"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos;... por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. (Miguel de Cervantes).

"Los que doman los caballos", Ignacio Sánchez Mejías

     

Muerte de Hipólito. Wikipedia

     Cuenta Ovidio que Hipólito fue desterrado porque Teseo, su padre, creyó que había seducido a Fedra, su madrastra. Hipólito había sido fiel a su padre y a Diana, la diosa cazadora. Como su nombre indica era el que desata los caballos: guerrero y cazador.

     Desterrado, huye con sus caballos y cuando recorre las riberas del mar de Corinto, una gigantesca ola se levanta. De esta ola surge un toro que arroja enormes chorros de mar por la nariz y la boca. Los caballos de Hipólito se asustan, despeñan el carro, que se deshace al chocar con un tronco, e Hipólito muere destrozado. Por la fidelidad demostrada, Diana le devolvió la vida con la ayuda de Esculapio, y para preservarlo de toda envidia, le dio nuevo aspecto y le tuvo a su lado como Virbio, siendo Hipólito. Vivió de otro modo, tras la resurrección de Esculapio y la diosa cazadora.

     “Yo he visto lluvias grises correr hacia las olas, / levantando sus tiernos brazos acribillados.”

     El tema fue tratado, según José María de Cossío en Fábulas mitológicas en España, por Gabriel de Henao Monjaraz, aunque considera que basó sus fuentes más en Eurípides y Séneca que en Ovidio, obviando la resurrección o pervivencia del recuerdo de Hipólito

Ilustración para el Llanto de Ignacio Sánchez Mejías. José Caballero. Museo de Huelva. Ceres. Uso personal

    Cada 13 de agosto se celebra en el santoral cristiano a San Hipólito. Cada 13 de agosto se recuerda en México la caída de Tenochtitlan en 1521 cuando los soldados castellanos de Cortés con la mayoritaria ayuda de las tropas de Tlaxcala, Texcoco y otras culturas prehispánicas derrotaron al imperio mexica que les sojuzgaba. De ahí surgió el México novohispano, el Virreinato de la Nueva España. Y el mestizaje que dio origen al México actual. Tras la destrucción de Tenochtitlan, surgió algo nuevo.

     Llamativa resulta la fecha de la caída del imperio mexica en el día de San Hipólito porque, si seguimos el sentido etimológico de Hipólito, el que lleva los caballos o los guerreros, los caballos no existían en América. La representación simbólica de los guerreros caía, obviamente, del lado de los europeos. La elección del día pudo ser buscada o utilizada tras la batalla. Y las primeras impresiones, tras su llegada, produjeron la sensación de ser una misma persona, caballo y jinete. 

     Cada 13 de agosto se recuerda la muerte, tras agonía, de Ignacio Sánchez Mejías en 1934. La prefiguración de su muerte había sido percibida por sus amigos. Relata Andrés Amorós que Federico García Lorca había confesado a Pura Ucelay que el torero le había anunciado su propia muerte al volver a los ruedos.

      Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura./Los que doman caballos y dominan los ríos… Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.

     Gerardo Diego escribió el 17 de junio de 1967 un artículo en Abc que titulaba Trampa para cazar gacelas en el que contaba como vio a Ignacio mermado de facultades unas corridas antes de la de Manzanares. Al levantarse de un pase rodilla en tierra con gran esfuerzo presintió la tragedia que le amenazaba. Cuenta en ese mismo artículo, que años antes durante la feria de abril sevillana fue huésped de Sánchez Mejías. El anfitrión llamó un taxi para la vuelta a Pino Montano, el taxista no le oyó, y se lanzó tras el vehículo con tal presteza que le alcanzó, mientras que Gerardo Diego no pudo resistir la velocidad del sevillano y acabó con la lengua fuera. 

     La agonía de su muerte fue su metamorfosis. Al igual que Esculapio resucitó a Hipólito por su fidelidad a la diosa cazadora, Diana, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Gerardo Diego, José María de Cossío, Benjamín Péret, Miguel Hernández, Fernández Ardavín, José del Río y otros más, dieron vida a otro Ignacio. El ser mítico. Lo resucitaron en otra forma. Además, Ignacio Sánchez Mejías era un consumado jinete y jugador de polo. Un nuevo guerrero. Y, como a Hipólito, le embistió un toro.

     En el año 2000 contaba en la Revista de Estudios Taurinos el profesor Grosso que fue a dar una conferencia en El Cairo sobre Ignacio Sánchez Mejías. Los egipcios creían que nunca había existido, que era un personaje de ficción.

El amigo mitificado

     Cuando escribe en Abc (Madrid 9 de julio de 1968— Sevilla 16 de julio de 1968) sobre el acto al que asiste en Manzanares con José María de Cossío en 1968, Gerardo Diego habla de mística. Recuerda la Medea de Séneca— Unamuno en Mérida. (Se recuerda por quien escribe esta entrada que Gabriel de Henao había usado como fuente a Séneca, entre otros, para su Hipólito, y que Unamuno fue autor de una versión de Fedra, la madrastra de Hipólito). Y es en ese artículo donde confiesa cuál fue la fecha en la que vio la prefiguración de su muerte. Fue en la plaza de Santander. Un cinco de agosto de 1934, con un gran éxito final. Le dio un abrazo cuando se subía en el coche en dirección a La Coruña. No lo volvió a ver más como persona. Lo siguió viendo vivo en la literatura y sus recuerdos.

      No te conoce nadie. No. Pero yo te canto./Yo canto para luego tu perfil y tu gracia./La madurez insigne de tu conocimiento.”

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     Para saber más:

     —Sobre Hipólito en Metamorfosis de Ovidio: En el libro XV, entre la muerte de Numa y la metamorfosis de Eugenia.

     —Sobre Gabriel de Henao: En las páginas 487-490 de Fábulas mitológicas en España de José María de Cossío.

     —Sobre la conquista de México, Hugh Thomas. Este autor tiene también un libro sobre el tlatoani de la llegada de Cortés: Yo Moctezuma. También José Luis Martínez. Obras generales sobre la Historia de América: Se ha manejado los manuales de Carlos Malamud y Leslie Bethell. 

     —Sobre Ignacio Sánchez Mejías: Obviamente, el Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías, Casa Malpica de Manzanares: Desde la tesis de Susana Teruel que recuerda las diferentes composiciones poéticas dedicadas tras su muerte hasta la variada obra personal del diestro.

     —Sobre la versión mítica de Ignacio Sánchez Mejías: GROSSO, M.: Ignacio Sánchez Mejías: la pasión por vivir. Una mirada sobre el hombre. Revista de Estudios Taurinos. Nº 11, Sevilla, 2000, páginas 201-214.

     —Los artículos de Gerardo Diego en Abc han sido leídos en el Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías. Ignacio en Manzanares el 18 de julio de 2023. Trampa para cazar gacelas, dos días antes, el 16 de julio de 2023. En Obras Completas_Prosa_Tomos IV-VIII de Gerardo Diego.

     —Los versos responden al canto tercero y cuarto, Cuerpo presente y Alma ausente de Llanto por Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca.

     —Andrés Amorós habla sobre la idea de muerte que tuvo García Lorca sobre el regreso a la tauromaquia de Sánchez Mejías en la biografía Ignacio Sánchez Mejías, el hombre de la edad de Plata.


   

    

     

2 comentarios:

  1. Muy interesante artículo, me encanta la mitología.
    Un abrazo. :)

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