Cultura y sociedad

Héroes, desafíos, amores, amigos, la muerte (Altolaguirre y Garcilaso)

 Publicado 18-01-2025 20:13

     

Fuente: Wikipedia

     Manuel Altolaguirre alcanzó con la biografía de Garcilaso de la Vega sus mayores dotes como prosista. Así lo afirma 
James Valender. Concha Méndez recordaba que comenzó a tomar notas sobre la biografía del poeta toledano durante su luna de miel en Málaga, durante junio de 1932. Había recibido un encargo de Espasa, que se publicó en marzo de 1933.

    Escribió una biografía de gran carga poética, contando con los datos disponibles, escasos, y, en cierto modo, de manera íntima.[1] Es una visión contemporánea a los años treinta del siglo XX,  no al momento de existencia del poeta renacentista, donde no había separación entre lo público y lo privado, y entre la espada y la cruz. Garcilaso venía de un mundo bajo medieval que pretendía volver a mirar a los modelos clásicos de la antigüedad. Pero su biógrafo proyecta sus ideas sobre el amor y el idealismo, desde una persona contemporánea, que ha leído a Becquer y Shelley. Aunque se aprecie una cierta dualidad. Veamos.

     Altolaguirre muestra el héroe:

     “Garcilaso empuñó su lanza, fustigó su caballo y avanzó contra trescientos hombres que, al ver tan temeraria locura, no podían comprender lo que les pasaba. No era un hombre, era un ángel con espada de fuego, un jinete sobre oleadas de sol, sobre cristales de nubes; era un devastador castigo. Deslumbrados, huyeron, cayendo algunos por la torpeza con que escapaban, otros, heridos por los firmes golpes del poeta, que al verse solo con los enemigos en fuga se serenó un momento."  (página 143, obras completas de Manuel Altolaguirre, tomo II).

     Escenifica el desafío de los caballeros:

     “Mas de lo mejor de todo será excusar los grandes males y daños que suelen seguirse de la guerra, adonde padecen ordinariamente los que no tienen culpa. Hagámoslo nosotros de bueno a bueno; pongamos el negocio en las armas. Haga el rey campo conmigo de su persona a la mía, que desde agora digo que le desafío y provoco, y que todo el riesgo sea nuestro, cómo y de la manera que a él le pareciere, con las armas que le plazca escoger, en una isla, en un puente, en una galera amarrada en un río…, que yo confío en Dios, que como hasta agora me ha sido favorable y me ha dado vitoria contra todos los enemigos, suyos y míos, me ayudará agora en una tan justa causa.” (Desafío de Carlos V, emperador y rey de las Españas, a Francisco I, rey de Francia. Página 145, Obras completas de Manuel Altolaguirre, tomo II).

     Muestra el amor de quien no le corresponde. Dijo Altolaguirre que los besos de Garcilaso fueron suspiros, besaba el aire de sus viajes, soñaba amor en su soledad guerrera... Entre los hierros de escudos... una flor blanquísima abría su corola y libertaba su perfume... y cuenta que Garcilaso cantó ese amor perdido en la Égloga I, que seleccionamos:

Por ti el silencio de la selva umbrosa, 

por ti la esquividad y apartamiento

del solitario monte me agradaba;

por ti la verde hierba, el fresco viento, 

el blanco lirio y colorada rosa

y dulce primavera deseaba.

¡Ay, cuánto me engañaba!

¡Ay, cuán diferente era

y cuán de otra manera

lo que en tu falso pecho se escondía!

Bien claro con su voz me lo decía

la siniestra corneja, repitiendo

la desventura mía.

Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. (Égloga I, Garcilaso de la Vega).

          La muerte rondó y llegó en definitiva porque fue herido, desfigurado, con la lengua rota... Un hijo, su amante, su amigo habían fallecido:

     “Garcilaso cayó al foso. Su cuerpo, herido por tan rudo golpe, se revolvía en el barro, haciéndolo más blando y más rojo con su sangre. Una suave niebla se levantaba, un vapor de alma. Parecía que era el campo el que tenía que morir. Todo el vaho de la tierra era un último suspiro. Entre barro y niebla estaba el poeta, próximo a entrar en otro llano, en otros montes y otros ríos, en otros valles floridos, donde vería a Isabel para siempre, sin miedo ni sobresalto de perderla.” (Página147, Obras completas de Manuel Altolaguirre, tomo II).

        Y fue llorado por la amistadSoneto de Juan Boscán a la muerte de Garcilaso de la Vega:

“Garcilaso, que al bien siempre aspiraste,

Y siempre con tal fuerza le seguiste,

Que a pocos pasos que tras el corriste

En todo enteramente le alcanzaste.

     Dime, ¿por qué tras ti no me llevaste

Cuando de esta mortal tierra partiste?

¿Por qué al subir a lo alto que subiste

Acá en esta baxeza me dexaste?

     Bien pienso yo que si poder tuvieras

De mudar algo lo que está ordenado,

En tal caso de mí no te olvidaras.

     Que, o quisieras honrarme con tu lado,

O, a lo menos, de mí te despidieras,

O si esto no, después por mí tornaras.”

(página 149, Obras completas de Manuel Altolaguirre, tomo II).


     Los actos de heroísmo fueron una de las fantasías más recurrentes en la prosa   de Altolaguirre. Según Valender están presentes en los capítulos de una novela inacabada, El paraíso destruido, en el que utiliza a un autor apócrifo que para el autor de su edición refleja la aguda conciencia que tenía Altolaguirre del carácter imaginario del yo que todo escritor va creando. Pensamos que, con su cálamo o su teclado, quiere, y queremos, emular al creador de Cide Hamete Benengeli.




     Se comenzó a escribir el 29 de octubre de 2023 y se publicó el 18 de enero de 2025

[1] ALTOLAGUIRRE, M.:  Obras Completas, tomo II. Edición de James Valender. Bella Bellatrix, Istmo, Madrid. 1989.

     GARCILASO DE LA VEGA: Poesías Castellanas Completas. Edición de Elías L. Rivers. Clásicos Castalia. Barcelona. 2021.

En tanto que de rosa y azucena.

      "En tanto que de rosa y azucena

se muestra la color en vuestro gesto,

y que vuestro mirar ardiente, honesto,

enciende al corazón y lo refrena;

                          y en tanto que el cabello, que en la vena

del oro se escogió, con vuelo presto,

por el hermoso cuello blanco, enhiesto,

el viento mueve, esparce y desordena;

        coged de vuestra alegre primavera

el dulce fruto, antes que el tiempo airado

cubra de nieve la hermosa cumbre.

        Marchitará la rosa el viento helado,

todo lo mudará la edad ligera,

por no hacer mudanza en su costumbre."

 

    La biografía de Manuel Altolaguirre sobre Garcilaso de la Vega cuenta que, cuando asistieron a la boda del Emperador y Rey Carlos de Gante con Isabel de Portugal en Sevilla (1526), conocieron al embajador de la señoría de Venecia, Andrea Navagero, con el que trabaron amistad Juan Boscán y el poeta toledano. Pero no fue hasta una estancia posterior en Granada donde el embajador les persuadió de emplear la métrica italiana en la lengua castellana mientras paseaban por el Generalife. Navagero recitó algunos de los poetas italianos, lo cual impresionó a Garcilaso y Boscán.

     Los hechos fueron relatados en una epístola que envió el poeta barcelonés a la duquesa de Soma. Navagero fue además un observador de la realidad española del XVI con su Viaje por España

     Boscán tradujo El Cortesano de Baltasar de Castiglione, que define al cortesano o caballero perfecto del Renacimiento. La traducción fue repasada por Garcilaso.

     Un soneto era y es una composición poética que consta de catorce versos endecasílabos distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. Los cuartetos riman, en general, ABBA ABBA, y en ambos deben ser unas mismas las consonancias. En los tercetos pueden ir estas ordenadas de distintas maneras, CDE CDE o CDE DCE.

     Se debe recordar que los versos son ese conjunto de palabras que están sujetas a cadencia y medida, o solo a cadencia. Que una estrofa es un conjunto de versos ordenados de forma igual que conforman una composición poética. 

     El soneto XXIII de Garcilaso de la Vega, que hemos reproducido al principio de este escrito, desarrolla, según Ana Suárez, el mito horaciano del carpe diem, a partir de la invitación a una joven para que disfrute de toda su juventud y su belleza.

     Esta idea de aprovechar el tiempo, porque pasa rápido se vio también en El club de los poetas muertos de Peter Weir donde se instaba a no perder el tiempo porque no era recuperable.


          Ha sido una constante en el pensamiento occidental la rapidez del paso del tiempo, su fugacidad, la necesidad de aprovecharlo mientras dura y pensar que no somos eternos.

     Carpe diem fue un tema muy repetido en la literatura latina, literatura de la que beben los escritores renacentistas. De Horacio, Ausonio y Marcial pasa a Petrarca, y de aquí a los poetas de la Península Ibérica como Garcilaso de la Vega. Petrarca consideró a los autores clásicos como vivos, contemporáneos a él, y su estilo, moderno. Su Cancionero (1470) gozó de gran fama desde su publicación. En él publicó sonetos, canciones y otras poesías de diferentes métricas en lengua vulgar (italiano) y no en latín. La influencia en Europa fue enorme.

     El soneto reseñado al principio nos relata en los dos cuartetos la belleza de una mujer, sus cualidades estéticas: “de rosa y azucena… la color en vuestro gesto” (rostro); “mirar ardiente… clara luz… tempestad serena” (ojos, mirada); “cabello… vena del oro… hermoso cuello blanco” (pelo); y “hermoso cuello blanco”. Describe el ideal de belleza bajo medieval y renacentista. Una belleza áurea, rubia y etérea. Recuerda el canon clásico griego. Canon que atraviesa las culturas medievales. Recuérdese que los omeyas andalusíes buscaban esposas y concubinas del norte de la península, preferentemente rubias. 

     Pero en los dos tercetos se torna pesimista tanto que quiebra la alegre descripción de los cuartetos. Una mirada triste a lo efímero y su destrucción. Tanto que el mero hecho de “coged… el dulce fruto” sea ya fuente marchitable. Aquí ya es “tiempo airado”

     El último terceto es la confirmación del final de todas las cosas. Un “viento helado” marchitará las rosas; la fugacidad es nombrada “edad ligera”; y acaba con un ambiguo “por no hacer mudanza en su costumbre”, puesto que todo cambiará, desaparecerá, menos esa costumbre. Se pasa de la alegre primavera al viento helado. El reflejo de las estaciones como paso de la vida.

     La fugacidad de la vida es reflejada de forma tranquila, sin mucha emoción, sin mucha tragedia. Se exhorta, se sentencia, se juzga. No se ama y se asume la muerte.

      Garcilaso murió joven. Según relata Altolaguirre de forma heroica, pero arriesgando más de lo debido, por solventar unas ofensas al rey y a España que provocaron su ira. Solo, se dirigió a la fortaleza de Muey recibiendo saetas y/o flechas, mientras intentaba subir la altura de las almenas. En un momento dado un soldado francés le dio una fuerte pedrada. Cayó en el foso, moribundo. 

Tumba de Garcilaso de la Vega. Toledo.

     La reacción de las tropas del emperador fue vengar al soldado poeta. Tomaron la fortaleza, que quedó destruida y demolida. Sus habitantes recibieron un castigo severo. Un grupo de veinte jóvenes fue eliminado.

     Horacio nos proponía que aprovecháramos el día porque no podíamos fiarnos del mañana. En Garcilaso el día se consume mientras se aprovecha el momento.

     

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Publicada 6/11/2023 19:57

 


 

Presencia de Ignacio_y 3

Actualizado 20-01-2025 7:15      

El amigo mitificado. Instituto Cervantes.

     Con esta entrada cerramos el atrevido resumen de la presencia de Sánchez Mejías en la prosa de Gerardo Diego. Comenzábamos con la referencia que hizo de Ignacio en las palabras pronunciadas cuando recibió el Premio Cervantes, acompañada por los primeros momentos de la amistad de Diego y Cossío, cuando ya conocían a los Gallos y Sánchez Mejías; amigos que junto a Bergamín fueron los grandes aficionados de los toros de la generación del 27, probablemente. Y, como obvio, los actos fundacionales de la generación en Sevilla, donde fue mecenas y coronó a Dámaso Alonso.
     En nuestra segunda entrada, incidíamos en el carácter emotivo de las referencias, como el acto poético de 1968 en la plaza de Manzanares, joya en prosa escrita en ABC, con referencias clásicas al teatro romano de Mérida y su celebérrimo certamen. Parangón sin igual.
     Nos hemos dejado artículos ya referidos en otras entradas, como los de la proeza atlética tras de un taxi y la merma de facultades en los días previos a su última tarde o la repetida anécdota de su claridad intelectual que asombró a Jorge Guillén, como les asombró en otra ocasión la sabiduría taurina del filósofo Ortega y Gasset. Hay cierto desconocimiento en estas lides sobre el hijo de José Ortega Munilla. Nos dirigimos a momentos, instantes y recuerdos de una amistad, en distintos lugares y a través de los tiempos.
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     Eso no lo hace ya más que Rafael. Y con cincuenta años casi... le dijo Ignacio a Gerardo. Estaban entusiasmados. Eran dos amigos que estaban viendo ejercer su maestría a Rafael El Gallo. Gerardo discretamente recoge las impresiones años más tarde. Sabía que lo que hacía Rafael Gómez no podía repetirlo Ignacio... ese revoleo de flor...; reconocía su valor extremo, pero sentía entusiasmo al ver la precisión magistral del Divino Calvo. El Veragua mitológico se empeñaba en atacar al cuadrúpedo equino y El Gallo salió al quite, aliviando con majestad y con gracia calada... 

     Habían entrado tarde, más allá de las cinco de la tarde, pero la idea era de Ignacio. Siempre generoso. Le llegó a pagar junto a Gerardo de Alvear el viaje a las Américas cuando le era difícil sufragar ese gasto.

     Siempre resaltó la facilidad para el manejo del segundo tercio de Joselito y Rodolfo Gaona, de Antonio Bienvenida. Gerardo se planteó la posibilidad de la supresión del garapullo por las prisas con las que se realizaba, lo mal que se ejecutaba, el desdén de las figuras, el mal hacer de los segundos... Comenzaba a carecer de sentido. Para Diego se ponían más nones que pares. El santanderino recordaba a Magritas, quien 20 años después de la Guerra Civil, ya viejo, guardaba su estilo. (Siempre es preferible cumplir años a perder el estilo, puesto que estamos vivos). Su estilo..., aunque su estatus de plata no fuera llamativo, según Gerardo Diego. Magritas fue novillero en competencia con Sánchez Mejías en sus inicios. Y brillaron en este segundo tercio. Y años más tarde, con valor y voluntad, Ignacio consiguió un puesto de primera fila hasta llegar a las astas del 11 de agosto de 1934.







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     - Arriba, 12-2-1967

     - El Ruedo, 18-01-1966

     - DIEGO, G.: Obras Completas, tomo V. Alfaguara. Madrid. 1997. Reseñas de 24-11-2023 y 26-04-2024, en biblioteca Archivo Museo Sánchez Mejías.

Presencia de Ignacio_2

      Publicado 21-12-2024 12:45

Sánchez Mejías, Lorca, Alberti, Diego, Alonso, Salinas, Góngora, Aleixandre, Cernuda y Bergamín. ABC-Cultura-26-01-2018


     Los artículos taurinos de Gerardo Diego obedecían en su mayoría tanto al saber taurino como al propio conocimiento de los protagonistas. Conocimiento que llegó a convertirse en amistad con Ignacio Sánchez Mejías, según Díez de Revenga.

     Desde otro punto de vista, se cree que el diestro que más admiró fue Rafael Gómez El Gallo o el Divino Calvo, quien estuvo casado con Pastora Imperio, como reseñamos en la boda de Pastora y Rafael[1]. Sin embargo, la obra periodística taurina está muy marcada por el recuerdo emotivo de dos toreros distintos, fallecidos en distintos lugares y en distintos momentos históricos: Sánchez Mejías y Manuel Rodríguez Manolete. Además, se dio la casualidad de la asistencia de Gerardo Diego a las dos penúltimas faenas de estos toreros.

     Siguiendo a Díez de Revenga, pensamos que el mejor artículo de Diego sobre Sánchez Mejías, dramaturgo y torero, fue escrito el 9 de julio de 1968, en ABC, tras un homenaje en su recuerdo en la plaza de toros de Manzanares, donde se impregnó de la emoción ambiental unida al tono personal. Habían pasado casi treinta y cuatro años cuando el recuerdo se evocó.

     Díez de Revenga[2] nos señala otro artículo de Diego donde aparece un banderillero de Ignacio, Magritas, especialista en las banderillas, como Sánchez Mejías, tercio que cayó en decadencia en los años sesenta. Lo comentaremos en otra ocasión.

     El recuerdo poético de Manzanares en  1968 se produjo un dos de julio. En ese acto, Esperanza Abad, José Enrique Camacho y Eusebio Poncela leyeron “Verte y no verte” de Alberti, “Citación fatal” de Miguel Hernández, y “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” de Federico García Lorca. Tres días más tarde se publicó el artículo en ABC[3].

     Gerardo Diego sintió la tarde de aquel recital poético como algo inolvidable. Una tarde de verano tormentosa, que abrió su cielo para la serenidad del homenaje, para el recuerdo de la sangre derramada y para el propio concepto del pundonor. En la pequeña intimidad del acto como reflejo del coso en el que se celebraba. Temía que el tiempo no quisiera colaborar con la reunión: El cielo entoldado, agorero, goterones de lluvia, fragorosos truenos de tinieblas, rejones y banderillas de rayos amenazadores. Después de la tempestad, vino la calma y el recital.

     Diego no olvida los asistentes: pueblo de Manzanares, su alcalde, la peña taurina “Ignacio Sánchez Mejías”, la agrupación de teatro de cámara y ensayo dirigida por Miguel Arrieta[4]. Y su amigo, José María de Cossío. Cossío alabó el acto en el que se descubrió la lápida en recuerdo de Ignacio. Sobre un tablero en el ruedo, adosado a la barrera, Alfonso Carreño dirigió unas oportunas palabras. Se recitó a Alberti y Lorca. Y la poesía de Miguel Hernández, menos conocida en esos instantes. Diego cuenta que luego dirigió unas pocas palabras antes de leer su Presencia de Ignacio Sánchez Mejías. La emoción se desbordó. En realidad, se cuenta que sorprendió la vitalidad de Don Gerardo.

      A todo ello ayudó la acústica perfecta. A Diego ese sonido trágico, impresionante y perfecto le recordó el teatro de Mérida, cuando asistió a la representación de la Medea Séneca-Unamuno antes del 11 de agosto de 1934. Medea fue estrenada 18 de junio de 1933 en Mérida por la compañía de Enrique Borrás y Margarita Xirgu, con orquesta y coros dirigidos por Bartolomé Pérez Casas.

Margarita Xirgu y Enrique Borrás en Medea, 18-6-1933. Bocconi en ABC

      Diego citaba en el verano de 1968 que era necesario este homenaje. Que de los tres toreros modernos, que habían muerto en la cercanía, su recuerdo faltaba. En Talavera de la Reina, Joselito; en Linares, Manolete: Era él el más poeta y amigo de poetas, el dramaturgo, el iniciador del viaje poético a Sevilla y el promotor de la coreografía gitana y andaluza, fueran unos poetas desde el más allá y otros sobrevivientes quienes le honrasen[5].

     En la revista local Siembra n.º 4, julio-agosto 1968, aparece la fotografía de Gerardo Diego recitando “Presencia de Ignacio Sánchez Mejías”, sobre el homenaje dedicado al torero desaparecido en la plaza de toros de Manzanares.

     En Siembra n.º 103, julio de 1984, se publicó un extra por Sánchez Mejías donde se reproducen las cualidades de Sánchez Mejías según Los Toros de José María de Cossío. Junto a la entrada de la enciclopedia, colaboraciones locales de Tomás Sánchez-Gil, poema; o la de Jolopca que nos recuerda como se exhibió la cabeza del toro que corneó a Ignacio Sánchez Mejías en las barracas de feria, o que las fotos de la cogida que aparecieron en ABC son de Melchor Díaz Pines. Colaboraron otros autores locales, como Manuel Rodríguez Mazarro, Manuel Agustín Serrano Amo, y Teodoro Sánchez Migallón. En la página 38 de la revista aparecen fotografías de homenajes a Sánchez Mejías en Manzanares: la citada de 1968; la conferencia -homenaje de 1971; y la visita de María Teresa Sánchez Mejías con su primo Joselito en 1980 en el homenaje que se realizó en el coso de Manzanares, entre otros actos conmemorativos[6]

     Un poeta tan distinto como distante en el tiempo, Benjamín Prado, escribía en EL PAÍS que la obra de Gerardo Diego era un episodio ineludible de nuestra literatura. Desde sus inicios en la vanguardia hasta sus depurados versos de madurez. Y que sus artículos en ABC y Arriba son un retrato magnífico de la España de la posguerra y de las gentes que la habitaban. (EL PAÍS, 25 de enero de 2001).



[2] DIEZ DE REVENGA, F. J.: Edición e introducción de Obras Completas de Gerardo Diego, tomo IV. Alfaguara y Fundación Gerardo Diego. Madrid.1989. Páginas 77-81. (Archivo Museo Sánchez Mejías, 26-04-2024).

[3] DIEGO, G.: Gerardo Diego en ABC. Edición de Rafael Inglada. Fundación Gerardo Diego. Centro de documentación de la poesía española del S. XX. Bodega y Azotea, 3. Santander. 2011. Página 413-414. (Archivo Museo Sánchez Mejías, 18-7-2023).

[4] https://www2.march.es/arte/madrid/exposiciones/arte-sonoro/cronologia-datos.aspx

http://www.carloscruzdecastro.com/0000009b300810c07/0000009b30081310b/index.html Esperanza Abad y Miguel Arrieta presentaron el grupo CANON en 1970, en él actuaba José Enrique Camacho. Teatro musical.

[5] ABC, 9 de julio de 1968. Gerardo Diego comparte la Tercera con el premio Nobel guatemalteco Miguel Ángel Asturias que escribe sobre la personalidad quijotesca o mesiánica de Fray Bartolomé de las Casas. La referencia a la coreografía gitana y andaluza parece recordar "Las calles de Cádiz".

[6] SIEMBRA n.º 4, julio-agosto 1968; y n.º 103, julio-agosto 1984.

Presencia de Ignacio_1

     Publicado 13-12-2024 5:06

Gardel y Samitier. Fuente: Diario Clarín


     También Carlos Gardel y el tango, los médicos uruguayos que empezaron a salvarme la vida, los futbolistas españoles con los que hice el viaje y salí a las canchas bonaerenses. E Ignacio Sánchez Mejías, Rey Pastor..., así evocaba Gerardo Diego a su amigo torero cuando recogió el Premio Cervantes, casi con un pie en el estribo, con las ansias de la muerte... como la última dedicatoria cervantina. 


         
     Felicito a usted por su publicación, hasta por el pudor de no vender por unos reales el derecho de hablar de sus sentimientos, y crea que me ha producido todos los buenos efectos que un libro puede producir salvo el de sorpresa, ya que algo conocía de Ud. y conocía sobre todo a Ud. mismo
     A José del Río que recibí las fotografías con el intermedio de Sánchez Mejías...José María de Cossío conocía a Ignacio Sánchez Mejías, tal vez de su época de banderillero de los Gallo y de su época de miembro de la cuadrilla, compartiendo el kilométrico ferroviario. La carta, desde Tudanca, 9-08-1920.
Kilométrico de Joselito en Tudanca con Cossío. Fuente: Toro Cultura

     
     Los dos actos celebrados en los días 16 y 17 en la sociedad de Amigos del País, organizados por el Ateneo y patrocinados y pródigamente costeados por Ignacio Sánchez Mejías, fueron memorables ciertamente para cuantos actuamos o escucharon lo que allí se proclamó... Cuando fue el cincuentenario de los actos fundacionales de la generación del 27, Diego seguía aseverando la prodigalidad de Ignacio, con motivo de una edición facsímil de Carmen y Lola, a las que tanto queremos. 
Lola. Foto: autor

     En una de sus suites líricas Federico García Lorca canta casos y cosas de la selva de los relojes. "Fondos de tic-tac/ racimos de campanas, y, bajo la hora múltiple/ constelaciones de péndulos". Su terrible "A las cinco de la tarde" del "llanto por Ignacio Sánchez Mejías" no fue invención de Lorca, porque ya venía utilizándose como contraste de precisión de los poemas ultraístas y creacionistas, pero sí certera obsesión escogida para atemorizar oyentes y lectores impresionables... Diego ahondaba en los insondables relojes de las cinco que se visualizan en el patio de la Casa Malpica, terribles como dice Lorca, terribles como los sentía Gerardo Diego en 1954, por estas fechas de diciembre... frías, pero con el recuerdo caluroso del frío sevillano.

     También me parece oportuno recordar que la celebración sevillana de otros actos del centenario, si se pudo realizar con el esplendor y las muy sonoras campanadas que repercutirían en pocos años por todo el universo mundo de la lengua y la poesía española, se hizo gracias a Cossío... con su arte y "aquel" para aunar aficiones, estamentos y voluntades, fue el que presentó mutuamente a toreros y poetas y singularmente a Ignacio Sánchez Mejías... Volviendo al origen, atribuyendo la impronta de Cossío en el comienzo de la relación entre los poetas y el toreo, pasión popular entonces y poetas amantes de lo popular, en el recuerdo por la pérdida del intelectual autor de las Fábulas mitológicas en España y la enciclopedia de Los Toros.
Entrega de premio Cervantes a Gerardo Diego

     Santander, 6 de julio de 1925
     Querido José María: ¿cómo va ese pie? El día de Santiago habrás visto que torea Belmonte con Marcial y Algabeño. Te espero. El 19 torea Ignacio en Santoña. Es fácil que me anime a ir. No he estado nunca en Santoña.
     Cumplí los encargos. Te adjunto el recibo del sindicato y las cuartillas sobre Gracián... He hecho esas décimas para Litoral, la revista del mar que hacen en Málaga...
     ... Escríbeme. Un abrazo cariñoso de 
                                                                  Gerardo

     Esta carta resume parte de lo que fue la vida intelectual hace cien años con sus pasiones taurinas, amantes del fútbol como novedad, pero, al mismo tiempo, pendientes de los trabajos de Gracián y las publicaciones en revistas de vanguardia. Descansados, ya, leyendo parte de Presencia de Ignacio:
     
... Como lo que eras, Ignacio,
como lo que eras y eres,
gloria y pelea de hombres,
cuchillo de las mujeres...

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     Para saber más:
     -Diego, G.: Obras Completas. Poesía y Prosa. Tomos II y VIII. Alfaguara. Madrid. 2000. Reseñas 31-05 y 1-06-2024 Archivo Museo Sánchez Mejías.
     -Cossío, J. M. y Diego, G.: Epistolario. Nuevas claves de la Generación del 27. Ediciones la Universidad y F.C.E. Gobierno de Cantabria. Alcalá de Henares. 1996.


Tutankamón en la Residencia de Estudiantes_2

     El 4 de diciembre de 1924, Jiménez Fraud escribía al duque de Alba, comentándole que estaba ultimando los detalles con Palomares y Jorge Silvela para una conferencia popular que tendría lugar en el Real Cinema el 14 de diciembre a las once de la mañana. Añadía que no había sido posible otra cosa, pero que, así, les daría tiempo a prepararlo bien. Había convenido la elaboración de una introducción a la conferencia con Sánchez Rivero. 
     Otro de sus colaboradores, Mélida, esperaría a después del 14 citado para tener copia de las proyecciones de Carter.
Presentación de Carter por el Duque de Alba en la Residencia de Estudiantes


     Recordemos. En noviembre de 1924, el comité Hispano-Inglés invitó al arqueólogo Howard Carter a dar conferencias en la Residencia de Estudiantes, como comentamos en el primer capítulo de este tema. Como dijimos, Carter había descubierto dos años antes la tumba del faraón Tutankamón. Hubo tal interés que decidieron organizar un acto posterior en un cine de Madrid que sería presentada por Manuel Machado sobre un texto de Ángel Sánchez Rivero, especialista en Egipto Antiguo.     
*
          Carter donó un material, proyecciones sobre el descubrimiento de la tumba, al Comité, que fue copiado y divulgado en 68 centros de toda España. En una carta dirigida a Antonio Ballesteros el 18 de febrero de 1925, Jiménez Fraud les avisaba que este material llegaría a la Universidad Popular Segoviana en marzo de ese mismo año. La proyección se realizó en el Teatro Cervantes de Segovia el 25-06-1925, con gran éxito.
     En esa misma fecha, el director de la Residencia de Estudiantes, volvía a escribir al Duque de Alba, presidente del Comité Hispano-Inglés, con la idea de enviar las proyecciones a la América española, previamente contactando con embajadores y ministros de repúblicas hispanoamericanas. Era necesaria una mínima logística a través del Ministerio de Instrucción Pública de España con sus homólogos sudamericanos para una mejor preservación del material que se enviara. Y siempre con la autorización del egiptólogo Carter. 
    La Residencia de Señoritas dirigida por María de Maeztu recibió un aviso por escrito en el que se decía que las señoritas que tengan interés en asistir a la conferencia que Mr. Carter dará mañana miércoles a las seis de la tarde en el Teatro Fontalba, deberán apuntarse en Secretaría mañana por la mañana, miércoles, antes de las doce. (Madrid 25-11-1924). 
     Era la segunda conferencia a la inicial en la Residencia de Estudiantes y anterior a la proyección que presentaría Manuel Machado.
     En el prólogo de Tutankhamón Howard Carter en España. El duque de Alba y las conferencias del egiptólogo en Madrid, de Myriam Seco y Javier Martínez, Zahi Hawas, el egiptólogo que vemos en muchos documentales, sobreviviente de distintas épocas en Egipto moderno, rememora a Carter y sus cuatro visitas a España, con el auge del Antiguo Egipto en España y en el mundo. Vino en 1924 y 1928. Hawas fue también a Madrid a dar conferencias y conoció a la duquesa Cayetana de Alba, hija del amigo de Carter. La conferencia fue impartida en el mismo lugar inicial, la Residencia de Estudiantes. Al igual que Carter fue recibido por Alfonso XIII, Hawas tuvo de oyente a la Reina Sofía. 
     Hawas considera que Carter hizo un buen trabajo con los objetos obtenidos con el descubrimiento, 5.398. Su casa de reposo en Egipto se convirtió en museo en su recuerdo.
     Actualmente, se considera que el faraón descubierto por Carter murió de una caída. El agujero que se observaba en su cabeza no obedecía a un asesinato. Al contrario, era el orificio por el que se introducía el líquido de embalsamamiento para su momificación. Era, además, un enfermo con un pie roto, plano y enfermo de malaria.
     Gracias al ADN, se sabe que otro esqueleto que se encontró, KV 55, pertenece a su padre, Akenatón, el de la herejía monoteísta de Amarna.
     Manuel Pimentel, director de Almuzara y Arqueomanía, cuenta que durante el viaje de novios del duque de Alba fueron a Egipto y visitaron las, en ese momento, infructuosas excavaciones de Carter. De allí surgió la amistad entre el duque y Carter.

     La famosa película La momia, de 1932, dirigida Karl Freund y protagonizada por Boris Karloff, dio origen a una saga de aventuras y miedo a la muerte que ha llegado hasta nuestros días. Y es fiel reflejo de la afición y fascinación por el Antiguo Egipto.
     Finalmente, recordamos que las vísceras se guardaban en vasos canopos para volver a reunir el cuerpo en otra vida. El Antiguo Egipto elaboró la primera y más elaborada cultura de la muerte de la antigüedad hasta la llegada del mundo grecorromano y las religiones monoteistas.
Vaso Canopo encontrado en Málaga. Dinastía XXVI, 665-525 a. C. MAN.

      
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     JIMÉNEZ FRAUD, A.: Epistolario IFundación Unicaja y Residencia de Estudiantes. Madrid. 2018. Consultado octubre-noviembre 2022 en sala biblioteca Archivo Museo Sánchez Mejías. :Carta de 4 de diciembre de 1924, duque de Alba;  Carta de 19 de enero de 1925, Antonio Ballesteros; Carta de 18 de febrero de 1925, Antonio Ballesteros; Carta de 25 de junio de 1925, duque de Alba; Carta de 18 de noviembre de 1925, J. B. Trend; Carta de 18 de diciembre de 1925, J. B. Trend. 
        - SECO, M. Y MARTÍNEZ, J.:Tutankhamón Howard Carter en España. El duque de Alba y las conferencias del egiptólogo en Madrid. Almuzara. 2022. Prólogo de Zahi Hawas e introducción de Manuel Pimentel. Edición kindle. *La foto de la carta de Jiménez Fraud es una captura del libro de M. Seco y J. Martínez editado por Almuzara.






      

Bodas de sangre

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