Lilith, diosa de la noche
Carmen Ruiz Moragas
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Carmen Ruiz Moragas_1917_ABC_A.Calvache |
Carmen Ruiz Moragas y Rodolfo Gaona posaron, con sus padrinos y amigos, y celebraron el banquete de boda tras su enlace en la hermosa ciudad de Granada.
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ABC. Torres Molina |
La boda duró apenas un año. A ellos se les veía interesados en buscar el pajarito de la cámara. Fue el instante que duró su enlace. Inmortalizado. Rodolfo Gaona pudo anular su matrimonio en México, donde ya había divorcio, pero Carmen no pudo hacer igual. Fue el argumento de la película La Malcasada de 1926. Francisco Gómez Hidalgo hizo una crítica moderada de la falta de derecho al divorcio. Pero, sin ser muy consciente, hizo una crítica mayor a la sociedad de los años veinte de la dictadura de Primo de Rivera. Fiestas, diversión, despreocupación con burgueses, nobles e intelectuales, con sus pasiones desatadas, en situaciones tragicómicas. La restauración liberal no avanzaba hacia una democracia liberal y se atascaba en una dictadura. No se solucionaban los problemas sociales y la película ponía el foco entre las distintas vicisitudes del mexicano y la española. Carmen rehizo su vida hasta su muerte en 1936 con el escritor Juan Chabás, uno de los literatos que fueron a Sevilla a los actos fundacionales de la generación del 27 en el Ateneo de Sevilla, con la magnificencia y cortesía de Ignacio Sánchez Mejías.
Daniel, tú sabes que a Juan Gris
-lo descubrió Juan Larrea-
un color le llamaba Juan. (Gerardo Diego).
Sin pruebas fehacientes, se cree que Carmen Ruiz Moragas influyó para que su vecino y amante del teatro, Daniel Vázquez Díaz, pintase los frescos del Poema del Descubrimiento en el Monasterio de la Rábida.
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Carmen Ruiz Moragas_Vázquez Díaz.Fundación Mapfre. C |
La idea se había ido formando desde mediados de los años veinte. Según Lafuente Ferrari conjugó el espíritu de Zurbarán con el de Cezanne. Pintó primero el cuadro El Navegante y el monje. Habló con amigos, admiradores y mecenas. Superó intrigas. Se creó un ambiente propicio que llegó a oídos de Primo de Rivera y de Alfonso XIII. A ella, a Carmen Ruiz Moragas, la pintó con grafito y difumino en papel. De ojos grandes, serena y contenida. Carmen tuvo dos hijos con Alfonso XIII.
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https://www.gob.mx/agn/articulos/un-breve-repaso-en-la-concepcion-del-divorcio-en-mexico?idiom=es
https://historia-hispanica.rah.es/biografias/40513-carmen-ruiz-moragas
https://www.bne.es/es/agenda/carmen-burgos-colombine-1867-1932-modernizacion-espana
ABC Madrid, 12 de junio de 1936
ABC, 22 de mayo de 1975.
Catálogo Exposición Vázquez Díaz, Banco de Bilbao, febrero-marzo 1979
En el Archivo Museo Sánchez Mejías hay una vitrina con la reseña de su participación en la película de Francisco Gómez Hidalgo, La Malcasada, de 1926. También, en otra vitrina, la corrida de la plaza El Toreo de la Condesa, con la ganadería de Piedras Negras.
La malcasada y el vaso de leche de Sánchez Mejías(y 2)
Publicada 10-10-2022
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Sánchez Mejías y Corrochano en 'La malcasada', 1926, fotograma. |
La película narra el triángulo amoroso entre Carmen, una ventera de Veracruz (México), Félix Celaya ‘Mejicano’, trabajador en un rancho que triunfa como torero en España, y María, aristócrata española, amor del torero que queda en precario según la legislación civil dando nombre a la película. Hay un villano, el apoderado Manuel, ‘Atravesao’, que le hace abandonar a su amada embarazada por un falso engaño amoroso con el único interés de aprovechar el dinero que puedan ganar en los ruedos. Y existe el típico personaje gracioso, el Aficionado desconocido. Las situaciones son tragicómicas, tremendas, con el intento de provocar la lágrima o la risa, y la pretensión de llegar a un final feliz o ejemplarizante.
Los personajes protagonistas son arquetipos tradicionales. El torero es una figura endiosada por su público, al que disculpan las fiestas e infidelidades con las mujeres que ama, ejemplos de virtud y comprensión.
¿Qué hace especial esta película? El fresco social de la España de 1926 que presentó Gómez Hidalgo. Introduce en las escenas a personajes de actualidad que pretenden dar verosimilitud al ‘típico argumentario’ de la película. Veamos.
Tras su éxito taurino en Barcelona, tiene agasajos varios donde aparece Emilio Junoy, periodista, político barcelonés y aficionado taurino, que corresponde a Félix tras brindarle una faena. En la comida aparece la cantante lírica Mary Isaura, que se había consagrado con La Francisquita (Amadeo Vives) entre otras obras de zarzuela y ópera; María de las Rivas, actriz; el intelectual Santiago Rusiñol, pintor, escritor, y promotor cultural; y Marcelino Domingo, pedagogo, periodista y político que llegaría a ser ministro en la II República. Este grupo se denomina 'síntesis luminosa de la Cataluña contemporánea' por el director del filme.
Con los triunfos en Madrid, aparecen personajes de la vida social de la capital como Valencia II, torero; Corinto y Oro o Gregorio Corrochano, críticos taurinos de La Voz y ABC, respectivamente. Gregorio Corrochano, omnipresente en varias escenas de la película, fue el crítico taurino más destacado de la época al retratar la edad de oro del toreo. Tuvo relación con Ignacio Sánchez Mejías1 y con otros intelectuales del momento.
Para conocer a María, aristócrata y razón principal de La malcasada, tendrá que relacionarse con la alta sociedad madrileña. El protagonista entra en contacto con la familia Figueroa, conde de Romanones. El escritor y cineasta Agustín de Figueroa había viajado con García Lorca por Cáceres y Salamanca buscando ropa antigua y canciones populares para Peribánez o el comendador de Ocaña. En la película hace de contacto con la aristócrata toledana María. En la visita al cigarral familiar de los Romanones coincide con el patriarca de la familia, Álvaro de Figueroa, presidente del consejo de Ministros en varias ocasiones, entre otros cargos políticos.
El músico Jacinto Guerrero surge como nuevo amigo del torero. Le permite utilizar su coche para visitar a María a Toledo. Guerrero era del pueblo toledano de Ajofrín, y se hizo famoso componiendo zarzuelas. En 1923 había estrenado Los gavilanes.
Cuando el mexicano vuelve a los ruedos, sufre una cornada por la que tiene que ser operado y hospitalizado. Los amigos de la vida social madrileña, amistosa o interesada, preguntan por su estado. Aparece el político Natalio Rivas, a quien había brindado un toro el corneado. Pregunta en la puerta del hospital.
En la convalecencia, tras la hospitalización, recibe la visita del famoso torero Ignacio Sánchez Mejías, que le sirve el primer alimento. Le da un vaso de leche. Viste chaqueta clara, de una sola abotonadura, pañuelo blanco en el bolsillo superior y corbata con nudo italiano o español, repeinando su cabello hacia atrás. Conversa con el diestro herido sobre la posible boda con la “toledanita” y le pide parecido a Corrochano. El diestro herido permanece convaleciente en la cama. La luz ilumina los rostros del herido, de Sánchez Mejías y Corrochano. Sánchez Mejías no reaparecerá, pero Corrochano, sí.
Una vez recuperado, asiste a la Tertulia del Jamón de Trevélez2, que organizaba Natalio Rivas, donde coincide con militares. El coronel Millán Astray y el general Francisco Franco, en ese momento relacionados con el origen de La Legión y la guerra de Marruecos, por la que recibieron el sobrenombre de africanistas.
El director de la película, Gómez-Hidalgo, trabajó en ABC. Una visita a las rotativas del diario sirve para conocer a la familia Luca de Tena, Torcuato, fundador, Juan Ignacio, el escritor y académico, y Fernando. Van acompañados por el escritor y filósofo Eugenio D'Ors.
En las distintas versiones de la película, los agasajos se producen antes o después de la boda, siendo un vehículo documental de la sociedad burguesa madrileña.
En otra escena aparecen los héroes del Plus Ultra, Ramón Franco y Julio Ruiz de Alda. La velada en casa de Florestán Aguilar está amenizada por el cantante lírico Miguel Fleta, que en 1926 estrenó el Turandot de Puccini en la Scala de Milán.
Tras el matrimonio de los protagonistas, la vida social continúa sin pausa y la convivencia matrimonial se agrieta porque el ‘Mejicano’ aúna recuerdos del amor que dejó en Veracruz con fiestas y devaneos amorosos.
En el documental de personalidades se ve paseando al protagonista con Cristobal de Castro, Leonardo Torres Quevedo, y Blas Cabrera, uno de los amigos de Einstein en España. Wenceslao Fernández Flórez aparece en otra fiesta de Félix con su amante, Perchelera, con el omnipresente Gregorio Corrochano y Valencia II. Mientras tanto, la imagen de la sociedad de la época nos muestra a Julio Romero de Torres pintando a María bajo la atenta mirada de Ramón María del Valle-Inclán, autor de Luces de Bohemia y Tirano Banderas.
En una comida 'íntima', o despedida de soltero, aparecen, en una mesa amplia, Hoyos y Vinent, Delgado Barreto, Jacinto Guerrero, el Doctor Esteban Lahoz, Alberto Insúa, Pedro Muñoz Seca, Fausto Barajas, José Serrano Batanero, Antonio Casero, Antonio Márquez3, José Francés, Cristóbal de Castro, Julio Camba, Pedro Mata4 y Luis Araquistáin.
En la boda aparecen como invitados la soprano Ofelia Nieto, el escritor “Azorín”, la mezzosoprano Conchita Supervía, el futbolista Monjardín y el torero Fuentes Bejarano.
Las desavenencias matrimoniales de Félix y María siguen. María acude a pedir consejo a Concha Espina, probablemente la primera escritora española que pudo vivir de su oficio5. Le aconseja no sufrir por él. Otro torero famoso que aparece en las reuniones de Félix y María es Juan Belmonte, cuando el matrimonio ya está roto, y la abandonada mexicana con su hija están llegando desde Veracruz a Madrid. El drama se cierra o acerca a su fin. Junto a Belmonte, el escritor Luis de Tapia.
La trama se resuelve con la aparición de Carmen y su hija, acompañado con el niño, hermano de Carmen, que colaboró en el engaño orquestado por el banderillero Atravesao, que representaba a Félix, quien descubre todo lo que había ignorado mientras estaba de fiesta con una amante y el omnipresente Corrochano. Vuelve con Carmen y su hija. Al mismo tiempo, ha reaparecido María, que había vuelto a su cigarral toledano, con sus tíos. Cuando ven la confusión madrileña, se vuelven. El final moralizante se acerca. María queda, por la ley española, en un limbo jurídico. Ni casada, ni soltera, ni divorciada. Su vida se orienta a la caridad, cristiana o no. Se marcha de enfermera a Tetuán.
Félix, tras pedir consejo a Alejandro Lerroux, Pedro Muñoz Seca, Marcelino Domingo y Felipe Clemente de Diego, vuelve a México donde solicita el divorcio y se casa con Carmen, viviendo plácidamente con su hija.
En Tetuán, mientras María se dedica al cuidado de los heridos por la guerra de Marruecos, da tiempo a ver al general Sanjurjo, quien parece dominar mejor el medio cinematográfico que sus colegas africanistas. Millán Astray y Franco parecían más envarados.
María rechaza el ofrecimiento de amor de su primo, herido en la guerra de Marruecos. Su sacrificio es la caridad. Tras este final melodramático, todo concluye con el fundido en negro cuando los enamorados mexicanos acercan sus cuerpos678.
"Yo nací- respetadme- con el cine.
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1En el Archivo Museo Ignacio Sánchez Mejías, de Manzanares, se puede observar, al inicio de la exposición, la edad de oro del toreo, y, en la biblioteca, se puede consultar la enciclopedia de Cossío. Teléf.: 926614056.
2En la Transición a la democracia hubo una famosa tertulia política donde el alimento era el punto de encuentro, Las lentejas de Mona Jiménez.
3Probablemente, el Belmonte Rubio. https://dbe.rah.es/biografias/99824/antonio-marquez-serrano
4Probablemente, el escritor Pedro Mata y Domínguez, https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Mata_y_Dom%C3%ADnguez
5Según la crítica Mary Lee Bretz.
La malcasada y el vaso leche de Sánchez Mejías (parte 1)
Publicada 9-10-2022
María, con Romero de Torres y Valle Inclán, La Malcasada. Wikipedia. |
Alberti, R. 'Carta abierta', Cal y Canto, 1926-1927.
Francisco Gómez Hidalgo dirigió en 1926 La malcasada. Desde una óptica conservadora o moderada, era una crítica a la falta de derecho al divorcio en la España de la década de 1920. En medio de un melodrama donde no faltan toreros endiosados, mujeres despechadas, pasiones desatadas y situaciones tragicómicas, desfilan personajes relevantes de la aristocracia junto a otras nuevas de la intelectualidad y burguesía, en una transición que viene, pero no llega del final de la restauración liberal que no avanza y se enroca en una dictadura. Las convicciones morales son muy tradicionales y reflejan la contradicción que supone el tema del derecho al divorcio entre países como México y España.
Cuando Gómez Hidalgo realiza esta película, España estaba en la fase final de la monarquía de Alfonso XIII con la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), donde el divorcio no existía. El matrimonio no podía disolverse nada más que por la muerte de uno de los cónyuges.
La película evoca un suceso de la vida social de la época. El torero mexicano Rodolfo Gaona, el Califa de León, se casó con la actriz Carmen Ruiz Moragas, 1917, matrimonio que duró muy poco tiempo. El torero mexicano consiguió el divorcio en su país natal, se volvió a casar, mientras que Carmen Ruiz Moragas quedo en una situación donde no estaba casada, ni divorciada, ni soltera.
Carmen mantenía una relación sentimental con el rey Alfonso XIII desde 1916, con el que tuvo dos hijos. Cuando esperaba su segundo hijo, inició una relación sentimental con el poeta, traductor y crítico literario Juan Chabás, uno de los integrantes del grupo de intelectuales que viajó al Ateneo de Sevilla en 1927 con motivo del tercer centenario de Luis de Góngora. Allí actuaba como cicerone y mecenas Ignacio Sánchez Mejías, torero que en los primeros años veinte había disputado la torería con Rodolfo Gaona en los ruedos mexicanos.
No se sabe si despechado por el conocimiento de la realidad de su fallido matrimonio, Gaona no regresó a torear a España, y se comenta que su carácter se volvió huraño y distinto al que tenía en la época de oro del toreo cuando alternaba con Joselito y Belmonte.
Los matrimonios de conveniencia, de situación no deseada, era un tema recurrente. Carmen de Burgos, la primera mujer redactora del periodismo español, que escribió con los seudónimos de Colombine, Perico el de los palotes, y Marianela, entre otros, y que destacó también como corresponsal de guerra, la primera, como escritora y activa luchadora de los derechos de la mujer en España. Su matrimonio fue un fracaso, tuvo la valentía, para la época, de abandonar a su marido e iniciar una vida independiente. Mantuvo una relación sentimental con Ramón Gómez de la Serna. Su imagen fue postergada durante la dictadura de Franco, al contrario que la del vanguardista Gómez de la Serna, que volvió a ser apreciada durante este periodo. Carmen de Burgos escribió La malcasada (1923) donde relata la vida opresiva y mísera que sufre una mujer por un matrimonio fracasado en la Almería del siglo XIX. (continuará…)
Poema del Descubrimiento
Publicada 4-12-2023
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Paco Rabal como Cristóbal Colón. Archivo BVMC |
En la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes se conserva el legado o archivo Francisco Rabal. Entre los documentos depositados se encuentra una serie sobre Cristóbal Colón protagonizada por este actor a finales de los años sesenta. Serie que tuvo bastante éxito por su calidad y la extensión geográfica y social de los aparatos de televisión en la mayoría de los hogares españoles.
Fue una coproducción entre Televisión Española y la RAI. El elenco actoral se completaba con Julieta Serrano, Paolo Graziosi, Carlos Lemos, Aurora Bautista, José Suárez, Paola Pitagora, Alfredo Mayo, Antonio Casas, Antonio Aceval, Guido Alberti, Asunción Balaguer. El director fue Vittorio Cottafavi, especialista en películas de péplum.
La imagen que mucha gente guarda en su memoria se nutre de los preparativos del viaje. De las gestiones iniciales del sabio, ilustrado y bien relacionado Padre Marchena, de la labor de uno de los primeros evangelizadores, Fray Juan Pérez, y las posteriores Capitulaciones de Santa Fe que establecían las condiciones del viaje del genovés patrocinado por los Reyes Católicos. Finalmente, la participación de Palos de la Frontera en la formación de la tripulación e intendencia naval.
Nada hubiera sido igual sin la llegada de Cristóbal Colón al Monasterio de La Rábida. Hace cien años hubo un periodo de exaltación de las gestas colombinas con manifestaciones artísticas como los frescos que pintó hacia 1929-30 Daniel Vázquez Díaz en el Monasterio de La Rábida, conocidos como Poema del Descubrimiento. Es una serie de cinco murales con el nombre de El Navegante y el Fraile, El pensamiento del Navegante, Las conversaciones de La Rábida, Los heroicos marinos de Palos y el mural de las Naves. Estilo cubista.
Según Lafuente Ferrari se conjugaba el espíritu de Zurbarán con el de Cezanne. La idea se había gestado desde mediados de los 20 del siglo pasado. Pintó el cuadro El Navegante y el monje hacia 1925. Habló con amigos, admiradores y mecenas. Creó un ambiente propicio que llegó a oídos del Rey y el gobierno de la dictadura de Primo de Rivera. Alfonso XIII se interesó por el proyecto y el gobierno le dio 60.000 pesetas.
El espacio no es muy grande y la técnica empleada, fresco, sufre con la humedad cercana. Recuerda a los problemas de conservación de los frescos de la escuela veneciana. Con el tiempo los pintores de Venecia optaron por otras técnicas más resistentes a la humedad.
Es llamativo que llamase a su obra Poema del Descubrimiento. Tiziano llamó Poesías a una serie de cuadros mitológicos que pintó para Felipe II. En ambos artistas parece que la ‘poesía’ consiste en la libre interpretación del tema en cuestión, como cualquier otro artista haría de su rima o prosa, su música o su edificio. Su poesía como concepto. Como filosofía.
El trabajo le ocupó un año, de 12 de octubre de 1929 a 12 de octubre de 1930. Rompía, como continuador, con la escuela decimonónica de pintura histórica y reflejaba el aspecto de hombres tostados por el sol marino. La resonancia de su obra fue total en los estertores de la monarquía alfonsina. La historia del primer tercio del siglo XX tuvo un proceso de aceleración de acontecimientos.
Viene este recuerdo con motivo de la observación de una serie de retratos que Vázquez Díaz realizó de intelectuales y personalidades de su tiempo. Hay en la fundación Mapfre, o había, un retrato de Gerardo Diego maduro, lleno de una placidez psicológica. Tuvieron una amistad mutua que se refleja en los artículos que le dedicó el santanderino al pintor de Nerva.
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La despedida de los navegantes |
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Las conversaciones |
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Perspectiva de la sala de los murales |
Héroes, desafíos, amores, amigos, la muerte (Altolaguirre y Garcilaso)
Publicado 18-01-2025 20:13
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Fuente: Wikipedia |
Manuel Altolaguirre alcanzó con la biografía de Garcilaso de la Vega sus mayores dotes como prosista. Así lo afirma James Valender. Concha Méndez recordaba que comenzó a tomar notas sobre la biografía del poeta toledano durante su luna de miel en Málaga, durante junio de 1932. Había recibido un encargo de Espasa, que se publicó en marzo de 1933.
Escribió una biografía
de gran carga poética, contando con los datos disponibles, escasos, y, en
cierto modo, de manera íntima.[1] Es una visión contemporánea a los años treinta del siglo XX, no al momento de existencia del poeta renacentista, donde no había separación entre lo público y lo privado, y entre la espada y la cruz. Garcilaso venía de un mundo bajo medieval que pretendía volver a mirar a los modelos clásicos de la antigüedad. Pero su biógrafo proyecta sus ideas sobre el amor y el idealismo, desde una persona contemporánea, que ha leído a Becquer y Shelley. Aunque se aprecie una cierta dualidad. Veamos.
Altolaguirre muestra el héroe:
“Garcilaso empuñó su lanza, fustigó su caballo y avanzó contra trescientos hombres que, al ver tan temeraria locura, no podían comprender lo que les pasaba. No era un hombre, era un ángel con espada de fuego, un jinete sobre oleadas de sol, sobre cristales de nubes; era un devastador castigo. Deslumbrados, huyeron, cayendo algunos por la torpeza con que escapaban, otros, heridos por los firmes golpes del poeta, que al verse solo con los enemigos en fuga se serenó un momento." (página 143, obras completas de Manuel Altolaguirre, tomo II).
Escenifica el desafío de los caballeros:
“Mas de lo mejor de todo será excusar los grandes males y daños que suelen seguirse de la guerra, adonde padecen ordinariamente los que no tienen culpa. Hagámoslo nosotros de bueno a bueno; pongamos el negocio en las armas. Haga el rey campo conmigo de su persona a la mía, que desde agora digo que le desafío y provoco, y que todo el riesgo sea nuestro, cómo y de la manera que a él le pareciere, con las armas que le plazca escoger, en una isla, en un puente, en una galera amarrada en un río…, que yo confío en Dios, que como hasta agora me ha sido favorable y me ha dado vitoria contra todos los enemigos, suyos y míos, me ayudará agora en una tan justa causa.” (Desafío de Carlos V, emperador y rey de las Españas, a Francisco I, rey de Francia. Página 145, Obras completas de Manuel Altolaguirre, tomo II).
Muestra el amor de quien no le corresponde. Dijo Altolaguirre que los besos de Garcilaso fueron suspiros, besaba el aire de sus viajes, soñaba amor en su soledad guerrera... Entre los hierros de escudos... una flor blanquísima abría su corola y libertaba su perfume... y cuenta que Garcilaso cantó ese amor perdido en la Égloga I, que seleccionamos:
Por ti el silencio de la selva umbrosa,
por ti la esquividad y apartamiento
del solitario monte me agradaba;
por ti la verde hierba, el fresco viento,
el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba.
¡Ay, cuánto me engañaba!
¡Ay, cuán diferente era
y cuán de otra manera
lo que en tu falso pecho se escondía!
Bien claro con su voz me lo decía
la siniestra corneja, repitiendo
la desventura mía.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. (Égloga I, Garcilaso de la Vega).
La muerte rondó y llegó en definitiva porque fue herido, desfigurado, con la lengua rota... Un hijo, su amante, su amigo habían fallecido:
“Garcilaso cayó al foso. Su cuerpo, herido por tan rudo golpe, se revolvía en el barro, haciéndolo más blando y más rojo con su sangre. Una suave niebla se levantaba, un vapor de alma. Parecía que era el campo el que tenía que morir. Todo el vaho de la tierra era un último suspiro. Entre barro y niebla estaba el poeta, próximo a entrar en otro llano, en otros montes y otros ríos, en otros valles floridos, donde vería a Isabel para siempre, sin miedo ni sobresalto de perderla.” (Página147, Obras completas de Manuel Altolaguirre, tomo II).
Y fue llorado por la amistad. Soneto de Juan Boscán a la muerte de Garcilaso de la Vega:
“Garcilaso, que al bien siempre aspiraste,
Y siempre con tal fuerza le seguiste,
Que a pocos pasos que tras el corriste
En todo enteramente le alcanzaste.
Dime, ¿por qué tras ti no me llevaste
Cuando de esta mortal tierra partiste?
¿Por qué al subir a lo alto que subiste
Acá en esta baxeza me dexaste?
Bien pienso yo que si poder tuvieras
De mudar algo lo que está ordenado,
En tal caso de mí no te olvidaras.
Que, o quisieras honrarme con tu lado,
O, a lo menos, de mí te despidieras,
O si esto no, después por mí tornaras.”
(página 149, Obras completas de Manuel Altolaguirre, tomo II).
Los actos de heroísmo fueron una de las fantasías más recurrentes en la prosa de Altolaguirre. Según Valender están presentes en los capítulos de una novela inacabada, El paraíso destruido, en el que utiliza a un autor apócrifo que para el autor de su edición refleja la aguda conciencia que tenía Altolaguirre del carácter imaginario del yo que todo escritor va creando. Pensamos que, con su cálamo o su teclado, quiere, y queremos, emular al creador de Cide Hamete Benengeli.
[1] ALTOLAGUIRRE, M.: Obras Completas, tomo II. Edición de James Valender. Bella Bellatrix, Istmo, Madrid. 1989.
GARCILASO DE LA VEGA: Poesías Castellanas Completas. Edición de Elías L. Rivers. Clásicos Castalia. Barcelona. 2021.
Sánchez Mejías y Vargas Llosa
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