"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos;... por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. (Miguel de Cervantes).

Te lo explico en #dos #minutos


   

¿Cuándo empezó? No lo sé. No fui consciente. Pronto, como una casualidad, comenzaron a decir: Te lo cuento en dos minutos. ¿O fue en veinte segundos?. Me dio cierto mareo. Conocimiento rápido y sencillo. Y todo era así:
    Te explicamos, la teoría de la relatividad, en dos minutos.
     La transición española a la democracia, en dos minutos. Te lo explicamos.
     En dos minutos, te lo explicamos: La revolución de los claveles.
     Santiago Ramón y Cajal, que es uno, en dos minutos. Te lo explicamos.
     Te explicamos la crisis financiera en dos minutos…
     Tiene mérito.
     Condensar o comprimir temas de enjundia en un tiempo mínimo para atraer a un público que no le interesa casi nada esos asuntos, tiene mérito. Cada cierto tiempo, con motivo de una noticia impactante, que se remite a un hecho anterior relevante, o bien, para contextualizar el impacto de una noticia, nos ofrecen un resumen de un hecho histórico, un descubrimiento científico, o una explicación de las razones económicas de determinado proceso. Junto a infografías claras y de gran belleza, se coloca un enlace: Te lo explicamos…
     Ayer me senté frente al televisor. Lo encendí. En un canal necesitaban varias horas para explicar la vida de unas personas que no conocía. En otro canal, iban por el capítulo casi milenario donde el amor era eterno. Había dos canales con series turcas durante horas. Y en otros repetían, casi a fuego lento, la vida de una comunidad de vecinos. Es admirable que ciertos temas atraigan al común de los mortales y no importe ni el tiempo ni el espacio.
     “Diez Minutos”[i], una revista de crónica social o rosa, no creo que haya pensado cambiar su nombre a “Dos minutos” para informar sobre Isabel Pantoja. Es el ocio, el derecho al ocio. Cada uno elige el que más le gusta. ¿Y qué hacemos?
     Hay veces que ser tan ameno y breve puede banalizar el mensaje. Pero ser largo y tedioso, mucho más
     Estoy haciendo, aunque no lo parezca, un elogio a lo breve. En el idioma, la economía del lenguaje y la capacidad de expresar algo con el mínimo de palabras no debe confundirse con la banalidad ni el mal uso o deterioro del idioma.
     Hoy he leído un tuit de una empresa de restauración que decía “estaréis tan art@s como yo”. Informando brevemente sobre restauración patrimonial, se le olvidó restaurar la h de hartas, patrimonio inmaterial de nuestra cultura, el lenguaje.
     Todos admiramos a Monterroso. Su dinosaurio se utiliza para todo. Incluso para equivocarse. Oí a un político decir que era el dinosaurio el que se despertaba. A veces pienso que los únicos textos que crecen son los menús de los restaurantes. Utilizando al dinosaurio, otra vez, en vano:
     ‘Sellado pectoral de dinosaurio evolucionado’ por
     ‘Pechuga de pollo a la plancha’
     El fin de semana produce estos escritos ligeros, fútiles y evanescentes. El pretexto era otro. Era escribir un soneto que sonara a soneto, pero de principiante. Y en el día de San Ramón Nonato hacer un soneto que suene a otros sonetos:
     Soneto suena soneto.
     “Un Soneto me manda hacer Violante[ii]”,
¿Violante? Que es de Lope, ¡so mostrenco!
Prueba, si puedes, en otro intento,
Ruega que no te llame ¡botarate!

     “Yo te untaré mis obras con tocino[iii]”,
¿Copias a Quevedo? ¿plagias? ¡despierta!,
Busca otras rimas y, si no, revienta,
Recuerda que ya estás atascado.

     “Mientras por competir con tu cabello[iv]”.
¿A don Luis Góngora requiebras, zote?,
Mira a tu alrededor que estás pasmado,

     Piensa que la rima fácil no brota,
Ni el verso sale deprisa, corriendo,
Pues la gracia, con rima, si se nota.
     
   
     Uno se posiciona en redes sociales, blog, y redes profesionales, sin embargo, donde más se visualiza es con uno mismo. Después, con los demás.


[i] www.diezminutos.es . En formato online existe.
[ii] LOPE DE VEGA.: ‘Un soneto me manda hacer Violante’. En La Niña de Plata, 1617. Tercer acto. Primer atrevimiento: Ni cien mil años alcance lograr semejante empeño.
[iii] QUEVEDO, F.: Poesía Varia. Catedra. Madrid. 1981. Página 554. Acusa de judío a Góngora. Imposible llegar al ingenio del señor de la Torre de Juan Abad. ¡Voto a bríos!
[iv] MICO, J.M. y SILES, J.: Paraíso Cerrado. Poesía Española de los siglos XVI y XVII. Galaxia Gutenberg. Círculo de lectores. Barcelona. 2003. Luis de Góngora: ‘Mientras por competir por tu cabello’, página 303. Culto, refinado, barroco. Lejos de alcanzar la estrella con el escribano que dirige el cálamo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Evocaciones de los diseños dorados de Manuel Piña

            Museo Manuel Piña     En el Museo Manuel Piña ( @museosdemanzanares ) hay unos diseños de color amarillo, dorado y áureo, que re...