Mientras oía a Pavarotti cantar el Rodolfo de “La Boheme” de Puccini buscaba algo para su dolor de garganta,
producto de la primavera adelantada, que, a este paso, marchitaría
las cosechas de cereales, la recolección vitícola, y que había
menguado las perspectivas de cosecha del olivar. Recordaba que un
director de sucursal le dijo, hace años, que la agricultura
sobrevivía gracias a los fondos económicos de la política agraria
común. Su desaparición podría convertir la España despoblada en
la España desértica.
Caminando,
se dirigía buscando la madre nueva del río Azuer que le llevaba al Molino Grande como oferta museística de
Manzanares, Ciudad Real. Sabía que La Mancha de Manzanares era una
zona de poca pluviosidad (mapa 1), con ríos de escaso caudal, de
carácter estacional y dependiente del uso que aguas arriba hacía la
Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG). Desde los años
ochenta del siglo XX, el cauce del Azuer era casi inexistente por la
construcción del pequeño embalse de Puerto de Vallehermosoi,
que tenía una capacidad de 8 Hm. Cúbicos y se construyó con
materiales sueltos de forma homogénea.
Para
acceder al camino de tierra que llevaba al Molino debía atravesar el
paso ferroviario por un subterráneo. A partir de 2014 se realizaron
obras de canalización que desnaturalizaron la idea tradicional del
camino que conducía hacia el fin del cauce nuevo. El camino, la
carretera y el cauce estaban al mismo nivel y daban sentido al
proceso de embalse y represamiento del agua que movía el sistema hidráulico de dos muelas
Mapa 1. Precipitaciones Penísula Ibérica. Fuente: Aemet y Atlás Climático Ibérico. |
del Molino Grande, y, esta nueva
visión, obligaba a explicar cómo era la zona con anterioridad para
comprender la llegada del agua para un correcto funcionamiento del
ingenio hidráulico.
El
río Azuer nace en Villahermosa y desemboca en el Guadiana en las
cercanías del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. En el siglo
XVI se cuestionaba si el tramo entre Villahermosa y Vallehermoso era
cauce del Azuer o un arroyo del mismo. La Orden de Calatrava vertebró
política y económicamente su trascurso a partir de la encomienda de
Manzanares con el desdoblamiento del cauce, la parcelación en
huertas de las tierras entre los dos cauces por la canalización de
acequias o atanores y por el establecimiento de molinos harineros con y por los propietarios de la zona.
Los calatravos se instalaron en el siglo XIII, en los decenios
siguientes a la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Lo que fue
inicialmente una orden militar se fue convirtiendo en un poder
económico y conformador social. Se aprecia en el desarrollo de
Manzanares y su encomienda. Estudios de Enrique Rodríguez-Picavea sobre la explotación de rebaños y pastos, de Klein sobre La
Mesta, y de Moreno Díaz del Campo sobre la conflictividad en el
aprovechamiento de los recursos hídricos en época del comendador
Gómez Dávila y Toledo, marqués de Velada (entre 1596 y 1616), que han
puesto en relieve su importancia económica durante siglos. En el Catálogo de espacios y bienes protegidos de Manzanares (2016) se refleja la importancia de
la encomienda, La Mesta y la trashumancia pastoril. Y también sus relaciones
mutuas con la delimitación del centro histórico entre la Plaza del
Castillo de Pilas Bonas y las actuales calles Reyes Católicos y Mayorazgo,
antiguas arterias de las cañadas reales que permitían el paso de la
ganadería (plano 1).
Prefería
llegar con tiempo. No por miedo a que el ingenio hidráulico hubiera
desaparecido por la noche. Era la niebla que alargaba el paisaje como
si no hubiese nada tras su pared de invisibilidad. (continuará)
Plano 1. Centro histórico de Manzanares. Fuente: Catálogo de espacios y bienes protegidos. 2016. |
(Amable lector: Espero que le guste. Sígame si quiere)
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