La marea humana

    


 
     Cuando intentó entrar a la catedral, desistió. No por falta de fe, ni por la hora tardía, ni por el frío interior, ni el calor exterior. Nada le hubiese impedido entrar. Pero se encontró con la barrera más difícil de sobrepasar: La marea humana.

     Dos cruceros bajaron e inundaron la plazoleta de entrada con regueros humanos, sudorosos y hambrientos. No había suficiente cazón en adobo, ni calamares, ni langostinos, nada era suficiente para calmar el hambre en toda la ciudad. En la plaza de las Flores se formaron colas para encontrar una mesa en medio del bullicio callejero cercano al mercado donde alguna agrupación cantaba todavía, en la primavera tardía, con traje carnavalero. Cádiz.

     Meses más tarde, en el parque Genovés se mercadeaba a la usanza fenicia, a finales del verano, aunque su aspecto emulaba los múltiples mercadillos medievales que inundan los paseos y las plazas de la piel de toro.

     El turismo que rodea las ciudades culturales sufre una transformación increíble y una profunda polarización.

     El aluvión de cruceristas va contra las exigencias éticas de la ciudadanía sobre la sostenibilidad, el gobierno compartido de las administraciones y la tendencia a la inclusividad social en el desarrollo de las actividades turísticas y/o culturales de estas ciudades. 

     No hay negar los beneficios del turismo cuando estos se distribuyen equitativamente e incluyen empleos justos y dignos. Se debe o se puede asegurar la participación equilibrada en la toma de decisiones sobre el patrimonio con igualdad e inclusión de minorías. Y  se debe compartir ese disfrute patrimonial de forma responsable.

     Es necesario que se tome conciencia de la fragilidad del patrimonio. De su tutela. Y es importante tener en cuenta la difícil relación entre desarrollo turístico, visualización del patrimonio y cambio climático. La acción climática es una responsabilidad personal, por lo que también debe ser colectiva, y, más aún, profesional. La concienciación global porque el patrimonio es de todos.

     Esto, que es importante en las ciudades culturales y patrimoniales, tiene otras perspectivas y visiones en el patrimonio cultural y el turismo de interior en zonas escasamente pobladas que tienen un importante legado cultural.

     

Maqueta Cádiz. Museo de las Cortes de Cádiz. 2023. BMRE

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     Para saber más: 

     https://openarchive.icomos.org/2937/1/ICOMOS_ScSy21_p145-153_Martinez-Yanez_et_al.pdf

     https://www.diariodecadiz.es/cadiz/Turismo-Cadiz-saturados-mosqueados_0_1901810441.html

     




2 comentarios:

  1. Estoy completamente de acuerdo. La explotación turística de todos los lugares, que en España son muchísimos gracias a que es el país más bello del mundo, es una actividad que se ha corrompido en los últimos tiempos. Ha llegado a alcanzar cotas insostenibles e insoportables tanto para los habitantes de los sitios visitados como para los propios visitantes. Estos quedan envueltos en una debacle de desembarcos de transatlánticos inmensos vomitando a miles de ellos para que hagan su trabajo: consumir sin freno ni tasa que los espante.
    La sostenibilidad y la integración son palabras desgastadas de tantísimas ocasiones en que se las utiliza, ya sin remedio, para designar una especie de cualidad muy deseada por el personal y es como si quien no incluyera en su vocabulario, página web o pensamiento en general dichas expresiones, no fuera digno de estar en este mundo (verde, sostenible, ecológicamente correcto, políticamente nulo en libertades de pensamiento).
    La labor de reintegración a valores "normales" de turismo inteligente y bien organizado es, no obstante, de los gobiernos locales, autonómicos y central, para garantizar que no vamos a ser engullidos por una inmensa masa humana que podría terminar en un futuro distópico de película.
    Muchas gracias por compartir contenido de calidad.
    te invito a pasarte por mi blog y comentar lo que desees. Mi último artículo es este:

    https://marcosplanet.blog/declaracion-de-principios-en-lo-referente-a-la-dana/

    Muchas gracias de nuevo.

    Saludos

    Marcos

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  2. Marcos, buenas tardes: Tienes razón. El patrimonio cultural tiene distintas y diferentes visiones entre la España interior y poco poblada y la España de la costa y las grandes ciudades patrimonio mundial. Ni tan escaso, ni tan agobiante. Y sobre la última realidad hay mucho que reflexionar. Como sobre las dificultades de atracción de la España escasamente poblada del interior.
    Saludos. Te he leído el blog.
    Blas.

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