Cultura y sociedad

Camino al Molino Grande ( revisado 12-07-2022)

      #Caminar #MolinoHidráulico #OrdenDeCalatrava #Azuer
      Mientras oía a Pavarotti cantar el Rodolfo de “La Boheme” de Puccini buscaba algo para su dolor de garganta, producto de la primavera adelantada, que, a este paso, marchitaría las cosechas de cereales, la recolección vitícola, y que había menguado las perspectivas de cosecha del olivar. Recordaba que un director de sucursal le dijo, hace años, que la agricultura sobrevivía gracias a los fondos económicos de la política agraria común. Su desaparición podría convertir la España despoblada en la España desértica.
      Caminando, se dirigía buscando la madre nueva del río Azuer que le llevaba al Molino Grande como oferta museística de Manzanares, Ciudad Real. Sabía que La Mancha de Manzanares era una zona de poca pluviosidad (mapa 1), con ríos de escaso caudal, de carácter estacional y dependiente del uso que aguas arriba hacía la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG). Desde los años ochenta del siglo XX, el cauce del Azuer era casi inexistente por la construcción del pequeño embalse de Puerto de Vallehermosoi, que tenía una capacidad de 8 Hm. Cúbicos y se construyó con materiales sueltos de forma homogénea.
      Para acceder al camino de tierra que llevaba al Molino debía atravesar el paso ferroviario por un subterráneo. A partir de 2014 se realizaron obras de canalización que desnaturalizaron la idea tradicional del camino que conducía hacia el fin del cauce nuevo. El camino, la carretera y el cauce estaban al mismo nivel y daban sentido al proceso de embalse y represamiento del agua que movía el sistema hidráulico de dos muelas
Mapa 1. Precipitaciones Penísula Ibérica. Fuente: Aemet y Atlás Climático Ibérico.
 

del Molino Grande, y, esta nueva visión, obligaba a explicar cómo era la zona con anterioridad para comprender la llegada del agua para un correcto funcionamiento del ingenio hidráulico.
      El río Azuer nace en Villahermosa y desemboca en el Guadiana en las cercanías del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. En el siglo XVI se cuestionaba si el tramo entre Villahermosa y Vallehermoso era cauce del Azuer o un arroyo del mismo. La Orden de Calatrava vertebró política y económicamente su trascurso a partir de la encomienda de Manzanares con el desdoblamiento del cauce, la parcelación en huertas de las tierras entre los dos cauces por la canalización de acequias o atanores y por el establecimiento de molinos harineros con y por los propietarios de la zona.  
     Los calatravos se instalaron en el siglo XIII, en los decenios siguientes a la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Lo que fue inicialmente una orden militar se fue convirtiendo en un poder económico y conformador social. Se aprecia en el desarrollo de Manzanares y su encomienda. Estudios de Enrique Rodríguez-Picavea sobre la explotación de rebaños y pastos, de Klein  sobre La Mesta, y de Moreno Díaz del Campo sobre la conflictividad en el aprovechamiento de los recursos hídricos en época del comendador Gómez Dávila y Toledo, marqués de Velada (entre 1596 y 1616), que han puesto en relieve su importancia económica durante siglos. En el Catálogo de espacios y bienes protegidos de Manzanares (2016) se refleja la importancia de la encomienda, La Mesta y la trashumancia pastoril. Y también sus relaciones mutuas con la delimitación del centro histórico entre la Plaza del Castillo de Pilas Bonas y las actuales calles Reyes Católicos y Mayorazgo, antiguas arterias de las cañadas reales que permitían el paso de la ganadería (plano 1).
      Prefería llegar con tiempo. No por miedo a que el ingenio hidráulico hubiera desaparecido por la noche. Era la niebla que alargaba el paisaje como si no hubiese nada tras su pared de invisibilidad. (continuará)
Plano 1. Centro histórico de Manzanares. Fuente: Catálogo de espacios y bienes protegidos. 2016.

 (Amable lector: Espero que le guste. Sígame si quiere)

Divertimento y aliteración de Azucena


        
     #Azucena #divertimento #aliteración Publicado 17/2/2020 20:09
 
     Azucena bebía con deleite esencia filtrada, genuino hidromiel, ingenioso jugo, kilométrica liberación medida, ninguna ñoñería opuesta, para que recordara siempre, tanto, ufana, valiente waterpolista, xilofonista, y zalamera.
      Azucena alababa a Arcadio. Amaba, abrazaba, al amigo, al amante. Ante avatar acervo, al acerbo acendrado acudía, al aserto admirado, adonde ásperos ácidos atacaban, azuzaban, airados, alterados.
Arcadio adoptaba actitudes agradables, alejadas ante actos agrios. Actuaba animosamente, agitaba, alegraba a apasionados arranques, aladas admoniciones, aleves arrullos. Adhería amigos, afiliados, asociados. Alma auténtica, atractivo amo. Aleteaba arpegios átonos.
      Ausencia avisada, abandonó Arcadio. Azucena al alma abrió a aptitudes alejadas al aserto. Al agua acudía aminorando accesos; al aire accedía ahogando arena atenazadora al ánimo. Azucena, ante ataurique arbóreo, aturullaba ardides atávicos, acuciantes, adocenados. Ardía ante antepasado alboroto, ante antiguo arrebato. Ajada, aherrojada al ámbar, acudió a Aristarco; accedió al amante alterno. Apasionada.
      ¿Arcadio?:
      Zote, yermo, xerografiado, wolframio vejado, único tonto, simple roedor, quepis paleto, obtuso niño, nada mejorable, lítico, kárstico, jibia indeseada, hombre gilipollas, fenoménico, etéreo, dadivoso, casposa beldad. Abochornado. Arcadio.

Elogio del elefante extinto

    

    
Aníbal. Púnicos y elefantes.
     “El viaje del elefante”[i], José Saramago, cuenta el traslado de un elefante en época de Juan III de Portugal, 1502-1557, con destino al archiduque Maximiliano de Austria, en Viena. Era un elefante asiático, elephas maximus, que llega a tener 2,90 metros de altura. Con ironía, con parsimonia, el viaje se convierte en el relato de la pompa y circunstancia de dos poderosos y el efecto que produce en los cuidadores y vigilantes del traslado. El nombre del elefante, Salomón, sabio y divisible como la debilidad de los ordenantes, es epítome y trasunto de la trama.
     El elefante africano, Loxodonta africana, tiene mayor envergadura que su pariente asiático, pudiendo alcanzar, sin dificultad, los 3,5 metros de altura. Es el mamífero terrestre de mayor tamaño, habitante de la sabana africana y evocador de “Tarzán el hombre mono”[ii], 1932, dirigida por W. S. Van Dyke y protagonizada por Johnny Weissmuller y Maureen O’Sullivan. Con su peculiar grito, Tarzán llamaba a los elefantes cuando necesitaba su ayuda, la cual era arrolladora y salvífica.
     Otro pariente del africano, tanto por familia como por cercanía, se ubicaba en el Atlas, norteafricano, y que, por desgracia, se encuentra ya extinguido. Era el elefante de los ejércitos de Aníbal. Los elefantes con los que pasó los Pirineos, atravesó el Ródano y cruzó los Alpes hasta llegar a la península Itálica. Los “Loxodonta africana pharaoensis” fueron los compañeros de una gesta que perdura y perdurará por los siglos, por la proeza militar y la hazaña logística. Sin la segunda no hubiera sido posible la primera. Durante el paso por los Apeninos parece que perdió sus elefantes. Se cuenta que Aníbal montaba un elefante asiático, que los cartagineses demostraron una gran habilidad en la domesticación y utilización de los elefantes norteafricanos, y que la primera vez, la primera visión, que soldados europeos, griegos o romanos, percibieron de los elefantes en un campo de batallas, sería sorprendente y puede que terrorífica. Los ejércitos del Egipto helenístico de los Tolomeo ya habían utilizado elefantes de la variedad asiática.
      Estos elefantes, los norteafricanos, eran más pequeños y domesticables que sus parientes de la sabana. Alcanzaban una envergadura media de 2,40-2,50 metros, con orejas de grandes pabellones con lóbulos redondeados, cabeza alta, trompa anillada y largos colmillos. Mostraba, también, una marcada depresión en la espalda entre su punto más alto y la elevación correspondiente de sus miembros posteriores. Sus cuartos traseros eran aplanados, y se distinguían por el pliegue de la piel con forma de faldón que cubría la parte superior de sus patas traseras[iii].
     La estrategia de Aníbal era la única posible por el dominio romano del que sería su "Mare Nostrum" durante muchos siglos y por la posibilidad de buscar aliados entre los pueblos que habían sido sometidos recientemente por su enemigo. Tanto al norte del Ebro como en su paso por las Galias o su entrada en la península Itálica, fue buscando aliados para mantenerse sobre el terreno y lograr aprovisionarse durante años. Se calcula que, tras el paso de los Alpes, Aníbal llegó con un ejército de 20.000 hombres[iv].
Ruta de Aníbal hacia Italia
     Uno se imagina los elefantes norteafricanos solazando su cuerpo en las aguas del Ebro o del Ródano, treinta y siete cruzaron este río, ajenos a los cálculos del estratega cartaginés que piensa la forma de llevar a sus paquidermos a unas aventuras desconocidas, unos ríos lejos de su hábitat vital, de su calor meridional, habituados a la lucha en desiertos o llanuras donde los rigores del clima pondrían en prueba su capacidad y lo que habrían aprendido de sus cuidadores púnicos. Son los representantes finales de un tipo de elefante, que, por sus características y fama, serían capturados para la lucha en los circos.
     Cuando alcanzaron su mayor eficiencia, se empezaron a eliminar. Esquilmados. Pequeños, manejables, hábiles, domesticables. Eliminados. Solo recordados.
     Hay ocasiones donde el aprecio da miedo. Todos necesitamos ese aprecio como un maná caído del cielo, como el agua de la fuente en verano. Es el reconocimiento. El elogio, en sí, parece que debilita, te hace confiable. Los elefantes fueron pereciendo por Italia poco a poco por las necesidades específicas de sus prestaciones, aunque fueron un reclamo y una argucia cartaginesa, que producía miedo y terror entre los invadidos.
     La adulación, el prestigio, la fama puede ser perjudicial. Un animal, un vegetal, un objeto, una persona se hace indispensable, y a fuer de indispensable, se convierte en extinguible. Por necesario, por deseable. Los ignorados se reproducen, se desarrollan, proliferan, mueren, pero son más, y se regeneran mejor.
     Aristóteles catalogaba al elefante en su Historia Natural como el animal más grande y próximo a los sentidos humanos.
Batalla de Trebia

     (Amable lector/a, espero que le guste. Si le place, sígame)

[i] SARAMAGO, J.: El viaje del elefante. Alfaguara. Madrid. 2009. 270 páginas.
[iii] SAN JOSÉ, C.: Los elefantes de Aníbal. ESPACIO TIEMPO Y FORMA. SERIE II. HISTORIA ANTIGUA. 32. 2019. Páginas 75-94.
[iv] MANGAS, J. Historia Universal. Edad Antigua. Roma. Vicens Vives. Barcelona. 2006. Páginas 102-108.

Los anuncios más curiosos de internet

     Marta Sanz, de www.blogdeldia.org, me envía, amablemente, un enlace con los anuncios más curiosos de internet, que son, en sí, auténtico compendio de sociología humana y una forma de entender como somos los seres humanos cuando queremos vender algo, lo convertimos en un producto publicitario, y producimos, o queremos producir, una serie de relaciones públicas. 
     El enlace es el siguiente:
     https://www.tablondeanuncios.com/anuncios-curiosos-publicados.php 
     Aparentemente nos hemos vuelto, por suerte, tan amantes de los animales que les dotamos de comportamientos humanos. ¿Seguro qué los demás animales lo desean? ¿Con esta pregunta caigo en el mismo error?
     Los negocios de feretros, ¡ojo, no usados!, la venta de leche materna, el "tráfico de billetes falsos", los carteles disuasorios de alarmas inexistentes, la venta de iglesias como casas particulares, las réplicas de títulos universitarios, en fin, nos muestran que hemos avanzado mucho en los medios de venta y publicidad pero nuestro cordón umbilical y nuestro ADN nos retrotrae al patio de Monipodio de "Rinconete y Cortadillo", donde la picaresca campa a sus anchas, ahora también en internet, junto al antiguo patio o plaza o la temible navaja albaceteña como método de seguro en la Sevilla del Siglo de Oro de la literatura española.
     Y esa afición que todos tenemos por coleccionar y acumular cosas, que sobran y no se sabe, cuando ya están acumuladas, entonces, qué hacer con ellas y las ponemos en venta de la manera más chusca o, tal vez, original. Desde libros a coches, pasando por cristos mutilados y balas de cañón.
     Luego están los anuncios claramente fraudulentos, engaños, suplantaciones, que son compendio de lo mejor y lo peor de nosotros, de nuestra miseria y nuestra mugre. Pero con cierta ternura como el que se ofrece como heredero.
    Finalmente, como epílogo, el anuncio más compartido, según se dice, en Facebook y Twitter:
    - Buscamos redactores para colaborar sin remuneración.

    Sin comentarios.
     

Bodas de sangre

                       NOVIO ¿Quieres algo?                              MADRE Hijo, el almuerzo                               NOVIO Déjalo....