Cultura y sociedad

Mujeres en las Cortes Constituyentes: Carmen García Bloise

 

Carmen García Bloise. Fundación Pablo Iglesias


    Carmen García Bloise (1937-1994) procedía de una familia que se exilió en Francia tras la Guerra Civil. Carmen llega al país vecino en 1948 y no regresa a España hasta 1975. Estudió en Liceo Técnico y en la Escuela de Contables de Francia, en la cual obtiene el título de técnico comercial y administrativo. 

     En 1961 se casó con Rafael Robledo de Roa, tipógrafo y, como ella, hijo de exiliados. De 1957 a 1975 trabajó como jefa contable de la fábrica de Renault en Billancourt, donde ya desempeñó trabajos de representación sindical. 

     En 1952 se afilió a las Juventudes Socialistas, desde donde ingresa cinco años después en UGT y en el PSOE de París. En Francia formó parte del equipo de campaña de François Mitterrand durante las elecciones presidenciales de 1965.

     En 1975 regresó a Madrid, momento en el que establece una estrecha relación con Felipe González y su esposa, Carmen Romero. Se integra en el equipo del dirigente socialista. En septiembre de 1979 fue nombrada Secretaria de organización del PSOE, la primera en democracia y en uno de los grandes partidos, tras el 29 Congreso, Extraordinario (socialistas antes que marxistas, González y la candidatura de Gómez Llorente), cargo que ocupó hasta 1984. Más tarde formó parte de la Comisión Ejecutiva del PSOE, primero como vocal (1984-1988) y después ocupó la secretaría (1988-1994). En las primeras elecciones democráticas fue elegida diputada por Madrid por el Grupo Parlamentario Socialista durante la Legislatura Constituyente (1977-1979) y en las Legislaturas I, II, III, IV y V. 

     Falleció en Madrid a los 57 años[1]. Dos trasplantes de hígado minaron su salud.

     Una de las primeras reseñas que publicó EL PAÍS sobre García Bloise es una breve información sobre su nombramiento como Secretaria de Organización. No detallaba su profesión, cualificándola únicamente como administrativa. Indicaba su edad (39), su afiliación al PSOE en 1957 y su entrada en la ejecutiva del partido en 1972[2]. En la fundación Pablo Iglesias se hace una ficha reseña de Carmen García Bloise muy similar a la citada más arriba por Archivos Españoles[3].

     En ABC se habla de su época como diputada constituyente, cuando se eligieron veinte mujeres en el Congreso y seis en el Senado el 15 de junio de 1977, primeras elecciones tras la dictadura de Franco. Carmen salió elegida diputada por Madrid. En la noticia se señala, pero no se especifican sus estudios, que es administrativa y casada[4].

     Unos meses más tarde, el 11 de noviembre de 1977, en la página 10 de ABC, se informa que Carmen García Bloise será vicepresidenta de la Comisión de Hacienda del Congreso en las Cortes Constituyentes[5].


     En otra noticia de ABC encontramos declaraciones sobre la difícil gobernanza de la Federación Socialista Madrileña con motivo de la elección de Alonso Puerta como secretario general de la misma. García Bloise reconocía las tensiones habidas en el Congreso madrileño con el reconocimiento positivo de su desenlace. Su deseo era que la capital y su región fuera controlada por el PSOE[6]. Es una época anterior a la alcaldía de Tierno Galván y la presidencia autonómica de Joaquín Leguina.

      De su carácter directo como secretaria de organización del partido tenemos noticia por unas declaraciones publicadas en DIARIO 16 el 14 de junio de 1980. Ella no quería que hubiese “baronías” en el partido: «Lo primero que tenemos que aclarar es que los políticos no venimos a un partido para defendernos de ese partido, sino para defenderlo a él... El vivir cuarenta años de autoritarismo... ha hecho confundir lo que es el sentido de la autoridad, o responsabilidad, que da un cargo público, con el autoritarismo. Se ha confundido autoridad y autoritarismo.[7]». 

     Fue una figura importantísima de la transición política española, como mujer alto cargo de un partido político, con las controversias relacionadas con todas las personas que llegan a cargos de responsabilidad, susceptibles de ataques, como fue el caso de las críticas a su gestión en la Conferencia de Organización del PSOE, 1983, por parte de la corriente interna del PSOE, Izquierda Socialista[8].


Carmen García Bloise con José María Benegas. Wikimujeres.

30-03-2025 14:54

[4] ABC, 22 de junio de 1977, página 14.

[5] ABC, 11 de noviembre de 1977, página 10.

[6] ABC,  31 de enero de 1978, página 11.

[7] DIARIO 16, 14 de junio de 1980.

[8] DIARIO 16, 11 de marzo de 1983.

Mujeres en las Cortes Constituyentes: Soledad Becerril Bustamante


Soledad Becerrril ABC 31-8-1977
_Archivo Linz

      Cuando daban las cinco de la tarde del 1 de diciembre de 1981 en el reloj de Soledad Becerril, sonó el teléfono. Sin consulta previa, el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, había llamado a la diputada Soledad Becerril Bustamante para ser ministra del Gobierno de España. «Abrumada» se sentía, sin haber reaccionado aún. Le resultaba prematuro hablar de proyectos. Debía acercarse con cautela hacia su responsabilidad. Era la primera mujer que formaba parte de un gobierno español. En la portada de ABC de 2 de diciembre de 1981 aparece fotografiada con sus compañeros elegidos en la reforma del Gobierno Calvo Sotelo. En comparación a las caras de los ministros que han sido elegidos en la remodelación del Consejo de Ministros, Soledad Becerril parece mucho más joven que sus compañeros, aunque tengan edades parecidas[1].


      Soledad Becerril es una madrileña que llegó con 32 años a las Cortes de 1977 en representación de Sevilla por Unión del Centro Democrático. Una filóloga inglesa que dio clases en el CEU y en la Facultad de Ciencias Empresariales de Sevilla. Formaba parte de familia liberal dentro de la amalgama política que dio génesis a UCD. Y como dato curioso, tenía ficha como investigadora en el Archivo General de Indias seleccionando material de ilustración para una enciclopedia cultural de RIALP.


Felicitación a Luis Rosales por premio Cervantes. AHN

     Hablaba a finales de julio de 1977 sobre el papel de la mujer de forma cauta, que no significaba ocultar que eran necesarias modificaciones legislativas para revertir la discriminación de la mujer y su capacidad. El acceso al trabajo y a la formación profesional en igualdad, olvidando paternalismos. Y que el acceso a la educación y la educación misma había de ser igualitaria para que todos fueran libres y responsables. Se declaraba partidaria de la autonomía andaluza dentro de la solidaridad de las regiones. Reconocía el subdesarrollo de la provincia de Sevilla en 1977, con un paro del 35 % y estado de la agricultura lamentable por la sequía y la falta de atención política. En cuanto a la educación, como docente conocía la deficiente escolarización por las malas condiciones de los centros de enseñanza en barriadas populares de las ciudades y en las zonas rurales, y porque no estaban escolarizadas todas las personas en su totalidad. Y honradamente confesaba que su actividad política, aunque considerada clandestina hasta unos meses antes, no le parecía serio compararlo con los que habían estado en peligro por llevar una vida política clandestina durante la dictadura[2].



Soledad Becerril y Suárez_
Diario 16_Archivo Linz






    Soledad Becerril ha sido alcaldesa de Sevilla y Defensora del Pueblo. Su nombramiento como Defensora del pueblo la convertía, por la ruptura de otro techo de cristal, en una alta magistratura del Estado español. Era la primera mujer en ocuparla en 2012. Como aspecto negativo y signo de los nuevos tiempos, tanto el cargo de defensora como su adjunto iban a ser ocupados por personas, que, teniendo su prestigio, provenían de la primera línea de la militancia política. Ambos, Soledad Becerril y Francisco Fernández Marugán, habían sido diputados del PP y PSOE, partidos que habían llegado al acuerdo para renovar altas instituciones del Estado. Como alcaldesa de Sevilla, manifestó que disfrutó de una de las etapas más satisfactorias de su carrera, con la salvedad cruel del asesinato del concejal Alberto Jiménez Becerril y su esposa por ETA en enero de 1999[3].

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[1] ABC, 2 de diciembre de 1981. Y Archivo Linz, transición española, Fundación Juan March.

[2] ABC, 31 de julio de 1977, páginas 38-39. Y Archivo Linz, transición española, Fundación Juan March.

[3] EL PAÍS, 29 de junio de 2012.


30-03-2025 14:54              -----     -----     -----     -----


       



































Jorge Guillén según Elena Aub_1

     

Jorge Guillén. Flickr

      Entre los días 17 y 19 de octubre de 1979, Elena Aub entrevistó al poeta Jorge Guillén en Málaga. La entrevista formaba parte del proyecto “Refugiados Españoles en México”, desarrollado por el Archivo de la Palabra del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México. Esta entrevista está recogida en el Centro Documental de la Memoria Histórica (PHO,10ESP,3) (PARES).

     Elena Aub era investigadora y documentalista, vinculada a INAH. Hija de Max Aub, entrevistó a exiliados españoles, intelectuales y figuras culturales, contribuyendo al estudio de la diáspora republicana tras la guerra civil española. Recordamos la creación en Segorbe de la Fundación Max Aub, en 1997, con la presencia del presidente del Gobierno, José María Aznar. Elena Aub fue su presidenta y alma máter. El Archivo de la Palabra ha sido reconocido como parte de la “Memoria del Mundo de México” por la Unesco (INAH y Gobierno de México).

     ¿Por qué nos interesamos en esta entrevista? Seis años antes de su muerte, Jorge Guillén recuerda el mundo cultural del primer tercio del siglo XX. Habíamos mencionado algunas veces a Guillén en este blog, desde los deportes a la correspondencia con Domenchina, secretario de Azaña. 

     Brevemente, recordamos su poesía deportiva, cantando la música de las nadadoras inglesas de Wellesley, un 21 de marzo, en el poemario Maremagnum:

     Acordes al compás

-Una música suena desde un mármol de orilla-

Los dos grupos de nadadoras

Desenvuelven figuras de salud,

Y como respondiendo al más

Sutil laúd

Posible sobrepasan- de un orden servidoras-

A la nunca sencilla

Naturaleza, ...

     Contamos, en otra ocasión, cómo interpretaba/reseñaba la elegía de Lorca en una edición especial del Llanto por Ignacio Sánchez Mejías:

Tumba Jorge Guillén Cementerio Inglés_Málaga-Wikimedia

     El llanto es una elegía conmovedora, estructurada en cuatro partes, con distintos nombres, comenzando por La cogida y la muerte, que no tiene, según Guillén, una narración realista. La hora de las cinco no puede abarcar todos los sucesos que se imaginan, aunque el estribillo sea un gran acierto:

     A las cinco de la tarde

     Eran las cinco en punto de la tarde…

     … ¡Eran las cinco en todos los relojes!

     ¡Eran las cinco en sombra de la tarde!...


     Ahora, sin embargo, queremos dirigirnos a sus recuerdos, durante la entrevista de Elena Aub, de esos viejos amigos y conocidos. Empezamos por donde nos hemos quedado, en el recuerdo fundacional de la generación del 27 y la importancia que daba a Ignacio Sánchez Mejías, protagonista de la elegía lorquiana:    

       Fue una cosa que inventó... Ignacio Sánchez Mejías ¿verdad?- la memoria de Guillén busca en las partes más lejanas de sus recuerdos y pensamientos- Ignacio Sánchez Mejías era un señorito que se había hecho un poco flamenco y torero y tenía una peculiaridad, que no era pintoresca, que era extraordinaria: que era inteligente como un profesor de Universidad, muy inteligente, con la cabeza clara, intelectual ¡vamos!, un caso pasmoso. Pues sí señor, Ignacio Sánchez Mejías ¡hombre! Claro, la elegía que le dedicó Federico. Bueno, pero aquel hombre que tenía un gran talento inventó aquello de llevarnos a Sevilla, cosa que escandalizó profundamente a Juan Ramón porque ...- se para y piensa- tenía un desdén de clase, de los toreros, así, de señorito andaluz que, que desdeña a los toreros ¡por Dios!... - ríe Guillén mientras continúa conversando/contestando a Elena Aub- ... Le pareció muy mal que fuéramos ... Allí nos llevó, ¿verdad? Allí estuvimos, estábamos, pues claro; no fue, no fueron dos amigos, los dos amigos de Málaga, que eran Emilio Prados y Altolaguirre, que estaban en Málaga, no fueron. Vicente Aleixandre estaba ya enfermo- Aleixandre y su mala salud de hierro-, ¿verdad? Tampoco fue, se quedó en Madrid; Salinas era profesor en Sevilla y se había vuelto a Madrid, entonces, pues tampoco estaba, y, por otra parte, se unió al grupo también, luego, Cernuda, y Cernuda estaba allí, estaba en, en el público, estuvo con, con nosotros ¿verdad?- parece que quiere confirmación de algún recuerdo que Elena Aub no puede confirmar porque no estaba allí ni su padre ni ella-... Y..., y nosotros, pues, hicimos mucha, en seguida, relación Cernuda y yo, y tuvimos, hemos tenido relación toda la vida, excepto, excepto al final, poco antes de morirse, que se abrió la cosa; yo no sé por qué se abrió ¿verdad?... Estuvo más así, más impertinente; porque era un, era un infeliz, una buena persona, pero a veces impertinente... Era un lugar común el carácter especial de Cernuda.

     Seguimos con sus estudios y el ambiente intelectual de la Residencia de Estudiantes:

     ... Tuve la suerte de ir a la Residencia de Estudiantes. No voy a decir lo que es porque es conocido. Creado por la Junta de Ampliación de Estudios, ... Tenía relación con la Institución Libre de Enseñanza, ¿verdad?... era don Alberto Jiménez Fraud el director... Y al principio... pues yo enseguida hice amigos allí...

     ... Y cuando pienso que allí había entonces tres estudiantes que tenían tipo de estudiantes, nada de artistas ni de bohemios, nada de hippies, ninguna figuración de teatro. Eran tres estudiantes que son hoy los nombres más conocidos en el extranjero: uno, Federico, por razones buenas y malas; otro, Buñuel, que es un cineasta estupendo, ¿verdad? Y que, imagínese usted la relación que ha tenido con México, bueno, y que claro, pues ahí está, ahí está, y luego el otro, el otro, el otro: Dalí...

     ... Aquello que le pasó a Federico García Lorca. Fue una cosa vil, a mi manera, ... Pero no hay que quedarse demasiado en sólo estos poetas, porque ha habido muchos españoles dignísimos, no habían escrito un solo verso en su vida, y ha sido un crimen igualmente matarlos, intelectuales o no intelectuales...- se ahoga en un momento de la conversación-...

       Era, es y será uno de los poetas mayores del 27, pero él se ve como un profesor que se fue de España cobrando un sueldo modesto, ahora que había vuelto a España como poeta consagrado, ganador del Cervantes en 1976:

     ... ¿Su primer trabajo?, inquiere Elena Aub...

     Mi primer trabajo, bueno, trabajo universitario. Yo me he ganado la vida siempre con lo más próximo a mí, a mi vocación, que era la literatura. Yo he dicho siempre, hasta hace muy poco, ... ''yo soy profesor". ¿Qué es usted? "Profesor". Porque yo sabía que si yo le decía a alguien "soy poeta", es tan improbable que no lo cree- ríe Guillén-. Ahora ya a fuerza de años, yo, bueno, ''pues sí, señor, poeta", pues es verdad, vamos, me lo he... me lo han dicho, pero ahí está, de modo que yo, mi primer trabajo, como profesor, me he ganado siempre la vida honrada y modestamente. Ahora los profesores son como ministros... en algunos casos, ganan mucho dinero, tal, yo he sido modesto ... Yo me marché en el año ...-ríe-... treinta y ocho, me marché con todos los sacramentos en medio de la guerra, y ganaba doce mil pesetas al año, cosa -vuelve a reír o tal vez sonríe-, cifra que hace sonreír a la gente, bueno, pues sí señor, pero siempre modestamente...

     ... ¿Cómo nace Verso en Prosa en Murcia? Bueno, pues allí había un señor, que era secretario del ayuntamiento, Juan Guerrero Ruiz, que era muy aficionado a las letras, era muy amigo de Juan Ramón Jiménez, y era amigo de todos los nuevos, ... Y, y entonces, pues se le ocurrió hacer esa hoja en la que no era yo le asesoraba, pero era de Juan Ramón, no de Juan Guerrero... Hacemos una derivación sobre Juan Guerrero:

          Hace unos años, y paramos la conversación/entrevista en este punto, y en esta reseña, la familia de Juan Guerrero desempolvó unas fotografías y unas películas viejas. Fueron restauradas. Se convirtieron (2009) en una inicial película llamada El deseo y la realidad. En la cinta, uno de los protagonistas es Jorge Guillén, junto a sus compañeros del 27. Con una imagen más joven y más fuerte de la que recordamos de sus últimos años, donde la vida mancha y consume nuestro aspecto. Como curiosidad, en los primeros treinta segundos, la película informa sobre la experiencia emprendedora del aeropuerto de zepelines de Ignacio Sánchez Mejías.

           


Las ediciones especiales




23-03-2025 20:00

Hollywood en España, 1930

Norma y Natalia Talmadge, Gilbert Roland y Buster Keaton. ABC


     Francisco fue un pintor de paredes desnudas que se aficionó al arte de Cúchares, debutando como novillero en 1900. Sus primeros trasteos fueron en la circense compañía ecuestre de Micaela Alegría o García, la cual representó en 1894 un espectáculo llamado La feria de Sevilla, donde Francisco Alonso toreaba un becerro.

     Como no tuvo mucha suerte, casado y con hijos, decidió emigrar a México ante el miedo de no torear en España. Allí toreó algunas corridas, representó a algunos toreros y un posible ictus paralizó medio cuerpo. Esta enfermedad le hizo emigrar a Estados Unidos. De los hijos que le sobrevivieron, uno de ellos, Luis obtuvo fama en el cine. Algunas biografías dicen que Luis había nacido en Ciudad Juárez; su padre insistía en que había nacido en Bilbao[1] y que era español. El torero y representante tenía el nombre artístico de Paquiro II y su hijo Luis fue inmortalizado en la gran pantalla como Gilbert Roland[2].

     La expansión del cine tuvo uno de sus pilares en el movimiento de los cine clubes/clubs. Importado de Francia, las sesiones más influyentes para el desarrollo de este nuevo arte fueron las que organizó Luis Buñuel entre mayo de 1927 y diciembre de 1928 en la Residencia de Estudiantes de Madrid, bajo los auspicios de su Sociedad de Cursos y Conferencias creada en 1924. El éxito de la primera sesión hizo pronunciar a Ortega y Gasset ante Buñuel que si fuera más joven se hubiera dedicado al cine. Gubern califica la primera sesión como vanguardista y ecléctica. La segunda sesión no se produjo hasta febrero de 1928, con la vuelta de Buñuel a España desde Francia.  Esta iniciativa de Buñuel promovió la creación del Cine Club Español coincidiendo con la última sesión de la Residencia de Estudiantes.

     El lanzamiento del Cine Club Español fue anunciado/propuesto en La Gaceta Literaria, dando continuidad a la iniciativa del maestro de Calanda que había creado el caldo de cultivo cinematográfico. La dirección del Cine Club corrió a cargo de Buñuel desde París hasta la sexta sesión, aunque Giménez Caballero declaró años después que tras el segundo mes la dirección efectiva la llevó él con la ayuda de César M. Arconada, Juan Piqueras, Miguel Pérez Ferrero y Luis Gómez Mesa. Gubern cuestiona esta versión porque Buñuel escribió la presentación de la sexta sesión sobre cine cómico, haciéndose responsable de la iniciativa.

     La sexta sesión se celebró el 4 de mayo de 1929. Los miembros de la generación del 27 habían mostrado un gran interés por los cómicos del cine. En la Gaceta Literaria, desde los primeros números habían alabado el trabajo de Mack Sennett y elogiado a Buster Keaton. En esa sexta sesión hubo dos partes. En su intermedio, Rafael Alberti recitó tres poemas dedicados a Charlot, Harold Lloyd y Buster Keaton. En la segunda parte de la sesión se proyectó a Charlot, cuando ya existían diferencias intelectuales entre la vanguardia sobre la valoración de Chaplin. Dalí y Buñuel criticaban a Charlot, alabado mayoritariamente por los demás, y alababan a Keaton. A continuación se exhibió El navegante de Keaton. Francisco Ayala dijo que las obras de Keaton, en ese momento y en su madurez creativa, estaban concebidas como perfectos mecanismos, donde las piezas ajustan a modo, sin que falle un resorte. Rosa Chacel comentó que el cómico filmaba para decir solamente “soy tímido”. Pero señalaba que su psique, facetada de timidez, se demostraba ante el espectador como un cuerpo. Dijo además que esa timidez aleteaba en sus párpados, y que sus ojos parecían tan sensibles que temía que se retrajeran como los caracoles cuando alguien los miraba.

     Un año más tarde, según Gubern, en agosto de 1930, entrando por la frontera francesa, Buster Keaton, su esposa Natalia y su cuñada Norma Talmadge llegaron a San Sebastián para hacer un viaje turístico que les llevaría a Madrid, Sevilla y Málaga. Señalaba la profusa información de prensa de la época sobre la visita, su encuentro con surrealistas españoles y la amistad del actor con José María Hinojosa y el pintor Jena Lisarc[3].

     A Gubern se le olvidó contar que había una cuarta persona en el viaje. La pareja de Norma Talmadge, el galán latino Gilbert Roland, y que en el viaje hicieron entrevistas para promocionar su trabajo, además de la expectación que pudieran despertar. Y sobre las reuniones vamos a intentar matizar. Algo más que turismo. 


     Aunque estaban de vacaciones por Europa, cuando pararon en Madrid visitaron el edificio de Prensa Española, donde se publicaba ABC y Blanco y Negro. Keaton se mostraba entusiasmado con España, le gustaban las corridas de toros, y no reía. El periódico ABC decía que no reía porque un contrato se lo prohibía. ¡Milagro! En la sede de Prensa Española sí lo hizo. Corríó, bromeó, brincó y rio, recorriendo gozoso las rotativas. Únicamente se volvía serio en cuanto el fotógrafo aparecía. El actor y la persona. Hoy sería el mundo ideal, el mundo real y el meme.

     Norma Talmadge era entonces una de las actrices dramáticas más reconocidas. ABC resaltaba sus bellos ojos, grandes, inquietos y negrísimos, que elogiaban las bellas curiosidades de la capital como el Museo del Prado, la rosaleda del Retiro o la Puerta de Alcalá. Su hermana Natalia se había casado con Buster Keaton, había abandonado la gloria del cine y los redactores la reflejan sonriendo con su famoso marido. Gilbert Roland es identificado enseguida como Luis Alonso, hijo de españoles, y español, ya reconocido y solicitado en Hollywood para las versiones españolas.

     En esta primera noticia los redactores piden al cine norteamericano que no caigan en las pintorescas y falsas españoladas.[4] 20 de agosto de 1930. 

     Muro les fotografió en el Hotel Palace. Los Keaton impasibles, Norma Talmadge sonriente y Gilbert Roland desafiando la cámara fotográfica. Atienden a la prensa y Buster Keaton dice que cambia siempre de pareja artística para dar ocasiones a nuevas artistas. Norma es elogiada de nuevo por sus papeles en Una gran señora y Margarita Gautier.

     En aquella época, Gilbert Roland, que había triunfado con Norma como pareja artística, había conseguido su primer papel como estrella, El señor Zorro, siendo protagonista tanto de la versión inglesa como de la española, contratado por la Metro. Nosotros lo recordamos en Bahía Negra, dirigida por Anthony Mann en 1953. De Madrid marchaban a Toledo porque Buster Keaton quería ver torear a Marcial Lalanda, tras pasar por El Escorial[5].


    Y recalaron en Málaga donde asistieron a una corrida de toros y contactó con el grupo malagueño del 27: Manuel Altolaguirre, Emilio Prados y José María Hinojosa.

     Diario de Málaga y Vida Gráfica recogieron la noticia de los ilustres visitantes. Puede que el contacto con Málaga fuera debido a otro español que trabajó en Hollywood, Edgar Neville, que en los años veinte estaba casado con la malagueña Ángeles Rubio-Arguelles, antes de conocer a Conchita Montes. Hay también una relación de trabajo entre Hinojosa y la mujer de Neville por una obra de teatro en 1929. Es plausible que Edgar Neville pusiera en contacto a sus amigos de Litoral con los actores americanos. Por aquella época, según Julio Neira, el Hinojosa surrealista había publicado La flor de California y estaba implicado en la dirección de Litoral.

     Hacía 1972, Darío Carmona publicó en Litoral que Altolaguirre, Prados e Hinojosa vieron varias veces una escena de la actriz Vilma Bánki cuando metía un pie en la piscina porque les parecía precioso, surrealista y poético. La imaginación, lo soñado, consustancial a los surrealistas, era relacionado con los efectos que producía el nuevo arte, el cine.

    En Málaga llegó a existir una extensión del Cine Club madrileño que había promovido La Gaceta Literaria. Buñuel recuerda, años más tarde, a Hinojosa en un homenaje a Valle-Inclán y su fusilamiento en 1936 por sus ideas conservadoras, tras el bombardeo de Málaga.

     Volvamos a los actores. Según Diario de Málaga, se hospedaron en el Caleta Palace, fueron a los toros, recorrieron lugares típicos de la ciudad. Gilbert Roland, Luis Alonso, dijo que Buster Keaton elogiaba España, especialmente Andalucía, y no escatimó alabanzas a Málaga. El cómico estaba pensando intercalar escenas taurinas en sus películas.

     Vida Grafica publicó la foto de los dos actores en la corrida, con el rostro imperturbable del cómico que se comunicaba mediante Gilbert Roland. Para la prensa española, el galán era llamado por su nombre original, Luis Alonso. Buster alababa que los españoles le permitiesen viajar sin ser molestados en exceso.

     Darío Carmona dijo otra anécdota sobre Buster Keaton en Litoral. Era muy listo, pero bebía a todas horas desde las diez de la mañana. Cita también que se bañó varios días en el mar. Este testimonio está cuestionado por Manuel Carmona, quien se remite a señalar que la estancia fue de poco más de un día y que se ofrecieron a limpiar el coche de Buster del barro, pagado generosamente en dólares[6].

     Años más tarde, Gilbert Roland, o Luis Alonso, fue entrevistado por Donald para Blanco y Negro, 1968. Donald era el pseudónimo que utilizaba uno de los primeros animadores del Cine Club de La Gaceta Literaria, Miguel Pérez Herrero, junto a Ernesto Giménez Caballero, Juan Piqueras, César Arconada y Luis Buñuel. En el reportaje hablaba de su padre palentino, la madre de Burgos, pero sitúa su nacimiento en Ciudad Juárez, contra la tesis actual de  Bilbao.eus y Deia. Habló de su infancia cuando huyeron de la violencia de Ciudad Juárez, de los duros inicios en la meca del cine junto a Gary Cooper y Clark Gable. Estaba en España rodando un spaghetti western.

      En la entrevista recuerda a los españoles que fueron a trabajar al cine norteamericano: Martínez Sierra, Catalina Bárcena, Valentín Parera. Y detrás de la cámara, recordaba a José López Rubio, a Eduardo Ugarte (La Barraca), Tono, Jardiel Poncela, y Edgar Neville. Ya pensaba en escribir sus memorias, desde su etapa mexicana a su época de estrella pasando por su época de extra[7]. Gilbert, o Luis, viviría veintiséis años más, siendo el precedente de Antonio Banderas o Penélope Cruz.


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[3] GUBERN, R.: Proyector de Luna. La generación del 27 y el cine. Anagrama. Barcelona. 1999.

[4] ABC, 20 de agosto de 1930, página 10.

[5] Blanco y Negro, 24 de agosto de 1930, páginas 43-46.

[6] GUTIÉRREZ, F.:  La huella del maquinista. Buster Keaton en Málaga. En El Maquinista de la General, 1 y 2. Diciembre-2000. Centro Cultural de la Generación del 27. Páginas 40-43. Reseña 27-02-2025 Archivo Museo Sánchez Mejías.

[7] Blanco y Negro, 22 de junio de 1968, páginas 101-103.




16-03-2025 23:50 Habrá una segunda parte: Por ejemplo, Rafael Alberti, "Buster Keaton busca por el bosque a su novia, que es una verdadera vaca: 1234, estas 4 huellas no caben en mis zapatos."

Bernabé Herrero

 12-03-2025 16:53

Gerardo Diego

     Habían pasado treinta años y el recuerdo vivido seguía presente y vívido. La ciudad del doncel, de la catedral, del paisaje, de la sopa de ajo de Demetrio; la del cabrito asado de Ricardo, la del canto de ronda. 

     La Sigüenza de Lola, la revolucionaria de la imprenta local. Donde se tiraba un modesto semanario, pero con nuevas estampaciones elegantes, con números extraordinarios, con nuevas firmas de jóvenes literatos españoles, europeos. De allí surge, como Venus de la concha, con sus crónicas, sus parodias y las jinojepas, la joven Lola.

     Gerardo Diego elogiaba al mozo de Soria que creó esa fusión. Un enamorado de Antonio Machado, un amigo de Ortega y Gasset, y de otros escritores, que le protegen, le corresponden y lo distinguen Este joven es Bernabé Herrerro, poeta que fue privado, y ahora publicaba.

     Diego nos habla de su breviario para uso de neófitos, guía de extranjeros que desean introducirse en las esencias de España, con edición de la Revista de Occidente.

      Prepara, según su amigo santanderino por esas fechas de 1927, un libro de lecturas españolas, con inéditos de amigos, poetas y prosistas, también dirigido a estudiantes extranjeros. Él se expresa así porque cree que le siente o lo aprecia muy español.

     El primer libro de Herrero iría dedicado a Gerardo Diego. Su amigo Bernabé cuidaría de la edición de Lola. Con la Guerra Civil, Herrero se exilia en Francia y vive en el domicilio francés de Diego[1].

     Recordábamos en otra entrega, Soneto a Córdoba, la razón del TYP Rodrigo, Sigüenza. Esto hizo que Gerardo viajara a la ciudad guadalajareña, más lejos que a Gijón, como en caso de Carmen, y con una diferente estampación. Los amigos cercanos de la lejana ciudad castellana dispusieron de carta blanca para la distribución del original para no perder tiempo y llegar, como llegó, casi al mismo tiempo de aterrizaje que la primera Carmen[2].

     Bernabé había nacido en Soria en 1903. Opositó al cuerpo de Correos ganando una plaza en Sigüenza. Allí se incorpora a sus círculos culturales. Escribe sus primeros versos, mantiene relación con Gerardo Diego, Juan Larrea y José Tudela, quien se casará con su hermana. Larrea fue uno de los fundadores de La Voz de Soria con Herrero. Y Gerardo Diego dio clases en un instituto de Soria.

Ficha policial de Bernabé Herrero_Centro documental de la Memoria Histórica_cartulina digitalizada

     Cambia su destino por el tren nocturno de Correos a Murcia. Estudia Derecho y consigue una beca de la Junta de Ampliación de Estudios en Bolonia. Aprueba las oposiciones a juez y marcha a la jienense Huelma. Al llegar la guerra, alarmado por la violencia de las milicias republicanas, marcha a Aurillac. Vuelve a España cuando el fiscal Adolfo de Miguel, de la Causa General, le da seguridad de venir durante el franquismo. En uno de los viajes de traslado definitivo muere en Dax, en 1957.

     Su influencia en el semanario guadalajareño La Defensa hace que consiga colaboraciones de Melchor Fernández Almagro, José María de Cossío, Jorge Guillén, José del Río Sanz, además de alguno de los amigos citados más arriba.[3]




[1]  ABC, 17 de marzo de 1956. Reseñado 19-02-2025 en ArchivoMuseo Sánchez Mejías por tomo VIII de Obras completas de Gerardo Diego, 2010, Alfaguara, Madrid, edición de Jose Luis Bernal; y Gerardo Diego en ABC, (2011), edición de Rafael Inglada, Fundación Gerardo Diego, Bodega y Azotea.

[2] Este último párrafo hace mención al prólogo de la edición especial de Carmen y Lola en 1977. Reseña 21-12-2022, Archivo Museo Sánchez Mejías por tomo VIII de Obras completas de Gerardo Diego, 2010, Alfaguara, Madrid, edición de Jose Luis Bernal.

[3]  Davara, J.: Viajeros ilustres en Sigüenza. El afilador de ediciones. Sigüenza. 2007.




Cancro sub leva mamilla

     
      
Lápida de los marqueses de la Navas. MAN, sección Moderna


    
     María Enríquez de Córdoba vivió sesenta y tres años. Sus padres, Elvira y Pedro, fueron los primeros marqueses de Priego. Ella, a su vez, fue la primera marquesa de las Navas por su matrimonio con Pedro Dávila y Zúñiga. Cuando María fallece en 1560, su marido encarga una lauda sepulcral que recuerde a su esposa y sirva de reencuentro cuando él le acompañe definitivamente.
     Una lauda sepulcral es una lápida que puede llevar una inscripción, o el escudo de armas en su caso, que se coloca sobre una tumba o sepultura.
     Aquí, una dama y un caballero yacen con los ojos cerrados, sobre nobles almohadones broncíneos, cogidos de la mano, como si nunca se hubieran separado.
     Ella, a la moda femenina de mediados del siglo XVI, no olvida la saya, la gorguera, el ceñidor y la toca de cabos
     Él, caballero armado, va con su espada y no cubre la cabeza porque el yelmo guarda descanso a la derecha de sus pies. Ya está con ella. Se ha quitado los guanteletes y coge su mano tras siete años de espera. 
     Ha tenido tiempo de poner amorosas letras aúreas latinas, identificando a los que allí guardarán reposo. Ha servido a su rey, el César Carlos, ha mantenido su lealtad a Felipe II, su hijo, siendo su primer mayordomo. Él llevó las joyas a Inglaterra cuando Felipe, entonces príncipe, se casó con María Tudor.
     María Enríquez de Cordoba murió en 1560 de un cáncer de mama. La inscripción en la lauda lo recuerda. Puede ser uno de los primeros casos, o el primero, donde se cita la causa de la muerte de la esposa del marqués en una obra de arte. Y puede ser el primer caso donde se identifica el cáncer de mama como el causante de la muerte.
     El cáncer de mama ya fue descrito en época antigua por los egipcios, en el papiro de Edwin Smith, 1.600 a.C., y, anteriormente, se encontró en la necrópolis de Qublet el-Haawa, en Assuan, una momia con signos de dicho mal, con una antigüedad de 2.200. a.C. En esta última investigación trabajó un equipo multidisciplinar en el que colaboraron las Universidades de Granada y Jaén. 
     Durante un tiempo se atribuyó a los Leoni la obra de esta lápida. Hoy se piensa que fue realizada por un artista de Flandes, Jacques Jongelink. Las manos entrelazadas muestran esa amistad más profunda, la más certera y la más cercana, que se mantuvo en vida, y se prolongó eternamente, no importando la distancia del suspiro, ni el aliento. 
     Años más tarde, Quevedo (1580-1645) escribiría un soneto que nos recuerda la sublimación de los sentimientos más allá de la muerte:

     Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
 
mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

     Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
 (Amor constante, más allá de la muerte. Francisco de Quevedo)

 

    Dámaso Alonso decía que este era el mejor soneto de Quevedo y, probablemente, el más bello de la literatura española. Dejaron su cuerpo, no su cuidado.
     Fueron enterrados en el convento de Santo Domingo y San Pablo, en las Navas del Marqués (Ávila), reflejo de la condición social de los esposos y su riqueza. La escultura debía ser vista como si el féretro estuviera abierto.
     
     «Deo Servatoris/ Maria a Cordvba pavpervm mater Nava/ rvm marchionissa prima genere probita/ te et forma hispanarvm eminentíssima/ crvdeli fvnere extincta hoc tvmuvlo/ qviescit vixit annos LXIII obiit idib ivl/ an. MDLX tandem Petrvs Avila maritvs / vt qvos Devs conivnxerat mors non di/ rimeret vivens moerensqve sibi et vx/ ori pientiss ac Iohanni filio posvit an. M/DLXIII illa qvidem cancro sub leva mamilla interempta hic/vero»

     «Dios Salvador/ María de Córdoba, madre de los humildes de Nava/ la primera de las Marquesas de la familia, que fuiste recta/ tú y la forma más eminente de los españoles/ los fieles, habiendo muerto en este mundo/ que viviste 63 años y murió en el año 1560, Pedro de Ávila, esposo de Dios, pudo vivir sin morir, aunque estaba dolorido por sí mismo y por su hijo Juan. M/DLCIII, el cáncer debajo del seno izquierdo fue quien la mató aquí»

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Referencias:
- Quevedo, F.: Poesía varia. (1981) Edición de James O. Crosby. Cátedra. Madrid. Páginas 255-256.

Ernestina de Champourcín_1

  Paulo para Cosmópolis, marzo 1930      Es conocido el olvido y la soledad de muchas personas cuando el tiempo y el polvo cubren sus vidas....