Detalle del artÃculo de Pick. Fuente: “La voz de Cantabria” |
José de RÃo estuvo atento al estreno de la primera obra teatral de Ignacio Sánchez MejÃas. Escribió un artÃculo el 25 de marzo de 1928. En él recordaba sus dos retiradas de los toros. El público habÃa creÃdo que obedecÃan a la búsqueda de un merecido descanso. Fino observador, Pick, apreciaba, en sentido contrario, que Pino Montano recibió a Ignacio acompañado por la inquietud y la tormenta.
La diferencia estribaba, pensaba, en la reacción producida entre la primera retirada y la segunda. La primera provocó su vuelta a los toros tras una breve parada. La segunda, condujo a los salones de teatro madrileños y a las tertulias de escritores. Otro tipo de lucha. Incesante, inquieta. Intelectual. Una lucha intelectual que durara más allá de su retiro, su jubilación o su muerte.
La obra serÃa dirigida por Fernando DÃaz de Mendoza[1] y sus guerreros. José del RÃo auguraba que la obra fuese o no a triunfar no dejarÃa a nadie indiferente, como no dejaba de llamar la atención su autor con todos los empeños que se proponÃa. No era una persona de términos medios o secundarios. Siempre estaba cerca del pedestal, o sobre él.
Sinrazón. Fuente: C.D.A.E.M. Teatro Español. |
Consiguió ser el número uno en la plaza porque se metÃa en los terrenos del toro, en el peligro constante, arriesgando. En el teatro, en toda la literatura, harÃa igual. TerminarÃa victorioso o vencido, pero nunca serÃa despreciado.
Pick atribuye las aficiones literarias de Ignacio al ambiente familiar en el que creció. Esa clase media ilustrada conformada, en este caso, por un médico sevillano, que hizo posible un acceso a la cultura vedado a la mayorÃa de los toreros, que únicamente se lo podÃan permitir a partir de su triunfo en los ruedos. Además, nuestro periodista cuenta que Sánchez MejÃas buscaba la amistad de gente de letras que viniese de un mundo ajeno a la tauromaquia. La excepción, su antigua amistad con Gregorio Corrochano[2]. Pero Corrochano era más que un crÃtico taurino. Y José del RÃo lo sabÃa.
Del RÃo cuenta que les habló primero de otra obra. Trataba sobre un torero retirado, desarraigado de su mundo habitual, que vivÃa en un palacio y que pretendÃa llamar Zaya. Sin embargo, fue cediendo paso a Sinrazón, una comedia de locos en definición de Pick, quien aprecia, sobre todas las cualidades de Ignacio Sánchez MejÃas, su espÃritu de lucha[3].
La expectación del estreno fue muy grande si tomamos como referente informativo a Rafael Alberti en La arboleda perdida. El portuense manifiestaba que llegó a estrechar la relación entre los amigos literatos. MarÃa Guerrero habÃa muerto a principios de 1928. Fernando DÃaz de Mendoza, que seguÃa de luto, anunció el estreno y se concitó la atención del mundo intelectual junto a la del mundo taurino. Y algunos del mundo taurino tenÃan algunas cuentas pendientes con el nuevo dramaturgo.
Alberti cuenta, divertido, que el teatro Calderón parecÃa una plaza de toros. Las entradas más populares pateaban y silbaban como si estuvieran en el tendido de sol. Sonó el clarÃn, se levantó el telón. Y de la oscuridad emergió un consultorio médico. ¡Ah! No habÃa toros, ni toreros, ni flamencas.
Un manicomio y sus enfermos. Todo se solucionaba raramente, gallardamente, según Alberti, que advertÃa que era el primer intento freudiano en la lengua de Cervantes. El torero salió al final del primer acto, saludando por los aplausos recibidos, al ruedo desde la barrera. ¡Perdón!, a escena.
La crÃtica, según Rafael Alberti, le concedió orejas, rabo y pitones; es decir, aplaudió la obra. Pero intentó ningunear las cualidades del dueño de Pino Montano con la atribución de la pieza a alguno de sus amigos literatos. Atribución que el autor de Sobre los ángeles desmintió categóricamente en su arboleda perdida[4].
Fuente: Wikipedia. Similar a una foto de Archivo Museo Ignacio Sánchez MejÃas |
[3] CASTAÑEDA PÉREZ, M. A.: La obra de José del RÃo (Pick) como modelo de comunicación moderna. Tesis doctoral dirigida por Luis Gutiérrez-Vierna en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. 2017. El autor hace referencia a una publicación periodÃstica de José del RÃo en La voz de Cantabria, previa al estreno de Sinrazón, 25-3-1928. Páginas 258-260.
[4] ALBERTI, R.: La arboleda perdida. CÃrculo de lectores y Seix Barral. Barcelona. 1975-76. Tengo un ejemplar destartalado al que doy cuidado en su vejez. Aunque, a cada uno lo suyo, la primera vez que leà con deleite sobre este estreno fue en el otoño de 2022 en el Archivo Museo Ignacio Sánchez MejÃas, Casa Malpica de Manzanares, donde se guarda una copia de esta obra.
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