Cultura y sociedad

Electrön, Rock de Don Quijote: https://www.youtube.com/watch?v=8J4-jNCbv-k


                    Electrön_Rock de Don Quijote


                   "¡Cuán ciego es aquel que no vee por tela de cedazo!"

                   (Capítulo I, 2ª parte, Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes. 1615)


Vista de piedras perenalas de una trilla. Molino Grande de Manzanares



Garrafa de vino y esportillo. Molino Grande de Manzanares






Vista exterior junto a balsa. Molino Grande de Manzanares

     El Molino Grande de Manzanares:
     Probablemente, el museo de Manzanares que mejor representa la identidad de la ciudad: Una industria que ha permanecido a lo largo de los siglos, con distintos dueños, en un mismo lugar.
     ¿Cuánto se asombrarían y cómo se frotarían los ojos los agricultores y molineros el primer día que llegó el agua al caz nuevo del río Azuer?


Cruz y Raya: José Bergamín y Manuel de Falla

 

     




  Para contextualizar las relaciones entre José Bergamín y Manuel de Falla reproducimos unas declaraciones de André Gide[1] sobre Bergamín a finales de 1938:

     «El comunismo está flaqueando, lo que restituye al cristianismo su alcance revolucionario. El catolicismo traiciona o bien se vuelve conservador. Conservador, ¿de qué, Cristo y Señor? De títulos, de fortunas, de privilegios. La tradición no tiene nada que ver allí. Importa legar el espíritu, no “la letra que mata”. Nunca dudé de que algunos católicos lo sintieran. Pero, hoy, parece que la Iglesia misma lo comprende, que ha empezado a comprenderlo. Algunos (entre ellos Péguy, primero, luego Maritain, Marcel, Mauriac, Berdiaeff, Bergamín) ayudaron mucho para que así fuera.»

     Este texto es recogido por Luis Campodónico[2] el 25 de julio de 1968, quien relata que la mención de Bergamín se hace en el momento que ocupa la agregaduría cultural de la Embajada de España en Francia. Era considerado como uno de los católicos que intentaba que la Iglesia rompiera con su pasado. Tres años antes había roto con otro católico, Manuel de Falla, por los mismos motivos por los que era elogiado por Gide, según Campodónico, quien escribe con el conocimiento del Concilio Vaticano II y la encíclica Populorum Progressio.

     Vamos a utilizar a Campodónico, a Nigel Dennis[3] y a Fernando García deCortázar[4].

     Hay una expresión coloquial[5] que manifiesta el firme propósito de no volver a entender en un asunto o de no tratar más con alguien: Cruz y raya.

     Pero Cruz y raya fue una revista que representó los valores de un catolicismo crítico durante la II República, con personalidades tan relevantes como Manuel de Falla y José Bergamín. La revista de afirmación y negación surgía en momentos de crisis general de la civilización europea. Hitler llegaba al poder con la amenaza de la destrucción de valores occidentales. Los editores de la revista buscaron respuesta a esa crisis espiritual debido a que los periodos históricos de crisis están llenos de inseguridades y fanatismos, según García de Cortázar. Surgen las utopías políticas que aportan esperanzas desmedidas y desesperanzas inconsolables.

     Cruz y Raya tuvo esa sustancia rebelde y angustiada, buscando una respuesta a la crisis espiritual de aquellos años con un severo afán de totalidad. La revista estimulaba la publicación de cualquier registro literario: Cántico de Guillén, comentarios de la filosofía de Ortega por María Zambrano o de Falla sobre Wagner. 

     Falla y Bergamín reivindicaban, según García de Cortázar, que la respuesta a la crisis del humanismo europeo debía proceder de la reivindicación de la espiritualidad católica, que, a su vez, ponía en tensión el sentido mismo de lo español o España. El catolicismo debía ser inspiración para una lectura total de la crisis, sin mediación institucional alguna; una revista abierta, libre e independiente. Su límite, la definición esencial del espíritu: su nombre, Cristo.

     Una visión integradora que producía casos de contradicción. Por las diversas trayectorias políticas de sus redactores. La lectura de sus treinta y nueve números rezuma una incoherencia editora. Sin embargo, Cruz y Raya unió en algo a quienes en ella escribieron: la voluntad en la resolución espiritual de la crisis de Occidente con la participación española. Para una refundación moral de Europa.

      Campodónico nos muestra un Manuel de Falla extremadamente delgado, sombra de si mismo, en 1935. En 1913 contrajo sífilis en París y desde entonces es un asceta pétreo, benévolo para los demás y severo consigo mismo. Parece también apocado, temeroso de Dios y resentido ante el sexo.

     La versión que nos ofrece de la relación entre Falla y Bergamín en Cruz y Raya es que fue breve y equívoca. En 1933 Falla pasa largas temporadas enfermo. Aunque reside en Granada, viaja a Palma de Mallorca para encontrar una paz que no encuentra. Para Falla, Bergamín parece una persona inquietante, de un catolicismo distinto al suyo, más tentado e incierto.

     Tienen, según Campodónico, una visión distinta de la República. A Falla le preocupa el ateísmo oficial del nuevo gobierno. A Bergamín le atrae el ímpetu cultural, la oportunidad de obrar, el que sea posible un renacimiento.

     Las cartas de Falla a Bergamín muestran un lento y perceptible rechazo al desempeño de la revista. Empieza a no desear la responsabilidad de su publicación, primero, como editor, y, al final, como uno de sus fundadores.

     En mayo de 1933, Falla, solicita que deje de aparecer como editor y únicamente como colaborador, coincidiendo con la publicación suya. En ese primer número empieza sus críticas, pero celebra como magistral el artículo de Bergamín, aunque difícil de comprender para personas de lectura superficial.

     Hay una carta de Falla a Bergamín, 4-11-1933, critica a Bergamín por su ensayo publicado en Cruz y Raya porque señala en el Cristo de Velázquez cierta luminosidad diabólica, y él ve que su contemplación ha elevado las almas a Dios, prueba que no admite engaño.

      El 20 de enero de 1934, como había recibido una circular enviada a los editores de Cruz y Raya, se queja de ello, de nuevo, y vuelve a su solicitud de baja como editor y quedar como fundador.

      La publicación que colma la paciencia de Falla fue El Aviso, a principios de 1935. Lleva de subtítulo de escarmentados del año que se acaba. Está ilustrada por Benjamín Palencia, con inspiración surrealista y ordenados caprichosamente, según Bergamín. Falla sufrió una conmoción, según Campodónico. Las cartas que enviaba a Bergamín estaban encabezadas por la palabra PAX, la carta de 16 de febrero de 1935 ya no la lleva. Las sucesivas cartas muestran reproches hasta la ruptura. El espíritu sutil y lúcido, a ratos jesuítico y a ratos satánico de Bergamín, no conmovió nunca profundamente la concepción nuclear de Falla. Sus relaciones estaban condenadas a romperse. Un Falla torturado, con sus provisionales soluciones beatas, veía el ímpetu o la alegre tristeza de Bergamín en su quehacer como algo irritante. No se volvieron a escribir ni siquiera en sus exilios de Argentina, Falla, y de México, Bergamín. Nadie tuvo la culpa, pero nadie dialogó.

      La visión que nos ofrece Nigel Dennis es más completa. En las cartas anteriores a 1926, Bergamín muestra una gran admiración por Manuel de Falla, artística y espiritualmente. Dennis cree que la admiración era comparable a la que sentía por Unamuno. Le remitía obras recién escritas, incluso desconocidas por no publicarse en ese momento, como Don Lindo de Almería.

      El grupo de cartas de la época de Cruz y Raya, creada en 1933 y desparecida al comenzar la guerra en 1936, ponen de manifiesto los postulados de la revista. Debido a la admiración que siente por Falla, Bergamín habla con una gran sinceridad. Las cartas de Falla con otros fundadores de la revista, Alfonso García Valdecasas, sirven para aclarar las discrepancias con el director. Y entre los papeles de Falla se encuentra el borrador de la declaración de principios que inspira la publicación, el interés del escritor por conseguir su consejo o bendición, que nos ayuda a percibir la aportación de Falla a la revista.

     Los miembros de la generación del 27 manifestaron su devoción por Manuel de Falla. Tanto individual, como Bergamín, como colectivo. Las cartas enviadas por Bergamín se han podido rescatar, el archivo epistolar de Bergamín se ha perdido en su mayoría. Y las cartas de Bergamín son transparentes, como repite Dennis.

     Las cartas enviadas por Bergamín han constituido un interés histórico extraordinario por la atención dedicada a Cruz y Raya. A sus orígenes, su administración y su organización. Con la revista alcanzó Bergamín su punto culminante como intelectual y escritor antes de 1936.

      La última carta de Bergamín a Falla, el 4 de septiembre de 1935, alude a la orientación fundamental que Bergamín ha procurado dar a Cruz y Raya, como a las publicaciones de Ediciones del Árbol, y pone de relieve las diferencias de temperamento y sensibilidad de entre Falla y Bergamín, según Dennis, al igual que señalaba antes Campodónico. La diferencia es la manifiesta admiración de Bergamín por Falla, la búsqueda de su consejo.

      Es claro que la ruptura definitiva se empieza a producir con la publicación de El Aviso en el Almanaque, a principios de 1935, con estas palabras de Falla:

     Con afecto que mucho me honra, usted me ha pedido repetidas veces que le hable con toda claridad, y así voy a hacerlo. En conjunto, el Almanaque me parece monstruoso… Usted no se habrá dado cuenta… además, no me sorprende excesivamente dada la “marcha” seguida por la revista en los últimos tiempos… dado el punto a que las cosas han llegado y dada también la falta de exacto juicio… yo no puedo seguir compartiendo la responsabilidad de la revista aunque…sólo ostentamos… el título de fundadores…Siendo sincerísima la amistad que le profeso, le escribo con pena por el disgusto que pueda ocasionarle, pero la conciencia así me lo exige…

     Bergamín le contesta prontamente:

     En este aviso mío… puse, con más empeño que nunca, mi propósito de siempre, de ir penetrando en el ánimo… del lector español, con las palabras más hondas y verdaderas de nuestra fe, sin que… en este espectáculo de la vida humana se le ofrece, se aperciba casi de la intención piadosa, compasiva, caritativa, cristiana, que le penetra. Y para ello, tomé por el camino más corto: el de la belleza, el de la poesía. No sé si habré sabido lograrlo. V. cree que no. Y es un gran dolor para mi esta opinión suya… Monstruo, sí lo hay en él; pero “monstruo en su laberinto”. Es un sueño de la vida y del mundo en que V. puede encontrar el espejo y el enigma con que los cristianos, desde la palabra de San Pablo, nos lo explicamos todo…

     En 1935, como se ha comentado, la enfermedad vuelve a Falla y no vuelve a escribir a Bergamín hasta el mes de agosto de 1935, sobresaltado por la publicación de Ars Amandi de Ovidio, en las Ediciones del Árbol:

          Claro está que yo no soy, ni quiero ser un “censor” … ¿Vd. puede realmente pensar que al Papa Pío IX le había de “complacer” el hecho de que un periódico que obedeciese a esa limpia inspiración publicase el “Arte de amar” de Ovidio…

     La contestación de Bergamín aborda el tema de El Aviso e ilumina el sentido profundo de Cruz y Raya. Su sensibilidad religiosa, su capacidad creativa y su visión de la realidad espiritual española es vista por Falla como demasiado radical e independiente, como poco dócil y ortodoxo:

     Dos afirmaciones recojo de su carta para aclararle…” Arte de amar” de Ovidio…Otra, las “mezclas detonantes” del “Aviso”. Son cosas muy distintas a primera vista…

     …Una obra de poesía clásica…tiene, efectivamente, un choque violento en su realismo o naturalismo aparente con el espiritualismo cristiano… gracias al cristianismo, a la actuación histórica civilizadora, cultural, de la Iglesia católica de Cristo, como se nos vino a las manos desprovista de tan exclusiva interpretación; como, ahora, para nuestra sensibilidad, tiene un valor moral, educativo, de pura, prístina emoción estética o creadora, de poesía, de transcendencia espiritual en definitiva…este valor moral del paganismo en sus obras de creación, de poesía, de belleza, ha sido siempre reconocido, con personal valor moral en la Iglesia… Precisamente la falta de educación humanística nos viene acarreando no poco daño en la hoy terrible insensibilidad estética y moral y religiosa de esa enorme masa de católicos ignorantes, en España…Por eso, desde un primer momento evoqué en la revista y en sus ediciones los grandes nombres significativos, por españoles, para nosotros, de esa auténtica tradición moral de independencia de los valore morales dentro de la Iglesia…Un editor o un escritor católico puede, y hasta, en mi sentir, debe, utilizar para su difusión o comentario los textos clásicos del paganismo…continuar la buena tradición católica. Y más en España…

     … Yo no creo que hay que perseguir al pecador por el pecado sino al pecado por el pecador. Al hombre tristemente carnal que somos…hay que lograr no tanto la evitación…del pecado como la conciencia de cometerlo, el arrepentimiento del pecador. Por eso creo que no debe disimularse, entorpecerse…la verdad de la carne, con toda su belleza viva, con toda su tristeza mortal.

     Y la poesía clásica amorosa…es una magnifica educadora moral en ese sentido.

     … Ya sé, querido y admirado, venerado amigo, que esta lucha de que dejé acaso demasiado rastro impersonal en mi AVISO, es lucha personal de cada uno consigo. Y la única disculpa que tengo…es contagiar a los indiferentes de esta inquietud espiritual que creo indispensable para todos… Y para todos lo hice todo para de todos los modos salvar alguno. Y en este sentido, por esta razón, también se hace así la Revista misma.

     Pero yo, yo, ese yo- mi único enemigo verdadero- corro, a veces, como sin saber adónde y lucho como quien azota el aire…

     Y V. amigo mío, con sus cariñosos reproches me ayuda a ello, tomando como a V. corresponde, la parte de Dios. Gracias, le repito. Y mientras con la ayuda de Dios, me defenderé de mí mismo, que es lo que hago con todo lo que hago con todo lo que hago, también con esta carta.

     Otras cosas quisiera decirle; pero ya lo que va es demasiado y no quiero abusar de su paciencia. Con el tiempo le explicaré más; y sin traicionar mi veracidad con falsa modestia, alguno y algunos de los resultados favorables que he conseguido con tanto empeño.

      La carta ha sido extractada por quienes escribimos estas palabras sobre los distintos cristianos católicos de la II República que publicaron una de las revistas culturales más importantes de este tiempo. Que publicó el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, de García Lorca, con ilustraciones de José Caballero; que homenajeó a Ramón y Cajal en el primer aniversario de su fallecimiento con traducciones de Von Lenhossék, porque no consiguió unas palabras de alguno de sus colaboradores españoles. O donde alternaban artículos de Santa Catalina de Siena con otro del arabista García Gómez, donde escribe de Aben Guzmán y/o el zéjel. 

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La firma_2_27 de diciembre de 1978

    

Archivo Linz_Fundación March_Pueblo 8-12-1978

      La política de consenso se hizo necesaria durante el bienio 1977-79 por la necesidad de alumbrar una nueva Constitución. Las amenazas eran cada vez más claras y las instituciones eran todavía muy frágiles. Era vital elaborar una Constitución aceptada por la mayoría de las fuerzas políticas.

     El debate se había circunscrito a círculos restringidos, las Cortes, y diluía opciones políticas y sindicales movilizadas en los últimos años del franquismo. Creemos que esto se pudo solucionar con la votación en referéndum de la Constitución aprobada en las dos cámaras de las Cortes surgidas en junio de 1977. Por la experiencia acumulada por la historia constitucional española, la aprobación de las constituciones solamente por parlamentos y la acusación de ser constituciones de una parte, conservadora o progresista, se veía afectada la aceptación de esos textos legales.

     La propia duración de la dictadura había conformado una sociedad expectante y pasiva que, queriendo derechos y libertades, estaba confortablemente establecida en la sociedad de consumo que se había desarrollado a partir de los años sesenta.

     La ponencia constitucional finalizó sus trabajos en abril de 1978. Pasó a la Comisión Constitucional al mes siguiente, donde las dificultades se subsanaron con reuniones cara a cara entre los socialistas y centristas (UCD). Se debatió posteriormente en Congreso y Senado. Definitivamente, la aprobación se produjo el 31 de octubre de 1978 en las Cortes. 

     De los 325 diputados, únicamente 6 votaron en contra y 14 se abstuvieron. Y de los senadores, 226 a favor, cinco en contra y ocho abstenciones.

     El 6 de diciembre el proyecto constitucional fue sometido a referéndum. Votó el 67 por ciento del censo electoral. Bajó con respecto a la votación de la reforma política y a las primeras elecciones libres de junio de 1977. Los votos afirmativos al texto fueron el 87% y los negativos, el 7%. Donde se produjo la mayor abstención fue en el País Vasco, pero los que votaron, fueron afirmando el texto en un 68% frente al 23% negativo que solo consiguió la propaganda nacionalista radical. Pero reflejaba el origen del problema, con violencia, que se iba a producir en los años siguientes.

     La abstención pudo obedecer a la creciente desmovilización política por dejarlo todo en manos de las actuaciones partidistas, un cierto cansancio del electorado no acostumbrado a votar y al fenómeno del desencanto, tanto por no avanzar en las libertades hasta donde una parte quería como por la prudencia ante las amenazas del un régimen en formación que pudiera desestabilizarse o probable involución. 

     La constitución fue calificada de rígida por los requisitos exigidos para su modificación, conociendo nuestra historia constitucional, y, a su vez, por las formas en las que doblemente se aprobó, por las Cortes y los ciudadanos. 

     Al igual que la democracia no había llegado con la muerte del dictador, la transición no acababa cronológicamente con la aprobación de la Constitución. Quedaban abiertos flancos muy importantes, como el asentamiento del sistema de partidos, la asunción constitucional por las instituciones y la toma de conciencia ciudadana de los derechos y libertades que habían votado. 

     Problemas como el terrorismo, la crisis económica (precios del petróleo, 1973-1979) y la organización territorial del estado estaban sin resolver. Se ha asumido por la mayoría de la doctrina que este periodo se alarga hasta 1982. 

     El título de esta entrada hace referencia al compromiso firmado por la jefatura del estado con el texto aprobado en las Cortes y en el refrendo posterior de 6 de diciembre de 1978 de los ciudadanos y cómo fue reflejado por la prensa más influyente de Madrid, ejemplificado en las crónicas de EL PAÍS y ABC. La foto inicial es de diario Pueblo, obtenida del archivo Linz, que está depositado en la Fundación March.

     Sin firma, EL PAÍS informaba del discurso de don Juan Carlos: Como expresión de los momentos históricos que estamos viviendo, y cuando acabo de sancionar, como Rey de España, la Constitución aprobada por las Cortes y ratificada por el pueblo español, quiero que mis primeras palabras, breves y sencillas, sean ante todo de agradecimiento hacia los miembros y grupos de estas Cámaras que han elaborado la norma fundamental por la que ha de regirse nuestra convivencia democrática...(enumeraba agradecimientos a todas las instituciones del Estado y llegaba al punto siguiente de interés)... Y gracias, por fin, al pueblo español, verdadero artífice de la realidad patria, representado por las distintas fuerzas parlamentarias, y que ha manifestado en el referéndum su voluntad de apoyo a una Constitución que a todos debe regirnos y todos debemos acatar... Y hoy, como Rey de España y símbolo de la unidad y permanencia del Estado, al sancionar la Constitución y mandar a todos que la cumplan, expreso ante el pueblo español, titular de la soberanía nacional, mi decidida voluntad de acatarla y servirla. 

     Institucionalmente, dejaba de ser un jefe de Estado venido de la dictadura a ser el jefe de Estado en el nuevo ordenamiento constitucional de 1978. 

     Uno de los redactores fundadores de EL PAÍS, Bonifacio de la Cuadra, incidía en ese resumen, señalando además que los parlamentarios y el público asistente recibieron con aplausos la llegada de los Reyes y el Príncipe de Asturias, ovacionando larga e intensamente el instante de la firma y el final del discurso del jefe del Estado, a excepción de los miembros de PNV, que se pusieron de pie, pero permanecieron pasivos.

    Manuel Vicent contó ese día para el mismo diario que El acto de ayer tuvo una solemnidad breve y discreta, sin abuso de maceros, ni frases redondas. Aquí se está cogiendo ya el tranquillo a la elegancia inadvertida de marbete europeo, mas, a pesar de todo, el hemiciclo ofrecía destellos de bautizo con los palcos abarrotados de judíos, moros y cristianos, un fru fru de cardenales, altos mandos militares, medallas, uniformes, visones dentro de ese perfumé a espliego y paño de calidad que irradian las ilustres personalidades, las damas elegantes con el vestido lleno de campánulas y los distinguidos caballeros invitados, amigos y enemigos de la Constitución, todos aplaudiendo con suave encanto cuando el texto ha sido finalmente rubricado por el Monarca. Abajo, los senadores y diputados vestían el traje gris marengo de los domingos, los verdaderos padres de la criatura con corbata plateada...

     En ABC se dedicaban también varias páginas a la firma sancionando la Constitución. Ese 28 de diciembre de 1978, la portada era fiel reflejo de la presencia del Rey. En su página 5, fotografías del acto donde decían que los Reyes fueron aclamados a la entrada del hemiciclo a las once y media de la mañana, incidiendo en el aplauso del secretario general del PSOE, Felipe González. Para ABC era importante reseñar el último discurso del Presidente de las Cortes, Antonio Hernández Gil, quien cesaría de su cargo con la entrada en vigor de la Carta Magna, y a quien el ABC dedica un editorial elogioso. En la página 7 se reproducían las firmas de las autoridades el día de la sanción, el importante discurso del Rey y la referencia al joven Príncipe de Asturias.

     La redacción mollar del acto corrió a cargo del corresponsal político de ABC en esos momentos, Pedro J. Ramírez. Señalaba unas palabras del Rey que mostraban las grandes esperanzas depositadas en el texto legal que se aprobaba: el mejor aval para que España pueda iniciar un nuevo periodo de grandeza. Señalaba también que la pluma con la que firmó el jefe del Estado era de Christian Dior, que el padre del monarca, el conde de Barcelona, asistía al acto en una de las tribunas emocionado. Según Pedro J., el tiempo acompañó, después de la lluvia de la noche anterior.

     Ramírez nos detalla más las personalidades del Estado que acudieron y aquellas personas que no siendo instituciones, seguían representando esa caracterización del Estado que se iba, pero que asistía a su próxima desaparición: El presidente de la Conferencia Episcopal, aperturista, monseñor Tarancón, y su enlace en las Cortes, el padre Martín Patino. La nobleza, con la duquesa de Alba y su marido, Jesús Aguirre; o el presidente del Club Siglo XXI, Guerrero Burgos, coronel jurídico del Ejército.

     Hubo más presencias que ausencias, según el redactor de ABC. Entre las ausencias, las de Josep Tarradellas, Dolores Ibárruri y el ex etarra Patxi Iturrioz. Todos, o casi todos, con corbata, con la excepción de Nicolás Redondo Urbieta, que no la portaba. Refrenda la noticia de Bonifacio de la Cuadra sobre el respeto sin aplauso de los miembros de PNV, pero él observó a alguno del PSOE que tampoco lo hizo. No da nombres. En cuanto a PNV, uno de sus senadores, Miquel Unzueta, en la línea moderada de Juan Ajuriaguerra, aplaudió al final. Arzallus, líder de PNV, dijo que acataban la Constitución sin entusiasmo.

     Tras los discursos del Presidente de las Cortes y del jefe del Estado, y cuando el Rey había manifestado que Al ser ésta una Constitución de todos y para todos, es también la Constitución de todos y para todos, es también la Constitución del Rey de todos los españoles... y que Todo mi tiempo y todas las acciones de mi voluntad estarán dirigidas a este honroso deber que es el servicio de mi Patria... hubo una parada militar, dejando el hemiciclo, que habían ocupado diputados y senadores, vacío. En ese momento, Pedro J. quería mostrar un ambiente que respiraban todos o la mayoría de los parlamentarios, y él mismo, que Las Cortes ya no volverán a reunirse en su actual composición y el deseo de que ninguno de los de ayer presentes volvamos a ser testigos de la sanción solemne de ninguna otra Constitución.

      Grandes esperanzas en la solución de los problemas. Como colofón, recordamos unas palabras que leímos a Abdón Mateos: Las Cortes salidas de las elecciones de junio de 1977 se convirtieron en Constituyentes contraviniendo la Ley de la Reforma Política. Además tuvieron que realizar un aprendizaje político de las exigencias de un régimen de monarquía parlamentaria... lo más importante para todos era construir un futuro de convivencia democrática.

      


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    -MARÍN, J. Mª, MOLINERO, C. e YSAS, P.: Historia política 1939-2000. Istmo. Madrid. 2001.

    -TUSELL,J.:  La transición española a la democracia. Historia 16. Madrid. 1999.

    -  https://elpais.com/diario/1978/12/28/espana/283647605_850215.html

     - https://elpais.com/diario/1978/12/28/espana/283647602_850215.html

     - https://elpais.com/diario/1978/12/28/espana/283647603_850215.html#?rel=listaapoyo

     - ABC, 28 de diciembre de 1978, páginas 5-7-9-10-12. 

     - AVILÉS, J., EGIDO, A. y MATEOS,A.: Historia Contemporánea de España desde 1923. Dictadura y democracia. Editorial Universitaria Ramón Areces. Madrid. 2011. pág. 175.

La firma_1

     Publicado 27-12-2024 23:24 

   

Fraga y Carrillo. Viquipedia.

     En su "Epílogo (enero de 1978)" a Historia de España, Pierre Vilar relataba como, cuando habían pasado dos años de la muerte de Franco, se había producido una transformación política en el sentido liberal, sin revolución, y con otro equipo. Un cambio de algo más que únicamente personas.

     El 3 de julio de 1976 el rey Juan Carlos había designado a un joven político poco conocido, que había sido secretario general del Movimiento. Sin embargo, rápidamente anunció una reforma política real, una amnistía y unas elecciones. 

    Votada por las Cortes franquistas, la reforma previó la elección de unas Cortes Constituyentes, con una fracción de senadores por designación real (40). La reforma se sometió a referéndum el 15 de diciembre de 1976. La oposición al régimen se opuso. Pero, como cuenta Vilar, ¿cómo oponerse a unas elecciones libres?

     Con 23% de abstención, un 94% dijo que sí. Vilar acababa su epílogo diciendo: “Se inicia una nueva batalla, parecida- demasiado parecida- a las de 1931, 1934 y 1936. Afortunadamente, la historia nunca se repite.”[1]

     Las cosas no fueron igual. Una nueva constitución fue aprobada por el Congreso de los Diputados en julio de 1978 por una gran mayoría en la que se incluía a personas tan distintas como Manuel Fraga y Santiago Carrillo.

     Fraga había presentado a Carrillo en uno de los cenáculos más elitistas de la capital, el Club Siglo XXI. La expectación y el lleno fueron al unísono abarrotando la conferencia: “Aquí estamos Santiago Carrillo y yo. Él, como conferenciante; yo, como directivo del Club, que ha recibido el honroso, aunque difícil, encargo de hacer su presentación”

     Dos mil personas se frotaban los ojos. Aplaudieron a Fraga que dijo “una cosa es ser antimarxista y otra negar la palabra a personas que nos interesa saber lo que piensan”. Ambos protagonistas llegaron casi al mismo tiempo. Sonreían ante el público mientras se fotografiaban con el director del Club.

     No necesito poner a Dios por testigo, dijo Fraga, de que la distancia entre Alianza Popular y el Partido Comunista es muy grande, ni necesito recordar en qué consiste. Carrillo y él eran hijos de las tierras que rompen entre el Cantábrico y el Atlántico: un pobre campesino gallego que llegó a alcalde de Villalba y un obrero asturiano que fue viceministro durante la República. Se habían dicho de todo en la campaña de junio de 1977. Pero ahí estaba Fraga presentando a un comunista de pura cepa. Y así empezó Carrillo. Y continuó con el latiguillo de mucho cuidado que había pronunciado el gallego. Le llamó exagerado, pero se sentía halagado. Estuvo moderado y burlón: El 15 de junio no se había votado una transformación socialista de la sociedad, sí un cambio democrático: “respetamos fielmente el fallo popular”.

          Manifestó que los comunistas habían superado la tesis de la dictadura del proletariado, que buscaban un estado democrático laico, sin filosofía oficial, descentralizado, con respeto al pluralismo en todos sus sentidos.

    En el turno de preguntas respondió sobre que a quién apoyaría en caso de guerra entre soviéticos y americanos: que no tendríamos tiempo porque decidirían las explosiones nucleares.

     Honró el civismo de los asistentes a la conferencia al escuchar a un señor que está en las antípodas de la mayoría de los asistentes. Y honró la actitud de Fraga, que seguramente afrontaría críticas por presentarlo en el Club Siglo XXI.

     Carrillo quería demostrar que el eurocomunismo no era un recurso táctico. El título de su conferencia era “Eurocomunismo y Estado”. Fraga había propuesto allanar el camino manifestando que era inútil mirar hacia atrás en la biografía de las dos personas protagonistas. Elogiaba el presente con la presentación del conferenciante y sus libros.

     Carrillo se sentía producto de una España atormentada que necesitaba serenidad y responsabilidad, mucha responsabilidad. El diálogo debía sustituir a los fusiles. Su propuesta eurocomunista iba en la dirección de la transformación social mediante una vía democrática, conservando esa democracia, sus libertades, los derechos humanos, como valores inalienables y permanentes. Por eso habían firmado Los Pactos de la Moncloa.

     Algunos miembros, los más derechistas, dimitieron del Club al saber que Carrillo intervendría: Gonzalo Fernández de la Mora, Juan García Carrés, Torcuato Luca de Tena, Pablo Garnica o Lucas María de Oriol.

      Asistieron al acto el entonces embajador soviético, señor Bogomolov, y antiguos ministros como Ruiz Giménez y Robles Piquer.

     La crónica fue recogida por la prensa. No así la televisión, para disgusto de Guerrero Burgos, director del Club, quien se molestó por la actitud de Rafael Anson, director de Televisión Española, sobre la información ofrecida.

     Se dio otra circunstancia llamativa, el trabajo de grandes periodistas del futuro, ya como un presente: La crónica de ABC de 28 de octubre de 1977 fue firmada Pedro J. Ramírez, unos años antes de ser director de Diario 16 y fundar a finales de los años ochenta El Mundo, y, en este siglo, El Español. La crónica de EL PAÍS fue firmada por Francisco Gor, uno de los fundadores del diario de Miguel Yuste y editorialista durante muchos años del mismo[2].

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[1] VILAR, P. Historia de España. Crítica, Grupo editorial Grijalbo. Barcelona. 1980, 11ª edición. Traducción de Manuel Tuñón de Lara y Jesús Suso.

[2] ABC, 28 de octubre de 1977, página 13. EL PAÍS, 28 de octubre de 1977, página 15.

La seda y el cedazo

Portada catálogo sedas suizas. Bmre

     Extracto propuesta parcial: 

¿Sobre qué trabajamos? Un catálogo de sedas suizas encontrado, guardado y que iría destinado probablemente a la clasificación de sémolas de harina elaborada en molinos de agua o de viento. Lo que denominaríamos un objeto de muestrario comercial.
     El catálogo tiene la oferta de distintas mallas textiles según el ancho de la celda, desde la más estrecha a la más ancha y según diferentes calidades.  
     ¿De que nos informará? De la utilización de la seda con celdas de distinto tamaño. Un cedazo clasificador de harinas molidas debía tener cinco/seis subdivisiones de grosor de celda, por su calidad de molido: 1ª, harina flor, para repostería; 2ª/3ª calidad, para panadería; 4ª, tercerilla/integral,  
5ª, salvado para cerdos/gallinas y 6ª, hoja de salvado sobrante, vacas/toros (Molino Grande de Manzanares). 
     El catálogo se encontró entre la herencia familiar de comerciantes tradicionales a principios del siglo XX. Uno de los pioneros trabajó previamente en Ubillos, almacén de Pontejos, madrileña calle del Correo, entre la primera y la segunda década del siglo XX, y se estableció en Manzanares (Ciudad Real) en 1916, localidad donde había molinos harineros y la fábrica de harinas de Ayala y Juan. Arqueología industrial por proteger, salvaguardar y revalorizar. Categoría:
Comercio, artesanía y arqueología industrial: Archivo y/o Museo Etnográfico.

Molino Grande_Manzanares



Lilith, diosa de la noche



     Sucedía en medio de la noche... con la llegada de las sombras... Una presencia oscura se apoderaba de los hombres en tiempos del primer legislador babilonio... Hammurabi dictaba legislaciones de día, pero no podía impedir que los hombres de su reino perdieran la sensatez durante las largas noches de invierno entre el Tigris y el Éufrates...
      ¡No, Lilith, No! ¡La diosa de la noche!
     Las mujeres, también... 
     En lo más profundo de su ser, cuando estaban embarazadas... con unos dolores insoportables y casi mortales, ¡demoniacos!... le arrancaba sus hijos, ¡le ofrecía su muerte en vida!... 
     ¡No, Lilith, No! ¡La diosa de la noche! ¡No, Lilith, no! ¡El fruto de mis entrañas, no!
     ¡Oh, diosa, no, no nos arrebates lo más querido! ¡Oh, Lilith, no, no nos vuelvas locos!
     La diosa de la destrucción y la vida, la diosa-demonio Lilith, no les hacía caso. Era el monstruo nocturno de los sueños irreales y fingidos...
     Corrompía los más íntimos sueños de los hombres con sus apariciones... desnuda y alada, flanqueada por sus fieles servidores... los búhos de la noche, de ojos sin vida... Se elevaba sobre el cuerpo de dos fieros leones que pisaba con sus garras... 
     ¡Todos le temían!...
     ¡La noche y sus calamidades estaban aseguradas!...
      ¡No, Lilith, No! ¡La diosa de la noche!  ¡Oh, Lilith, no, no nos vuelvas locos! ¡No, Lilith, no, el fruto de mis entrañas, no!...
     El pelo de la diosa ardía, tentando a mujeres y hombres, al llegar la noche... ¡Sexo, dolor y olvido!...
     ¡No, Lilith, No! ¡La diosa de la noche!  ¡Oh, Lilith, no, no nos vuelvas locos!... ¡El fruto de mis entrañas, no!...

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     En el caso de que lea este texto hasta el final, puede pinchar en el siguiente enlace y descargar su adrenalina: 
         Le avisamos que hay mucha inquina hacia la diosa y el enlace puede colapsar.
      
     https://www.ngenespanol.com/historia/lilith-como-era-la-diosa-mesopotamica-de-la-noche/#:~:text=Tambi%C3%A9n%20conocida%20como%20la%20'Reina,la%20cordura%20durante%20largas%20horas. 
          


Carmen Ruiz Moragas

Carmen Ruiz Moragas_1917_ABC_A.Calvache

          Carmen Ruiz Moragas y Rodolfo Gaona posaron, con sus padrinos y amigos, y celebraron el banquete de boda tras su enlace en la hermosa ciudad de Granada.
ABC. Torres Molina

      La boda duró apenas un año. A ellos se les veía interesados en buscar el pajarito de la cámara. Fue el instante que duró su enlace. Inmortalizado. Rodolfo Gaona pudo anular su matrimonio en México, donde ya había divorcio, pero Carmen no pudo hacer igual. Fue el argumento de la película La Malcasada de 1926. Francisco Gómez Hidalgo hizo una crítica moderada de la falta de derecho al divorcio. Pero, sin ser muy consciente, hizo una crítica mayor a la sociedad de los años veinte de la dictadura de Primo de Rivera. Fiestas, diversión, despreocupación con burgueses, nobles e intelectuales, con sus pasiones desatadas, en situaciones tragicómicas. La restauración liberal no avanzaba hacia una democracia liberal y se atascaba en una dictadura. No se solucionaban los problemas sociales y la película ponía el foco entre las distintas vicisitudes del mexicano y la española. Carmen rehizo su vida hasta su muerte en 1936 con el escritor Juan Chabás, uno de los literatos que fueron a Sevilla a los actos fundacionales de la generación del 27 en el Ateneo de Sevilla, con la magnificencia y cortesía de Ignacio Sánchez Mejías. 

     Aquejada de un cáncer, Carmen Ruiz Moragas falleció el 11 de junio de 1936. Había dejado de trabajar en 1935. La enfermedad empezó a minar su salud. Fue intervenida y se retiró de la escena, donde estaba muy considerada. Interpretó obras de Lope de Vega en la celebración de su centenario como La buena guarda o El castigo sin venganza. Su carrera comenzó con la compañía de María Guerrero. Al final de sus días escribió un libro, Vacaciones de una actriz, donde abordaba los problemas de una artista del teatro español en los años treinta del siglo XX. Tenía treinta y ocho años de edad.

     El tema del divorcio ya había sido tratado, y solicitado sin éxito, por Carmen de Burgos. No recordamos cuándo, pero hemos visto una exposición prorrogada hasta el 2 de marzo de 2025 en la Biblioteca Nacional sobre Carmen de Burgos y María Lejárraga. Carmen de Burgos fue la primera reportera de Guerra en España, en El Heraldo de Madrid. Pidió el voto femenino cuando era algo inconcebible para la mentalidad de la época. Colombine- su pseudónimo- no lo consiguió. Y escribió una novela donde describía el fracaso de su matrimonio con el mismo nombre que la película, La malcasada. En este caso hizo una crítica a la educación que se daba a las mujeres; la consideración de posesión que los hombres tenían de ellas y la falta de derechos. Miraban el derecho comparado y veían el atraso de España en los derechos femeninos.

     Rodolfo Gaona falleció a los ochenta y siete años. Fue conocido como Califa de León de las Aldamas. Alternó en la edad de oro de la tauromaquia con Juan Belmonte y Joselito. Conoció a Sánchez Mejías ya en su época de banderillero de la familia Gallo. Ignacio disputó su supremacía en los cosos mexicanos. Es famosa la corrida de toros de Piedras Negras- a la altura de los Miuras hispanos-, en la plaza El Toreo de la Condesa, anterior a la Monumental de México.

     Recordamos aquí que hace tiempo escribimos sobre cómo se extendió el voto femenino en los Estados Unidos de América con la decimonovena enmienda en 1920. Era otro de los derechos que Carmen de Burgos propuso en vano. La declaración de Seneca Falls de 1848 fue un anticipo de los derechos de las mujeres norteamericanas. Durante la reconstrucción posterior a la guerra civil americana, con la conquista del oeste, las mujeres fueron consiguiendo derechos civiles por el acceso a la propiedad o por tener un negocio que les diese estabilidad. Se convertían en contribuyentes y, por este hecho, tenían acceso a derechos civiles. Wyoming, Utah, Colorado o Idaho fueron abriendo estos derechos a las mujeres a finales del siglo XIX.



                Daniel, tú sabes que a Juan Gris 

      -lo descubrió Juan Larrea-    

      un color le llamaba Juan. (Gerardo Diego).

     Sin pruebas fehacientes, se cree que Carmen Ruiz Moragas influyó para que su vecino y amante del teatro, Daniel Vázquez Díaz, pintase los frescos del Poema del Descubrimiento en el Monasterio de la Rábida.

Carmen Ruiz Moragas_Vázquez Díaz.Fundación Mapfre. C
     
          La idea se había ido formando desde mediados de los años veinte. Según Lafuente Ferrari conjugó el espíritu de Zurbarán con el de Cezanne. Pintó primero el cuadro El Navegante y el monje. Habló con amigos, admiradores y mecenas.  Superó intrigas. Se creó un ambiente propicio que llegó a oídos de Primo de Rivera y de Alfonso XIII. A ella, a Carmen Ruiz Moragas, la pintó con grafito y difumino en papel. De ojos grandes, serena y contenida. Carmen tuvo dos hijos con Alfonso XIII.

     Las singulares relaciones entre Rodolfo Gaona e Ignacio Sánchez Mejías van más allá de lo taurino. Además de los enfrentamientos taurinos en México, cuando vuelve a torear en España, Gaona se encuentra que el presidente de la asociación de toreros era Ignacio, con el problema de los salarios de los toreros, los cuales eran inferiores a lo estipulado en temporadas anteriores, con vetos por parte empresarial. En 1925 se retira Gaona. La película que trata sobre su divorcio, del problema de la falta de ley del divorcio, con Carmen Ruiz Moragas, es de 1926. Y allí aparecen Sánchez Mejías y Gregorio Corrochano. Parecen coincidencias. Él no va más hubiera sido que Juan Chabás hubiese escrito la reseña de Las calles de Cádiz, en el estreno en Madrid en 1933. Chabás era entonces pareja de Ruiz Moragas. Lo dejamos aquí que vamos camino de crónica rosa.
     En realidad la crítica en el medio de prensa que colaboraba Juan Chabás la hizo Salvador Bacarisse. Uno de los del Grupo de los Ocho, tutelados por Adolfo Salazar y Manuel de Falla. La generación del 27 de la música. Salvador, primo de Mauricio Bacarisse, era amigo de Rodolfo y Ernesto Halffter. Estaban en la Orquesta Bética, bajo el manto de Falla y dirigiendo los músicos en Las calles de Cádiz
     Paremos. Oigamos un poco de Falla con la dirección de Ernesto Halffter.
     







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     https://www.gob.mx/agn/articulos/un-breve-repaso-en-la-concepcion-del-divorcio-en-mexico?idiom=es

     https://historia-hispanica.rah.es/biografias/40513-carmen-ruiz-moragas

     https://www.bne.es/es/agenda/carmen-burgos-colombine-1867-1932-modernizacion-espana

     ABC Madrid, 12 de junio de 1936

     ABC, 22 de mayo de 1975.

      Catálogo Exposición Vázquez Díaz, Banco de Bilbao, febrero-marzo 1979

      En el Archivo Museo Sánchez Mejías hay una vitrina con la reseña de su participación en la película de Francisco Gómez Hidalgo, La Malcasada, de 1926. También, en otra vitrina, la corrida de la plaza El Toreo de la Condesa, con la ganadería de Piedras Negras.

     
 

Cuchillo, agua, cristal, caballo, vista, silencio

      Puñal. Wikipedia  Ese cuchillo que mata, Ese puñal que atraviesa, Ese puñal me acompaña, Esa punta me desangra. -----     -----     De...