El trabajo en
equipo consiste en el reparto de tareas necesarias para conseguir un objetivo
común, una finalidad necesaria o un proyecto laboral durante el que se
establecen relaciones entre las tareas o funciones a desarrollar, sea como
complemento o ayuda, o bien, se presentarán en la solución final, siempre bajo la
supervisión de un jefe o coordinador de equipo que se encargará de mantener la
cohesión del grupo.
¿Cómo
deberían funcionar los equipos? ¿Qué éxitos y fracasos tienen? Sobre fracasos, en la cultura
popular, hay un cuento que nos ayuda a entender lo que no se debe hacer en el
trabajo en equipo: “Los tres cerditos”. Es un cuento inglés tradicional que nos
relata como tres cerditos deben actuar ante la llegada del lobo que quiere su
carne como alimento. Analizan la situación correctamente: se deben proteger. No
hay un acuerdo en la actuación llegando a construir tres tipos de casas, de
menor a mayor seguridad. Pero la actuación más permisiva es que se separan. Si
estuviesen actuando como un equipo, construyendo una casa triplemente reforzada
y defendible, podrían elaborar incluso soluciones de ataque para ahuyentar al
lobo. Al final son tres contra uno. Actuando de forma coordinada y solidaria
podrían vencer. Separados, son presa
fácil para su competidor, un cazador temible durante milenios. Estudiarían sus
debilidades de lobo: Suelen cazar en grupo y va en soledad. Y está hambriento[i]. Será más débil.
La labor del
encargado o jefe de equipo se dirigirá al mantenimiento de un buen ambiente de
trabajo, de lo que se ha consignado siempre como compañerismo, y a la capacidad
para limar aristas y solucionar conflictos cuando estos se presenten. Es una
labor de cohesión y coordinación. Es necesaria cierta capacidad de liderazgo. Y
ciertas dosis de astucia.
Líder astuto fue
Ulises que superó pruebas difíciles durante la vuelta a Ítaca. Supo dirigir a
sus compañeros esquivando el canto de las sirenas, absteniéndose de comer la
flor de loto y minimizando pérdidas en su encierro con Polifemo[ii].
Tal vez ‘demasiado’ astuto: se fue a tirar unas espadas con los amigos y tardó veinte
años en volver a casa y al gobierno de su isla. En su defensa se puede
argumentar que eran tiempos antiguos. Joyce[iii],
en Ulises, con humor, reduce el
tiempo del héroe contemporáneo a un día para novelar su visión del Odiseo moderno.
La función primaria
y esencial es la asignación de tareas tras el conocimiento del trabajo, proyecto
u objetivo. El proyecto debe tener unos objetivos claros. En caso de presentar
dificultades de compresión, objetivos difusos, fines indefinidos, o tareas
indeterminadas se debe proceder a realizar un trabajo previo de definición y
clarificación anterior al reparto de tareas en el equipo.
Del mismo modo,
las tareas asignadas deben ser claras y definidas. Las funciones, objetivos y
plazos deberían ser presentadas por escrito. El jefe de equipo debe indicar
también ante quien o quienes se deben remitir los problemas que se presenten
durante el desarrollo de las tareas, quien o quienes deben intervenir en la
resolución de conflictos dentro y fuera del trabajo para evitar problemas de
convivencia o armonía.
La estructura de
los equipos de trabajo es, y debe ser, flexible por las labores
multidisciplinares que, hoy en día, se realizan. Estructuras rígidas,
inadaptables suelen obtener fracasos.
Es un error
pensar que los equipos deben tener compartimentos estancos. No es la ciudad
ideal de Platón de filósofos, militares y artesanos caracterizados por
sabiduría, fortaleza y templanza donde la justicia armonizaba estas tres
virtudes (Libros VII-IX, República,
Platón[iv]).
La caracterización actual de los equipos interrelaciona sus tareas y
conocimientos desde el inicio, se complementan y se ayudan en las tareas en un
ejercicio de solidaridad y empatía de grupo. Son o deben ser profesionales.
El equipo debe ir
cumpliendo sus funciones según objetivos y fechas marcados. Es labor del jefe
de equipo coordinar esta labor pudiendo delegar funciones durante el desarrollo
del proyecto. Estas delegaciones deben ser hechas por escrito.
Cuando se termine
el proyecto debe ser supervisado antes de presentar los resultados, coordinadas
las tareas y tiempos de ejecución. Esta es labor esencial del supervisor o jefe
de equipo. Porque si el equipo no cumple, el equipo ha funcionado mal, y el
supervisor o jefe es la cabeza visible sobre el que caerán las críticas.
Con
reminiscencias con lo citado de la República de Platón, la actuación en equipo
de los náufragos y retenidos en el Nautilus en Veinte mil leguas de viaje submarino de Jules Verne es un ejercicio
de trabajo en equipo para fugarse. Reminiscencias platónicas porque el profesor
Aronnax representa la sabiduría, el arponero Ned Land la fortaleza y el
mayordomo Consejo la templanza. El Capitán Nemo, alter ego de Verne, tiene
encerrados a sus huéspedes en el submarino evitando que vuelvan al mundo de
donde proceden. Ellos terminan llegando a un acuerdo. Escapar cuando sea
posible, volver al mundo real del progreso decimonónico al que pertenecen para
contar lo que han visto. O no. No están a gusto en el vientre de la ballena del
Nautilus. Aprecian su libertad, es su objetivo, y establecen un plan conjunto
de acción. Tras múltiples peripecias y un ejercicio de solidaridad, escapan y
sobreviven a Nemo. Julio Verne les absuelve como humanos[v].
Resumiendo: El
trabajo en equipo es un ejercicio profesional de trabajo, solidario y empático,
con tareas y fines determinados, y con una estructura flexible y adaptable.
[ii]
HOMERO.: La Odisea. Sirenas, Canto
XII. Lotófagos y Polifemo, Canto IX. Versión digital libre.
[iii] JOYCE, J. : Ulises. Bruguera Lumen. Barcelona. 1981. Traducción de José María
Valverde. Dos tomos.
[iv]
PLATON.: La república o el estado.
Colección Austral, Espasa Calpe. Madrid. 1980. Páginas 205-277.
[v] VERNE,
J.: Veinte mil leguas de viaje submarino. Plaza y Janés y Círculo de Lectores. Barcelona.
1992. 518 páginas.
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