Cultura y sociedad

La obtención del sufragio femenino en España

     

     

Sufragistas en los años 20. Museos de Manzanares



     En la Casa Malpica, en tiempo de siega, se exhibe la mies que germinó en el voto femenino.
     La universidad de Alcalá de Henares, las Cortes de Castilla-La Mancha y la Federación de Municipios y Provincias de esta comunidad ofrecen en una exposición itinerante cómo eran las sufragistas en los años 20 del siglo pasado. Hasta el 15 de junio, la muestra se exhibe en la Casa Malpica, calle Monjas, 12, Manzanares. Haremos una breve reseña.

    El camino al voto comienza con el recuerdo de 1921 como hito reivindicativo de la primera manifestación sufragista realizada por la Cruzada de Mujeres Españolas, presidida por Carmen de Burgos, figura destacada del feminismo español. La declaración de 1921 era consecuencia de las reivindicaciones expresadas en la Alianza Internacional para el Sufragio de las Mujeres (Ginebra, 1920). Propugnaba la capacidad femenina para expresar sus derechos en el espacio público como ciudadanas iguales al hombre.

     El sufragio femenino hunde sus raíces en la Convención de Seneca Falls de 1948, año reseñable porque coincide con el manifiesto de Marx y Engels y la revolución de 1848 conocida como la primavera de las naciones o de los pueblos

     El sufragismo femenino se caracterizaba en sus inicios por su internacionalismo e interclasismo. A partir de estas premisas básicas, se pretendían mejoras en el acceso al trabajo de la mujer, una mejor educación, la posibilidad de administración del patrimonio personal, la eliminación de la prostitución y la superación de ese techo de cristal que impedía acceder a todo tipo de profesiones. En este punto hemos de recordar como el avance del sufragio femenino estuvo relacionado en el medio oeste americano con la capacidad de gestión y administración de bienes de las pioneras de los Estados Unidos.

Carmen de Burgos. Get Archive

     Aunque hubo propuestas parlamentarias en 1877,1907 y 1908, durante la Restauración, no será hasta los inicios de la II República, 1931, cuando la actuación decidida de Clara Campoamor logre el voto femenino en España.

     La exposición recoge la lucha de esa generación de mujeres mediante el trabajo de las investigadoras complutenses Araceli Martínez Esteban y Nieves Hernández Romero.

     La ruta a seguir nos lleva primero a la Convención de Seneca Falls de 1848, donde se destaca la labor de las abolicionistas por la esclavitud Lucrecia Mott y Elizabeth Cady Stanton para solicitar el voto femenino en Estados Unidos. Tras reseñar el Congreso Pedagógico de 1892, conocemos las pioneras españolas, entre las que destacan Emilia Pardo Bazán, Concepción Arenal e Isabel Muñoz Caravaca.

     Carmen de Burgos. Colombine fue la primera corresponsal de guerra. Colombine tuvo un matrimonio difícil. Colombine era Carmen de Burgos, que escribió La malcasada- no confundir con la película de 1926 de Francisco Gómez Hidalgo-, donde cuenta la experiencia de esos años. Pero aquí nos interesa su labor como presidenta de la Cruzada de Mujeres Españolas que convocó la manifestación de 1921. Mediante encuestas, con anterioridad, había propugnado el derecho al divorcio (1903). Su convencimiento sobre la necesidad del sufragio femenino fue gradual y en 1906 propuso en El heraldo de Madrid otra encuesta para conocer la opinión de sus lectores sobre el derecho al voto de las mujeres.

     Carmen de Burgos se basó los postulados de la Alianza para el Sufragio de las Mujeres y preparó la primera manifestación, jalón reseñable en el largo camino hacia la consecución del sufragio. El 31 de mayo de 1921, una representación de la Cruzada de Mujeres Españolas se concentró en la entrada del Congreso de los Diputados y entregaron un manifiesto con sus solicitudes. Al día siguiente, hicieron lo mismo en el Senado. Una mezcla de simpatía, pero, también de condescendencia, fue la reacción de los poderes públicos que recibieron sus propuestas. 

     Antes de llegar al debate de las cortes unicamerales republicanas hubo debates sobre la abolición de la prostitución, y surgieron clubes como el Lyceum Club Femenino presidido por la pedagoga María de Maeztu, directora de la Residencia de Señoritas, bajo la influencia de la Institución Libre de Enseñanza. A ellas, y a otras, se unieron mujeres como María Lejárraga (o María Martínez Sierra) o Isabel Oyarzábal (Isabel de Palencia). 

      Y llegamos a la consecución del voto femenino tras los debates en las Cortes y el comprometido empuje de Clara Campoamor durante las jornadas de treinta de septiembre y uno de octubre de 1931. El artículo 36 reflejaba la igualdad de voto entre los sexos. El derecho a votar y el derecho a ser elegida, que incluía el acceso a cargo público. Era, fue, un debate intelectual entre las élites dirigentes e instruidas. No había una extensión de las asociaciones feministas de forma amplia. La mayoría de las mujeres españolas estaban ajenas a estos logros, por lo que fue gradual el clima favorable a la incorporación de la mujer a la esfera de actuación pública.

     La labor, muchas veces solitaria, de Clara Campoamor se orientó al bienestar de las mujeres y de la infancia. Murió exiliada en Suiza en 1972. Todos los días debería ser reivindicada.

Clara Campoamor. Wikimedia.





4/6/2025 23:15 Actualizado 5/6/2025 16:56


6 comentarios:

  1. Una gran mujer que lucha por los derechos de todas. Gracias por compartir la información. Un abrazo

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  2. Hola, Blas. Me ha encantado tu entrada. Este es un tema que deberíamos recordar siempre. El sufragio femenino es un legado de lucha, resistencia y determinación que nos recuerda cuanto debemos a las mujeres de otras épocas, que alzaron la voz y desafiaron las normas impuestas. Gracias a su esfuerzo, hoy disfrutamos de derechos que antes parecían inalcanzables. Pero esta conquista no debe verse como un punto de llegada, sino como un impulso para continuar eliminando barreras y asegurando que la igualdad sea una realidad en todos los ámbitos.

    Recordar esta parte de la historia, es un acto de justicia para quienes abrieron el camino y lucharon por los derechos de todas las mujeres. No deberíamos olvidarlo nunca.

    Saludos 🙂

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    1. Gracias, Beatriz, por tu comentario. Pensamos, a veces, que 92 años de la primera votación femenina son muchos años. Pensamos, pocas veces, que 177 años de la Convención de Seneca Falls son muchos años. Y la verdad es que en tiempos históricos, la edad contemporánea es una mínima parte de la historia de la humanidad. Las revoluciones atlánticas con las francesas de 1789-1830 y 1848 fueron hace unas horas escasas en el tiempo evolutivo de los seres humanos. Sin la toma de conciencia ciudadana en la contemporaneidad, seguiríamos en el Antiguo Régimen. Saludos.:)

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  3. Buenas Blas!
    Interesante entrada, aunque permíteme discrepar un poco, porque si, el voto femenino se reconoció legalmente durante la República, pero no fue esta la que inventó esa lucha, más bien se subió a un tren que llevaba años de recorrido.
    En 1921 Carmen de Burgos ya había convocado alguna manifestación por el voto femenino proponiendo reformas cuando ni se soñaba aún con el artículo 36, y ya en los tiempos de Alfonso XIII, se reconoció el derecho al voto femenino en los municipios, aunque sin aplicación práctica..vale, pero ahí estaba. Y no fue reacio a conceder el voto a las mujeres, que también hay que decirlo
    Yo es que me enfadé con La República porque nos la vendieron muy bien, pero el derecho al voto no fue un regalo suyo, de hecho, Clara Campoamor se quedó sola defendiendo su causa frente a sus propios compañeros republicanos (que por cierto, eran bastante machistas)
    Y la manifestación esta del 21, yo diría que se quedó en un ya veremos... que no parece muy distinto al que se estila hoy cuando una mujer alza la voz (a no ser que pertenezca a algún chiringuito)
    Lo que realmente consiguió el voto fue la insistencia de muchas mujeres invisibles con nombre y apellidos. Bravo por todas ellas, no solo las que se hicieron públicas.
    Que conste que soy apolítica. Hace mucho que no creo en ningún bando ni partido..pero me gusta saber como son las cosas, y no creer todo lo que me cuentan.
    Un abrazo histórico (y un poco guerrillero)

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    1. Hola, Finil: Gracias por tu comentario. Hay un chotis que se cantaba en "Las leandras" que se llamaba "Pichi". En él se cita a Victoria Kent, la defensora de la oposición al voto femenino en las cortes republicanas, abogada y directora de prisiones durante un tiempo. En 1979, cuarenta años después de acabada la II República, (https://www.youtube.com/watch?v=XHbIUXS6SJE) seguía defendiendo, en referencia a ese instante pasado, la postura de parte de los grupos de la izquierda de la Cámara de oponerse al voto femenino y para ello se apoyaba en esa entrevista en una conversación que había mantenido con Julián Besteiro, como si los hombres de aquellos años estuvieran más capacitados. Si juzgo con ojos de hoy, Victoria Kent era machista. Ella no se consideraba feminista, pero debo analizarla con la forma de pensar de los años treinta del siglo XX y pensar en la real capacitación de todos los españoles, hombres y mujeres, en la década de 1930.
      En mi texto habló de los intentos de 1921 de Carmen de Burgos y de los intentos, durante la Restauración- la monarquía de Alfonso XII y Alfonso XIII, con una regencia por medio-, de conseguir un voto femenino (1877, 1907,1908). Y hubo precursoras a finales del siglo XIX, la más conocida Emilia Pardo Bazán.
      La única constitución de la historia del constitucionalismo votada por una mayoría en las Cortes y refrendada en un referéndum es la de 1978. Las anteriores son proyectos constitucionales no refrendados por el pueblo y legislados por un grupo, con avances o retrocesos.
      La II República era un avance en su tiempo que fracasó por los golpes de Estado, la guerra civil, y la creencia de mucha gente de que un cambio de régimen per se trae el bienestar de todos. Pero también hay estudios (Juan Avilés) que nos indican que pudieran estar más preocupados por superar el republicanismo liberal democrático hacia una república fascista o soviética a la larga, o por no respetar mucho los resultados de las distintas elecciones republicanas. Lo cierto es que tras la guerra hubo una dictadura, la de Franco. Y las mujeres no pudieron votar hasta 1976 en La ley de la Reforma Política (mujeres y hombres mayores de 21 años).
      Juego con ventaja cuando con los conocimientos actuales pretendo modificar o juzgar lo ocurrido durante el siglo XX. Hemos sobrevivido, nada es perfecto.
      Te dejó el enlace del chotis "Pichi": https://www.youtube.com/watch?v=XHbIUXS6SJE
      Un abrazo. :)

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