-¡No me lo puedo
creer! ¡No puede ser! ¿No repasas? Y presumes de consultar el diccionario de la
Real Academia Española y su ortografía. ¡Menuda birria de escritura! Y
repites. Que si, que te repites. No has repasado. ¿Tanta prisa tienes? Mira que
escribir víctima sin acento.
- Vale,
se me ha olvidado, cansino...
- ¡Dos veces!
- De acuerdo, no
habré repasado…
- Pero si tienes el corrector del procesador
de textos...
- ¡Ya! ¡Deja de
darme la paliza!
- Mal, las prisas.
Bien los agregados finales, pero rápidos e irreflexivos.
- El sueño, el apetito.

- ¡Para ya! ¡El
mejor escribano echa un borrón! Y equivocarse es de humanos.
- ¡Estabas muy crecidito!
Recuerda que eres mortal. ¡Menos mal! Menos humos y aires de grandeza. Orinas y
cagas como todo el mundo.
- Y tú también.
Reconozco que no repasé. Entiendo que me pidas más pulcritud. Que haga honor al
escribano que me denomina. Pero sabes que el que arriesga puede fallar. Que el
que nada hace, en nada peca, salvo en molicie y simple pereza. Que la vida es
un desafío en todo orden, que el fin no encuentra los medios necesarios para su
producción y que los resultados no suelen ser casi nunca los deseados.

- Que nos hubiéramos
reído también.
- Tienes
respuesta para todo…
- Como máximo se
hubiera reescrito la obra, pero el final habría sido gracioso, con el Quijote
corriendo hacia el molino sin el caballo. O con el Quijote cabalgando sin
lanza. Bueno, se cubriría con la adarga. ¡Ja, ja, ja! El tortazo sería
impresionante. Y muy gracioso, con la risa que me dio de pequeño.
- Ya te estás tirando
el pegote porque leíste el Quijote con seis años. ¡Baja modesto, que sube esto!
- ¿Otra vez? ¿No
habías acabado? Venga, quédate a comer. ¿Una cerveza y tapita? Tengo bacalao
con tomate…
- De acuerdo.
¡Cocinas mejor que escribes!
- Pedazo de c…
No hay comentarios:
Publicar un comentario