Cultura y sociedad

El homenaje de "Carmen" a Fray Luis de León

    


     Gerardo Diego no encontraba entre sus papeles ningún documento que atestiguara el proyecto de su revista Carmen. La fecha que rondaba en su cabeza sobre este proyecto de vanguardia oscilaba entre el verano de 1926 o el de 1927. Recuerda que estaba relacionado con un viaje a la costa cantábrica de Federico García Lorca. Eso sí, rememoraba que la decisión la tomó cuando consideró que su nombre era apropiado y le recordaba a Don Quijote que no se decidió a salir como caballero andante sin antes tener un nombre alto, sonoro y significante. Concluía, que no más tarde de la primavera de 1927 la decisión ya había sido tomada[1].

     Pero, como nadie tiene las mismas ideas porque no serían propias de cada uno, que diría Ortega y Gasset, hubo gente a la que el nombre de Carmen no le pareció tan aceptable. Vicente Huidobro, el poeta chileno, le felicitaba por el nombre de Lola para su otra revista compañera de Carmen, pero le indicaba sus reticencias hacia el nombre escogido para esta última porque encontraba que tenía más significados que el simple nombre de mujer[2].

     Un mes antes de escribir Huidobro la carta a Gerardo Diego se había publicado el número 3-4 de Carmen, en marzo de 1928.

     Dedicado a Fray Luis de León, el poeta del siglo XVI que padeció cárcel por un proceso inquisitorial. El motivo, el aniversario del nacimiento de Fray Luis, 1527 o 1528, hacía recordar el nacimiento de la poesía iniciada con Garcilaso y que se completaba con los actos celebrados meses antes por el tercer centenario de la muerte de Luis de Góngora y Argote. Una reivindicación de los clásicos para distanciar a sus mayores.

     En el homenaje al maestro de León, nueve colaboraciones de poetas contemporáneos, dos textos en prosa que Diego calificaba de notas sobre el celebrado, y algunos versos del propio Fray Luis. Se reseña una selección de las colaboraciones.



     Fray Luis representa/representó la síntesis de los elementos paganos y el espíritu cristiano. Pertenece a la escuela salmantina que surge tras el surco abierto por Garcilaso. La influencia clásica es manifiesta, con menos adornos expresivos y metros cortos, rimas sencillas y verso libre. Fray Luis nació en la conquense Belmonte, ganó unas reñidas oposiciones en la Universidad de Salamanca a un dominico y fue denunciado a la Inquisición por sus comentarios al Cantar de los Cantares. Tiene veinte poesías originales en las que muestra lo humano y lo sagrado. A Horacio y a Platón. Pero también, lo justo y el deseo de trascender sobre lo material. Y la búsqueda de la verdad, del conocimiento y la paz o armonía interna[3]. Sin olvidar el famoso deseo de la soledad en la naturaleza como ideal.

    La vida en naturaleza, el gusto por la música y la luz fue reivindicado por la generación del 27. En el tributo de Carmen, García Lorca reivindicó la soledad:

     Soledad pensativa

Sobre piedra y rosal, muerte y desvelo,

Donde libre y cautiva,

Fija en su blanco vuelo,

Canta la luz herida por el hielo.

 

Soledad con estilo

De silencio sin fin y arquitectura,

Donde la flauta en vilo

Del ave en la espesura,

No consigue clavar en tu carne obscura.

 

En ti dejo olvidada

La frenética lluvia de mis venas,

Mi cintura cuajada:

Y rompiendo cadenas,

Rosa débil seré por las arenas”.

     La búsqueda horaciana de la soledad en naturaleza, reutilizado por Fray Luis en la Oda a la vida solitaria, es reivindicada por Lorca con la ayuda de la música.

     Por su belleza se reproduce los dos cuartetos del soneto que envió como colaboración Vicente Aleixandre. Las metáforas hacen referencia al deshielo y la belleza de la luz de la naturaleza:

“A FRAY LUIS DE LEÓN

¿Qué linfa esbelta, de los altos hielos

hija y sepulcro, sobre el haz silente

rompe sus fríos, vierte su corriente,

luces llevando, derramando cielos?

 

¿Qué agua orquestal bajo los mansos celos

del aire, muda, funde su crujiente

espuma en anchas copias y consiente

terso el diálogo, signo y luz gemelos?

 

     Rafael Alberti remitió un poema que se incluyó en su poemario Sobre los ángeles que había escrito entre 1927-28. Se titulaba Los dos ángeles y en el poemario llevaba el antetítulo, Huésped de las nieblas[4]. El poemario fue acabado en la casa solariega de Tudanca cuando estuvo hospedado o acogido por José María de Cossío en medio de las brumas del valle del Nansa tras terminar su relación con Maruja Mallo:

    Ángel de luz, ardiendo,

¡oh, ven!, y con tu espada

incendia los abismos donde yace

mi subterráneo ángel de las nieblas.

¡Oh espadazo en las sombras!

Chispas múltiples,

clavándose en mi cuerpo,

en mis alas sin plumas,

en lo que nadie ve,

vida.”

 

     Meseta fue el poema de Jorge Guillén. Hizo unos versos sobre los trigales que recuerdan los amplios espacios de los campos castellanos:

“Muchedumbre de trigos

En un rumor terminan:

¡Trigo aún y ya viento!

Silban en la alegría

Del viento las distancias.”

 

     Guillén hizo más tarde otro homenaje a Fray Luis recordando el inicio de la Oda a Salinas, el músico ciego que admiraba el poeta de Belmonte:

“El aire se serena,

Por claridad regala más espacio,

Maestro, cuando suena

La lira que a tu Horacio

No fue más fiel ni dio más gloria al Tracio” (Jorge Guillén).

     El inicio de la oda era la fuente utilizada de la que manaba heptasílabos y los endecasílabos iniciales del maestro de Salamanca:

“El aire se serena

Y viste de hermosura y luz no usada,

Salinas, cuando suena

La música extremada,

Por vuestra sabia mano gobernada” (Fray Luis de León).

     José María de Cossío estableció en Carmen las relaciones entre Horacio y Fray Luis de León. Horacio buscaba en el campo el descanso de la vida cortesana. Pensaba, además, que la vida campestre era superior a la vida urbana ya que se acomodaba mejor a la relación con la naturaleza. Fray Luis también clama contra el tráfago de la vida ciudadana y elogia la vida en naturaleza. Para Cossío, Fray Luis se diferencia de Horacio en que va más allá en su apreciación de la naturaleza. Le da sentimiento al paisaje:

“Del monte en la ladera

Por mi mano plantado tengo un huerto”. (Fray Luis de León).

     Gerardo Diego seleccionó para el homenaje al maestro salmantino tres poesías suyas. La tercera de ellas fue la versión que hizo de la traducción del Cántico de Habacuc (Habacuc, III), que comienza así:

“Hirió, Señor, mi oído

una voz tuya y conocí tu intento

en venganza teñido,

y tanto temor siento

que, perdido y turbado,

las fuerzas y la sangre me han faltado.” (Fray Luis de León).

      Habacuc fue un profeta del Antiguo Testamento que relata la caída del poder asirio y la llegada de los caldeos al poder en Babilonia. Se le recuerda por la calidad literaria del tercer capítulo de su Libro y por aparecer en el Libro de Daniel cuando este profeta es llevado por segunda vez al foso de los leones. Fue trasladado, según el Libro de Daniel (14, 32-39), por un ángel, que le cogió de los pelos, y restituido inmediatamente a Judá cuando Daniel fue alimentado.

     La colaboración de Luis Cernuda encontraba contradiciones en la naturaleza con:

¡Qué paz estéril, solitaria, llena

aquel vivir pasado, en lontananza,

aunque, trabajo bello, con pujanza

surta una celestial, sonora vena!

Toda nítida, sí, vivaz perdura

azulada en su grito transparente.

Pero un eco es tan sólo, ¡ay!: no siente

quien le infundió tan lúcida hermosura. (Luis Cernuda)

     Este poema comenzaba con “Ni mirto ni laurel…” y más tarde hablaba del tiempo como factor del olvido pero que no impide expresarse al cantor supremo:

“… duramente acumulando

olvido hacia el Cantor no lo aniquila.

Su voz eterna vive, late, oscila

con un dejo purísimo: cantando.”

     Manuel Altolaguirre colaboró con un poema que recuerda más a Juan de Yepes, San Juan de la Cruz, que a Fray Luis de León:

“Era mi dolor tan alto

que la puerta de la casa

de donde salí llorando

me llegaba a la cintura…

… Era mi dolor tan alto

que miraba al otro mundo

por encima del ocaso.” (Manuel Altolaguirre).

     San Juan escribió Tras un amoroso lance que decía así:  

“Tras de un amoroso lance

y no de esperanza falto

volé tan alto tan alto

que le di a la caza alcance.” (San Juan de la Cruz)

     La diferencia estribaba en un sentimiento distinto porque contrastaba la celebración de San Juan con el sentimiento de dolor de Altolaguirre.

     De Gerardo Diego interesa aquí resaltar su prosa más que su poesía. No se pretende reseñar todas las publicaciones. Se remarca el punto de vista de Diego porque nos ayuda a comprender las intenciones del homenaje a Fray Luis de León que ofrecía la revista Carmen.


     El artículo El interprete enajenado llevaba a Gerardo Diego a incidir en cómo supo diferenciar el ser él mismo y al mismo tiempo ser el traductor o actualizador de Horacio, Virgilio y Habacuc, de las que salía airoso.

    Fray Luis de León, según Diego, manejaba dos técnicas opuestas como traductor. Una concentradora, exhaustiva para las odas clásicas. Otra expansiva, ampliadora, siempre vigorosa, para la orquestación de los salmos, trenos y cánticos sagrados[5].

    Junto a la colaboración de Luis Cernuda se ponía el texto en prosa que justificaba ante don Pedro Portocarrero las poesías escritas por el maestro Fray Luis de León:

     “Entre las ocupaciones de mis estudios en mi mocedad, y casi en mi niñez, se me cayeron de entre las manos estas obrecillas, a las cuales me apliqué más por inclinación de mi estrella que por juicio o voluntad. No porque la poesía, mayormente si se emplea en argumentos debidos, no sea digna de cualquier persona y de cualquier nombre…”



[1] DIEGO, G.: Obras Completas, Tomo IV. Alfaguara. Madrid.1989. Edición y notas de José Luis Bernal. Páginas 431-432. Se reseña un artículo publicado en el diario Arriba el 26 de septiembre de 1976. Leído el 6-07-2023 en el Archivo Museo IgnacioSánchez Mejías.

[2] HUIDOBRO, V.: Epistolario: correspondencia con Gerardo Diego, Juan Larrea y Guillermo de Torre, 1918-1947. Edición de Gabriele Morelli. Publicaciones de la Residencia de Estudiantes. Madrid. 2008. Carta de Vicente Huidobro a Gerardo Diego desde París en abril de 1928. Leído el 21-12-2022 en Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías.

[3] SUÁREZ MIRAMÓN, A.: La construcción de la modernidad en la literatura española. Editorial Universitaria Ramón Areces. Madrid. 2015. Páginas 170-171.

[4] ALBERTI, R.: Cal y Canto. Sobre los ángeles. Sermones y Moradas. Losada. Buenos Aires. 1952. Segunda edición. Páginas 82-83.

[5] El número 3-4 de Carmen salió en marzo de 1928. Se consideraba revista chica de poesía española. Su director era Gerardo Diego. Contaba con 36 páginas. En esa época trabaja en el Real Instituto Jovellanos de Gijón. Diego escribía en las páginas 29-34 y la presentación.

 

Las sedas suizas que ciernen la harina

 

 

Cedazo Molino de Verano. Molino Grande. Museos de Manzanares

    “-Pues ¿éste es el cuento, señor Barbero— dijo don Quijote—, que por venir aquí como de molde, no podía de dejar de contarle? ¡Ah, señor rapista, y cuán ciego es aquel que no vee por tela de cedazo!”

(Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, segunda parte, capítulo 1.)

 

     Cervantes ponía en boca de Don Quijote la expresión de no ver por tela de cedazo a los que tienen falta de comprensión o ven confusamente.

     El cedazo de los molinos harineros tiene diferentes grosores en la tela para clasificar las distintas calidades del grano de trigo introducido por la tolva y extraído por la salida lateral al tamiz de la seda. Por muy fino que sea el tamaño del agujero, debe tener una mínima medida para conseguir, eso sí, la harina más fina, la flor, prima o primera, que se destinaría a repostería, pastelería o confitería. 

Muestrario calidad Prima Sedas Suizas. BMRE

     En el caso del Museo del Molino Grande de Manzanares, había/hay dos cedazos. Uno en el molino de invierno, que funcionó solamente con la ayuda de los dos molinos hidráulicos. Se entiende que mientras el río tuviese agua. El Azuer fue y es un río irregular, mediatizado desde 1987 por el embalse de Vallehermoso.

Al fondo, cedazo molino de Invierno. Museos de Manzanares

 
    En esa época el molino ya había cerrado, pero a mediados de siglo se había hecho una ampliación de instalaciones de molienda con un molino eléctrico adicional, que tuvo que ser ayudado por un motor de gasoil ante los fallos del suministro eléctrico del momento. Se utilizaba cuando el río no llevara agua durante el estío.

Muestrario sedas suizas. Calidad Triple Fuerza para sémolas. BMRE

    Volviendo a los cedazos. Con la clasificación de las harinas molidas de mayor calidad, flor o prima, se pasaba a una segunda y tercera calidad que se empleaba para panificar. Una cuarta calidad era la tercerilla que llevaba algo de salvado y era usado para el pan integral. Finalmente, las hojas de salvado corriente se darían a comer a cerdos y gallinas, y las hojas más grandes, para los rumiantes. El producto final se beneficia del movimiento de la fuerza de la gravedad al introducirse por la parte superior del cedazo.

     Más o menos, al cerner intentamos separar el salvado del grano. Así el pan sería menos oscuro, al final. 

     Todo esto viene a colación por el hallazgo o reencuentro de un catálogo o muestrario de Sedas Suizas legítimas de la Marca R. Hohl & Co. de TILAL (St. Gall). El origen es confuso. Pudo estar en manos de los hermanos Ramón y Blas Maeso Criado en la segunda década del siglo XX cuando el segundo trabajaba en Ubillos, establecimiento de la Calle Pontejos de Madrid. Tanto El Mundo como esmadrid indican como año de apertura del almacén de Pontejos 1913. 

Catálogo sedas suizas legítimas R. Hohl & Co. BMRE

     En 1916 fallece uno de los hermanos, Ramón, por un cólico de miserere y con la ayuda del notario José Criado Fernández-Pacheco, tío carnal por parte de su madre, abren una tienda de ultramarinos en ese mismo año en Manzanares. Por dos hermanos del fallecido, José y Blas. Por tanto, el catálogo puede ser de la época 1913-16, por algún trabajo de compra-venta o representación de Blas Maeso en Ubillos. O puede ser, tal vez más posible, al periodo posterior a 1916 años en Manzanares, una zona de La Mancha rural y agrícola donde los molinos hidráulicos o de viento eran habituales. A favor de la tesis del origen de 1913-1916 juega el origen de los representantes de la marca de sedas suizas. Los señores Juan y Salvador Chacón tenía como domicilio de la empresa la Plaza del Ángel número 3, Madrid. Esta plaza está en pleno Barrio de Las Letras, muy cercana a la Plaza de Pontejos donde estaba el negocio de Ubillos.

Calidad Triple Fuerza para sémolas. BMRE

     El muestrario había estado perdido unos años, entre libros, y fue recuperado en estos últimos días de octubre de 2023.  Como se habían olvidado los trabajos del molinero, la elaboración de panes artesanales y las labores de cesteros o esparteros. Un golpe de suerte, tal vez, si existen la suerte y no es la persistencia en la búsqueda.

    El catálogo divide las sedas en calidad Prima, calidad Doble Extra AA, calidad Triple Fuerza AAA y calidad Triple Fuerza para sémolas. Lo que pudo provocar el paso a estructuras de metal sería la limpieza de las telas que las haría de una rápida caducidad y difícil reposición.

     Cuando se realizó la restauración del Molino Grande los cedazos se conservaban, pero necesitaban reparaciones en las sedas, muy deterioradas, entre otros elementos de madera de las distintas maquinarias.

      "¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!" (Miguel de Cervantes. Don Quijote de la Mancha. 2ª parte. capítulo LVIII.)

 

Molino Grande de Manzanares. Museos de Manzanares



Los toros de ojos verdes

Fernando Villalón. Fuente: ABC

      Me cuenta el escribano que ha comprado ocho cuñas de "Montevega" curado por encargo de unos vecinos de Lucio Cornelio Balbo el Menor, ‘emulando’ su evergetismo. Su afición a maridar palos cortados y cream con curados de oveja con denominación de origen manchega se ha consolidado como nicho de negocio, aunque no se sabe el estado de la progresión. 

     Se empeñan, con gusto, en comprar cuñas de un queso curado que solo es posible adquirir en tiendas especializadas o museos dedicados a la elaboración del producto obtenido con ovejas de raza manchega. Decía: como ejemplo, el Museo del Queso Manchego de Manzanares



     Le escuchaba hablar de los maridajes y la apertura del queso unos quince minutos antes para que el sabor de la maduración alcanzase su máxima expresión sensitiva. Mientras, leía a Villalón gracias a la exaltación que habían realizado de este poeta una pareja de jerezanos que estuvieron donde se guarda el archivo de Ignacio al comentar como se introdujo en el mundo de Sánchez Mejías y García Lorca. ¡Sí hasta conocían las habilidades sobre hipnosis y el final precario del ganadero poeta autor de los Romances del 800!

     Influido por la sevillana celebración gongorina de diciembre de 1927, donde estuvo Fernando Villalón, escribió versos como estos:

“No todos del prado combatientes

toros van prisioneros;

dos veces tres y uno solamente,

entre eunucos y lanzas empujados, 

a lidiar a los hombres en el coso

van, y ante el populacho clamoroso”

     Seguía contando el escribano que el Jerez, como vino fortificado, a partir de amontillados y olorosos, podían maridarse con los curados manchegos, y el cream lo dejaríamos para las salazones, aunque si fuéramos británicos no haríamos asco a maridar cream con casi todo. 

     Los británicos se aficionaron al Jerez gracias al saqueo de Cádiz entre el 29 de abril y el 1 de mayo de 1587 por Drake. Tres mil botas invadieron los vasos británicos para la eternidad de sus sentidos. Tras el drama del ataque y el dolor de los perjudicados, el placer que produjo en el paladar y en las sonrosadas mejillas inglesas beneficio al comercio de las bodegas de Jerez. Su consumo se popularizó de tal manera que fue prestigiado en las obras de Shakespeare. 

     Uno de los personajes de Enrique IV, Falstaff, a quien burlonamente llaman algo parecido a “Jerez azucarado” por su obesidad y amor al vino jerezano, realiza continuos elogios al vino de Jerez. En ocho obras del dramaturgo inglés aparece sherry o sherry sack, en clara alusión a la denominación de origen más antigua de España. En Jerez de la Frontera hay una estatua en los jardines de El Bosque en homenaje a Shakespeare desde 1956.

    La denominación de origen de queso manchego presenta tres formas de maridar el manjar. Eso sí, aclara que, para gustos, los colores. A partir de ahí:

    El sabor ligeramente ácido, fuerte y sabroso, que llega a picar en los muy curados, y el regusto final que recuerda a la leche de oveja manchega, prolonga el deseo de buscar caldos de la tierra más cercana. Un tinto crianza sería muy apropiado para compensar los sabores del queso manchego. Los blancos con cierta graduación o con crianza pueden servir de acompañante ideal. Cambiando de registro gustativo, recomiendan, tapen sentidos a los puristas, las cervezas lager fuertes y las intensas para combinar con los quesos curados. Y para los viejos, las cervezas de malta.

     Una recomendación final de la denominación de origen manchego. Maridar con el cava. En cierto modo, volviendo hacia los vinos blancos, pero, en este caso, un espumoso. El escribano dijo: será un brut nature.

    El escribano siguió haciendo elucubraciones sobre queso manchego y posibles maridajes. A veces recordaba, en las más arriesgadas de las combinaciones, al intento de Fernando Villalón de crear una ganadería de toros con los ojos verdes, que también era conocida por los jerezanos que solo querían ver el Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías. 

    Villalón intentó recrear la leyenda de los toros que no se llevó Hércules tras el robo de ganado de Gerión que habitaba en una de las islas del Atlántico relacionadas con los legendarios Argantonio o Gerión de Tartesso. En realidad, se piensa que quería producir una ganadería de tal casta que no fue aceptada por la mayoría de los diestros de la época para ser lidiados en las plazas. Villalón murió pobre. Nos dejó hermosas poesías sobre el campo andaluz. El escribano me dijo que sentía predilección por esta que se reproduce y que le recordaba a otras de nuestra poesía medieval:

“Remolino en el camino.

Siete bandoleros baja

de los alcores del Viso

con sus hembras a las ancas.

Catites, rojos pañuelos,

patillas de boca de hacha.

Ellas navaja en la liga,

ellos la faca en la faja,

ellas la Arabia en los ojos, 

ellos el alma a la espada.

Por los alcores del Viso,

siete bandoleros bajan.” (Romance 825)


   


Bodas de sangre

                       NOVIO ¿Quieres algo?                              MADRE Hijo, el almuerzo                               NOVIO Déjalo....