Cultura y sociedad

Jorge Guillén según Elena Aub_1

     

Jorge Guillén. Flickr

      Entre los días 17 y 19 de octubre de 1979, Elena Aub entrevistó al poeta Jorge Guillén en Málaga. La entrevista formaba parte del proyecto “Refugiados Españoles en México”, desarrollado por el Archivo de la Palabra del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México. Esta entrevista está recogida en el Centro Documental de la Memoria Histórica (PHO,10ESP,3) (PARES).

     Elena Aub era investigadora y documentalista, vinculada a INAH. Hija de Max Aub, entrevistó a exiliados españoles, intelectuales y figuras culturales, contribuyendo al estudio de la diáspora republicana tras la guerra civil española. Recordamos la creación en Segorbe de la Fundación Max Aub, en 1997, con la presencia del presidente del Gobierno, José María Aznar. Elena Aub fue su presidenta y alma máter. El Archivo de la Palabra ha sido reconocido como parte de la “Memoria del Mundo de México” por la Unesco (INAH y Gobierno de México).

     ¿Por qué nos interesamos en esta entrevista? Seis años antes de su muerte, Jorge Guillén recuerda el mundo cultural del primer tercio del siglo XX. Habíamos mencionado algunas veces a Guillén en este blog, desde los deportes a la correspondencia con Domenchina, secretario de Azaña. 

     Brevemente, recordamos su poesía deportiva, cantando la música de las nadadoras inglesas de Wellesley, un 21 de marzo, en el poemario Maremagnum:

     Acordes al compás

-Una música suena desde un mármol de orilla-

Los dos grupos de nadadoras

Desenvuelven figuras de salud,

Y como respondiendo al más

Sutil laúd

Posible sobrepasan- de un orden servidoras-

A la nunca sencilla

Naturaleza, ...

     Contamos, en otra ocasión, cómo interpretaba/reseñaba la elegía de Lorca en una edición especial del Llanto por Ignacio Sánchez Mejías:

Tumba Jorge Guillén Cementerio Inglés_Málaga-Wikimedia

     El llanto es una elegía conmovedora, estructurada en cuatro partes, con distintos nombres, comenzando por La cogida y la muerte, que no tiene, según Guillén, una narración realista. La hora de las cinco no puede abarcar todos los sucesos que se imaginan, aunque el estribillo sea un gran acierto:

     A las cinco de la tarde

     Eran las cinco en punto de la tarde…

     … ¡Eran las cinco en todos los relojes!

     ¡Eran las cinco en sombra de la tarde!...


     Ahora, sin embargo, queremos dirigirnos a sus recuerdos, durante la entrevista de Elena Aub, de esos viejos amigos y conocidos. Empezamos por donde nos hemos quedado, en el recuerdo fundacional de la generación del 27 y la importancia que daba a Ignacio Sánchez Mejías, protagonista de la elegía lorquiana:    

       Fue una cosa que inventó... Ignacio Sánchez Mejías ¿verdad?- la memoria de Guillén busca en las partes más lejanas de sus recuerdos y pensamientos- Ignacio Sánchez Mejías era un señorito que se había hecho un poco flamenco y torero y tenía una peculiaridad, que no era pintoresca, que era extraordinaria: que era inteligente como un profesor de Universidad, muy inteligente, con la cabeza clara, intelectual ¡vamos!, un caso pasmoso. Pues sí señor, Ignacio Sánchez Mejías ¡hombre! Claro, la elegía que le dedicó Federico. Bueno, pero aquel hombre que tenía un gran talento inventó aquello de llevarnos a Sevilla, cosa que escandalizó profundamente a Juan Ramón porque ...- se para y piensa- tenía un desdén de clase, de los toreros, así, de señorito andaluz que, que desdeña a los toreros ¡por Dios!... - ríe Guillén mientras continúa conversando/contestando a Elena Aub- ... Le pareció muy mal que fuéramos ... Allí nos llevó, ¿verdad? Allí estuvimos, estábamos, pues claro; no fue, no fueron dos amigos, los dos amigos de Málaga, que eran Emilio Prados y Altolaguirre, que estaban en Málaga, no fueron. Vicente Aleixandre estaba ya enfermo- Aleixandre y su mala salud de hierro-, ¿verdad? Tampoco fue, se quedó en Madrid; Salinas era profesor en Sevilla y se había vuelto a Madrid, entonces, pues tampoco estaba, y, por otra parte, se unió al grupo también, luego, Cernuda, y Cernuda estaba allí, estaba en, en el público, estuvo con, con nosotros ¿verdad?- parece que quiere confirmación de algún recuerdo que Elena Aub no puede confirmar porque no estaba allí ni su padre ni ella-... Y..., y nosotros, pues, hicimos mucha, en seguida, relación Cernuda y yo, y tuvimos, hemos tenido relación toda la vida, excepto, excepto al final, poco antes de morirse, que se abrió la cosa; yo no sé por qué se abrió ¿verdad?... Estuvo más así, más impertinente; porque era un, era un infeliz, una buena persona, pero a veces impertinente... Era un lugar común el carácter especial de Cernuda.

     Seguimos con sus estudios y el ambiente intelectual de la Residencia de Estudiantes:

     ... Tuve la suerte de ir a la Residencia de Estudiantes. No voy a decir lo que es porque es conocido. Creado por la Junta de Ampliación de Estudios, ... Tenía relación con la Institución Libre de Enseñanza, ¿verdad?... era don Alberto Jiménez Fraud el director... Y al principio... pues yo enseguida hice amigos allí...

     ... Y cuando pienso que allí había entonces tres estudiantes que tenían tipo de estudiantes, nada de artistas ni de bohemios, nada de hippies, ninguna figuración de teatro. Eran tres estudiantes que son hoy los nombres más conocidos en el extranjero: uno, Federico, por razones buenas y malas; otro, Buñuel, que es un cineasta estupendo, ¿verdad? Y que, imagínese usted la relación que ha tenido con México, bueno, y que claro, pues ahí está, ahí está, y luego el otro, el otro, el otro: Dalí...

     ... Aquello que le pasó a Federico García Lorca. Fue una cosa vil, a mi manera, ... Pero no hay que quedarse demasiado en sólo estos poetas, porque ha habido muchos españoles dignísimos, no habían escrito un solo verso en su vida, y ha sido un crimen igualmente matarlos, intelectuales o no intelectuales...- se ahoga en un momento de la conversación-...

       Era, es y será uno de los poetas mayores del 27, pero él se ve como un profesor que se fue de España cobrando un sueldo modesto, ahora que había vuelto a España como poeta consagrado, ganador del Cervantes en 1976:

     ... ¿Su primer trabajo?, inquiere Elena Aub...

     Mi primer trabajo, bueno, trabajo universitario. Yo me he ganado la vida siempre con lo más próximo a mí, a mi vocación, que era la literatura. Yo he dicho siempre, hasta hace muy poco, ... ''yo soy profesor". ¿Qué es usted? "Profesor". Porque yo sabía que si yo le decía a alguien "soy poeta", es tan improbable que no lo cree- ríe Guillén-. Ahora ya a fuerza de años, yo, bueno, ''pues sí, señor, poeta", pues es verdad, vamos, me lo he... me lo han dicho, pero ahí está, de modo que yo, mi primer trabajo, como profesor, me he ganado siempre la vida honrada y modestamente. Ahora los profesores son como ministros... en algunos casos, ganan mucho dinero, tal, yo he sido modesto ... Yo me marché en el año ...-ríe-... treinta y ocho, me marché con todos los sacramentos en medio de la guerra, y ganaba doce mil pesetas al año, cosa -vuelve a reír o tal vez sonríe-, cifra que hace sonreír a la gente, bueno, pues sí señor, pero siempre modestamente...

     ... ¿Cómo nace Verso en Prosa en Murcia? Bueno, pues allí había un señor, que era secretario del ayuntamiento, Juan Guerrero Ruiz, que era muy aficionado a las letras, era muy amigo de Juan Ramón Jiménez, y era amigo de todos los nuevos, ... Y, y entonces, pues se le ocurrió hacer esa hoja en la que no era yo le asesoraba, pero era de Juan Ramón, no de Juan Guerrero... Hacemos una derivación sobre Juan Guerrero:

          Hace unos años, y paramos la conversación/entrevista en este punto, y en esta reseña, la familia de Juan Guerrero desempolvó unas fotografías y unas películas viejas. Fueron restauradas. Se convirtieron (2009) en una inicial película llamada El deseo y la realidad. En la cinta, uno de los protagonistas es Jorge Guillén, junto a sus compañeros del 27. Con una imagen más joven y más fuerte de la que recordamos de sus últimos años, donde la vida mancha y consume nuestro aspecto. Como curiosidad, en los primeros treinta segundos, la película informa sobre la experiencia emprendedora del aeropuerto de zepelines de Ignacio Sánchez Mejías.

           


Las ediciones especiales




23-03-2025 20:00

Hollywood en España, 1930

Norma y Natalia Talmadge, Gilbert Roland y Buster Keaton. ABC


     Francisco fue un pintor de paredes desnudas que se aficionó al arte de Cúchares, debutando como novillero en 1900. Sus primeros trasteos fueron en la circense compañía ecuestre de Micaela Alegría o García, la cual representó en 1894 un espectáculo llamado La feria de Sevilla, donde Francisco Alonso toreaba un becerro.

     Como no tuvo mucha suerte, casado y con hijos, decidió emigrar a México ante el miedo de no torear en España. Allí toreó algunas corridas, representó a algunos toreros y un posible ictus paralizó medio cuerpo. Esta enfermedad le hizo emigrar a Estados Unidos. De los hijos que le sobrevivieron, uno de ellos, Luis obtuvo fama en el cine. Algunas biografías dicen que Luis había nacido en Ciudad Juárez; su padre insistía en que había nacido en Bilbao[1] y que era español. El torero y representante tenía el nombre artístico de Paquiro II y su hijo Luis fue inmortalizado en la gran pantalla como Gilbert Roland[2].

     La expansión del cine tuvo uno de sus pilares en el movimiento de los cine clubes/clubs. Importado de Francia, las sesiones más influyentes para el desarrollo de este nuevo arte fueron las que organizó Luis Buñuel entre mayo de 1927 y diciembre de 1928 en la Residencia de Estudiantes de Madrid, bajo los auspicios de su Sociedad de Cursos y Conferencias creada en 1924. El éxito de la primera sesión hizo pronunciar a Ortega y Gasset ante Buñuel que si fuera más joven se hubiera dedicado al cine. Gubern califica la primera sesión como vanguardista y ecléctica. La segunda sesión no se produjo hasta febrero de 1928, con la vuelta de Buñuel a España desde Francia.  Esta iniciativa de Buñuel promovió la creación del Cine Club Español coincidiendo con la última sesión de la Residencia de Estudiantes.

     El lanzamiento del Cine Club Español fue anunciado/propuesto en La Gaceta Literaria, dando continuidad a la iniciativa del maestro de Calanda que había creado el caldo de cultivo cinematográfico. La dirección del Cine Club corrió a cargo de Buñuel desde París hasta la sexta sesión, aunque Giménez Caballero declaró años después que tras el segundo mes la dirección efectiva la llevó él con la ayuda de César M. Arconada, Juan Piqueras, Miguel Pérez Ferrero y Luis Gómez Mesa. Gubern cuestiona esta versión porque Buñuel escribió la presentación de la sexta sesión sobre cine cómico, haciéndose responsable de la iniciativa.

     La sexta sesión se celebró el 4 de mayo de 1929. Los miembros de la generación del 27 habían mostrado un gran interés por los cómicos del cine. En la Gaceta Literaria, desde los primeros números habían alabado el trabajo de Mack Sennett y elogiado a Buster Keaton. En esa sexta sesión hubo dos partes. En su intermedio, Rafael Alberti recitó tres poemas dedicados a Charlot, Harold Lloyd y Buster Keaton. En la segunda parte de la sesión se proyectó a Charlot, cuando ya existían diferencias intelectuales entre la vanguardia sobre la valoración de Chaplin. Dalí y Buñuel criticaban a Charlot, alabado mayoritariamente por los demás, y alababan a Keaton. A continuación se exhibió El navegante de Keaton. Francisco Ayala dijo que las obras de Keaton, en ese momento y en su madurez creativa, estaban concebidas como perfectos mecanismos, donde las piezas ajustan a modo, sin que falle un resorte. Rosa Chacel comentó que el cómico filmaba para decir solamente “soy tímido”. Pero señalaba que su psique, facetada de timidez, se demostraba ante el espectador como un cuerpo. Dijo además que esa timidez aleteaba en sus párpados, y que sus ojos parecían tan sensibles que temía que se retrajeran como los caracoles cuando alguien los miraba.

     Un año más tarde, según Gubern, en agosto de 1930, entrando por la frontera francesa, Buster Keaton, su esposa Natalia y su cuñada Norma Talmadge llegaron a San Sebastián para hacer un viaje turístico que les llevaría a Madrid, Sevilla y Málaga. Señalaba la profusa información de prensa de la época sobre la visita, su encuentro con surrealistas españoles y la amistad del actor con José María Hinojosa y el pintor Jena Lisarc[3].

     A Gubern se le olvidó contar que había una cuarta persona en el viaje. La pareja de Norma Talmadge, el galán latino Gilbert Roland, y que en el viaje hicieron entrevistas para promocionar su trabajo, además de la expectación que pudieran despertar. Y sobre las reuniones vamos a intentar matizar. Algo más que turismo. 


     Aunque estaban de vacaciones por Europa, cuando pararon en Madrid visitaron el edificio de Prensa Española, donde se publicaba ABC y Blanco y Negro. Keaton se mostraba entusiasmado con España, le gustaban las corridas de toros, y no reía. El periódico ABC decía que no reía porque un contrato se lo prohibía. ¡Milagro! En la sede de Prensa Española sí lo hizo. Corríó, bromeó, brincó y rio, recorriendo gozoso las rotativas. Únicamente se volvía serio en cuanto el fotógrafo aparecía. El actor y la persona. Hoy sería el mundo ideal, el mundo real y el meme.

     Norma Talmadge era entonces una de las actrices dramáticas más reconocidas. ABC resaltaba sus bellos ojos, grandes, inquietos y negrísimos, que elogiaban las bellas curiosidades de la capital como el Museo del Prado, la rosaleda del Retiro o la Puerta de Alcalá. Su hermana Natalia se había casado con Buster Keaton, había abandonado la gloria del cine y los redactores la reflejan sonriendo con su famoso marido. Gilbert Roland es identificado enseguida como Luis Alonso, hijo de españoles, y español, ya reconocido y solicitado en Hollywood para las versiones españolas.

     En esta primera noticia los redactores piden al cine norteamericano que no caigan en las pintorescas y falsas españoladas.[4] 20 de agosto de 1930. 

     Muro les fotografió en el Hotel Palace. Los Keaton impasibles, Norma Talmadge sonriente y Gilbert Roland desafiando la cámara fotográfica. Atienden a la prensa y Buster Keaton dice que cambia siempre de pareja artística para dar ocasiones a nuevas artistas. Norma es elogiada de nuevo por sus papeles en Una gran señora y Margarita Gautier.

     En aquella época, Gilbert Roland, que había triunfado con Norma como pareja artística, había conseguido su primer papel como estrella, El señor Zorro, siendo protagonista tanto de la versión inglesa como de la española, contratado por la Metro. Nosotros lo recordamos en Bahía Negra, dirigida por Anthony Mann en 1953. De Madrid marchaban a Toledo porque Buster Keaton quería ver torear a Marcial Lalanda, tras pasar por El Escorial[5].


    Y recalaron en Málaga donde asistieron a una corrida de toros y contactó con el grupo malagueño del 27: Manuel Altolaguirre, Emilio Prados y José María Hinojosa.

     Diario de Málaga y Vida Gráfica recogieron la noticia de los ilustres visitantes. Puede que el contacto con Málaga fuera debido a otro español que trabajó en Hollywood, Edgar Neville, que en los años veinte estaba casado con la malagueña Ángeles Rubio-Arguelles, antes de conocer a Conchita Montes. Hay también una relación de trabajo entre Hinojosa y la mujer de Neville por una obra de teatro en 1929. Es plausible que Edgar Neville pusiera en contacto a sus amigos de Litoral con los actores americanos. Por aquella época, según Julio Neira, el Hinojosa surrealista había publicado La flor de California y estaba implicado en la dirección de Litoral.

     Hacía 1972, Darío Carmona publicó en Litoral que Altolaguirre, Prados e Hinojosa vieron varias veces una escena de la actriz Vilma Bánki cuando metía un pie en la piscina porque les parecía precioso, surrealista y poético. La imaginación, lo soñado, consustancial a los surrealistas, era relacionado con los efectos que producía el nuevo arte, el cine.

    En Málaga llegó a existir una extensión del Cine Club madrileño que había promovido La Gaceta Literaria. Buñuel recuerda, años más tarde, a Hinojosa en un homenaje a Valle-Inclán y su fusilamiento en 1936 por sus ideas conservadoras, tras el bombardeo de Málaga.

     Volvamos a los actores. Según Diario de Málaga, se hospedaron en el Caleta Palace, fueron a los toros, recorrieron lugares típicos de la ciudad. Gilbert Roland, Luis Alonso, dijo que Buster Keaton elogiaba España, especialmente Andalucía, y no escatimó alabanzas a Málaga. El cómico estaba pensando intercalar escenas taurinas en sus películas.

     Vida Grafica publicó la foto de los dos actores en la corrida, con el rostro imperturbable del cómico que se comunicaba mediante Gilbert Roland. Para la prensa española, el galán era llamado por su nombre original, Luis Alonso. Buster alababa que los españoles le permitiesen viajar sin ser molestados en exceso.

     Darío Carmona dijo otra anécdota sobre Buster Keaton en Litoral. Era muy listo, pero bebía a todas horas desde las diez de la mañana. Cita también que se bañó varios días en el mar. Este testimonio está cuestionado por Manuel Carmona, quien se remite a señalar que la estancia fue de poco más de un día y que se ofrecieron a limpiar el coche de Buster del barro, pagado generosamente en dólares[6].

     Años más tarde, Gilbert Roland, o Luis Alonso, fue entrevistado por Donald para Blanco y Negro, 1968. Donald era el pseudónimo que utilizaba uno de los primeros animadores del Cine Club de La Gaceta Literaria, Miguel Pérez Herrero, junto a Ernesto Giménez Caballero, Juan Piqueras, César Arconada y Luis Buñuel. En el reportaje hablaba de su padre palentino, la madre de Burgos, pero sitúa su nacimiento en Ciudad Juárez, contra la tesis actual de  Bilbao.eus y Deia. Habló de su infancia cuando huyeron de la violencia de Ciudad Juárez, de los duros inicios en la meca del cine junto a Gary Cooper y Clark Gable. Estaba en España rodando un spaghetti western.

      En la entrevista recuerda a los españoles que fueron a trabajar al cine norteamericano: Martínez Sierra, Catalina Bárcena, Valentín Parera. Y detrás de la cámara, recordaba a José López Rubio, a Eduardo Ugarte (La Barraca), Tono, Jardiel Poncela, y Edgar Neville. Ya pensaba en escribir sus memorias, desde su etapa mexicana a su época de estrella pasando por su época de extra[7]. Gilbert, o Luis, viviría veintiséis años más, siendo el precedente de Antonio Banderas o Penélope Cruz.


____________________________________________

[3] GUBERN, R.: Proyector de Luna. La generación del 27 y el cine. Anagrama. Barcelona. 1999.

[4] ABC, 20 de agosto de 1930, página 10.

[5] Blanco y Negro, 24 de agosto de 1930, páginas 43-46.

[6] GUTIÉRREZ, F.:  La huella del maquinista. Buster Keaton en Málaga. En El Maquinista de la General, 1 y 2. Diciembre-2000. Centro Cultural de la Generación del 27. Páginas 40-43. Reseña 27-02-2025 Archivo Museo Sánchez Mejías.

[7] Blanco y Negro, 22 de junio de 1968, páginas 101-103.




16-03-2025 23:50 Habrá una segunda parte: Por ejemplo, Rafael Alberti, "Buster Keaton busca por el bosque a su novia, que es una verdadera vaca: 1234, estas 4 huellas no caben en mis zapatos."

Bernabé Herrero

 12-03-2025 16:53

Gerardo Diego

     Habían pasado treinta años y el recuerdo vivido seguía presente y vívido. La ciudad del doncel, de la catedral, del paisaje, de la sopa de ajo de Demetrio; la del cabrito asado de Ricardo, la del canto de ronda. 

     La Sigüenza de Lola, la revolucionaria de la imprenta local. Donde se tiraba un modesto semanario, pero con nuevas estampaciones elegantes, con números extraordinarios, con nuevas firmas de jóvenes literatos españoles, europeos. De allí surge, como Venus de la concha, con sus crónicas, sus parodias y las jinojepas, la joven Lola.

     Gerardo Diego elogiaba al mozo de Soria que creó esa fusión. Un enamorado de Antonio Machado, un amigo de Ortega y Gasset, y de otros escritores, que le protegen, le corresponden y lo distinguen Este joven es Bernabé Herrerro, poeta que fue privado, y ahora publicaba.

     Diego nos habla de su breviario para uso de neófitos, guía de extranjeros que desean introducirse en las esencias de España, con edición de la Revista de Occidente.

      Prepara, según su amigo santanderino por esas fechas de 1927, un libro de lecturas españolas, con inéditos de amigos, poetas y prosistas, también dirigido a estudiantes extranjeros. Él se expresa así porque cree que le siente o lo aprecia muy español.

     El primer libro de Herrero iría dedicado a Gerardo Diego. Su amigo Bernabé cuidaría de la edición de Lola. Con la Guerra Civil, Herrero se exilia en Francia y vive en el domicilio francés de Diego[1].

     Recordábamos en otra entrega, Soneto a Córdoba, la razón del TYP Rodrigo, Sigüenza. Esto hizo que Gerardo viajara a la ciudad guadalajareña, más lejos que a Gijón, como en caso de Carmen, y con una diferente estampación. Los amigos cercanos de la lejana ciudad castellana dispusieron de carta blanca para la distribución del original para no perder tiempo y llegar, como llegó, casi al mismo tiempo de aterrizaje que la primera Carmen[2].

     Bernabé había nacido en Soria en 1903. Opositó al cuerpo de Correos ganando una plaza en Sigüenza. Allí se incorpora a sus círculos culturales. Escribe sus primeros versos, mantiene relación con Gerardo Diego, Juan Larrea y José Tudela, quien se casará con su hermana. Larrea fue uno de los fundadores de La Voz de Soria con Herrero. Y Gerardo Diego dio clases en un instituto de Soria.

Ficha policial de Bernabé Herrero_Centro documental de la Memoria Histórica_cartulina digitalizada

     Cambia su destino por el tren nocturno de Correos a Murcia. Estudia Derecho y consigue una beca de la Junta de Ampliación de Estudios en Bolonia. Aprueba las oposiciones a juez y marcha a la jienense Huelma. Al llegar la guerra, alarmado por la violencia de las milicias republicanas, marcha a Aurillac. Vuelve a España cuando el fiscal Adolfo de Miguel, de la Causa General, le da seguridad de venir durante el franquismo. En uno de los viajes de traslado definitivo muere en Dax, en 1957.

     Su influencia en el semanario guadalajareño La Defensa hace que consiga colaboraciones de Melchor Fernández Almagro, José María de Cossío, Jorge Guillén, José del Río Sanz, además de alguno de los amigos citados más arriba.[3]




[1]  ABC, 17 de marzo de 1956. Reseñado 19-02-2025 en ArchivoMuseo Sánchez Mejías por tomo VIII de Obras completas de Gerardo Diego, 2010, Alfaguara, Madrid, edición de Jose Luis Bernal; y Gerardo Diego en ABC, (2011), edición de Rafael Inglada, Fundación Gerardo Diego, Bodega y Azotea.

[2] Este último párrafo hace mención al prólogo de la edición especial de Carmen y Lola en 1977. Reseña 21-12-2022, Archivo Museo Sánchez Mejías por tomo VIII de Obras completas de Gerardo Diego, 2010, Alfaguara, Madrid, edición de Jose Luis Bernal.

[3]  Davara, J.: Viajeros ilustres en Sigüenza. El afilador de ediciones. Sigüenza. 2007.




Cancro sub leva mamilla

     
      
Lápida de los marqueses de la Navas. MAN, sección Moderna


    
     María Enríquez de Córdoba vivió sesenta y tres años. Sus padres, Elvira y Pedro, fueron los primeros marqueses de Priego. Ella, a su vez, fue la primera marquesa de las Navas por su matrimonio con Pedro Dávila y Zúñiga. Cuando María fallece en 1560, su marido encarga una lauda sepulcral que recuerde a su esposa y sirva de reencuentro cuando él le acompañe definitivamente.
     Una lauda sepulcral es una lápida que puede llevar una inscripción, o el escudo de armas en su caso, que se coloca sobre una tumba o sepultura.
     Aquí, una dama y un caballero yacen con los ojos cerrados, sobre nobles almohadones broncíneos, cogidos de la mano, como si nunca se hubieran separado.
     Ella, a la moda femenina de mediados del siglo XVI, no olvida la saya, la gorguera, el ceñidor y la toca de cabos
     Él, caballero armado, va con su espada y no cubre la cabeza porque el yelmo guarda descanso a la derecha de sus pies. Ya está con ella. Se ha quitado los guanteletes y coge su mano tras siete años de espera. 
     Ha tenido tiempo de poner amorosas letras aúreas latinas, identificando a los que allí guardarán reposo. Ha servido a su rey, el César Carlos, ha mantenido su lealtad a Felipe II, su hijo, siendo su primer mayordomo. Él llevó las joyas a Inglaterra cuando Felipe, entonces príncipe, se casó con María Tudor.
     María Enríquez de Cordoba murió en 1560 de un cáncer de mama. La inscripción en la lauda lo recuerda. Puede ser uno de los primeros casos, o el primero, donde se cita la causa de la muerte de la esposa del marqués en una obra de arte. Y puede ser el primer caso donde se identifica el cáncer de mama como el causante de la muerte.
     El cáncer de mama ya fue descrito en época antigua por los egipcios, en el papiro de Edwin Smith, 1.600 a.C., y, anteriormente, se encontró en la necrópolis de Qublet el-Haawa, en Assuan, una momia con signos de dicho mal, con una antigüedad de 2.200. a.C. En esta última investigación trabajó un equipo multidisciplinar en el que colaboraron las Universidades de Granada y Jaén. 
     Durante un tiempo se atribuyó a los Leoni la obra de esta lápida. Hoy se piensa que fue realizada por un artista de Flandes, Jacques Jongelink. Las manos entrelazadas muestran esa amistad más profunda, la más certera y la más cercana, que se mantuvo en vida, y se prolongó eternamente, no importando la distancia del suspiro, ni el aliento. 
     Años más tarde, Quevedo (1580-1645) escribiría un soneto que nos recuerda la sublimación de los sentimientos más allá de la muerte:

     Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
 
mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

     Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
 (Amor constante, más allá de la muerte. Francisco de Quevedo)

 

    Dámaso Alonso decía que este era el mejor soneto de Quevedo y, probablemente, el más bello de la literatura española. Dejaron su cuerpo, no su cuidado.
     Fueron enterrados en el convento de Santo Domingo y San Pablo, en las Navas del Marqués (Ávila), reflejo de la condición social de los esposos y su riqueza. La escultura debía ser vista como si el féretro estuviera abierto.
     
     «Deo Servatoris/ Maria a Cordvba pavpervm mater Nava/ rvm marchionissa prima genere probita/ te et forma hispanarvm eminentíssima/ crvdeli fvnere extincta hoc tvmuvlo/ qviescit vixit annos LXIII obiit idib ivl/ an. MDLX tandem Petrvs Avila maritvs / vt qvos Devs conivnxerat mors non di/ rimeret vivens moerensqve sibi et vx/ ori pientiss ac Iohanni filio posvit an. M/DLXIII illa qvidem cancro sub leva mamilla interempta hic/vero»

     «Dios Salvador/ María de Córdoba, madre de los humildes de Nava/ la primera de las Marquesas de la familia, que fuiste recta/ tú y la forma más eminente de los españoles/ los fieles, habiendo muerto en este mundo/ que viviste 63 años y murió en el año 1560, Pedro de Ávila, esposo de Dios, pudo vivir sin morir, aunque estaba dolorido por sí mismo y por su hijo Juan. M/DLCIII, el cáncer debajo del seno izquierdo fue quien la mató aquí»

------------ 7-03-2025, 20:57
Referencias:
- Quevedo, F.: Poesía varia. (1981) Edición de James O. Crosby. Cátedra. Madrid. Páginas 255-256.

La vida cotidiana de María Rosa de la Torre Millares

 

María Rosa de la Torre Millares, dedicada a su madre 1918 AFHC


     Sevilla, 19 de marzo de 1960. Querida amiga Natalia: después de tantos años de silencio recíproco no esperábamos la alegría que nos da su carta. Le contesto a máquina después de haberlo hecho a pluma en un papel perverso ( aunque no es nacional), y con mis garabatos ilegibles prefiero utilizar la maestría de Maria Rosa

MARIA ROSA DE LA TORRE MILLARES Anónima-1924 - Archivo de Fotografía Histórica de Canarias de la FEDAC, Spain - CC BY

     
          Esposa de Ramón Carande, hermana de Josefina y Claudio de la Torre, y tía de Manolo Millares, la vida de María Rosa de la Torre parece opacada entre tanta brillantez familiar. Conocemos un libro de viajes que publicó al poco tiempo de fallecer el historiador ganador del premio príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 1985, y autor de la magna obra Carlos V y sus banqueros o la Galería de Raros: Ramón Carande. Es el decurso de la vida cotidiana.

María de la Rosa de la Torre y amigas_1920. Anónima. CC AFHC

     Según publicaba ABC, María Rosa compartió 62 años de su vida con el historiador. Había sido uno de los primeros huéspedes de la Residencia de Estudiantes, cuando la sede estaba en la calle Fortuny.
     El viajar es, tal vez, otro tipo de arte si se sabe apreciar. Acompañó por todo el mundo a Ramón. Y los ojos de Maria Rosa recuerdan aquel viaje de 1961 a Turquía de forma detallada y agradable. Con un gusto por las pequeñas cosas. Con el gusto de celebrar una vida compartida.
     En la carta que Carande escribe a Natalia Cossío y Alberto Jiménez Fraud, además de las habilidades de María Rosa con la máquina de escribir, cuenta que tiene un hijo casado y el mayor soltero, con una nieta de 2 años, llamada Rocío, que vivían en el campo. Todo ello entremezclado con asuntos de la cotidianeidad cultural y el afecto de una vieja amistad.
     Una placa o lápida se colocó en la sevillana calle Álvarez Quintero, donde vivieron los Carande de la Torre, principio de los homenajes por los cien de Carande. La placa fue descubierta por María Rosa. 
      Cuando recibió el premio príncipe de Asturias 1985, María Rosa tuvo que buscarlo por vecinos porque estaba en su finca de Almendral. La llamada inicial fue hecha por Joaquín Ruiz Giménez, compañero de la Universidad de Sevilla del galardonado, y miembro del Jurado. Hubo que traerlo por medio de un tractorista, que lo acercó en coche al cuartel de la Guardía Civil, que había sido requerido también para la notificación del premio. 
      María Rosa se sintió contenta, porque el premio llegaba con la salud respetando a Ramón en su provecta circunstancia vital.

    María Rosa de la Torre y Ramón Carande




------------------------------------7-03-2025 19:15-RECURSOS CONSULTADOS
     -JIMÉNEZ FRAUD, A.: Epistolario, tomo III. Correspondencia con Ramón Carande. Edición de James Valender, José García Velasco, Tatiana Aguilar-Álvarez y Trilce Arroyo. 2017. Publicaciones de la Residencia de Estudiantes. Fundación Unicaja. Málaga. Reseña 15-11-2022,  Archivo Museo Sánchez Mejías.
     -ABC, 15 de agosto de 1987. Abc literario.
     -ABC, Sevilla, 22 de junio de 1985.


El homenaje a Daoiz y Velarde

       

   
Plano de Madrid 1812 IGN

  




      Entre tanto, paisanos sin resguardo ni apoyo se precipitaron al parque de artillería, en el barrio de las Maravillas, para sacar los cañones y resistir con más ventaja. Los artilleros andaban dudosos en tomar o no parte con el pueblo, a la misma sazón que cundió la voz de haber sido atacado por los franceses uno de los otros cuarteles. Decididos entonces, y puestos al frente D. Pedro Velarde y Luis Daoiz, abrieron las puertas del parque, sacaron tres cañones y se dispusieron a rechazar al enemigo, sostenidos por los paisanos y un piquete de infantería, a las órdenes del oficial Ruiz. Al principio se cogieron prisioneros algunos franceses, pero poco después una columna de éstos, de los acantonados en el convento de San Bernardino, se avanzó, mandada por el general Lefranc, trabándose de ambos lados una porfiada refriega. El parque se defendió, menudearon las descargas, y allí quedaron tendidos número crecido de enemigos. De nuestra parte perecieron bastantes soldados y paisanos; el oficial Ruiz fue desde el principio gravemente herido. Don Pedro Velarde feneció, atravesado de un balazo; y escaseando ya los medios de defensa con la muerte de muchos, y aproximándose denodadamente los franceses a la bayoneta, comenzaron los nuestros a desalentar y quisieron rendirse. Pero cuando se creía que los enemigos iban a admitir la capitulación, se arrojaron sobre las piezas, mataron a algunos, y entre ellos traspasaron despiadamente a bayonetazos a D. Luis Daoiz, herido antes en el muslo. Así terminaron su carrera los ilustres y beneméritos oficiales Daoiz y Vealarde; honra y gloria de España, dechado de patriotismo, servirán de ejemplo a los amantes de la independencia y libertad nacional. (Conde de Toreno: Historia del levantamiento, guerra y revolución de España)
     El Conde de Toreno fue un liberal ilustrado y escritor de una de las obras más importantes sobre la guerra de la Independencia (1808-1814).
España 1808. IGN


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      El martes 3 de mayo de 1814 amaneció a las 5:02. Estaba previsto que el crepúsculo se produjera a las 6:58. El número 32 de Atalaya de la Mancha en Madrid contaba que era el día de la Invención- descubrimiento, hallazgo- de la Santa Cruz, según la tradición. Sigamos a este periódico:

     Era día festivo, pero se podía trabajar, según contaba. Este periódico, antirreformista y defensor de Fernando VII, estaba dirigido por Fray Agustín de Castro, teólogo jerónimo, polemista con la prensa liberal y crítico con las ideas afrancesadas. Tuvo una importante resonancia con reimpresiones en diversas ciudades. En este periódico colaboró el padre Manuel Martínez.

     En su página 261 informaba de la Pompa fúnebre del 2 de mayo de 1814. Contaba que se había dispuesto la exhumación y traslación de los héroes que con su sangre abrieron los cimientos de nuestra libertad. El acompañamiento del pueblo madrileño realzaba la fiesta definitiva, derramando lágrimas de ternura.

     La pompa fúnebre se preparó en el Parque de Artillería, donde estaban depósitados los restos de Luis Daoiz y Pedro Velarde. En el Paseo del Prado se encontraba una capilla provisional con las cenizas de las víctimas sacrificadas en ese paraje. El público se desparramaba entre estas dos distancias, extendiéndose hasta la Iglesia de San Isidro, lugar de los oficios sagrados. Las espaciosas calles, los balcones más vistosos, no eran capaces de acomodar al enorme gentío. La tropa estaba distribuida por el itinerario. El sonido ambiental se nutrió de marchas en el recuerdo de los héroes. Las parroquias, las comunidades regulares, las hermandades, el Ayuntamiento, se reunieron presididos por la Comisión de Cortes.

     La marcha procesional con las dos urnas salió a las 11 hacia el destino final con sus compañeros. Un aire de majestad sopló en el ambiente.

     Ocho caballos cubiertos de luto tiraban del carruaje. En la parte delantera se veía una matrona hermosa con la Biblia abierta en una mano, con las siguientes palabras: Y no quisieron quebrantar la ley de Dios, y fueron destrozados; y fue grande en extremo la ira contra el pueblo. La otra mano apuntaba hacia las urnas indicando: Imitadlos

     Junto a la Patría aparecía la Santa Cruz y un Manto Real, signo de que habían muerto por la religión y su rey cautivo. Dos leones despedazaban los trofeos del tirano... Dos cañones tenían colgados trozos de cadenas, rotas por la artillería para que no fuéramos esclavos de los invasores.

     Las urnas estaban decoradas con alusiones a la inmortalidad, a la victoria y la gloria de la muerte por la Patria.

      Los actos fúnebres duraron hasta las seis de la tarde. No hubo memoria de un acto semejante.

Carro de triunfo fúnebre en 1814 de Daoiz y Velarde

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     No olvidemos a Manuela Malasaña, Benita Pastrana o María Beano, recordadas como heroínas en aquel primer día, 2 de mayo de 1808.
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     Muchas veces la identidad de una nación se forja sobre personajes anónimos o desvaídos entre lo histórico y lo legendario. Según Ferrán Archilés, con la aprobación de la Constitución de 1978, quedó fijada la existencia jurídica de la nación española, de manera que (aunque con vacilaciones y contradicciones) el texto constitucional se convirtió en una suerte de grado cero de la nación misma (aunque en realidad se reconocía, o se reconoció, la preexistencia de la nación al acto constitutivo). Cree, además, que no se ha cerrado el nacionalismo español. Con el estado de las autonomías se ha reinventado y consolidado la identidad nacional española. Es verdad que coexiste con la idea de nación fallida o parcialmente fallida desde la modernidad con la calificación de nacionalismo débil.
     Si la constitución vigente no se reforma o se cambia de alguna manera, Archilés ve cinco elementos de pervivencia de la nación o nacionalismo español:
     - Es el único sujeto de la soberanía nacional;
     - En el relato histórico hay lazos comunes, o compartidos, jurídicos y culturales, de una experiencia común y anterior;
     - La oposición a cualquier deseo de secesión;
     - La definición de nación española es, además de cívica, cultural;
     - El tipo de "enemigo interno" de los otros nacionalismos.
     El Estado, que se relegitimaba o refundaba en el periodo 1975-1977, mantuvo el control de la redefinición del marco territorial, y su visibilidad no fue necesaria a partir de 1978 cuando el estado nación ya estaba refundado. En cuanto a su debilidad o banalidad, la misma no es incompatible con su presencia activa. Archilés aprecia en el nacionalismo español un caso similar al nacionalismo francés (nacionalismo invisibilizado). Presencia activa y carácter banal son dos caras de la misma moneda, compuesta por una materia llamada «identidad nacional». Las crisis de legitimidad de los regímenes son las que abrieron la posibilidad a nuevas demandas o cambios: 1898, 1931, permitieron una relectura del significado de lo nacional en España. Podríamos citar el plan Ibarretxe (2005) y el proceso independentista de Cataluña (2012-2022, prov.) relacionado con el revisionismo de la Transición y la crisis financiera y de la construcción, a partir de 2007-2008. 
     No debemos obviar tampoco que se ha olvidado la idea de nacionalismo español por su identificación con el pasado franquista. La misma idea de crisis de legitimidad ha permitido la refundación del concepto. Los nacionalismos perifericos son una parte del proceso, con un electorado variable.
     La sensación, a los treinta años de su aprobación, era la de un estado continuo de revisión, y con otro prisma muy importante, parece que el artículo 2 apuesta por una definición nacional única. Para Ferrán Archilés, el problema se plantea al disociar la nación política de la nación cultural, y la inexistencia de una cultura política nacional «común». Se ha llamado Nacionalidades a "naciones sin Estado". La coyuntura del proceso constituyente marcó la cuestión de la nación española, ante las amenazas antidemocráticas.
     Para de la Granja, Beramendi y Anguera, la nación española moderna nace al calor de la resistencia contra la ocupación napoleónica y por el brusco hundimiento de las instituciones políticas de la Monarquía, provocado por la invasión, incluso en zonas no ocupadas. Con el  vacío de poder, el bando antifrancés tiene la voluntad de restablecer la independencia y unidad de la patria española. En cambio, se quiebra el antiguo acuerdo respecto de a quién corresponde la soberanía legítima en esa "reunión de los españoles de ambos hemisferios", que es la nación española para la Constitución de 1812. Y tampoco habrá acuerdo sobre el modo de estructurar territorialmente el poder político.
     Desde el principio, en las concepciones de la nación, se producen fracturas en el movimiento ilustrado: Entre los afrancesados, por un lado, y los reformistas antifranceses de Jovellanos, por otro.
     En la resistencia antifrancesa se manifiesta una tensión entre el naciente liberalismo español y la reacción, identitaria contra un invasor, y que se siente atacada en sus valores tradicionales. Esta pugna se enconará cuando desaparezca el invasor. 
     Hay que considerar que las dos primeras constituciones liberales, la de 1812 y la de 1837, no contemplan ningún tipo de descentralización. Por su influencia surgen las provincias que dividen los antiguos reinos. Y estas constituciones se elaboran bajo el influjo de la pérdida de la mayoría del imperio español por las independencias. Aunque el efecto no fue sentido como en 1898, de carácter más ideológico, la nación española se vio privada en su origen del desarrollo económico y la posible facilidad en su implantación social, o en su cohesión, de permanecer junto a los españoles de ambos hemisferios, como decía la constitución de 1812. 
5-3-2025 12:43


La casa

Modelaje casa en el jardín. bmre


      En el principio, no había nada. Ni cielo, ni tierra, ni personas. Nada y nadie que las señalase o llamara...
     Como no había tierra, no había ni orden, ni concierto. Ni la tierra se llamaba tierra, ni había palabras para nombrarla... 
     Él vino y sacó la luz de las tinieblas.  Y cuando anduvieron, lo hicieron por caminos ignotos, inapreciables, vacíos... buscando aposento...
     Las hierbas comenzaron a crecer con los más bellos amaneceres, con las más bellas flores, con los más intensos olores que surgían por los cielos más azules, unas veces más grises, otras veces más verdes. Intensos...

El paraíso perdido. bmre.



     Él había llamado a la luz, día, y a las tinieblas, noche. Y un día que estaba el sol más claro y que la noche tardaba en llegar, dijo que lo que empezaban a roturar, era la tierra y les hizo gracia que llamase cielo a las nubes y estrellas de la bóveda que iluminaba su techo,  alrededor de la que daban vueltas, con el suelo, con el césped, con la casa, sin saberlo...
              Como la tierra producía hierba y otras plantas que daban semillas, decidieron vivir allí. El agua estaba tan cerca, la naturaleza era tan feraz y el aire tan suave... Un viento de lo que luego fue nombrado oeste acariciaba sus caras... Buscaron las tierras más ocres, las más manejables, las más resistentes, las más fértiles. 
     Él, que parecía que no descansaba, había creado lo que luego se llamarían animales que crecían vertiginosamente, cada mañana, al ver el azul del cielo, entre azules y grises, entre la nieve y el sol, con la lluvia, con la brisa...

     Debían cubrir el techo de todas las inclemencias, de todas las verdades... de sus vergüenzas, de aquellas que no lo eran..., pero se resistían a estar a oscuras, y abrieron los vanos, y no cerraron las puertas...



Distribución. bmre


           Encontraron refugio y se dieron cobijo. Elevaron las paredes, que trepaban sobre el tupido verde, con los olores no descritos, como el del heno recién cortado, con su raigrás y su ballico... sobre la tierra más productiva del conocido mundo, escasamente comprendido, escasamente habitado...

Muros. bmre



     La luz inundó la nueva morada cuando entró por la puerta y atravesó las ventanas. Era la vida que invadía la nada, que invitaba a mirar, que invitaba a soñar... que invitaba a salir..., que invitaba a pasear por el tupido manto verde en el que se había convertido, tras ser una tierra yerma...

     Acabada la casa, se fueron a comer. En la comida probaron la fruta prohibida, aunque no sabían que era fruta, ni que estaba prohibida; su sabor les gustó. Y se dieron cuenta de su desnudez, sintieron pudor, sin saber qué era, y empezó la historia de la indumentaria, cuando se cubrieron con plantas silvestres que todavía no habían domesticado, ni cultivado, aunque no sabían qué era cultivar, pero crecían cerca de la hierba de la casa. 

     Él les dijo que un día aparecería un hombre venido de lo que llamarían norte, con unas batas; les dijo que le siguieran. Se llamaría Amancio. Les abrigaría. Aunque no sabían quién era Amancio, ni qué eran las batas o albornoces, obedecieron. Empezaba a refrescar...

            

Alzado. bmre


4-03-2025 20:25 act. 11-04-25



Extraños signos de vida

  Captura de pantalla de la edición de Amazon kindle            -Seguirás el camino de la vega en dirección oeste hasta llegar a la ciudad d...