Cultura y sociedad

Tutankamón en la Residencia de Estudiantes_1

      Este texto fue publicado el 5-11-2022 a las 19:55.

Residencia de Estudiantes. Wikimedia.

      El duque se dirigió al respetable público:

     Es esta la primera manifestación pública de Comité Hispano-inglés que tengo el honor de presidir. Nuestro comité— como sabéis— tiene por objeto estrechar las relaciones intelectuales, artísticas y científicas entre ambos países y las de amistad, afortunadamente ya existentes, y que no pueden por menos de fortalecerse con este intercambio intelectual…”

     La expectación era máxima mientras el duque de Alba presentaba a Howard Carter, el famoso egiptólogo, que, dos años antes, había descubierto la tumba de Tutankamón en el valle de los Reyes. Era 24 de noviembre de 1924.

     En mayo de 1923 se había constituido en la Residencia de Estudiantes, bajo los auspicios de su director Alberto Jiménez Fraud, el embajador británico y Jacobo Fitz-James Stuart, duque de Alba, el Comité Hispano-inglés, que fue presidido por el duque. Se crearon las becas Howard, en honor al apellido del embajador británico, válidas para estudiantes de las dos nacionalidades. Pero las actividades que más sensación causaron fueron las conferencias y cursos organizados que impartían extranjeros y españoles por invitación del Comité.

     Esta fue la razón por la que el egiptólogo Carter vino a España a impartir dos conferencias sobre las excavaciones que realizaba en el Valle de los Reyes, patrocinadas por Lord Carnarvon, que habían conseguido descubrir la tumba de Tutankamón el 4 de noviembre de 1922.

     La Colina de los Chopos, completa. Para la segunda conferencia tuvieron que dar tarjetas para el local que se buscó. La Residencia de Señoritas tuvo que hacerlo por petición expresa al Comité. Iban a conocer de primera mano las impresiones de un viajero e investigador universal, como después conocerían al escalador del Everest, pero también a Einstein, a Madame Curie o a H. G. Wells. Y grandes intelectuales españoles.

     Entre los asistentes, personalidades ya consagradas como Ortega y Gasset, Mélida, Benlliure o Gómez Moreno y, obviamente, el embajador británico del momento.

     Howard Carter se alojó durante su estancia madrileña en el Palacio de Liria, propiedad del duque de Alba. Al día siguiente fue recibido por Alfonso XIII, visitó el Museo Arqueológico y fue agasajado por múltiples personalidades.


     La segunda conferencia se impartió en el Teatro Fontalba la tarde del 26 de noviembre ante la imposibilidad de acoger a todos los interesados en las estancias de la Residencia de Estudiantes. El éxito fue arrollador.

     Tras una visita a Toledo, se le dio una cena de despedida el 27 de noviembre y marchó al día siguiente a su destino egipcio. Howard Carter regresó en 1928 con la misma expectación, tal vez más, y con asistencia de todo tipo de personalidades de la vida social española.

     ¿Cuáles fueron los ecos de esta primera visita?

Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías. BMRE
     Si nos guiamos por la correspondencia de Alberto Jiménez Fraud[1] que hemos consultado en el Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías, el eco de la conferencia fue muy importante.

     El 4 de diciembre de 1924 el director de la Residencia de Estudiantes remite al duque de Alba la noticia de una conferencia popular en el Real Cinema el día 14. Esta conferencia iba dirigida a escolares y obreros en las que se utilizarían las diapositivas y películas donadas por Carter. El acto fue presentado por Manuel Machado, que leyó un discurso preparado por el ensayista Sánchez Rivero.

     La labor de la Residencia de Estudiantes no acabó aquí. Por la correspondencia con el duque y otras instituciones culturales españolas, más el apoyo de intelectuales españoles, se intentó divulgar este legado. El material aportado por Carter fue copiado y distribuido en sesenta y ocho centros de España. El interés en realizar copias ya fue manifestado en la carta enviada al duque.

     Por otra carta de Jiménez Fraud sabemos que la difusión fue rápida porque el 19 de enero de 1925 ya se emitía una de las copias en Asturias. Por otra parte, el director de la Residencia de Estudiantes estaba muy bien relacionado y establecía contactos entre los centros culturales e intelectuales españoles para dar conferencias.

     Como ejemplo, en junio de 1925, en el Teatro Cervantes de Segovia, por mediación del Comité Hispano-inglés, se emitió la película de Carter con gran repercusión.

     El 25 de junio de 1925, Jiménez Fraud consulta con el duque de Alba la posibilidad de difundir por América Latina el material donado por Carter por mediación del Comité. Se habla de las posibles cautelas, es decir, de la logística y seguridad del envío. Ellos sabían, y así lo remarcan con lápiz rojo, que necesitan primero la autorización de Carter. Al final, fue la Residencia de Estudiantes quien facilitó el préstamo a instituciones culturales de América Latina, además de las distribuidas a las españolas. La recepción de este material fue recogida por la prensa de los distintos países y hubo alguna publicación como Blanco y Negro, que según Álvaro Ribagorda en “El coro de Babel”, llegó a publicar una novela por entregas.

     Terminamos señalando que el resultado de la primera visita de Carter sirvió para marcar una serie de pautas que se utilizarían en las siguientes visitas de conferenciantes nacionales e internacionales. Se facilitaba un resumen de la conferencia— su traducción cuando se necesitara—, un aparato bibliográfico y fotografías que, previamente, obtendría la Residencia para preparar el acto. Y si había mucha expectación, la conferencia se trasladaba al centro de Madrid, a un auditorio superior al de la Residencia, según se desprende de las cartas que dirige Jiménez Fraud el 18 de noviembre y el 18 de diciembre, ambas de 1925.

 

     Para saber más:

       JIMÉNEZ FRAUD, A.: Epistolario I, II, III. Fundación Unicaja y Residencia de Estudiantes. Madrid. 2018. Consultado octubre-noviembre en sala biblioteca Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías

Archivo Museo Sánchez Mejías. BMRE

       Diario ABC, entrevista de Rafael Vilaseca de 29 de noviembre y de 5 de diciembre de 1924.

       En la asociación española de egiptología, www.aedeweb.com, García Rueda Muñoz de San Pedro recoge las dos visitas de Carter a España.

       La revista Residencia recogió en su número de enero-abril de 1926 el fenómeno Tutankamón con el artículo “El descubrimiento de la tumba de Tut-Ank-Amen”.

       Sobre el antiguo Egipto existen distintos y variados manuales. Para la historia política, social y económica hay manuales de clásicos como el de Wilson, por ejemplo, y de autores españoles, el Pérez Largacha o el de Vázquez Hoys. Si se trata de arte egipcio, está el de Lara Peinado, que permite una introducción a la materia en 130 páginas.

 



[1] Carta de 4 de diciembre de 1924, duque de Alba.

 Carta de 19 de enero de 1925, Antonio Ballesteros.

 Carta de 18 de febrero de 1925, Antonio Ballesteros.

 Carta de 25 de junio de 1925, duque de Alba.

 Carta de 18 de noviembre de 1925, J. B. Trend.

 Carta de 18 de diciembre de 1925, J. B. Trend.

Escuela de Estado Mayor de Santa Cruz de Marcenado

     

Jinetes en la Escuela de Estado Mayor 1951-1952. Archivo personal.


     La Escuela de Estado Mayor se creó siendo ministro de Guerra Evaristo San Miguel por Decreto de 22 de febrero de 1842. Para ingresar era necesario para los cadetes que habían obtenido el empleo de subteniente alumno pasar un examen. Después, seguían la formación con la instrucción y perfeccionamiento en la educación relativa al servicio de Estado Mayor en paz y guerra. Al salir, eran nombrados tenientes del Cuerpo y debían pasar seis meses en una unidad de Infantería, otros seis en otra de Caballería y dos en una de las maestranzas y parque de Artillería, complementado con prácticas de Ingenieros. 

     Debían aprender Geometría Analítica y Descriptiva; Trigonometría esférica; fundamento de Cosmografía y mecánica; Geodesia aplicada a levantamientos de planos y croquis; Geografía y Topografía; Táctica Superior; y elementos de Poliorcética, como asedio de artillería y fortificación permanente.

     Como pocos oficiales se presentaron al examen de ingreso, en 1851, para cubrir las necesidades del servicio, se aprobó un reglamento que admitía en las convocatorias a paisanos con edades entre 16 y 25 años, con la condición de que sus familiares aportaran una asistencia diaria de doce reales. 

     En 1856 se aprobó un nuevo reglamento por el que aumentaban las materias de ingreso y en su plan de enseñanza aparecía el aprendizaje de lengua inglesa, aunque se suprimiera más tarde para aumentar la carga lectiva del arte de la guerra. Se mejoró la actividad física como disciplina y la miopía fue causa de inutilidad.

     Corriendo en el tiempo, llegamos a la sede de Santa Cruz de Marcenado en Madrid, en 1920. El proyecto era de 1901, modificado en 1902, con terminación prevista en 1917.

     En el año 1934, por ejemplo, nos ha llamado la atención la Librería del Ejército, que ofrecía un Catálogo de Obras Militares que servirían de apoyo a la vida intelectual de los militares españoles. El índice de materias se agrupaba en siete apartados. Y tres de ellos tenían una base en Humanidades: Moral militar, psicología y pedagogía; Ciencia y arte militar, geografía e historia militares; y Escuelas, academias e instrucción. Tenían la posibilidad de leer novela histórica, con los Episodios Nacionales de Galdós a la cabeza, y la lectura de autores extranjeros como el inglés Fuller, el alemán Jünger; y textos de tratadistas militares españoles, de Ahumada a San Román. Sin olvidar el género biográfico, desde Simón Bolívar a Serrano, pasando por Baldomero Espartero y Juan Prim.

   El edificio de la Escuela de Estado Mayor está formado por un conjunto de edificios que ocupan parte de lo que fueron huertas del Seminario, una extensión que nunca se construyó y que tenía una topografía abrupta y difícil.

     La Escuela fue creada 1842, pero no tenía una sede adecuada para desarrollar sus actividades, que se realizaban entonces en el Cuartel del Conde Duque.

     En 1901, como hemos mencionado, se aprobó un proyecto, que incluía varias construcciones: un edificio principal destinado a las actividades docentes, varios secundarios para la tropa y un picadero con las correspondientes cuadras e instalaciones para los caballos. La Escuela se instaló en el edificio de la esquina de Santa Cruz de Marcenado con Mártires de Alcalá, con una planta trapezoidal, organizada alrededor de un núcleo central formado por un patio de luces y la gran escalera imperial, cuyo gran desarrollo nos habla de la importancia simbólica que se quiso dar al edificio.

     Las aulas, despachos de oficiales y biblioteca se diseñaron con aspecto de amplias estancias con exteriores: luminosos y suficientes.

    El edificio es sobrio y militar, sin embargo, denota nobleza en el trabajo de la fachada, en tres fajas horizontales, la primera como zócalo almohadillado y las dos siguientes en ladrillo visto con una ancha franja que incorpora los antepechos en piedra. Sin apenas ornamentación ni remates decorativos. Una gran curva esquinada dignifica el edificio.

     Hubo algunos problemas en la cimentación por las dificultades topográficas y las obras estuvieron interrumpidas, pero se reiniciaron en 1917 y finalizaron en 1920.

     Junto al edificio principal se situaron los pabellones para la tropa, ejecutados en ladrillo visto de menor calidad, pero siguiendo los mismos criterios estéticos.

Escuela de Estado Mayor_Santa Cruz de Marcenado_Madrid (Fuente: COAM)

     Destacamos el pabellón del Picadero, no observable desde la calle; por allí se ejercitaban oficiales y tropa. 

     Fue incluido en el proyecto original de 1901 y construido con cinco grandes cerchas curvas como arcos de medio punto sin tirantes que cubren, con una altura de 15 metros, un espacio iluminado de 16 metros. 

     En los testeros, amplios óculos en la parte alta iluminan el interior. Nos encontramos a medio camino de Malasaña, Argüelles y Chamberí.
     Un cartel informa que es la Escuela de Guerra del Ejército de Tierra y unos guardias militares cuidan sus puertas. Los recorridos guiados por su interior son habituales en eventos como la Semana de la Arquitectura y su valiosa biblioteca está disponible para todos los que necesitan consultar allí sus históricos volúmenes. 
     El complejo fue diseñado por Miguel Manella CorralesUn ingeniero que planteó un proyecto funcional y práctico, con un edificio principal de considerable altura, en forma de bastión, acompañado de una serie de construcciones auxiliares a su alrededor que pudieran albergar hasta un centenar de oficiales estudiando. Como hemos comentado, llama la atención el picadero, una edificación con techo abovedado que en su día acogía la instrucción hípica. Detrás de este lugar estaban las cuadras y, al lado, el edificio de ordenanzas que se encontraban al servicio de los oficiales.
     El picadero fue diseñado con altos ventanales con el fin de no deslumbrar a los caballos. Los remates son de los veinte del siglo XX. Con bellas vidrieras y símbolos de distintos Cuerpos militares. La luminosidad alta ha permitido que su desuso como hípica se traslade a un uso variado.
     El edificio principal presenta unas señoriales escaleras en las que se sitúa su elemento más destacado: el monumento a los héroes del Estado Mayor, cuyas fajas descansan bajo la escultura de un león en actitud apacible. Sus cinco vitrinas guardan el recuerdo de oficiales caídos en servicio. Les distingue el azul celeste que llevan los graduados en esta escuela. 
     
   El edificio principal de la escuela cuenta con otros dos lugares destacados: el salón con las imágenes de los directores de la Escuela General de Guerra y la biblioteca.
          La biblioteca contiene 65.000 libros especializados en historia y arte militar, estrategia, polemología, geopolítica, política exterior y relaciones internacionales. Algunos de ellos datan del siglo XVIII y entre las joyas que conserva está la primera edición (1726) del Diccionario de la Lengua Castellana de seis volúmenes.
          La biblioteca es utilizada por alumnos de la escuela, pero también recibe visitas civiles de investigadores sobre historia militar y sus relaciones con el resto de la ciudadanía. Javier Sierra o Almudena Grandes han hecho uso de sus anaqueles para documentar sus novelas. Otras disciplinas interesadas son el cine y la televisión, que ambientan sus producciones de época.
    Los edificios de la Escuela de Guerra tuvieron que ser reconstruidos en parte en 1940 a causa de la Guerra Civil. Para la conmemoración de los 200 años de existencia del Estado Mayor se diseñaron unos jardines centrales (2010).


Escuela Superior de Guerra o Estado Mayor. Plano. Fuente: COAM

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     Bibliografía/ para saber más:

             - BALDOVÍN, RUIZ, E.: La Escuela de Estado Mayor del Ejército. En Ejército de Tierra español. Revista de las armas y de los servicios. Enero-febrero de 2001, año LXII, número 720.

        - ALONSO BAQUER, M.: La Enseñanza de la Historia militar en la Escuela Superior de Guerra (1893-1936) y en la Escuela de Estado Mayor (1940-1964). En Monografías del Ceseden 97, XI Jornadas de Historia Militar, La Enseñanza de la Historia Militar en las Fuerzas Armadas. Ministerio de Defensa, mayo de 2007.

       - https://fcoam.eu/guia/F1/F1.186A.htm   Visionado 22-11-2023 y 5-01-2025.

      - https://www.eldiario.es/madrid/somos/malasana/paseo-por-los-cien-anos-de-la-escuela-de-guerra-del-picadero-al-monumento-a-los-caidos_1_6415728.html  Visionado 22-11-2023

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     Ut memoria: R. M. C., 9-01-2018.

In itinere

 

La Argentinita visita ABC_1-01-1919. ABC_sin firma.
   


     Verano de 1928. Hacia
 las dos o las tres de la mañana, Martínez Nadal regresaba a casa de la tertulia de la Granja El Henar. Una tertulia en la que se reunía con un grupo de deportistas. De pronto vio por la calle de Alcalá hacia la plaza de la Independencia a Ignacio y La Argentinita, caminando cogidos del brazo. En cierta manera, llevada, en un gesto que ella gozaba. Sánchez Mejías le dijo a Encarnación que podían acompañar a Rafael un rato y de camino oler las acacias mimosas en verano. Luego cogerían un taxi. Martínez Nadal recordaba que en la plaza se cruzaron con Federico y Emilio Aladrén. García Lorca saludó con alegría a su amiga. Una conversación agradable, llena de cuentos y chistes, inundaba la ensoñación veraniega de la noche.
Tierra de cante y baile_La Puntilla. Autor

     De pronto, alegre, puede que bebido, Federico les preguntó sí habían visto el nuevo circo. Un silencio más atronador que el rugido de un león hizo que el granadino le dijera a Emilio, gritando, que se quitara la gabardina y rodara por el suelo.

     Una tormenta estival había dejado el suelo impregnado con la tierra mojada convertida en un leve barrizal. Aladrén[1] se arrojó a la húmeda calzada y rugió como los leones de piedra que se encuentran en las villas romanas sevillanas. Dio unas cuantas volteretas hasta que Federico le mandó levantarse. Le ayudó a ponerse la gabardina, saludaron de manera circense como si una multitud presenciara su número, se abrazaron y rieron, mientras una botella de ginebra asomaba de uno de los bolsillos de Emilio Aladrén[2]. La alegría por vivir.

     Un año después, en Nueva York, cuatro días antes de la conferencia de Ignacio, La Argentinita debutó en el Majestic Theatre como participante de la International Revue. El tres de marzo de 1930, Federico de Onís[3], uno de los primeros promotores de las relaciones entre españoles y estadounidenses, bautizó a su hijo y eligió a Federico y Encarnación como padrinos del nacido. Nacía de este modo el coloquial trato que mantuvieron en vida: comadre y compadre, como miembros de su propia familia[4]. La vida. 

   Nana de Sevilla_La_Argentinita_García_Lorca 

     Febrero de 1933. Una mujer francesa de 34 años conoce a Ignacio gracias a Lorca, quien le presenta como el andaluz por excelencia. El escenario era propicio. En casa de Jorge Guillén se leía una obra de teatro de próximo estreno: Bodas de Sangre. Surge el pellizco. ¿Lo sabrá en algún momento Encarnación? Según Lorca, La Argentinita los mataría de saber este amor ¿Es verdad? Pilar López siempre dijo que su hermana no era de crimen pasional. Ignacio llega a presentarse en París ante la perplejidad del marido de Marcelle Auclair, Jean Prevost: “hay sangre en ese hombre”. La fatalidad de un muerto entre los amigos de su hijo le hace volver[5]. La sangre, al fin. Todos coinciden en el poder de seducción y gusto por las mujeres de Sánchez Mejías. In itinere.

Toruño y alhelí_Valdelagrana. Autor
Osborne cerca del Molino Grande_Manzanares. Autor


[2] DÍEZ HUERTAS, C: Encarnación López, La Argentinita: Entre el folklore y la vanguardia. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4384189

[5] FARIZA, P.: la vida encontrada de Encarnación López “La Argentinita”. Bala perdida. Madrid. 2020. Reseña 21-10-2023 Archivo Museo Sánchez Mejías.





Alberti marinero, amante y soñador

           Ese ángel, ese que niega el limbo de la fotografía y hace pájaro muerto su mano...me llama, me grita, me advierte, me despeña y me alza, hace de mi cabeza un yunque, un objeto inútil, contra quien deshacerse sin martillazos...



     Por amiga, por amiga. Solo por amiga. Por amante, por querida. Solo por querida...

          Desnudo, sin los billetes de inocencia fugados en sus bolsillos, derribado en tu corazón y solo en su primera silla, no creíste en Venus que nacía entre las aguas de la inocencia...


 



Cuando miro insondable al Miró; esos amarillos, blancos, azules, rojos en escalera, que ocupan el jardín y el mar lleno de patios y mares. ¡Oh, mar, miromar!, la abeja vuela hacia el mar del amor, miromar, ¡mar, miromar!, estrella del mar polar...


     Yo nací-¡respetadme!- con internet.
Bajo una red de datos y cohetes.
Cuando abolidos fueron los DVD y las casetes,
de los reyes, y el papamovil huyó de Roma.


     Playeras y moncayo, terral malagueño. Generala. El oleaje: Venus en el pecho. En la comisura, roto el labio, la tela verde de la aurora. 



4,5,6,7. En estas cuatro huellas no caben, o sí, en mis zapatos. Si en estas cuatro huellas no caben mis zapatos, o sí, ¿de quién son estas cuatro huellas? ¿O son mías? ¡Georginaaaaaaa!


¡Georginaaaaaaaa! Mi corazón siempre me dijo que eras una verdadera vaca. Una vaca lechera, que no es una vaca cualquiera. Me da leeche merengaada... Es una vaca salaada...


Todo lo que por ti vi, -la estrella sobre el aprisco, el carro estival del heno y el alba del alhelí- si me miras, para ti.


Rubios, morenos senos de Amaranta, por una lengua de can acariciados. Arco de naranjas, conducidos hacia el canal que busca tu garganta...


     Sí, soy el ángel bueno. En mi pecho se abren largos caminos que recogen las aguas de todos los mares. Las vidrieras de Giraldo alumbran todas las calles. Veo a través de los miradores la verdad oculta, que no me interesa. Ciudades deshabitadas las llama Rafael. Ciudades que se pueblan, de pronto, soñadas. Trenes descarrilados que marchan unidos. Naufragios de migrantes, antiguos o nuevos, llegan, pueden, unidos. Marchan. ¡Din, dong!

        Una sensación similar debió tener Rafael Alberti al regresar a España. Pero, sabemos por diversas fuentes, confirmadas finalmente por amigos, como José Luis Pellicena, que estuvo un par de días en España durante la dictadura de Franco, en 1969, cuando pensaba que él moriría antes que el "Generalísimo", sin volver a El Puerto de Santa María. Los permisos los consiguió José María Pemán, otro gaditano, que reposa en la cripta de la Catedral de Cádiz, como Manuel de Falla.(ABC, 9 de marzo de 2009, Tulio Demicheli)



El amigo de ISM, que está en nuestro pensamiento.
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Textos seleccionados y refundidos, o confusos, de Rafael Alberti:
- Marinero en Tierra, La Amante, El Alba del Alhelí, Cal y Canto, Sobre los Ángeles, Sermones y Moradas.
- El Veronés, pintor de la escuela veneciana, dijo:" Nosotros, los pintores, nos tomamos las mismas libertades que los poetas y los locos."
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Soneto a Córdoba

 

                   

Luis de Góngora. Wikipedia.

                     Soneto a Córdoba 

¡Oh excelso muro, oh torres coronadas

De honor, de majestad, de gallardía!

¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,

de arenas nobles, ya que no doradas!


¡Oh fértil llano, oh sierras levantadas,

que privilegia el cielo y dora el día!

¡oh siempre glorïosa patria mía,

tanto por plumas cuanto por espadas!


Si entre aquellas rüinas y despojos

que enriquece Genil y Dauro baña

tu memoria no fue alimento mío,


nunca merezcan mis ausentes ojos

ver tu muro, tus torres y tu río,

tu llano y sierra, ¡oh patria, oh flor de España!

(Luis de Góngora, 1585)

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Manuel de Falla y Federico García Lorca, 1926. Wikipedia.


     La conversión de Falla.

     Federico G.ª Lorca nos ha contado la conversión de Falla al gongorismo. A nuestras invitaciones había sucedido un silencio angustioso. Falla no era amigo de Góngora; influido sin duda por el concepto corriente- tan injusto- sobre don Luis, le juzgaba probablemente seco, y poco espiritual. Lorca no perdía sin embargo la esperanza. Un día consiguió que el maestro leyera unas cartas de Góngora en la edición de Foulché Delbose. Al día siguiente, encontró a Falla enfrascado en Góngora. - «Magnífico, magnífico. ¡Qué hombre! ¡Qué grandeza de espíritu! ¡Qué artista! Y mire usted: igual que con nuestros artistas. Las mismas incomprensiones para la pureza, para la firmeza de su arte». Ya sólo faltaba la elección de texto. El «Soneto a Córdoba» escrito desde Granada. Falla ha fechado su música también desde Granada. Los versos de Góngora se cantarán gloriosamente en lodo el mundo- «Porque Córdoba-dice Falla - es romana, romana, como la veía don Luis, y no árabe. No hay en su soneto una alusión que no sea romana, cristiana».

(Lola, número 1, diciembre de 1927)

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     Soneto a Córdoba_Manuel de Falla_Luis de Góngora_Victoria de los Ángeles


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     En la ciudad de Sigüenza vivía un amigo de Gerardo Diego, Bernabé Herrero. Era Bernabé soriano, empleado en Correos y aficionado, como muchos, a la poesía. Ya se sabe que si algo nos hace pensar, como la poesía, no embistes, como decía don Antonio Machado, más o menos. 

     Bernabé ayudaba a Eduardo Olmedillas en un semanario titulado La Defensa. Se le propuso tirar en la misma imprenta que el semanario la revista Lola. Accedieron, le proporcionaron el papel y se imprimió en los talleres de la ciudad del doncel. Quien haya podido visionar algún ejemplar de esta juvenil Lola, observará que, al final de la publicación, consta al pie la fe de imprenta siguiente: TIP. DE RODRIGO- SIGÜENZA

     En Castilla-La Mancha, Lola. La relación de Diego con la ciudad del doncel, para otra ocasión. Ahora, disfrutemos de la poesía del 27 durante el fin de semana y soñemos que Ignacio Sánchez Mejías está buscando nuevas coronas de laurel.

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     Nada de esta curiosidad, a veces excesiva, o no, sería posible sin el principio de Arquímedes del Archivo Museo Sánchez Mejías.

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     Claves:

       - Antonio Machado, Campos de Castilla, Proverbios y cantares, XXIV: De diez cabezas, nueve/ embisten y una piensa/ Nunca extrañéis que un bruto/ se descuerne luchando por la idea.

     - Sobre Arquímedes: Principio de la palanca: Dame un punto de apoyo y moveré el mundo. 


Manzanares: De las vías pecuarias a Copernicus



Vías pecuarias Castilla-La Mancha_8-12-2024. JCCM

      Las vías pecuarias son las rutas o itinerarios por donde discurre o ha venido discurriendo tradicionalmente el tránsito ganadero. De igual modo, tienen, a todos los efectos la misma condición, los descansaderos, abrevaderos, majadas y cualquier otro tipo de terreno o instalación anexa a aquellas que sirva al ganadero trashumante y a los pastores que lo conducen. Todas las que discurren por Castilla-La Mancha son bienes de dominio público. Lo que aquí se refleja es cómo son en la actualidad las antiguas vías pecuarias.



Manzanares_Copernicus_Sentinel2_4-03-2023_color falso_500 mts. Uso personal autor


  Copernicus es el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, que mira a nuestro planeta y su medio ambiente para el máximo beneficio de toda la ciudadanía europea. Ofrece servicios de información basados en datos de observación de la Tierra por satélite y en datos in situ (no espaciales).

    La Comisión Europea coordina y gestiona el programa, en cuya ejecución colaboran los Estados miembros, la Agencia Espacial Europea (ESA), la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (Eumetsat), el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo, las agencias de la UE y la empresa Mercator Océan. 

     En este caso hemos utilizado un color falso, no tierras, ocres y dorados, para colorear, de forma cobriza, el término municipal de Manzanares, a una altura de 500 metros.


Manzanares_Americano-1956-1957_IGN

     Mediante un convenio entre el gobierno de Franco y los Estados Unidos, a escala 1:33.000 y una altura de 5.000 metros, se llevó a cabo un proyecto cartográfico. Con las limitaciones de la época, como los  escasos aeropuertos dotados satisfactoriamente, se hizo una primera labor cartográfica unos años antes de la extensión de la mecanización agraria. Como se puede observar, el término municipal urbano era más pequeño y, donde hoy hay zona industrial y urbana, antes era zona rural. Las fotografías en blanco y negro de la época dan realismo a la instantánea.

     Aunque ya nos habíamos referido antes a los mapas de la cartoteca de IGN, hoy reseñamos distintas fuentes que nos ayudan a comprender la evolución de nuestra geografía más cercana y la utilización de otras formas, producto de las nuevas tecnologías, para informar y conformar nuestro conocimiento sobre el territorio.



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     Fuentes utilizadas: Asaja CYL, IGN, Copernicus y JCCM.

     Entrada escrita de forma colateral a partir de los estudios sobre el olivar histórico de Écija y sus molinos de aceite por Jorge Moya Muñoz.



        

Estímulo y moda según Baltasar Porcel

MUSEO MANUEL PIÑA_MANZANARES.bmre

     

     En la web de Planeta, Baltasar Porcel aparece como un reconocido autor, fallecido en 2009, de una vasta obra ensayística, de viajes y novelística, entre la que destacaron títulos como Mediterráneo, Una historia personal, Primaveras y otoños, Lola y los peces muertos, El corazón del jabalí, El emperador o El ojo del ciclón, Olympia a medianoche, y Cada castillo y todas las sombras. En vida, era tenido por uno de los autores clásicos de la literatura catalana, o como uno de los autores hispánicos con mayor proyección internacional. Había recibido, entre otros, los premios Boccaccio (en Italia), Mediterranée (en Francia), Sant Jordi, Ramon Llull, Prudenci Bertrana, Josep Pla, Nacional, de la Crítica, Mariano de Cavia y Godó. Harold Bloom, el del canon occidental, dijo que la obra de Baltasar Porcel «está al mismo nivel que la de Don DeLillo o Philip Roth».
     En la retina guardamos la imagen de un dandy balear con perilla y maneras educadas, que heredaba formas literarias de Villalonga, Cela y Pla, pero que aquí nos interesa por un artículo que escribió en ABC, que leímos hace años en el Museo Manuel Piña, y que gracias a la hemeroteca del citado diario recordamos.

Baltasar Porcel_Wikipedia



     Moda y estímulo. 29-9-1985. Porcel comienza mostrando sorpresa porque Nesweek informa que japoneses y alemanes abandonan la moda italiana para comprar la confección en la España de los ochenta. Entiende la moda como ideas y diseño. Porque se han doblado las ventas de prendas españolas, aún cortas ventas, pero prometedoras.
     En los ochenta, la industria textil española más pujante se situaba en el arco mediterráneo. Como punta de lanza de ideas y diseño, se celebraba desde dos años antes a la fecha citada el Salón Gaudí, bajo las hábiles manos de Susana Frouchtman, y mostraban en 1985 las ideas de los nuevos diseñadores españoles: De Roser Marce a Manuel Piña, pasando por Purificación García, Adolfo Domínguez, Roberto Verinno o Teresa Ramallal.
     Para Porcel, el ritual de la vestimenta estimula, expande belleza. No cree que el hábito haga al monje, pero sin hábito, no hay monje. Un disfraz, en el buen sentido. Puede que un juego o una apariencia. Recordamos aquí lo que decía la actriz María Félix sobre la llegada a las citas. Era mejor llegar tarde que fea. Lo mismo no es cierta.
     El estructuralista Barthes empezó a interesarse por la imagen en los años sesenta del pasado siglo a través del cine. Porcel cita al filósofo francés al referirse al carácter funcional del diseño, aseverando que en el vestir hay apariencia, pero, también, trasunto y molde de nuestro ser.
     Cosmopolita, mundano o vividor, confiesa que la hermosura o la belleza forma parte de su concepción inteligente.
     La moda es efímera y nuevamente renacida. La belleza del Ave Fénix, diríamos, fulgiendo entre las cenizas. Porcel nos dice que la moda es una lucha contra el tiempo y una inmersión en él.
     Manifiesta que la industria de la moda, y por extensión de la confección, debe pensar en la economía. Visualizar que la industria europea pierde fuelle ante el nuevo poder de los países ribereños del Pacífico.  Vislumbraba un futuro donde nuestra agricultura ecológica y el patrimonio universal mediterráneo no era, no es, suficiente en un mundo globalizado.
     Italia y Francia habían ayudado a engrandecer su balanza comercial con el diseño. Pensaba que los creadores españoles tenían una acusada personalidad y sabrían manejar tejidos de máxima calidad. Un reto y un estímulo.
     Hoy, en la cercanía de 2025, la industria textil española está deslocalizada en su mayoría, quedando empresas grandes y diversificadas o empresarios artesanales o diseñadores originales, irreductibles como los galos de Axterix



     Baltasar Porcel fue un escritor muy reconocido en el último cuarto de siglo XX. Escribió en La Vanguardia, pero fue reconocido, también, en el ámbito del resto de España. Escribió algunos artículos en El PAÍS y, muchos más, ABC; fue invitado a programas de televisión, más que a los habituales de cocina. Hoy, casi olvidado, se le recuerda por sus libros y artículos, sean en catalán o español.

Bodas de sangre

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