El color rojo (y 2): La Bruja Avería

  

Museo Manuel Piña_Manzanares. BMRE

  
           (Ficción)

     Le quitó las antipolillas suavemente, con mimo. Enfundado en sus guantes, sobrevolaba los tersos volúmenes, sentía la frágil perfección del tejido, inspiraba cada centímetro del color rojo pasión cubierto por la blonda.

 

     Fue en ese instante, al limpiar el atrevido polvo, cuando la soledad y el silencio  se quebró con una voz casi inaudible que cantaba con un quejumbroso temblor, quemando el ambiente, cargado de electricidad, hiriente hasta lo más profundo. Una canción susurrada, aterradora que aumentaba su volumen y embargaba su espíritu.

 

     -¿Hay alguien ahí?

 

     Unas rastas cableadas surgieron de la capa de blonda y melodiosamente tronaron tras un relámpago en la sala con eléctrica impresión:

 

     -Oiga usted, no se ría...🎸🎸

 

     Un calambre ascendió por su columna y quemó la coronilla del pretendido convidado solitario...

 

     -No tiene gracia. ¿Estoy siendo grabado para un programa de tomas falsas?



      -de la bruja Avería.🎸🎸...

 


     Había tocado levemente la blonda negra que ocultaba la pureza roja, virginal y ardiente del vestido rojo, como pasión roja, dolor infernal, salado y visceral...

 

     Nada era imposible... La voz le amenazó musicalmente, cantando, con romper su lavavajillas, con romper su televisor... 🎸🎸... Y comenzó entre lloros y quejidos a contar sus recelos guardados durante años

 

     -Todo el mundo se ríe de mi negro color. No puedo competir con el rojo pasión. A Lolo la blonda le sentaba muy bien, pero yo soy la Bruja Avería y ya estoy cansada de que me llamen bruja cuando me pongo la capa. ¡Tengo mis derechos y utilizaré la magia para defenderlos! ¡Voy a estropear todos los ordenadores, no quiero que nadie se ría de mí!

 

    -Oiga usted señora de los rastas de cable, bruja o fantasma. ¡Que yo estoy intentando que duren estas prendas de diseño muchos años, y luego quiero comer mis papas aliñás, querer a mis seres queridos, viajar y leer! En no sé en qué orden. Tiene un punto gracioso, su aspecto, je, je, je...

 

    -¡No se ría, no se ría de la bruja avería! ¡No se ría, no se ría de la bruja avería!🎸🎸

 

     -¿Le pongo doble de antipolillas? ¿Llamo al 112?

 

     -¡No se ría, no derroche, que se va a quedar sin coche! ¡Y mañana irá usted andando a trabajar sin afeitar!🎸🎸

 

     Salió del vestido rojo y caliente y se elevó con la mantilla de blonda negra, precipitándose sobre el impávido joven que no sabía como defenderse de la magia de la poderosa bruja. Tenía a mano una brocha, una plancha, una aspiradora y unos pies para qué os quiero. Nada funcionaba, habían otorgado toda energía eléctrica a la mujer tenebrosa de las rastas cableadas. La Bruja Avería aspiraba y absorbía toda la energía cercana. Las luces comenzaron a iluminar de forma intermitente, los cables tomaron vida dominada por su poder. El cable de una alargadera obedeció como un látigo, golpeando paredes buscando herir a quien pudiera... La única opción era huir, huir de la bruja y de sus encantos...

 

    Corrió, corrió... Subió las escaleras, voló con grandes zancadas, todo explotó. Una presencia negra le alcanzaba, se apoderaba de él, reducía su velocidad, Llegó al piso superior, a la salida. Los ordenadores ardían, las llamas crecían, le acechaban, con un profundo olor a humo plastificado, tóxico...

 

   -¡Todo el mundo está alocado, se quemó el ordenador!🎸🎸

 

   -No abre la puerta, me alcanza. ¡Con lo que me gustaba el vestido rojo, roja pasión!🎺🎺

 

   Sonó la alarma, sonó el despertador. Jadeando, sudoroso, encendió el ventilador.

 

     No, no eran las cuatro y diez, ni Aute lo cantaba como aquella vez en San Antón.

 

     Nadie le perseguía desde el mundo de la Bruja Avería. Pero, ¿Por qué sentía, por qué sufría esta emoción? ¿Era el rojo o era el negro la causa de esta situación?

 

     Hablaba cantando y buscando rimas patéticas, sin sentido, por boca de una posesión, abducido. Corrió hacia baño y en la ducha se metió🎸🎺.

 

     Se dio una ducha fría, larga y heladora. Se comió una rebanada de melón. Y de pronto, como de ultratumba, los cubiertos cantaron...

 

     -¡No se ría, no se ría de la Bruja Avería! ¡No se ría, no se ría de la Bruja Avería!🎸🎸...

 

     Miró hacia el techo, como si empezara a flotar, y al bajar la vista se puso pálido y mortal cuando todos los objetos de la habitación bailaban y cantaban la canción de la Bruja Avería:

 

     -¡No se ría, no se ría de la Bruja Avería! ¡No se ría, no se ría de la Bruja Avería!🎸🎸🎺🎺...

 


 

 

 

     Actualizado 10-11-24 7 h. 42'


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