos aportaban plasticidad y ritmo. Ritmo vertiginoso que sintonizaba con la sensibilidad moderna. Margarita Xirgu escogió La Zapatera prodigiosa para iniciar su etapa en el Teatro Español. Coincidía con el estreno de El gran teatro del mundo de Calderón. Lorca a la altura de Calderón en los años treinta. Aceptación y éxito. La obra de Calderón llegó a las 42 representaciones y La zapatera a 33. En su momento se consideró un espectáculo grandioso, cualitativo, con una escenificación sorprendente.[1]

     La fama de García Lorca traspasó fronteras. En 1990, el 27 de noviembre, se celebró el día de Federico García Lorca con el descubrimiento de una placa en la Universidad de Columbia. Cuatro años más tarde los vagones y autobuses de la ciudad neoyorkina se decoraron con versos del granadino. Hoy por hoy es el autor teatral, ya un clásico, más representado internacionalmente en la escena europea y americana.

     La originalidad de su obra nos trasmite, recrea, ese calor poético de lo andaluz, parte de lo español y una de las raíces de su cultura. Su trágico final ayudó a su encumbramiento. Pero no nos engañemos, él consiguió aunar vanguardia y tradición en un teatro cargado de poesía muy particular, propia y apropiada. Experimento y experimentó. Renovó la tradición dando, aportando, un marbete de modernidad que aprendió con la experimentación de la dirección de grupos teatrales.[2]

     Hay una conciencia generalizada que la experiencia acumulada como director teatral universitario fue crucial. El montaje del auto sacramental La vida es sueño fue importante por las escenografías y los figurines que se presentaron en el estreno por su complejidad e innovación surrealista. Federico se atrevió con este texto íntegro, apreciando como lo hubiera representado Calderón. Montó una obra atrayente, visualmente hipnótica gracias a los figurines de Benjamín Palencia, con una estética onírica. Y la vestimenta se inspiraba en los Beatos de Liébana[3]. Conocemos a alguien que ascendió la subida de Potes a Santo Toribio pensando que encontraría una exposición sobre los beatos en el año santo. Con la desilusión correspondiente. Recordemos la insignia de La Barraca que se puede apreciar en Centro de Arte Reina Sofía, así como algunos de los figurines de esta obra.

     Para otro momento queda la influencia del teatro griego en Lorca, según Rodríguez Adrados.



[1] CASTILLO, M.: (2008) El teatro de García Lorca y la crítica. Recepción y metamorfosis de una obra dramática (1920-1960). Colección de estudios del 27, n.º 18. Centro cultural de la generación del 27. Málaga. (Reseña 29-6-2023, biblioteca Archivo Museo Sánchez Mejías).

[2] VILCHES, Mª F.: (1998) El teatro de Federico García Lorca en el contexto internacional: La dirección de escena. Acotaciones: revista de investigación teatral. Número 1.

[3] PLAZA CHILLÓN, J. L.: (1996) El teatro y las artes plásticas. Escenografía y estética teatral de vanguardia: Federico García Lorca, La Barraca y otros montajes (1920-1937). Tesis doctoral dirigida por Ignacio Henares. Universidad de Granada.

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