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Jinetes en la Escuela de Estado Mayor 1951-1952. Archivo personal. |
La Escuela de
Estado Mayor se creó siendo ministro de Guerra Evaristo San Miguel por
Decreto de 22 de febrero de 1842. Para ingresar era necesario para los cadetes
que habían obtenido el empleo de subteniente alumno pasar un examen. Después,
seguían la formación con la instrucción y perfeccionamiento en la educación
relativa al servicio de Estado Mayor en paz y guerra. Al salir, eran nombrados
tenientes del Cuerpo y debían pasar seis meses en una unidad de Infantería,
otros seis en otra de Caballería y dos en una de las maestranzas y parque de
Artillería, complementado con prácticas de Ingenieros.
Debían aprender Geometría Analítica y Descriptiva; Trigonometría
esférica; fundamento de Cosmografía y mecánica; Geodesia aplicada a
levantamientos de planos y croquis; Geografía y Topografía; Táctica Superior; y
elementos de Poliorcética, como asedio de artillería y
fortificación permanente.
Como pocos oficiales se presentaron al examen de ingreso, en 1851, para
cubrir las necesidades del servicio, se aprobó un reglamento que admitía en las
convocatorias a paisanos con edades entre 16 y 25 años, con la condición de que
sus familiares aportaran una asistencia diaria de doce reales.
En 1856 se aprobó un nuevo reglamento por el que aumentaban las materias
de ingreso y en su plan de enseñanza aparecía el aprendizaje de lengua inglesa,
aunque se suprimiera más tarde para aumentar la carga lectiva del arte de
la guerra. Se mejoró la actividad física como disciplina y la miopía fue causa
de inutilidad.
Corriendo en el tiempo, llegamos a la sede de Santa Cruz de Marcenado en Madrid, en 1920. El proyecto era de 1901, modificado en 1902, con terminación prevista en
1917.
En el año 1934, por ejemplo,
nos ha llamado la atención la Librería del Ejército, que ofrecía un Catálogo
de Obras Militares que servirían de apoyo a la vida intelectual de los
militares españoles. El índice de materias se agrupaba en siete apartados. Y
tres de ellos tenían una base en Humanidades: Moral militar, psicología y
pedagogía; Ciencia y arte militar, geografía e historia militares; y Escuelas,
academias e instrucción. Tenían la posibilidad de leer novela histórica, con
los Episodios Nacionales de Galdós a la cabeza, y la lectura de autores
extranjeros como el inglés Fuller, el alemán Jünger; y textos de tratadistas
militares españoles, de Ahumada a San Román. Sin olvidar el género biográfico,
desde Simón Bolívar a Serrano, pasando por Baldomero Espartero y Juan Prim.
El edificio de la Escuela de
Estado Mayor está formado por un conjunto de edificios que ocupan parte de lo
que fueron huertas del Seminario, una extensión que nunca se construyó y que
tenía una topografía abrupta y difícil.
La Escuela fue creada 1842, pero no tenía una sede adecuada para
desarrollar sus actividades, que se realizaban entonces en el Cuartel del Conde
Duque.
En 1901, como hemos mencionado, se aprobó un proyecto, que incluía varias
construcciones: un edificio principal destinado a las actividades docentes,
varios secundarios para la tropa y un picadero con las correspondientes cuadras
e instalaciones para los caballos. La Escuela se instaló en el edificio de
la esquina de Santa Cruz de Marcenado con Mártires de Alcalá, con una planta
trapezoidal, organizada alrededor de un núcleo central formado por un patio de
luces y la gran escalera imperial, cuyo gran desarrollo nos habla de la
importancia simbólica que se quiso dar al edificio.
Las aulas, despachos de oficiales y biblioteca se diseñaron con aspecto
de amplias estancias con exteriores: luminosos y suficientes.
El edificio es sobrio y militar, sin embargo, denota nobleza en el trabajo de
la fachada, en tres fajas horizontales, la primera como zócalo almohadillado y
las dos siguientes en ladrillo visto con una ancha franja que incorpora los
antepechos en piedra. Sin apenas ornamentación ni remates
decorativos. Una gran curva esquinada dignifica el edificio.
Hubo algunos problemas en la cimentación por las dificultades
topográficas y las obras estuvieron interrumpidas, pero se reiniciaron en 1917
y finalizaron en 1920.
Junto al edificio principal se situaron los pabellones para la tropa,
ejecutados en ladrillo visto de menor calidad, pero siguiendo los mismos
criterios estéticos.
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Escuela de Estado Mayor_Santa Cruz de Marcenado_Madrid (Fuente: COAM) |
Destacamos el
pabellón del Picadero, no observable desde la calle; por allí se ejercitaban
oficiales y tropa.
Fue incluido en el proyecto original de 1901 y construido con cinco
grandes cerchas curvas como arcos de medio punto sin tirantes que cubren, con
una altura de 15 metros, un espacio iluminado de 16 metros.
En los testeros, amplios óculos
en la parte alta iluminan el interior. Nos encontramos a medio camino de Malasaña, Argüelles y Chamberí. Un cartel
informa que es la Escuela de Guerra del Ejército de Tierra y unos
guardias militares cuidan sus puertas. Los recorridos guiados por su interior
son habituales en eventos como la Semana de la Arquitectura y su valiosa
biblioteca está disponible para todos los que necesitan consultar allí sus
históricos volúmenes.
El complejo
fue diseñado por Miguel Manella Corrales. Un ingeniero que
planteó un proyecto funcional y práctico, con un edificio principal de
considerable altura, en forma de bastión, acompañado de una serie de
construcciones auxiliares a su alrededor que pudieran albergar hasta un
centenar de oficiales estudiando. Como hemos comentado, llama la
atención el picadero, una edificación con techo abovedado que en su día
acogía la instrucción hípica. Detrás de este lugar estaban las cuadras y, al
lado, el edificio de ordenanzas que se encontraban al servicio de los
oficiales.
El picadero fue diseñado con altos ventanales con el fin de no deslumbrar a los caballos. Los remates son de los veinte del siglo XX. Con bellas vidrieras y símbolos de distintos Cuerpos militares. La luminosidad alta ha permitido que su desuso como hípica se traslade a un uso variado.
El
edificio principal presenta unas señoriales escaleras en las que se sitúa su
elemento más destacado: el monumento a los héroes del Estado
Mayor, cuyas fajas descansan bajo la escultura de un león en actitud apacible. Sus
cinco vitrinas guardan el recuerdo de oficiales caídos en servicio. Les distingue el azul
celeste que llevan los graduados en esta escuela.
El
edificio principal de la escuela cuenta con otros dos lugares destacados: el
salón con las imágenes de los directores de la Escuela General de Guerra y la
biblioteca.
La biblioteca contiene 65.000
libros especializados en historia y arte militar, estrategia, polemología,
geopolítica, política exterior y relaciones internacionales. Algunos de ellos
datan del siglo XVIII y entre las joyas que conserva está la primera edición
(1726) del Diccionario de la Lengua Castellana de seis volúmenes.
La biblioteca es utilizada por
alumnos de la escuela, pero también recibe visitas civiles de investigadores sobre historia militar y sus relaciones con el resto de la ciudadanía. Javier
Sierra o Almudena Grandes han hecho uso de sus anaqueles para documentar sus novelas. Otras disciplinas interesadas son el cine y la televisión, que ambientan sus producciones de época.
Los edificios de la Escuela de Guerra
tuvieron que ser reconstruidos en parte en 1940 a causa de la
Guerra Civil. Para la conmemoración
de los 200 años de existencia del Estado Mayor se diseñaron unos jardines centrales (2010).